Manuel García Tejeiro (Ponferrada, León 1943) compatibiliza su profesión de médico patólogo con su labor como secretario del Colegio Oficial de Médicos de Valladolid. Es miembro académico de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas (ASEMEYA) y escritor que cuenta ya en su haber con una amplia obra literaria, en la que destacan varios libros de poemas, aforismos, libros de relatos, de opiniones y confesiones: ‘Tiempo de ti con intermedio’, ‘Trangalladas’, ‘Vivir, no obstante’, ‘Casi Haikus, casi poemas, casi nada’, ‘La muralla china’, ‘Memoria de un médico poeta y su circunstancia’, ‘La crisálida’, ‘París Vudú’, ‘Valladolid Outsider’, ‘Diario de un camaleón acojonado’, ‘El quicio de las cosas’, ‘Anécdotas y curiosidades’, "Al borde" y "Invierno".
Ha ganado varios premios de poesía, alguno como cuentista, entre los que destaca el Premio de poesía Viernes del Sarmiento en las ediciones de 1991 y 2003, el Premio Pregón de Primavera en 1992 y un Accésit en Cuentos de Humor de PSN. Asimismo, es articulista, colaborador de un sinfín de revistas y director de dos publicaciones periódicas, el periódico del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y la prestigiosa revista Axis, publicación oficial del Colegio de Médicos de Valladolid.
DE "AL BORDE"
Mendigo y no sé lo que mendigo
Mendigo y no sé lo que mendigo.
Como el pardal
no percibo la intensidad del frío
y la noche ahí fuera
es gélida.
Sólo si nos decepcionamos
Sólo si nos decepcionamos
mutuamente
podremos salvarnos,
o sólo el río
o sólo la piedra
o sólo la casa
o sólo la calle donde nacimos.
Sólo nos salva la tierra
que amamos
y siempre nos decepciona.
Gitana
Hoy, ni una palabra,
ni una sílaba contada,
ni un acento, ni una coma
y menos un punto.
Hoy quiero verte en el atardecer pleno,
ocupando por completo mi retina y mis neuronas,
hoy quiero sentir mi piel
despellejada en la tuya,
mis huesos quebrados en un nudo
alrededor de los tuyos
quebrados igualmente.
Hoy no me habléis de poesía
que quiero el alma liberada
para beber la suya cristalina,
para barquear de orilla a orilla
su río de lava incandescente.
Hoy crisálida de gusano
convertido en mariposa.
Hoy las venas de mis sienes
plenas de sangre a borbotones.
Hoy sólo tú me petas.
Hoy sólo tú, gitana.
Recolector de sombras
Parecía un borracho o un loco.
Un hombre solo danzando hacia el poniente
apenas a un palmo de la noche.
Sus brazos alzados al cielo
y sus grotescos andares
le hacían parecer una marioneta,
las mujercitas de postura indolente,
cubata en la izquierda y Camel en la derecha
se burlaban de él.
Los hombres le pegaban y reían.
El dolor provoca la hilaridad de los malnacidos.
Y él se perdió en el fondo de la calle
con las últimos destellos de la tarde.
¡Quién iba a pensar
que era el recolector de sombras!
Poeta
Nací para ingeniero de minas,
eso decían todos,
mi padre, mi madre, mis abuelos, mis tíos
¡tiene cara de ingeniero de minas!
Y los amigos de mis padres asentían
y también asentían los amigos de mis tíos
y los viejos de la plaza repetían:
¡Pues es verdad tiene cara de ingeniero!
Seguramente mis ojos
reflejaban ya la oscuridad.
Pero esa oscuridad no me atraía,
ni la aritmética de Matais,
ni la geometría de Olabarrieta,
ni los logaritmos
ni las homotecias.
Y contradije a todos.
Después de mil peripecias
me hice médico.
Y para más INRI, patólogo.
Y para más INRI, poeta.
DE: ‘Casi Haikus, casi poemas, casi nada’
no sé contar
los días que he vivido
en tus ausencias
existen días
que la vida se escurre
entre los dedos
si renuncio a ti
¿qué espero de la vida?,
sólo la muerte
si el viento es nada
y puede hacer heridas
¿el desamor?
me sumergí en ti
como un rayo en el río
¡y ardió el agua!
la oropéndola
se escondió en la belleza
de su propio nombre
perfectamente
puedo soñar contigo
tú eres el sueño
¡catedrático!
tan rotunda palabra
le sonó a insulto
no hay cansancio
que pueda hacer callar
tu grito libre
¡filosofía!
sí y también sinrazón
y tus sentidos
DE: INVIERNO
Quiero sobornar
Quiero sobornar
La blandura de tu mano
Para estar cerca de tu sueño
Y ser constante beso
En tu mejilla.
Quiero sobornar al aire
Y a la lluvia
Y a la seda
De tu pañuelo
Para ser tu caricia inevitable.
Mi mundo
Pertenezco a un mundo
Contradictorio:
Un mundo
De la nada y del ser
Del olvido y la memoria
De lo joven y lo viejo
Del amor y del hastio
De la opulencia y la miseria
De lo justo y de lo injusto
De la sombra y de la luz
De lo feo y de lo bello
De lo sutil y lo hortera
Del ruido y del silencio
De la prisa y la quietud
De la poesia y el vacio
De Dios y de la hez…
Y no tengo noticias de otro.
Poéticamente incorrecto
Busco la claridad y la transparencia
El agua cristalina en la que me refleje
Tal como soy,
Estoy harto de oscuridades místicas
Y de nieblas
Necesito la luz,
Como necesitan luz las vidrieras de las catedrales
Para deslumbrar al peregrino
Necesito que me entiendas
Para que sepas de mi
Para que me sientas,
Para que veas mi sangre
Y mis heridas cuando las haya
O mi dicha y mi alegria,
Mi hielo o mi brasa
y que veas mi risa y te contagie
y me sientas tan cerca
Que comprendas que soy de los tuyos
que hablo con tus mismas palabras
de todo lo que nos atañe.
Eso paga con creces mis insomnios
Mis luchas interiores,
Mis carencias,
Mi busqueda de la belleza
Y justifica mi vida.
Me vais a decir
Me vais a decir que es tiempo
De leña ardiendo en la chimenea
Tiempo de olores fuertes
Sabores fuertes
De fechas señaladas
De grandes extrañamientos
Tiempo de huidas
Hacia no se sabe
que espacio de espinos o miel
Me vais a tratar de convencer
De que es tiempo de invierno
de palabras
De hielo
Frágiles
Pero las golondrinas vuelven siempre
Podéis proclamarlo,
Palabra de poeta.
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