miércoles, 15 de diciembre de 2010

RUTGER KOPLAND [2.472] Poeta de Holanda




Rutger Kopland 

Seudónimo de R.H. van den Hoofdakker. (Goor, Holanda 4 de agosto de 1934 - Glimmen , 11 de julio de 2012). Siquiatra, poeta, ensayista. Ha publicado numerosos libros de poemas, entre otros: Onder het vee, Het orgeltje van yesterday, Alles op de fiets, Wie wat vindt beeft slecht gezocht, Een lege plek om te blijven.





EL DIOS EN MI CEREBRO

Cuando casi estaba despierto recordé
que esa noche había vivido en el pasado
y sin el menor asombro había vuelto
a creer que Dios existía

quería por fin hablar con él
es un hombre muy amable me dijeron
le puedes llamar por teléfono

llamé y escuché una voz, una voz muy dulce
así que me imaginé una dulce mujer alada
como las que se ven en las tarjetas de felicitación

si quiere hablar con dios, dijo, pulse uno
si no lo quiere no pulse
pulsé uno

y la misma mujer alada dijo: todavía hay
una persona a la espera y esa persona es usted

recordé que tuve que meditar sobre esto
infinitamente hasta que desperté y Dios había vuelto
a desaparecer, por ahí en mi cerebro



CONVERSACIONES

II / Sobre lo absurdo de la vida

No te parece que es absurda la vida,
dijo él. Crujía la grava bajo
nuestros pies. En vez de darle
gusto, uno podía ver que el invierno
se iba. Qué quieres decir, dije.
Quería decir absurda. Brillaba
el sol y el reluciente estanque
apestaba otra vez de inmunda
vida en movimiento. Por qué ponerme
triste o enojarme si no se me
comprende, tampoco yo podía entenderle
siempre.




Por la Mañana

Debe haber algo cuando caemos en el sueño
Nos acostamos y nos quedamos dormidos

¿Qué fue aquello?

–Mientras las últimas palabras
Para el mundo se hacían más y más enrarecidas:
Luz de la luna, perro lejano, leve respiración,
Olores de un hombre, una mujer,
Noche, noche, otra noche.-

¿Qué fue lo que dijo
Mientras se apagaba también la última palabra?,

Noche: estos son nuestros propios brazos todavía
En los que nos desintegramos en este hueco negro

¿Este es todavía nuestro propio cuerpo?

Que dijo algo,
Cuando ya no quedaban más palabras
Debe haber algo, ahora que la palabra mañana
Está surgiendo lentamente
Y la mañana es lo que nos mantuvo juntos
Y nos suelta
Así como estamos aquí tendidos.




UN GRAN POETA HOLANDES: RUTGER KOPLAND

En estos días en los que me deleito leyendo muy de a poco un libro precioso de un escritor holandés, Rudy Kousbroek (1929-2010) llamado "El secreto del pasado", con su tinte nostálgico a la W.G. Sebald, me crucé, porque los cruces de caminos se multiplican en ciertos momentos o en la curva  de los momentos, llamadas 'ocasiones', con la poesía de otro  
Rudy (así lo llamaban de chico): Rutger Kopland, seudónimo  literario de Rutger Hendrik van der Hoodakker (nacido en Goor, Holanda, el 4 de agosto de 1934, muerto el 11 de julio de 2012 en Glimmen).
Aquí van mis versiones -desde las versiones en inglés que hiciera James Brockway- de sus bellos poemas.



SERBALES

Practicar el arte de la poésía es
establecer con el mayor cuidado posible
que, por ejemplo,
en la temprana mañana
los serbales sostienen miles de lágrimas
como un dibujo de la infancia,
tan rojas y tan numerosas.

[*Serbal: árbol de frutos rojos, parecidos a bayas]




UN SALMO

Los pastizales verdes las aguas quietas
en el empapelado de mi cuarto-
como un niño asustado yo creía
en el empapelado

cuando mi madre hubo dicho sus plegarias por mí
y yo había sido perdonado un día más
se me dejaba solo
entre inmensos caballos y ganado,
un niño expósito acostado sobre un mundo
de pasto

ahora que una vez más tengo que irme
a través de los pastizales de dios no encuentro sendero
que me lleve de vuelta, sólo una pequeña mano
aferrada a la mía que aprieta
cuando los enormes cuerpos
del ganado gruñen y resoplan
en paz.

[Kopland se basó durante varios años en el paisaje del
Salmo 23 ("Jehová es mi pastor, nada ha de faltarme...") 
o Salmo de David, para crear una atmósfera que mezcla
la celebración de la naturaleza con la melancolía del inex-
orable paso del tiempo]




LA SEÑORITA A.

El 19 de setiembre, un neblinoso
diecinueve, la Srta A se bajó
del lado equivocado de su casa-barco
el Complacida Dulzura
a las aguas de 'El Profundo'

El frío había llegado, ella no había
logrado encender la estufa,
su anciana madre había muerto,
todo estaba rechinando, herrumbándose,
desde su cocina-de-barco Dios y el
DHSS parecían fuera de alcance

Desembarcó.

[* DHSS: Departamento de Salud y de Seguro Social] 




¿CUÁNDO, DÓNDE?

Es otoño y los perros están otra vez en el asunto.
No hay ternura entre los perros.

Decime algo, dice ella. Sólo un chico podría saber
lo que siento. Ya no soy un chico.

Ternura, eso es, le digo, mientras tomo
sus pechos firmes en mis manos,

esa es la respuesta a la pregunta que
no se ha formulado. El olor de cada otoño,

quiero decir, la pregunta cuándo, dónde
estaba y la respuesta a eso

Puedo oler tu pelo de nuevo, estamos sentados
uno contra el otro en un banco en los jardines.

Siento lo que siente un chico cuando ve
lo que estamos haciendo. Lo que decimos es puro desatino.




BAJO EL MANZANO

Vine a casa, eran cerca de las
ocho y notablemente
cercano para esta época del año,
el asiento del jardín permanecía esperando
bajo el manzano

Tomé mi lugar y me senté
mirando cómo el vecino
estaba todavía cavando en su jardín,
la noche brotó del suelo
una luz creciendo cada vez más azul colgaba 
del manzano

entonces lentamente de nuevo se volvió
demasiado hermoso para ser cierto, las alarmas
del día desaparecieron en el aroma
del heno, los juguetes otra vez yacen
en el pasto y desde lejos en la casa
vinieron las risas de los chicos bañándose
hasta dónde estaba sentado, hasta
debajo del árbol de manzanas

y luego oí las alas
de gansos salvajes en el cielo
oí qué quieto y vacío
se estaba volviendo

afortunadamente alguien vino y se sentó
a mi lado, para ser preciso eras
vos que viniste a mi lado
bajo el árbol de manzanas,
notablemente cerca
para nuestro tiempo de vida.




MÁS ALLÁ

1

Ahora que sabemos que hemos perdido el camino
todo lo que nos queda es este lugar

Lluvia, hasta el horizonte lluvia
y un mar de colinas gris-verdes,
oleadas de bosque tras bosque.


2

Nuestros mapas los hemos dejado atrás,
en alguna parte, no enojados, no tristes:

nos dijeron lo que ya sabíamos,
de dónde veníamos.
No dónde estábamos.


3

Ahora en el punto de ir más allá
y no sabiendo cómo, no sabiendo

del  susurrar, la fragancia, la oscuridad
bajo los árboles, los gritos
en la distancia, las desaparecientes
huellas, no sabiendo ya
lo que significa nada.


4

Nuestros rostros son tensos y fríos,
suavizados por la lluvia, como si estuviésemos llorando.

No es llanto, es
lluvia y piel.


5

Olas gris-verdes de bosque tras bosque,
hacia ellos hemos de desaparecer.

De ellos hemos de regresar,
pero ya no seremos nosotros.

Quiénes son nadie lo sabe.





AUTO-RETRATO

Como en las ventanas altas de esta casa,
así es como debe ser- como es ahora.

Es el atardecer, allí abajo unos pocos
patos están flotando en el estanque, allí
en el pasto el sendero inicia su largo lento
arco ascendente a través del bosque, rojo
como sangre rancia, y sobre la colina
los cielos, opacados por la nieve, la niebla
y el humo. Hay un graznar, gritos
olor de hojas mojadas y fuegos del bosque,
hace frío en las mejillas, eso es

como debe estar ahora, allá. Y nadie
caminando ahí, para oir todo esto,
para sentirlo, olerlo. ¿Debemos
cerrar las cortinas de terciopelo
o las dejamos abiertas?


FUENTE
Rutger Kopland. A World Beyond Myself. Versiones de
James Brockway. Enitharmon Press, 1991.

Mencionado: Rudy Kousbroek, El secreto del pasado. A. Hidalgo, 2013.

 Robert Rivas    http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/



Poems by Rutger Kopland


Natzweiler

1

And there, beyond the barbed wire, the view -
very charming landscape, as peaceful
as then.

They would need for nothing, they would
be laid down in those green pastures,
be led to those peaceful waters,

there in the distance. They would.


2

I trace the windows of the barrack huts,
watch-towers, gas-chamber.

Only the black reflection of distance
in the panes, of a peaceful landscape,

and beyond it, no one.



3

The dead are so violently absent, as though
not only I, but they too
were standing here,

and the landscape were folding their invisible
arms around my shoulders.

We need for nothing, they are saying,
we have forgotten this world.

But these are no arms,
it is landscape.



4

The yellowed photos in the display cases,
their faces ravaged by their skulls,
their black eyes,

what do they see, what do they see?
I look at them, but for what?

Their faces have come to belong
to the world, to the world
which remains silent.



5

So this is it, desertion, here is
the place where they took their leave,
far away in the mountains.

The camp has just been re-painted, in that gentle
grey-green, that gentle colour
of war,

it is as new, as though nothing
has happened, as though
it has yet to be.

From Before It Disappears and After (Voor het verdwijnt en daarna, 1985)
Translated by James Brockway.








An Empty Place to Stay IX

Just give me the wide, sluggish rivers,
the force you don't see but suspect,
the willows drinking, the senseless dikes,
a dead-still town on the bank.

Give me the winter, the desolate
landscape, the field without signs
of life, the force of resilient heather.

Give me the cat when he's looking
before he leaps, to fight or to run,
to mate or to hunt, when he's looking.

Give me a galloping horse, but one on
his side in the grass. Give me

a question, no answer.

From An Empty Place to Stay (Een lege plek om te blijven, 1975)
Translated by Ria Leigh-Loohuizen.
[p. 176]






A Psalm

The green pastures the still waters
on the wallpaper in my room -
as a frightened child I believed
in wallpaper

when my mother had said prayers for me
and I had been forgiven for one day more
I was left behind among
motionless horses and cattle,
a foundling laid in a world
of grass

now that once again I have to go
through god's pastures I find no path
to take me back, only a small hand
clasped in mine that tightens
when the enormous bodies
of the cattle grunt and snuffle
with peace.

From Among the Cattle (Onder het vee, 1966)
Translated by James Brockway.




Young Lettuce

I can stand anything,
the shrivelling of beans,
flowers dying, I can watch
the potato patch being dug up
and not shed a tear - I'm
real hard in such things.

But young lettuce in September,
just planted, still tender,
in moist little beds, no.

From Everything by Bike (Alles op de fiets, 1969)
Translated by James Brockway.





The Valley

1

You see us again sitting in the grass;
those faces of ours, looking
as though they were seeing something
that makes them extraordinarily happy,

like the faces of the blind, unaware
of how they are seen, unsuspecting, looking
at their own secret.

In my notes you read very little
of this, I simply wrote:
been to the valley again, looked a long time,
it was still there.


2

And then you see again what
we were sitting looking at:
grey edge of the wood, the wickerwork
fencing drenched in twilight,
about us the very slightly undulating
soft-green meadows and in the hollow
the little row of spindly alders straying
along the invisible stream.

Then this is what must have made us
so extraordinarily happy.



3

You see how often these photographs have
been
looked at, how often, too, the slip of paper
has been read, on which was written it was still there,
how spotted and thumb-marked they are.

That whole perfect world that must be
there - the wholly undiscoverable answer
to the question which world that is.

From Before It Disappears and After (Voor het verdwijnt en daarna, 1985)
Translated by James Brockway.











No hay comentarios:

Publicar un comentario