lunes, 4 de agosto de 2014

GABRIEL CORTIÑAS [12.668]


Gabriel Cortiñas  

(Buenos Aires, ARGENTINA 1984) Poeta.
Gabriel Cortiñas  acaba de ganar el premio cubano Casa de las Américas con su largo poema Pujato. El libro editado a comienzos del año, constituye una de las novedades más interesantes de la poesía contemporánea. Primero, por el tema escogido: Hernán Pujato fue el militar argentino que fundó las primeras bases científicas en la Antártida, tarea para la cual recibió el indispensable apoyo del presidente Juan Perón. Pujato cumplió su misión y fue recibido con honores. Tenía espíritu prusiano, es decir apolítico, pero de todos modos fue pasado a retiro por la autodenominada “Revolución Libertadora”. Luego se dedicó a disertar en foros internacionales. En 1982, con 78 años y el grado de general retirado, se presentó al comandante del Ejército ofreciéndose como piloto kamikaze: su idea era agarrar un avión, cargarlo de explosivos y estrellarlo personalmente contra un buque británico. Un personaje interesante para un poema. Pero el libro no narra su biografía. Los poemas de Cortiñas están situados en la “pampa blanca” que Pujato y sus soldados debieron vadear en las tareas científicas de establecimiento de la soberanía. Más que Pujato, prevalece el desierto antártico, blanco, interminable. La prosodia de Cortiñas es sutil, modernista y enigmática; no ofrece directamente el sentido de la frase, sino que lo va desembolsando por partes –sumado a la rareza del tema y el espacio, el efecto en la lectura es siempre sorpresivo (Cortiñas es de esos poetas que pueden instalar palabras nuevas en la mente del lector, como “foqueros” o “peones mineros”). Pujato puede leerse como una manera sumamente oblicua de abordar el tema de la “soberanía nacional”, a medio camino entre Abelardo Ramos y William Carlos Williams. Esta convergencia inédita señala la singularidad de Pujato respecto de la poesía argentina.
Ganó el VI premio internacional Margarita Hierro (CEP José Hierro, Getafe) por su libracísimo Hospital de Campaña.







Pujato
Gabriel Cortiñas



Los implorantes que perdimos en la nieve
la causa vencida
por su propia gravedad por eso
lo que pasa por la cuenca lo incorporamos
a esta mirada y es ahí
donde se fragua lo auténtico del Manual
Antártico Argentino.

Los que perdieron el nombre de su ciudad, Estancia
de la Santa Rita
por una migración programada de peones mineros

                         el cablecarril que transporta el mineral
                         lo hizo Adolf Bleichert & Company

va siendo que si se excavan dos generaciones los restos
de los apellidos
están del otro lado de la cordillera.


*


Como un modo de explicar la inusual expansión de los suelos
polares en tiempos de calentamiento global recita
después de la cena un fragmento de memoria
con los ojos cerrados golpeando
insistente
mente el techo con un bastón es la forma
prusiana pujatista andinista de dar
valor a una sobremesa improvisada con un par de huesos
de pollo que de tanto
hervir quedaron brillantes
dentro y fuera del agua de la olla:

                         “¿Qué animal tiene los dientes en el estómago?
                         La langosta de mar
                         una especie que desova en la boca
                         del Mar de Weddell dos o tres
                         veces por siglo
                         las demás son simulacros para los biólogos observadores.”


*


Un balcón de hielo en el medio de una pampa blanca
helada primero
se talla el balcón después se ubica la plaza
estaba escrito en el manual el mismo
que pedía leer a contrapelo y ahora
leemos de atrás para adelante
el propio manual donde empujaron
a Pablo a espaldas del papá de la ex modelo
los restos de un pichón a punto de nacer
o perecer
al parecer es lo mismo si se mira a la madre
darle de comer su carne congelada
a falta de otra las columnas
no soportan peso
nuestro Al-khaznésh no es una construcción autoestable

así esta ciudad como la de los nabateos
es un sitio de construcción y cantera a la vez
no te van a poder acusar de tener una lengua sin eso
que vengo llamando idioma.


*


Es poco el monto de acuñar una moneda con el rostro
en momentos en que todo se empieza a descongelar
y los lingotes de hielo chorreando son la única
forma real que tenemos para medir el tiempo que nos queda
late arriba del maxilar superior derecho
y todos gritan: PUS PUS PUS
no es algo decorativo una columna de bajada en forma de zigzag
el cadáver que plantaste hace un año en esta pampa helada está por crecer
y ahora pinta
algo que en el fondo
va a tener que volver a pintar eso que tiene
que estar más acá del Plan Pujato
y más allá de los foqueros hay un bien
venidos partido al medio porque fueron
bien idos aquellos que pensaron que todo
tenía que tener un que.
amputado por el punto como dijo el arquitecto promulgador de la diagonal
es la mejor forma
de llegar con la bahía en pleno movimiento el punto
final está en el medio ¿Son acaso la suma
de las pequeñas voluntades lo que está atracando en la dársena?

Los dragoneantes riojanos como Lino Díaz fueron exonerados de la fuerza
por llevar poncho
blanco en la nieve repite ahora
a los gritos –olvidado– en su geriátrico castrense el coronel
una y otra vez que si se quiere
llegar hasta la cima de una cordillera antártica hay que ir
de a varios por eso nuestra
necesidad de tener una sólida formación andinista pero hay
quienes quieren entrar aunque sea enamorando a la hija no agraciada del foquero
esos que quieren decía gritando
en la habitación con el décimo tercer apóstol
a su lado, decía esos que quieren subir solos los baja el viento

y para aquellos que seguían sin entender
soltó un latinazo: por vos
por la grieta y por los santos ministerios
que destripar un cuerpo escarchado es demorar la pestilencia
hasta el cambio de estación pero algunos
seguían aún sin entender y tuvo que volver a rematar
eso que siempre
está fuera de todo remate.





Hospital de campaña, por Gabriel Cortiñas


No se puede hacer harina con los cascos 
asaron al enemigo pero se lo comieron crudo
el diente de oro les estalló en la panza
molieron dientes con paciencia, los picaron
hicieron tortilla: de maíz, de arroz, 
tortilla de papa, tortilla de muela. 
El brillo del diente empuja a romper 
en la panza no digiere la luz
es un filo que abre el tímpano en cuatro.
Si la vanguardia no te cubre: el zumbido
la explosión. Todos esperan en las butacas
el comienzo del combate. 
Se cierra sobre la lona como un capullo 
(un capullo no estalla)
está prohibido llevar reloj.






Cuando el padre cayó en la selva
entregó su reloj antes de morir.
Lo acaricia debajo de la almohada
fundirá el cobre en un banco de empeño
su vieja lo va a perdonar
esa hora ya no existe.






Todavía quedaban charcos en las calles
abrió la ventana y se propuso algo eterno 
nombrar después de la lluvia,
auto, sueldo, vereda: Justicia 
el tercer sueño mestizaje, armonía de mestizo

—interpretar—

—interpretar—

la borra que deja el jabón en la ducha de clases.






Una estatuilla de barro en su mesa de luz
que escupe todas las noches
idolito se deforma, muta, con los días
lo trajo de Tucumán 
lo viste de soldado, le reza, lo escupe
todas la noches:
mosto al barro saliva de tinto 
lo oscurece.

Olguín le reza todas las noches un padre muerto de saliva
se persigna con un garzo
le escupe semillas, de mosto germinado 
las flores del vino le crecen en la cara
siempre deformado por el agua, la saliva 
todas las noches le reza 
un garzo espeso
mito suelto en el barro sin forma
fue visto una vez rodeado de maíz, su cara
no paraba de reír.






En un monte
lleno de carbón lleno
de pozos de petróleo
el escocés que no se rinde sigue tirando
como un loco desde arriba
sigue tirando: ampollas de varicela
no sabe que las balas llevan un pacto adentro
de habla en la bala un pacto
en desbande retirada hay que esperar
a que crezca el árbol chamuscado
el árbol que pare un fruto envuelto en la piel
roja del frenillo. 






Una lengua de vaca se pudre al sol
es lo último que queda para comer 
las moscas
descomponen la lengua, en la selva
todo pasa por la sal: charqui de puerco, 
jamón de toro, jamón de pato, no
el pato nada siempre en el agua
caliente de una olla
pato, loro, canario, gallina
el caldo es un pacto de grasa hirviendo 
que fríe el maíz, las habas, los dientes
todo pasa por la sal, una lengua
de vaca se pudre al sol
las moscas son parte del trato.


Fragmentos de Hospital de campaña, Madrid, Fundación Centro de Poesía José Hierro, 2011.





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