martes, 3 de febrero de 2015

JESÚS DE LA GARZA [14.668] Poeta de México


Jesús de la Garza 

(Montemorelos, México, 1994). Ha publicado poesía y narrativa en diversas revistas (Kátharsis XXI, Monolito, Oficio) y es miembro de la International Society of Assemblage and Collage Artists. Además, su poesía ha sido antologada en Palabras de emergencia. Poesía desde el asfalto (Ed. Regia Cartonera, 2013), Telescopio. Escritores mexicanos nacidos en los 90s (Ed. Alabastro, 2013) y Los volátiles.  Poetas mexicanos nacidos entre 1980 y 1995  (Ed. Juanita Cartonera, 2014).



El poeta mudo

Si el cielo fuera nada más cielo, 
y el agua nada más agua, 
y el fuego fuego, 
y la tierra tierra: 
yo sería el primero / en cortarme la lengua.





El mejor de los mundos posibles

Aquí no hay mundo suficiente.
En la escuela siempre fui el payaso triste.
Cuando la maestra me pasaba al pizarrón,
me brotaban lágrimas blancas.

Aquí no hay mundo suficiente.
Aquí pocas cosas suceden para bien,
pocas cosas suceden.

Vivimos en el planeta tierra
que es de color negro, opaco,
con más habitantes que casas, que amor,
que pan, que compañía.

Escribo en el pizarrón con la mano temblando,
escribo en voz alta:
Vivimos en una mancha,
aquí en el mejor de los mundos posibles,
donde no pasa nada y nada puede molestarnos.

Ahora miro el espejo-mundo, donde decimos que nada sucede.
La pantalla imperial, que nos dice dónde nada sucede.
Estoy en sintonía y perdido.
Yo también soy ajeno, o mejor dicho, yo también estoy enajenado,
pero no quiero, pero tampoco sé cómo.





Retrato de un clavel

Yo nunca olvidaré
Pero quien habla de olvido
en la prisión de tu ausencia me deja
en la soledad en que este poema me abandona
en el destierro que me encuentra a cada hora.
César Moro


Los claveles amarillos que humedeciste  El trino de los neumáticos escapando
El bello chispazo del águila en tu palabra
La cera deletrea tu nombre y se derrama sobre tu foto
Tu madre te cose la boca con sedal  Tu padre te besa como Judas
Tu amante te abandona en el bosque de los espejos
El humo baila un recuerdo
El humo canta un cuerpo
El humo te envejece
El humo no sabe llorar
Hay una guitarra en el columpio
Dice tu nombre (no dice tu nombre)
 La tierra está hecha de terciopelo      (la tierra está hecha de caucho)
                                          Queda tiempo      (no queda tiempo)
Un par de botas militares      (una rosa perforada)
    En el tiempo no está el olvido      (en mí tampoco)





Sueño con claveles

tu inexplicable pasión
                        por las estatuas mudas
tu entendimiento fallido
                        de la lógica matemática
tu constante flagelo
                        sobre lo verdaderamente inútil
tu cicatriz sellada
                        con el humo del carbón
tu distanciamiento forzado
                        por el conflicto de las nubes
tu máscara de alquitrán
                        para aparentar fortaleza
tu venda en los ojos
                        mojadas con líquido del Cielo
tus ojos apabullados
                        por el amor puesto a secar
tu cuello perdido
                        en la guillotina de las olas
tu transformación dolorosa
                        a un río sedentario
tu llanto quebrado
                        por la aurora que no vendrá
tu congelamiento irremediable
                        hacia un fingido pragmatismo
tu cerebro de niño
                        contaminado por la penitencia
tu sueño austero
                        con nosotros vueltos claveles






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