sábado, 11 de diciembre de 2010

RODOLFO HINOSTROZA [2.428] Poeta de Perú


Rodolfo Hinostroza

Rodolfo Hinostroza Clausen (Nació en Lima, Perú, el 27 de octubre de 1941 - Falleció el 1 de noviembre de 2016) fue un reconocido poeta, escritor, periodista, gastrónomo y astrólogo peruano.

Nació en Lima, y pasó su infancia en Huaráz, un pueblo andino a 3,200 m de altura, hasta la edad de 9 años. De regreso a Lima terminó sus estudios secundarios en el colegio Guadalupe, y en 1961 ingresó a la Universidad de San Marcos, para estudiar Medicina. Pero pronto abandonó la Facultad de Ciencias atraído por la Literatura.

En 1962 viajó a Cuba, con una beca, para realizar estudios de literatura inglesa en la Universidad San Cristóbal de la Habana. En esos años, que incluyeron la Crisis de los Cohetes en octubre de 1962 que por poco desemboca en guerra atómica, escribió su primer libro de poemas, "Consejero del Lobo",1 que fue publicado al año siguiente en la editorial "El Puente" de la Habana. Frustrado por la forma en que el régimen castrista usaba a los becados como guerrilleros para provocar múltiples revoluciones en toda América Latina, logró finalmente abandonar la isla después de una serie de experiencias muy intensas, y regresó al Perú.

De regreso en Lima, en el año 1964, trabajó en periodismo en la revista Caretas, se casó con la francesa Nadine Cailliére, y juntos viajaron a París, en mayo de 1968, y desembarcaron en plena revolución antiautoritaria contra el gobierno de De Gaulle.

En París trabajó como comentarista radial en la ORTF, como lector en la editorial Gallimard, como traductor para las editoriales españolas Tusquets y Barral. En 1972 ganó el premio internacional de poesía "Maldoror". Más adelante trabajó en la agencia de viajes "Uniclam" escribiendo guías de turismo, como las de México (1976), Bolivia (1978), Perú (1981) que fueron publicadas en francés. En 1979 publicó en Tusquets "Aprendizaje de la limpieza", que rememora su largo psicoanálisis, comenzado en Lima, y terminado en 1975 en París.

En 1984 regresó a Lima, se casó con la traductora holandesa Ingrid Sipkes, con quien tiene tres hijos, Cayetana, Lorenzo y Ruy. Se reincorporó al periodismo, especializándose en gastronomía para impulsar el proceso de difusión y conocimiento de la cocina peruana en el ámbito tanto nacional como internacional, y dirigiendo una serie de publicaciones sobre el tema, en el periódico La República, la revista Caretas, y en "Anfitrión, guía del ocio y la gastronomía" principalmente, que precedieron la "revolución gastronómica" peruana, que lanzarían a esta culinaria a los primeros rangos internacionales. En 1987 ganó el primer premio internacional de cuento "Juan Rulfo", en París, por el cuento "El Benefactor", en 1994 publicó su novela "Fata Morgana, en 1997 ganó el premio "Arte Nuevo" con su pieza teatral "Cuadrando el Círculo", que recorrió el Perú de norte a sur en un teatro rodante, siendo vista por 75,000 espectadores. En 2001 su libro "Cuentos de Extremo Occidente", y en 2005 publicó en la editorial española Everest "Primicias de Cocina Peruana", que culminó su trayecto gastronómico, y con él ganó 3 premios internacionales, en Pekín, en Nueva York y en Madrid.

Después de un largo silencio poético, en 2005 publicó “Memorial de Casa Grande” y en 2006 “Nudo Borromeo y otros poemas”. En el mes de diciembre del 2007, “Visor” Editores publicó su Poesía Completa. En el año 2012, la Editorial Del Tambo publicó su Poesía Completa en Lima, Perú.En noviembre de 2013 recibió el Premio Nacional de Cultura en el Perú, otorgado por el Ministerio de Cultura y PetroPerú. Falleció el 1 de noviembre de 2016 a los 75 años años de edad en la ciudad de Lima.1

Premios

Premio Maldoror de Poesía (Poesía - Barcelona, 1972),
Primer premio Juan Rulfo de Cuento (Cuento - París, 1987),
Premio Arte Nuevo: “Cuadrando el Círculo” (Teatro - Lima 1997).
Por “Primicias de Cocina Peruana” (Ensayo gastronómico):
Academia Nacional de Gastronomía de España, 2º premio (Madrid, 2007),
Gourmand Award 2006 mejor libro de cocina extranjera (Pekín, 2006),
Latino Book Award 2007, 2º premio (New York, 2007).
Beca de la Fundación Guggenheim (Washington D.C., 2009).
Premio Nacional de Cultura 2013, (Categoría Trayectoria - Lima, Perú, 2013).1

Bibliografía

Poesía

Consejero del Lobo

Fondo de Cultura Popular – Lima 1965
Editorial “El Puente”- La Habana 1964
Tixi Ediciones – Lima 2003

Contra Natura
Barral Editores- Barcelona 1971
Fondo Editorial de San Marcos – Lima 2002

Poemas Reunidos
Mosca Azul Editores- Lima 1986
Memorial de Casa Grande
Lustra Editores – Lima 2005

Nudo Borromeo y otros poemas perdidos y encontrados.
Lustra Editores – Lima 2005

Poesía completa
Visor Editores- Madrid 2007

Poesía completa
Editorial del Tambo, Lima 2013

Teatro

Apocalipsis de una Noche de Verano
Instituto Nacional de Cultura- Lima 1987
Teatro Completo
Lustra Editores, 2009, Lima, Perú
Wamán Poma, Camina el Autor (en La Extensión de la Palabra, Aldus, México, 2002)

Novela

Aprendizaje de la Limpieza
Tusquets Editores – Barcelona 1979
Mosca Azul Editores – Lima, 1979
Fata Morgana
ASA Ediciones – Lima, 1994

Cuento

Cuentos de Extremo Occidente
Fondo Editorial de la Universidad Católica – Lima, 2001
Cuentos Incompletos
Lustra Editores, 2009, Lima - Perú

Ensayos

Primicias de Cocina Peruana
Everest- Madrid 2006
Pararrayos de dios - 20 poetas peruanos
Crónicas Periodísticas, Editorial del Tambo, Lima, 2012
Escritos no literarios[editar]
El Sistema Astrológico
Barral Editores –Barcelona 1973 (Best seller)
Guía de México
UNICLAM, París 1977
Guía de Bolivia
UNICLAM, París 1979
Guía del Perú
UNICLAM, París 1981


Semblanza

Publicado en 1965, Consejero del lobo, de Rodolfo Hinostroza, fue un libro mítico, difícil de hallar; sin embargo, ese libro fue suficientemente leído por ávidos lectores, pues daba una pauta de una poesía verdaderamente diferente. Hinostroza, por sus variadas lecturas, dejaba que en sus versos penetrasen otras tradiciones diferentes a la castellana. Su verso de largo aliento recuerda algunos de Pound, a otros de Saint John Perse. El poeta pertenece a la estirpe que ha sido llamada heredera del simbolismo. El verso de su libro inicial no tiene aspereza alguna. El conflicto para Hinostroza está fuera de la página literaria: allí hace declaraciones adánicas y estridentes. El verso, no importa que describa situaciones difíciles o tristes, es un lugar de magia y de exorcismo y produce el efecto de un encantamiento.

En el libro Contranatura (1971), que mereció el premio internacional Maldoror en España, Hinostroza llega a un gran nivel de su potencia verbal. En el aspecto formal hay tardías influencias de la vanguardia en la utilización de los espacios en blanco, pero también una influencia del estructuralismo entonces en boga, sin dejar de lado la voz rectora de Octavio Paz.

Contranatura aparece cuando se inicia un reflujo del espíritu de mayo del 68; en cierto sentido expresa el individualismo que afloró mezclado con la actitud pacifista de los "hippies". Esa yuxtaposición de códigos que la crítica ha advertido en la escritura de Hinostroza, sacaban al libro de la vertiente central de la tradición poética occidental. Era, como es natural, muy difícil para su autor continuar una exploración con los mismos recursos. Llevó una averiguación hasta un extremo y más allá sólo queda la música de la página en blanco.


La original poesía de Rodolfo Hinostroza


HORACIO

Se han detenido, Horacio, las flechas en medio de su vuelo.
El lejano prestigio de la luna levanta nuevamente
a las doncellas
y las teje y las enreda en un delgado sonambulismo.
Los adolescentes apócrifos comparan el brillo de las charcas
con el de sus sortijas.
Te pedimos, Horacio, que nos digas
cual será en adelante la morada de nuestras almas de albúmina
y de hierro y de silencio.
Dínoslo, Horacio, y si quieres llamar en tu consejo
a tus amigos
-los de los grandes belfos, los de los eructos-
Y si quieres llamar a tus amigas
-las de los vertederos axilares, las de la fidelidad a toda prueba-
hazlo, y reparte nuestras bebidas como trozos de hierba.
(Oh, canícula, canícula. En el centro de tu corazón
habitan los hombres voluntariosos, los entusiastas del músculo y
la flecha, los que desdeñaron los vahos siderales. Esos
que aman aún, y que respiran despaciosamente, como sombras de plantas.
Esos que llegaron a ser, prefigurando
lo que luego seríamos, nuestra flagrante debilidad en los dedos.)
Horacio, mirando al cielo vi a un pez anciano
removiendo hueveras luminosas. En el lecho soñé
que todos los habitantes de la tierra, uno por uno,
venían a verme, por que yo era un cachalote varado y
todavía poderoso, que sólo obedecía a órdenes de dioses,
las que nunca llegaban. Soñé, Horacio que de pronto
yo era un camaleón y con mi larga lengua
me lamía las llagas incoloras y el alma albuminoide.
Y eran tantos los hombres como estatuas salinas
que sepultaban continentes enteros.
¿Me dirás si una premonición, como una joven viuda
ha transitado la acidez de mi sueño?
¿Me dirás si el espíritu posee las curvas de un espejo?
(El que va a intervenir en la batalla
tiene que despojarse del silencio,
tiene que conocerse los brazos y las piernas,
tiene que temer mucho a la muerte. El que va a intervenir en la batalla
orina, come poco, y besa a su mujer si es que la tiene).
Se detienen las flechas en medio de su vuelo. Hay una calma tensa
como el techo de un hongo.
Todavía un consejo, Horacio, amigo.



Gambito de Rey

Y continué P4AR
"Jugada peligrosa", dijo el Maestro, "de la escuela romántica. Andersen
sale así en La Inmortal. Cuide Ud. 4T y tal vez haga tablas"
Y salieron mis escuadras imprecisas
transparente mediosueño bajo el canto del pájaro campana
y el árbol que todo lo sabe desplegando sentencias en románicas. PxP
aceptó el Negro. Y yo C3AR.
Y por entonces la Realidad era
una impetuosa fantasmagoría / cierto impulso
en la materia del ánima humana la conduce a negar el pasado.
"Eh!", insistí otra vez "Cómo voy a seguir?
Qué decir de la Historia si es licencia poética
decir que se repite, que eI incesante error
de los vencidos se repite, que el Poder del Imperio se repite? "
Algo hay, yo te diré
que te conduce a afirmar el pasado y a repetir un acto equivocado
para sentir que existes /porque eres desdichado por ejemplo/
y es inútil el acto, pero no obstante obligado
de repetir, pudiera ser que en el siguiente ciclo se abran las puertas de la justicia
o de la paz

Ah! Esa repetición spengleriana! /Espanto lúdico
perdido en sus orígenes.
Gigantesca esfera de leyes implacables
Nunca nadie jugó dos partidas iguales: así creer
en la repetición histórica es. pura necedad. Mira bien:
ahora el Negro
llevará el Alfil a 2D, y esa es
Defensa Cunningham
de largas consecuencias.
-Supuse que volviendo
agradaría a todos si es que hablaba de amor y alegría
aunque malditas las ganas que me quedaban, pero aquí
huyen
del melancólico como del apestado en el s. XIV
y todo se ha perdido, aunque haya bautizado este regreso
con un sonoro nombre griego: NOSTOS
Extraño
en
Ecbatana, como dice
Mc Leish. Adiós, culeados sueños, adiós tu pulso, tallador de brillantes
el regreso no significa nada, la miserable comunión de los cielos
con cualquier otra cosa jamás se ha producido, y hay algo
que acelera la fuerza de las cosas: una quieta barbarie de los tuyos
oculta entre palabras y unos gestos ambiguos. Nostos:
destierro del amor. Adiós gran árbol que ibas a florecer y te quemaste;
adiós frutas enanas, parábola de Anteo, cte. que las gentes
echan tierra a tus ojos, y esa es toda la tierra que te han dado.
Cuídate del ridículo.
Cuídate del epíteto.
Cuídate de la verdad en boca de los niños.
"Audacia, más audacia, siempre audacia", recordé
haciendo A4AD. El Maestro insistió.- "4T está desamparada".
Y se siguieron una serie de golpes:
su A5T jaque (+) mi CxA y el suyo DxC y nuevamente jaque.
Así llegó la hora de velar al gran amor. Los manjares del banquete nupcial sirvieron
para el banquete de difuntos Hamlet, act 1, viceversa, y grité. "Eh? Quién ha muerto?
En esta casa no se muere nadie! Es la casa del amor, del olvido, de la re- conciliación!
" Eso dije y los pájaros picotearon mis rifíones y creo que el pórtico de una casa en mi
espíritu se derrumbó crujiendo como el hueso de un ave.
El Maestro
salmodiaba en un tablero lejano: "Hablemos de dialéctica
viviente, o alquimia del espíritu, como se llamaba
hace 8 siglos.- una fuerza que se opone a otra fuerza
actúa sobre la contradicción del enemigo. Enroque Ud.
consolídese/conózcase a sí mismo/no juegue ningún rol
sea Ud. todas las piezas del tablero/sienta la amputación
de un miembro cuando cae un peón. Un Yo compacto, un Yo
visible, si no revierte sobre la propia Historia es un poder desperdiciado, una pura
metáfora hedonista. Observe Ud. la armonía
de la Defensa India del Rey".
Pero quieren decirme de qué juego me hablan?
Los últimos cisnes cantaron con horribles aullidos de castrati.
Una mano indecisa sacrificó el P en 3C, y PxP, la
rápida respuesta D2R, y el Negro
siguió P7C, jaque descubierto.
Y todo fue arriesgado
y todo fue perdido.
Así ellos los audaces sobre un punto de una esfera bruñida
quisieron encender lo que se dice el fuego incorruptible.
Pero no hubo movimientos alados, ni ayuda, ni piedad.
Oh
descomedidos campesinos! Ah, las brutales manadas de los satisfechos
que imaginan tomar parte en el banquete! Mala peste al país
que abandona a sus héroes, que caen como una estampa bíblica
con la sal en el rostro.
Y un hombre
se apoya contra un árbol, disponiéndose a acabar su vida con dignidad:
escucha: K.550 entre el murmullo de las ametralladoras
el minuet se enfrenta al infinito
sabiendo de antemano que será derrotado
y así fue el canto
de la revolución, amor, amor.
Así pues
devoraron bellotas
haciendo lo que se llama el recuento de muertos.
Y siguió mi fatal RID y el PxT coronando
abrió la persecución implacable
crucé
mi D en IA.
"Sabes lo que jugamos?" preguntó el Negro
"Qué?" dije estúpidamente. "Tu fe. Y tu futuro."
Utopía se cae, se cae.
Los sueños ruedan a las alcantarillas
ángeles incoloros vagan
sin ruta y sin objeto entre las agujas de los templos
ruedas ardientes giran con los descabezados
Mi escuadra!
Mi orgullosa escuadra!
Mi querido Yo Mismo!
Entre la música de los escupitajos y los murmullos de los paterfamiliae.
DSC (+). Una fangosa eternidad de espera; luego
el lento movimiento al A2R. Y DTXD
"Mate!" aulló el Negro
derribando las sillas escarlata. / Act. V. Telón/
La implacable esfera
las leyes implacables. 64 escaques
y el universo se comba sobre sí mismo. No hay afuera,
no hay
escape hacia otra dimensión donde todo esto sea
la historia del reptil, la historia del anfibio, la pura prehistoria.
"Pero vuelva a jugar" dijo el Maestro "una partida
es sólo una partida. La especie humana
persiste en el error, hasta que sale
una incesante aurora
fuera del círculo mágico".
Entonces
a la partida siguiente
jugué en 3) A5C.
" ¿Ruy López?" observó el Maestro
"Usted aprende".


DIALOGO DE UN PRESO Y UN SORDO

George:
No nos alcanza el pájaro campana? Alinea el sueño
muertos y resurrectos sobre unas paredes pegajosas?
La mujer olía a lino.
Dime, escuchas ese rumor? Es como si trajeran a una presa? y ese
chirrido de cadenas es lo único que nos separa del mundo irreal.
La mujer olía.
Y voilà que se vienen
unas falsas sandalias caminando, y nos hablan de Europas
que no conoceremos, de pagodas ahora; esos rastros
indican que han pisado tierra roja, y dónde hay esta tierra roja, George?
Un desierto, seguramente, algo calcinado por el sol. El sol. Recuerdas?
Hay un sol afuera!
/Él dice que no hay afuera/
La mujer olía a mujer.
"Clang, clang" tañen las monedas sobre un plato de estaño, oyes?
No te duermas! Quieres
más sueño todavía? George? Cualquier cosa, ese clang clang idiota,
esa imaginación que va extinguiéndose, esas palabras que no quieren salir, nos acerca a la realidad.
Realidad, tu nombre escribo.
La mujer es ese ruido. El
universo es ese ruido,eh, Capitán? Las esferas oxidadas
producen ese ruido, Saturno gira sobre Escorpión y cris- pa los nervios;
hay un mar también, y la lluvia, y a veces se revuelven, quiero decir
que llueve sobre el mar, y caen rayos, y da ganas de ponerse a aullar
como un loco. Capitán?
Un cepo guarda unos huesos, los helados corredores
esconden barricadas de amontillado.
Realidad?
George?
El pájaro paro se para en las ramas del manzano.
La mujer olía a sándalo.
Has oído ese cuento
del hombre que cae dentro de un barril, y se va hundiendo, y al principio se aterra y hace intento de salir,
y luego advierte que ha retornado al vientre de su madre?
Ese hombre
volvió a ser puro, George.
Los catatónicos vagan por el centro de la ciudad. Una
multitud de estudiantes y gente de bien arman una pedrea.
Pero los simples siguen, exclamando, rezando:
"Son los santos, son los santos, oyes, mama?
Ella se sacaba el vestido
por la cabeza./ Pero por qué hablas de ella!
Ella te empujó con ambas manos
para arrojarte dentro del barril.
Pero olía a sándalo y a sopa de cebollas.
Esa sombra fue un pájaro, una mariposa,
el sueño de este sueño? Despierta, George!
Adminístrate. La ronda del sol
no se ve desde aquí. Imposible determinar el tiempo. El tiempo, esa
sucia palabra. Habla, George. Tú sabías de números
alguna vez,
con música: "Dos por uno dos/des por dos cuatroldos por tres seis" Realidad? Hay que
robar estacas y clavarlas
sobre una realidad que se deshace?
Ella.
/Él dice que no hay afuera/
Te mataría, George. Pero, no.
Yo también he dormido varios años,
intermitentemente. Tal vez duermo ahora mismo, y tú
eres el despierto.
Oh! Entonces sí te mataría, Capitán.
Ningún ruido. El pájaro tilín no suena tilín no suena.
Los sentidos se pudren, se pudren. Mafíana será el tacto,
los bellos ojos de cuarzo. George? Estás allí?
Que oiga tu voz,
un sonido vocálico, cualquier cosa
que no calle jamás.


Imitación de Propercio

Para arrasar el Poder
se precisa el Poder: yo buscaré el Tao & Utopía.
Oh César
no me sueltes a tus perros de presa
la otra margen quizás no he de alcanzar
quizás me turbe
la contemplación de la belleza
y que de detenido otra vez detenido por un cuerpo
sensible a la virtud de un río
qué fueron sino rocío de los prados
qué fueron sino verdura de las eras
y pasaron miserablemente sus días en la tierra
Mi amada me espera
en la Puerta de Lilas
iremos en auto-stop a Salzburgo
Mozart prende las estrellas
nos revolcaremos sobre campos de avena
una vez más hacer el amor será un milagro
entre dos o tres
y las suecas de largas piernas
el invierno nórdico
cantando cosas
lúbricas forever
descubriendo la dulzura del Oro de Acapulco
nuestra propia dulzura
la naturaleza bienamada
robando frutas
vendiendo baratijas hechas por nuestras manos
viajando hacia el verano
el otoño
los desiertos alquímicos
bellas palabras en idiomas extraños
Y acamparemos bajo las estrellas
ritos órficos/sueños
espuma de mares jóvenes y mortales
donde no lleguen tus gerifaltes
Oh César
a intentar que cantemos al Poder.


Adolescente que despierta

Una deliberación del ala y la tormenta es lo que cae cuando
la agria balandronada de los sueños se pega al paladar
y el muchacho despierta en la mañana
penetrando el espejo con un grito. La estridencia que acecha
en la materia de los violoncellos, el enemigo bosque
turgente como una curva embreada, someten bruscamente
su furor y su régimen.
Y el muchacho despierta en el silencio
tatuado por el vuelo de un mosquito
y el terror se evapora con el sol
que empuja levemente al aire perezoso.
No ha crujido la rama ni se ha partido el
trueno y el burro blanco rumia bajo el sol de noviembre. No habrá noche esta vez, ni el sol tirará de sus redes llevándose este suave calor a las sentinas.
Y el zumbido infinito de la queresa, indica
que el tiempo no transcurre.
(Esta misma mañana podría suceder
toda una historia de gorriones y de bárbaros, un confuso ajedrez
de mil mundos guerreando sobre la palma de una mano, un mismo
verbo gimiendo y levantándose como un licor amargo
en los zócalos de las ciudades. Aquí
sólo el silencio es música; y las leyes del cielo tiran inasibles
plomadas de inmensas catedrales. El tiempo avanza y vuelve
a retroceder como una pulsación, y hay algo de paz y levedad en el
conejo, y ese musgo que crece sobre los yesos apagados y húmedos.)
No habrá más noche ni lloverá de noche,
y toda el agua cabe en una espumadera, y el muchacho
ha de lavar su cuerpo con ese jabón áspero, bajo esa luna
transparente,
comida por el sol, casi un trapecio de niebla.
Huele a escorzonera y la piel de conejo. Crecen
y caen reyes en las aguas del tiempo detenido.
No volverá a dejarnos
la luz del sol en ese frágil burladero del sueño, que convoca
las furias y las penas.


Aria verde (I)

Así avanzamos a bayona bajo el domo de luz
el cayado era agua y el sol líquido
tres golpes de violoncello y en la laguna el cisne grazna
un último gemido y un nuevo nacimiento
ojos de amor líquidos & alguien cantó bajo las leves aguas:
Be not afeard. The Isle is full of noises.
Sounds, and sweet airs, that give delight and hurt not
Yah, la misma fuerza
que lleva hacia su centro un corazón de palo y el mío
propio
Then I see
otros bosques, la prehistoria del carbón y la greda
bestias móviles / la hormiga y la azucena /
otra Ley más verde y numerosa
entretejida con la ley animal ocupando el planeta
& ese relámpago verde y amarillo: A
simple fórmula de vida que subyace
A
no evidente a los ojos oculta en la evidencia
A igualada a misterio a sagesse
indica a sí misma
presenciando la barbarie y la muerte entre los hombres.


Aria verde (II)

& el hombre en algún tiempo fue recolector y nómade
/ grandes simios herbívoros
ah recuerdo arquetípico /los sucesivos paraísos derrumbados
pero en lo nuevo habita el germen de lo viejo & viceversa
& la historia carnal y la historia espacial
confluyen en un punto 
again
Donna m´aparve sotto verde manto
vestita di color di fiamma viva
canto /
Y vimos:
la nostalgia
del viaje aniquila a la nostalgia de la tierra y somos nómades
confiados a la Rosa de los Vientos / N S E & O
rota la posesión
no casa / no animal / no objeto /no persona
& nada pertenece a nadie
recolectores de los Super Markets y las viñas
trabajo = juego
las incesantes migraciones / por amor
intercambios de continentes y de razas
no padre único / no única madre:
hijos hijos de todos
el amor finalmente el medio humano / So:
Qué es el dinero? me dijo un niño
mostrándome ambas manos llenas
Qué podía yo responderle al niño?
yo no sé, como él, qué es el dinero
& la armonía se alimenta a sí misma
incesantemente.



Aria verde (III)

Canta amor mío desnúdate bajo la lluvia
no más guardias en la Ciudad
pero un mundo hecho a imagen y semejanza de los niños
no Ciudad no Campo
/ En el principio era el deleite entre los hombres /
& tendida en la hierba
mirando millones de estrellas te miran
morderás una manzana
again
& saldremos del domo cristalino hacia las estrellas.
Morada del Hombre
Idea que se encarna en amor & viceversa, / no más / el
tiempo impone un límite
la energía sensible que emana de la naturaleza & de los 
astros



Del infante difunto

La llamada de mi padre, alta como un penacho de plumas
y al tacto como la pringamosa de aquellos baños. ¿Recuerdas?
Las aguas ferrosas que calentaban tu cuerpo tenían colores,
de serpiente plana, y la tierra se había descosido en sus
espacios, y llevábamos nuestra infancia como un estandarte
sin sombras, entre paraísos de yeso, y ángeles larvados
y la tía apócrifa. De ella digo, ¿qué digo?, que en sus ojos
ardían mis espadas de estaño y que se había fugado
cuando las hogueras carcomían la noche de San Juan.
Se me había advertido, se me había repetido: “Octavio, Octavio,
una gran ola salió del río cuando tú nacías. Nos salvamos
porque las campanas sonaron a muerto y la familia
había cavilado toda esa madrugada. Trepamos a los cerros
y durante todo un día vimos morir al pueblo. El Huascarán
nos miraba y entonces fue que sentimos esa blancura
imperdonable”.
(Nosotros tres habíamos enterrado ceremoniosamente,
en un rincón del patio, bajo la gotera, al canario muerto entre
las trenzas de mi hermana. Las campanas del ángelus nos
doblaban las rodillas
y de la muerte sabíamos que era una bella palabra.
Sí, porque mirábamos a los púlpitos de arcilla achacosa
en donde dormitaban ángeles bonachones, y nosotros sabíamos
llevar el domingo en los hombros, como una prenda nueva.)
No volverás a aquello, ni hallarás ese patio cuadrado
con una fecha dibujada en piedras negras. Los países se encogen
como esa tía abuela que olía a alcanfor,
y los hierros de las capitales inundan esos claros espacios
donde tu corazón anclaba, como un canto rodado. No sentirás
los pasos de tu padre midiendo las estancias donde los retratos
negreaban, como párpados muertos. No volverás
recuerdas ahora?
ahora recuerdas? “Júrame que no dirás
a nadie que esa lechecita
que tienen los grandes entra
al estómago, y después dicen que
nace el hijo. Como a la Asunción,
te acuerdas de su barriga. No lo digas
a nadie”. Y nosotros espiábamos, porque en el pórtico de esa
casa que olía a jazmines, las hermanas Cárdenas besaban,
y se hacían besar por los soldados.
Entonces los sudores repentinos desleían las sábanas de lino,
y yo había creído en los cuentos de la india desdentada
que vendía yerbas contra el mal de ojos, y cuando vi
esa mano huesuda en el terrado, bajo ese cielo rojo,
ella rió y lloró, cubriéndome de besos.
Oh, los sueños, los sueños que tomaban la forma de cestos de 
mimbre donde un niño dios nadaba entre dos aguas! Yo no conocía el
mar y todo era sólido al tacto, como aquella familia
que se había procreado entre cerros y estrellas, en tiempos tan
lejanos como la lengua que hablaban los sirvientes. Pedro Granados
me cargaba conmovido. Sus más jóvenes hijos eran muertos
en un aluvión de piedra y lodo, y yo había oído
que en ciertos días perdía la memoria. Oh, y la hermosa
caligrafía de tu madre, y sus manos que dibujaban catedrales de barro 
cocido, y los prohibidos baúles de cuero, donde los libros se agitaban
como peces asustados!
De qué se llora, dí de qué se llora
cuando se tiene padres sólidos, y la saliva invade la boca,
y se ha recibido una vieja cuchara de plata,
y se pasea, a la luz de la luna, por un bosque de cedros
conteniendo las ganas de orinar. De qué se llora entonces
cuando en las tardes de yodo hemos prendido velas
a los santos patronos, cuando nada ha caído, salvo, tal vez,
el nido de ese pájaro en un charco. De qué se llora
cuando los días se cierran como un aro y el mundo
es una palabra que salta y produce escozor en nuestras lenguas?...
Recuerdas, exiliado por tu brutal sonambulismo, recuerdas
las alcantarillas de tu ciudad que nutrieron al río de oro,
recuerdas el abrevadero, junto a la alameda de los muertos
marcada con enormes piedras blancas como el llanto de un dios,
donde se encontraban los talismanes y los palos torcidos
que inundaban de majestad tu frente?
(Seres, nombres de seres.
Deslumbramiento de monos habladores bajo el cielo feriado./
Tambores de piel de chivo alejando cosas y cosas de bronce
hacia las capitales escarlata, mientras mi madre, partícipe de mi
sueño, aguardaba por unas bellas frutas que yo había visto
en el mercado, al fondo, junto a las ollas pintadas.)
De este destino diré hoy que lo ví crecer
como el arco de yeso de la casa, cuando mi sombra huía
como una llama muerta. Y del llanto que pendió
de los dedos monótonos, digo que puede ser ternísimo
cuando se tiene una espada de lata
y las estrellas llegan a abrevar sus distancias
en la mirada parda.
Porque yo recuerdo
que tuve todo eso, y que vi reposar a un burro blanco
en el sol de Enero y que oí comentar a los mayores
las noticias de cierta lejana guerra. Y el movimiento del caballo
y ese rey perezoso me retuvieron horas y horas
en el perfume de la media mañana, bajo el sol de Enero,
esperando la brillante jugada de mi padre.


Escena prima

La cadenza
en el fondo del jardín
caballeros laberínticos
la mano que deja caer la mierda se llena de rocío
has escuchado este mismo canto en tu infancia
llamados en los largos corredores
I love you I hate you
la avidez de la boca me ahoga
Quiero Quiero Quiero
morder despedazar devorar
apoderarse del cuepo de un dios
Ser un Dios
& el flipping down sobre el diseño de la alfombra
Quién soy yo Qué es lo que he comido
Hay un vómito que se prepara hace milenios
debo escupir algo que tal vez soy yo mismo
remontando los ríos con la boca
tocando a fuente del desprecio
Eres una mierda
te niego / te arrojo
No existes más
Has existido en sueños
los velos de muselina acariciaron tu rostro
viviste contemplando un abrazo perfecto
deforme como tú
y te irás sin saber sin entender
que ese sonido metálico clang
en las entrañas
limitando minuciosamente tu cuerpo / con odio
My Heart my heart my heart
Why have you left me alone
bajo LSD 25
Pánico
la conciencia del abismo (v. Pascal)
y la espalda de un hombre que se aleja
Tanto penar para morirse uno
He sufrido por mi padre he sufrido por mi madre he
sufrido por mí
y quieren que siga sufriendo
He comido algo malo
debo expulsarlo de mi cuerpo
Lo que es malo para mí es tal vez bueno para ti
Lo que es malo adentro tal vez es bueno afuera
Tal vez arrojar mi mierda sea bueno
y al contacto del aire – – –
Qué hay afuera
Guerrino Meschino
El Caballero de la Rosa
El que atraviesa 7 mares 40 desiertos
El que pierde la flor
El niño que persigue a su madre en el
patio cuadrado con un vaso de noche en la mano

Dime dime que es la más bella
Dime que es la más grande
Dime que soy bueno
Dime que me amas
Ne me quittes pas
Has expuesto tu cuerpo tembloroso a miradas
y caricias que no han llegado jamás
Tu cuerpo no es un jardín
Todo lo que está herido hiede
Todo lo incompleto hiede
El hedor es terror
I hate you
Tu memoria deja trazos incandescentes en las letras
Vuelve a mirar lo que has visto

Padre
Lima arde –––––– arden
Madre

Qué has visto a 12° Sur
cuando el perezoso sol atravesaba
el Equinoccio de Primavera?



Nudo borromeo

Un hombre vaga durante numerosos años fuera de
su patria, estrechamente vigilado por Poseidón, y solo.
Aristóteles



Y ahora remontas rue Vavin subiendo a Montparnasse
Hay un río que duerme otro que murmura
Aquí Clayton hablaba de Loutine
Los dorados temblores de Diana en el patio interior
El cuerpo multiplicado en millares de copias
Y un presagio de tormenta en la escalera
Menos grave que en los años siguientes
Y ahora todo resbala hacia Lo Real
Había sido algo menos que una presencia
Definida con tenacidad
Al alba con las últimas luces de la fiesta
La materia de los dioses extraviada en un recuento precipitado
De tantos viajes tantos libros tantas mujeres
La sombra helada de un libro que te acecha
Mientras haces el amor en el bisel del espejo
Las claves sumergidas en un catálogo de signos
Te requiere por una vibración de encajes y deseos
Como el vaho sobre el cristal del automóvil
Londres un taxi palpitante a la puerta
Una confidencia cubierta por el timbre del teléfono
Forma insuficientemente percibida
A través de las celosías de la casa
Lo gris duerme su rapacidad vela
Modo infinito en infinita parodia
Y ahora tratas de recordar un acto significativo
Que te hubiera matado
Para que hacia él converjan las líneas del poema
O el pavor de un sueño
Donde olvidas tus huellas en las cosas
Como si al crepúsculo tornaras la cabeza
Viendo unas rayas difusas en la perspectiva
Así cuando declina el viento de la noche
Hay tal vez una playa con casetas de vidrio
Y estudias el mecanismo de las olas
Sobre la barrera que planta tu memoria
Un dólar de plata por saberlo
El sentido de la experiencia debe encontrarse allí
Y yo debo entonces perseverar en el poema
El Otro que yo he sido el Otro que estoy siendo
Me debe ser designado en el poema
En una de sus líneas (tal vez en ésta misma)
El insolente sol trepa al solsticio 
Y se me hace saber que mi sombra se gasta
Y una imagen recurre (la de Marianne)
Como si el erotismo fuera capaz de definirme
Como si buscase definición
Deslizándome hacia el centro del poema
Donde hay silencio y quietas placas de hielo
Calles que no llevan nombre
Miedo de tocarlo y no tocarlo y atravesarlo sin tocarlo
Como una sombra de palabras
Y hay líneas que se encurvan sobre el horizonte
Otras sobre el crepúsculo
Y acodado en las estepas mayores
Buscas la conjunción de los sentidos
En una sola epifanía
La memoria como un espejo parabólico
Descoyuntado por infinitos puntos de fuga
Que recompone ahora una imagen de mujer
De actos presenciados en Mallorca
O en un pueblo belga que se llama Malone
Cuyo sentido (si alguno existe) resistiría a la enumeración
De imágenes dispersas
De una noche en busca de rue Giordano Bruno
Al fondo del distrito XIV y bajo la nieve
O la de un lépero cagando sobre un puente en Comayagüela
O de una noche caliente y desolada en Managua
Un Luna-Park en trozos
O caminando contra el viento a la entrada de Cerbère
Buscando un maldito camión
Y todavía
Atravesando un campo de lavanda en el Luberón
Con un vuelo de cuervos en /> Un último sobresalto de Occidente
Antes del encadenamiento de las guerras
Las heladas estrellas se agrupan del lado de La Osa
Ella ha desaparecido
(Quién es Ella dónde está Ella)
No confundas tu soledad y la suya
Cuando tires las tres monedas por seis veces
SUNG
Esta línea muestra al sujeto vacilante frente a la disputa
Vuélvela estudio de los dictados celestes
Abate sus deseos agresivos
Reposa en la firmeza y corrección
Habrá buena fortuna
Abate tus deseos abátelos te digo
Así podrás acceder a la contemplación
Y el mundo rodará sin ti
Por una vez
Y verás gotear las estaciones
En un cielo Ile-de-France
Tendido en un camastro fascinado
Por una constelación de manchas de humedad
Las nubes dibujan carneros castillos
Una majada de fantasmas desciende el Huascarán
Trisca en torno de un ojo de agua
Pisoteando el diván del analista
Repita eso
(Eso?)
La memoria se posa sobre un campo de trigo
Y los caballos trotan en torno de la era
Encerrados en un domo dorado
Tu padre bebe chicha de jora
Y tú aloja fresca
Y más tarde la luna rondará la Casa-Hacienda
Polvo de leche luz
Tus sábanas se prolongan en nevados
Repita eso
El poema graffiti sobre un largo monólogo
El tema del baúl el tema del poeta atormentado
Por la Sombra del Padre
Un calembour dudoso colgado de la manga
(Nunca tocará fondo porque es forma)
La hora de las visiones ha pasado
Quién sabe lo que sabe quien no sabe
Hay una teoría de círculos concéntricos
Puesta para evitar un encuentro frontal
Que ya tuvo lugar
Que apareció como un azahar en el verano
Calmando mis sentidos crispados en la espera
En el sous-bois las armas
Esparciendo un sonido metálico en el aire transparente
Lustros
Y a la mañana siguiente un trapecio de niebla
Sube al Medio del Cielo
El halcón malherido voltijea sobre el techo del mundo
Suspendido del verbo
Que se balancea como un fruto
Demorando en caer
Y te consumes fuera de la palabra
Que tal vez se alimenta a sí misma
En inflorescencia perpetua
Y así entorpeces la demostración
Empantanado en una noche sin fin
O detenido en un mediodía perfecto
Un bocado de viento en las colinas
Una ventana abierta en la plaza del pueblo
Que designa un imposible deseo
Y el tiempo el viento amargo
Huye entre tu camisa
Como un recuerdo agudo y olvidado
Así un día en el embarcadero de Santiago Atitlán
O cierta ven en Uxmal
Indescifrable tu memoria en ruinas
Fuera de tema borracho como un Lord
Contiguo a una galaxia burlona y superior
Más ebria que la noche bamboleante
Ceñida a tu cintura hincándote las uñas
Mientras circulan retazos de ciudades
Ramalazos de luces en el puerto
El esplendor vacante de tu cuerpo
Animal expulsado de la música
Más acá del Edén donde no hay luz ni noche
Sino incredulidad de cada gesto
Como quien sobrevive sin saberlo
Y hay un valle que cierra el horizonte
Un río que la brisa acerca
Y una mujer desnuda en la terraza
Tomando sol
Nada es real salvo Lo Real
Desdeñoso irascible parpadeante y sumiso
Eternamente anclado
Plantado frente al río que murmura
Que tu vida se despliega y se agota
En la incesante perfección de su diferencia
A causa de Entropía
Obedecida y pronto contradicha
Por una dimensión confusa y vegetal
Y el azar te convoca para jugar un rol figurante
En el chalet de abajo
Y en un delirio de provisiones y de ropa limpia
Olorosa a lavanda
Viajas en tus palabras
Y tus palabras viajan.



Para una visión (I)

Padre
_____

Madre
engendrador engendra
bajo la cúpula
un cielo argentado y allí
bestias que ciegan la luz de la caverna
/ Platón / Le couple
en el fondo
no la belleza aérea no el reino de la líbido:
Lecho nupcial natal mortal entre cuatro paredes
no la vista del acto
no emanación que vuela que se esparce entre los niños
but cerrada cámara
el aullido y la neurosis
no veo mis ojos inyectados de sangre salobres de legañas
ellos van hacia atrás
hacia el reino salvaje de la especie
Tigre & Tigresa
yo para siempre
detenido en las puertas.



Para una visión (II)

Tiempo recuperado
corredores de fuego
& la lenta dolorosa amiboide separación del arquetipo
Padre / Madre
con amor
se hizo lo que se pudo
con amor
allá quedan cabañas asoladas tierra roja
vuelve la cabeza
All is truth
contempla tiernamente sin temor
quien atraviesa esta puerta enciende la esperanza
& los lechos aéreos serán
la arquitectura del cuerpo
lecho cubierto de rosas melocotones mirra
Otro mundo es el nuestro.



Para una visión (III)

En Azul
Oh tua blándula blanda blandícula
Oh tua mamulae mamae moliculae
cave cavete meam víperam nisi te mordem
Morde me! Basia me!
Yo no tengo un cuerpo:
yo soy un cuerpo.



Para una visión (IV)

& las fragantes fiestas de la libido
flores sobre la mar
y la belleza rubia desnuda entre tus brazos
pero unos ojos en el aire tibio
vidi la donna che pria m′appario
velatta sotto l′angelica festa
& el cambio de parejas bajo el Sol
instante alado
gestos retardados en el tiempo
vuelta a los verdaderos principios
el acercamiento natural de los animales
más emanación que olfato
pura forma de energía que volará se esparcirá
entre los campos entre la gente
el cuerpo múltiple
el amor incrementado inagotablemente
no la pareja en el eterno binomio
no la ruptura salvaje la lesión de la libido
pero leche sobre la hierba
entre niños
amoroso retorno sin principio ni fin.


Relato de Otelo

Sí, te amo! Y cuando no te amo
vuelve otra vez el Caos
Shakespeare


“…Cierta vez, en Aleppo,
sí, fue en Aleppo donde me desgracié con ese turco circunciso:
le ceñí con sus propias babas, y su lengua morada escupió las
plegarias, y así
salvé mi vida. Esta vida que tan poco valía, y que hoy pesa en tus
manos como un cofre de ébano. Signorina.
Aunque yo caigo
tumbado sobre un sueño de paz
roto por las matracas de la guerra, nada se habrá perdido si es que no te he perdido
Aunque yo caiga sobre los amargos tablones del recuerdo,
y recoja el final de la experiencia, y encuentre que sólo es un ave
mojada y el término y sentido de este viaje se extravíen
como arras oxidadas de algo que no ocurrió, nada se habrá perdido
si he logrado hacerme amar por ti.
“Moro! Por quién has combatido!”. “Moro!
Para qué has combatido!”, me gritaron los jinetes ociosos
viéndome hablar contigo. Y en verdad, Signorina, después de este
feroz ascenso de flecha malherida, he vuelto la cabeza
para ver quién servía, y no he encontrado a nadie. Pero os tuyos
escupen a escondidas cuando paso, y los míos me niegan, y ese
callado impulso de grandeza que me arrancó de esclavos y galeras
ha cesado, y es como si de pronto, en la alta noche
el rumor de la mar cesara, despertándonos,
y el helado temor y la premonición trepasen la garganta como
arañas.
Hacia Chipre, una vez,
un insolente rubio me dijo que yo apestaba a rata. No pude sino
herirlo y entonces me arrojaron del barco, y quedé solo otra vez,
por mi olor, por mi piel, por esta mirada que ahuyenta a los
búhos. Y quedé solo
después de haber contado una penosa historia
de brutalidad y miseria, de espantos y gargajos, y de una avidez de
amor arriba de la piel, debajo de la piel
tensa como un tatuaje, Signorina…”





ECLIPSE

Un sol negro semejante
A la premonición del desastre. Un sol muerto
Robando las plegarias de los campesinos ojerosos.
Un sol ajeno a todo lo que habíamos conocido
Hasta entonces
A todo lo que habíamos sufrido hasta entonces.

Éste es el sol que ha descendido sobre nuestras
ciudades. 
Ha a gotado a las doncellas. Ha roto de un hachazo
Las gruesas mesas de madera y los toneles
De vino espeso como sangre de gallo. Ha tensado
Los mares y los ríos. Ha cortado la leche
De las madres primerizas. Ha revelado
A los bachilleres sudorosos
Que hay una espera completamente sobria
De lo inevitable,
Fría como el rodar de las esferas celestes.
Todo está ahora detenido. No obstante
Hay como el ruido de cubiertos en una larga sobremesa.

Y bufones huidizos, bufones
De orejas puntiagudas
Soportando en sus jorobas las secas maldiciones.




AL FATIGADO

El que está sobrio
Vuélvese a la madera de los sueños. Ya ha conocido
El olor del catafalco, ya ha madurado a la luz de la luna,
Ya ha interrogado a las largas túnicas de los peregrinos.

Vuelve a no saber nada el que está sobrio

Sabe que el mundo gira y que florecen
Huesos putrefactos. Sabe que se repite el ciclo de las
Estaciones
Y que las estrellas cambian de lugar. No sabe nada
El que está sobrio.

                    No obstante
Ha entrado en los burdeles de mirra y de cal viva,
Ha lavado las pústulas a aquel que fuera herido en su
presencia,
Ha ganado dineros y ya son varias las veces
Que ha embarazado a su mujer.

                (Un cielo de azucenas
por todo lo perdido. Las amistades fieles por todo lo
perdido,
las grandes mesas, los manteles largos y la cuchillería
por todo lo perdido. La solidez del cuerpo por todo lo
perdido.)

El que está sobrio y permanece fiel a sus medidas
Contra el ocio y los sucesos feos como pinzas de cangrejo,
Hoy ha encontrado que no sabe nada
Y que tampoco sabemos más que él los desgraciados.

                    Bebe
Trozos de luna, espanta a los mosquitos de colores
Y penetra en la alcoba brillando como un río.




PROBLEMAS CON BRABANCIO

O thou foul thief¡ Where hast thou
Stow´d my daughter? Damn´d as thou
Art thou hast enchanted her.

Shakespeare

I

Una oleada de pájaros migratorios pasa sobre tu frente
la niña de los naranjos eras
                                  nada es verdad pero el exilio
una banda/una música/caracolas marinas
                                          yo más muerto que vivo
pateando cráneos de caballos sobre la playa
                                                              & se me llamó
la guardia se prolongará toda la noche
                                               velaré bajo los astros
contando los acordes de los grillos
                                                   así: ba bek brak bek
Nadie: me llamó Nadie
                               paseo y me pierdo en el planeta
las fronteras están cerradas
                                        digo América América
mi memoria no es la memoria
                                    nada basta no hay un pasado
desempolvar viejas crónicas poner el dedo
                                                         desovar y morir.

 

II

& mi tribu circuncidaba los cráneos
                                                     tomaba afrodisíacos
hierbas para ver más allá
                                   la sombra de un automóvil algo
no me oyes venir más fuerte que la noche
no has hallado unos nombres tarjados sobre el muro:
                                                                    Palmira
Bizancio Babilonia Texacoatl 
                               Jerusalem O Jerusalem
                                & hubo vírgenes en
las murallas
                   pelo azul vientre de cobre
                                      flores consumidas en la fiesta
una lengua un olor 
                             así cantaron los poetas
sílabas perdidas balbuceos idiomas muertos
                                                           razas barajadas
& un Poder pudo más que otro Poder
                                     una lengua mató a otra lengua
los conquistadores bailaron las dulces canciones del ene-
      migo
mi cabeza bascula
                             la niña de los naranjos eras
lavé pisos en Amsterdam
                                alabé la técnica
                                          Oh Most potent, grave and
reverent signiors
                         La Tierra es una.

 

III

No habían países
    Anatolia Bretaña Pomerania
                     las incesantes migraciones
lentas oleadas de aves/ paisajes de diluvio
todos somos negros/judíos/vagabundos
                                              ningún dios vale tanto
Las puertas no prevalecerán
                                 arrastramos un total una fuerza
no morirán conmigo las praderas
                                     he dejado una voz un llamado
las naranjas de Wesselman
                                 el óvulo del sol
                                                       Mater docíssima.



LOS HIJOS DE CLAUSEN

Mi madre Gloria era
La chica linda del Callejón del Buque,
De Bajoelpuente, en el jirón Trujillo, manyas primo.
Era hija de Clausen, un ingeniero danés chiquito y colorado,
lisuriento, que a veces venía a visitarlos,
a ella y sus dos hermanos,
a Olga, la segunda, y a Rodolfo, el menor.

Eran hijos habidos en Victoria Farfán,
guapa bajopontina de imponente perfil,
y de horrible carácter, tal como lo aprendí
a mis expensas luego. Nadie quería entrarle
aunque era buena hembra, pero con fama de ogro:
Tuvo que ser este gringo despistado, chambero y buenagente,
pero más lisuriento que un capataz de obras
se ve que había aprendido su oficio en el barco
porque instalaba Centrales Hidroeléctricas en provincias
y se quedaba un año dos,
en Camaná por ejemplo, o en Máncora
conviviendo en el campamento
con mujeres del pueblo
a las que les hacía de vez en cuando un hijo.

En consecuencia le hizo
tres hijos a Victoria
De puro macho que era.

Gloria nació, por ejemplo, en el campamento de Ica,
Y Olga en el de Marcará
y el muchacho Rodolfo ya de regreso a Lima
pero hasta ahí nomás llego,
porque luego de algunas peleas memorables con el Ogro
el hombre se esfumó. Ni cojudo,
se fue desapareciendo de a poquitos pretextando trabajo
hasta que no volvió, sino de tarde en tarde
para ver a sus hijos.

Cada vez que el gringo venía a visitarlos,
La cosa terminaba en unas grotescas,
gigantescas puteadas de callejón limeño,
Con mentadas de madre y baldes de meados
Contra el valiente danés y sus torpes carajos,
sus incipientes mierdas, sus amargas derrotas de gringo buenagente
contra la horrenda familia de mi abuela,
un matriarcado chicha
de obreros criollazos y grisetas
que comportaba un tira,
un par de mechadores famosos
una puta solapa
y varios palomillas
que a veces terminaban en la cana.

O sea que mi madre lo veía muy poco
Pero siempre cargado de regalos, como Santa Claus en su trineo:
Muñecas lloronas, ropa importada de Miami, camioncitos a cuerda,
Y sus visitas eran más inolvidables cuanto más esporádicas,
Y siempre en Navidad
Que para los daneses es sagrada
Y nunca les falló en eso al menos.

Los tres hermanos competían desleal y arduamente
por el breve, pequeñísimo tiempo
Que su padre dedicaba a cada uno de ellos:

 "Cómo te va
En el colegio? Qué quieres estudiar cuando seas grande?   (ingeniero)
(maestra) (artista de cine) Te enseñan bien inglés en el colegio?
Saben, yo viví 20 años en los Estados Unidos,
y tengo la nacionalidad americana,  que
automáticamente se transmite a mis hijos,
por ley, a toditos mis hijos,
o sea que ustedes también tienen derecho
al pasaporte americano,
lo sabían?..." 

Se les quedaban las palabras de protesta atoradas en la glotis
Y preferían tomarle de la mano, cálida y cariñosa
Que darle motivo de vergüenza
Con preguntas incómodas.
Y cuando el gringo se iba en su Ford polvoriento,
sus 3 hijos en unánime paja
se largaban al techo, a soñar desaforadamente
con los Estados Unidos de América
la tierra de las oportunidades
Time is Money
América tierra del trabajo y del dólar
De la democracia
Y de la igualdad ante la ley
De los hijos bastardos.

Y el culeado danés un día se murió
Sin dejarles un cobre.

Pero tanto fue que sus hijos soñaron,
que sus sueños se hicieron realidad
Al filo de los años.

                             Mi madre, por ejemplo, encontró
a su Príncipe Azul
En Octavio, un poeta venido del Callejón de Huaylas
Hijo de un hacendado en bancarrota,
Que tenía más o menos la edad de su padre.

Cuarentón, romántico y celoso,
Refinado aunque misio,
Con la cabeza llena de sueños
Pues el también sonaba con triunfar en Hollywood
Y acababa de escribir el guión de una película de éxito
"El guapo del pueblo"
Con Jesús Vásquez y Filomeno Ormeño,
Ima Sumac y Moisés Vivanco
Y la Cholita linda del Perú,
Alicia Lizárraga.

Eran tiempos del cine mexicano
Con el charro cantor Jorge Negrete
Y aquí surgía un cine nacional a fines de los '30
Con enorme ilusión
Por eso comparaban la pareja conformada por ellos
con la de María Félix y Agustín Lara, 
La bella chica y el feo poeta
A causa de la diferencia de edad, o con Chaplin
Y Paulette Goddard. Era un sueño para ella
Estar en ese ambiente 
Y no con los zafios de sus primos.

El poeta se casó pues con ella y se la llevó a Huaraz
Tierra de sus mayores y
Tuvo dos hijos en ella (mi hermana Gloria y yo)
Y fuimos felices y comimos perdices desde 1941 hasta el 49
Que todo se rompió, inexplicablemente,
Como una muñeca de porcelana china
Y ellos se divorciaron.

Pero antes de eso fuimos de verdad felices
En esa hermosa casa de la calle San Martín
Con su  patio y su poyo y su corral de cuyes
Y las gotas de lluvia cristalina
Que tintineaban sobre los charcos
Y el trino del huanchaco pecho colorado
Y el trueno batiendo atabales lejanos.

Nunca supimos verdaderamente por qué se separaron
Ni tampoco tiene sentido esclarecerlo ahora,
después de más de medio siglo.
Pero se separaron a capazos neuróticos,
luego se divorciaron y cambió nuestra vida,
dio un vuelco espantoso, como un accidente de automóvil
y fuimos infelices durante largos años.

Entonces regresamos a Lima, a vivir
Con la feroz familia de mi madre
En la Unidad Vecinal número 3
Unas viviendas para familias pobres.
Mejor no lo recuerdo.
 
Después mi madre se consiguió un amante
que era también casado como el abuelo Clausen
Y había trabajado también 20 años
In the United States
Y había regresado al Perú para montar
una cafetería en el jirón de la Unión.

Y el tal Alberto le puso Casa Chica a mi madre
como el danés se la puso a su madre,
Siguiéndole el ejemplo
Que ya era una tradición en su familia
Porque la bisabuela Hortensia era la barragana
Del tal Farfán (que era también casado)
Y ya eran tres generaciones de mujeres
Salidas de ese callejón bajopontino
Que eran queridas de gordos ricachones
Fatalmente, como en las tragedias griegas.

Y mi madre volvió a ser ilegitima
Después de haber estado legítimamente casada con mi padre
Porque la fatalidad la llevaba a ser la Otra
La amante, el fruto prohibido,
La mujer que se corta las venas
Y acaba en el hospital, a hurtadillas
Para que sus hijos no se enteren.

Y luego vino Demetrio, otro poeta misio y además casado
Pero al menos poeta, aunque completamente
alcoholizado.
Y luego vino su matrimonio bamba
(en este fui testigo) con un cretino,
que desapareció poco después.
Ya estaba envejecida
y sin mucho glamour, de modo que un buen día,
desistió de buscar la Felicidad
consagrada en la Constitución Americana.

Poco después murió
de un infarto masivo al miocardio,
mientras que se tomaba su último Cuba Libre.

Su hermana Olga
Esa especie de monstruo que nunca tuvo hijos
Y acechaba mi infancia
Para burlarse de mí, para vejarme,
Para espiarme morbosamente por la ventanita del baño
Para golpearme brutalmente con un palo de escoba
Para arrojarme un cuchillo encima de la mesa
Para destrozar mi juego de ajedrez que no entendía
Esa bestia peluda, en fin,
Decidió, ella también, ir a buscar el Sueño Americano
A los 50 años, bastante maleteada por su amante,
Desde luego casado.

Inmigró a los Estados Unidos, con chamba de doméstica,
Aunque no sabía cocinar ni tampoco comer,
Y regresó casada con un octogenario ingeniero checo
Jubilado, enfermo y malhablado 
Igualito a su padre
Trayendo unos inmensos muebles americanos
Para que la envidiase su familia
Pero no tuvo tiempo ni de desempacarlos
Porque murió de un cáncer a los huesos
Dopada por el fósforo, deforme, delirando,
Insultada por su madre aún en su lecho de muerte,
Impotente y vejada.

En cuanto a Rodolfo, el benjamín,
El tío buena gente
Que prefería tener alma de negro pobre
Que no de blanco misio
Nunca se fue a los Estados Unidos
Pero fue el único que realizó El Sueño Americano
Pues se hizo rico de la noche a la mañana.

Yo lo hice rico de la noche a la mañana
Gracias a mi laboratorio de química
Enseñándole a extraer oro de unas sales de cianuro
Acumuladas en años de electrólisis 
Pues él no sabía qué hacer con ese polvo gris y denso
Que supe convertir en oro de calidad suprema
99.99 de pureza
con un catalizador de hierro
que hizo llover oro en polvo sobre el tío Rodolfo
30 o 40 kilos de oro lloviéndole del cielo.

Y se compró su casa, y puso su negocio
Y no paró hasta hacerse millonario
Pero a mí no me dio, desde luego, un centavo,
Y ni siquiera las gracias.

Y dejó de ser el tío buena gente para ser un señor
Avaro y temeroso de su oro
Con un hijo mongólico
Que ensombreció los días de su vida.

Ahora casi todos han muerto.

Mi  madre se ha ido al alto lirio,
A cantar sus endechas
Mi padre, Tía Lucha, Alberto el comerciante, Demetrio el poeta
todos están juntos en el alto combo.

Mi abuela Victoria se ha reencarnado en una rata,
Y Olga en una repugnante cucaracha
Y se encuentran en las alcantarillas que las vieron nacer
Para seguir peleando.

Y desde luego Clausen, el danés inmigrante,
se ha ido al Otro Barrio
a montar sus Centrales Hidroeléctricas,
y pasa piola
Inmerecidamente, desde luego.



LOS HUESOS DE MI PADRE

Serán éstos los 206 aristocráticos huesos de mi padre?
Todos completos, con su maxilar inferior, su frontal,
sus falangetas, su astrágalo,
su vómer, sus clavículas?
No se habrán confundido
en la Fosa Común
con los de un vagabundo
de esos que abundan en las calles de Lima,
y mueren sin un grito?  Cómo voy a confiar
en que sean éstos los huesos de mi querido padre,
don Octavio, Tachito,
si en la Fosa Común donde lo echaron
puede ocurrirle cualquier cosa
a los huesos de uno?
Su hermano, tío Reynaldo había jurado
encontrar a mi padre, y recorrió toda esta Lima a pie
durante un año, para hallar a mi padre, el poeta,
que se había perdido en la ciudad,
como suele ocurrirles a los ancianos y a los locos.
Todos los días salía, después del desayuno,
a buscar al hermano mayor,
a aquel poeta provinciano,
talentoso, desgraciado y perdido
por los barrios de Lima. Llevaba
una vieja foto de mi padre, amarillenta,
donde aparecía con su pelo ya blanco,
sus ojillos brillantes de inteligencia, sus mejillas fláccidas
labradas por años de inútiles batallas
contra lo que él llamaba su destino adverso
cuando se hallaba de un ánimo blasfemo,
dispuesto a enrostrarle a un Dios
                                 en el que no creía,
sus continuos fracasos.
                                         La boca grande, elocuente.
La frente alta y despejada. Con un terno marrón, creo,
a rayitas. Esa imagen debió corresponder
a una época feliz, tal vez la de Huaraz,
cuando estábamos todos juntos, mi hermana
mi madre y yo, mucho antes
del divorcio.
Reynaldo la mostraba
a la gente, los interrogaba venciendo
su enorme timidez: "¿Ha visto a este hombre?"
indesmayablemente a pie,
tío de a pie como un remoto soldado de una guerra perdida,
raso, humilde, cumplido,
indagando en los parques, en los hospitales,
en las estaciones de autobús,
en los mercados,
pues quería encontrarlo,
esa era la misión que se había impuesto
antes que la muerte se lo lleve.
Pero la muerte se llevó primero a tío Reynaldo
de un cáncer al estómago,
sin saber que mi padre lo había precedido en el último rumbo,
y no fue sino mucho más tarde que mi hermana
al fin encontró a mi padre
en una Fosa Común del cementerio de Miraflores
donde sus huesos misteriosamente habían venido a dar
porque nadie había reclamado su cadáver.
La muerte
que con callado pie todo lo iguala
lo había sorprendido en un asilo municipal
donde llevan a los locos que vagan por las calles de Lima
y había muerto, enloquecido y solo,
él, Octavio, Tachito, el poeta, el hermano mayor
que había nacido en cuna de oro.
Siempre pensé que moriría rodeado
como Maese Manrique
de sus hijos, hermanos y criados
reconciliado con su terco destino
y cesaría la angustia
la loca angustia que desorbitaba sus ojos
porque no quería morir como un fracasado
y su muerte le cerraría para siempre
las puertas de La Gloria.
No reposó un instante en vida
acechando a la suerte en todos los caminos,
en todos los concursos,
esperando un cambio del destino
un premio, algo definitivo
que sacase su nombre del anonimato
y le diese la paz. Ya no soñaba con el Premio Nobel,
si no con la publicación de sus poemas
que eran profundamente hermosos
y cada día más bellos 
cuanto más desgraciada era su vida.
Se sentía en deuda
con nosotros sus hijos,
y los recuerdos de nuestra infancia feliz lo atormentaban
hasta hacerlo sangrar
como un patriarca loco que ha perdido
el paraíso inadvertidamente
por una mala mano en el tresillo
un mal consejo, o una debilidad de temple
inconfesable. 
Entonces quería estar solo, huía
de la familia, se confundía
en Lima entre los vagabundos, le aterraba
y le atraía como un destino escrito
la mendicidad al final del camino. No aceptaba
el rol que todos querían para él:
el del abuelo sabio y respetado
que mora y aconseja en el hogar de su hija: prefirió
seguir en la batalla hasta el final,
irse a la calle
esperando un milagro.
Sus despojos
fueron a dar a la Fosa Común,
hasta que el proceso
de putrefacción termine, en cosa de tres años
y sus huesos, mondos, nos fueron entregados
en una caja de zapatos, con una etiqueta identificatoria.
Ahora reposan en el Cementerio el Ángel
en una de esas fúnebres bibliotecas de huesos
a pocos bloques de donde mi madre duerme su sueño eterno.
La muerte, piadosamente,
ha acercado los huesos de dos seres que la vida separó,
y sus nombres han vuelto a aproximarse
en el silencio de este Camposanto
como cuando se vieron por primera vez
y se amaron.
En ocasiones
mi hermana y yo llevamos flores,
a un sepulcro y el otro,
y todavía sufrimos por su amor desgraciado,
que sin embargo dio maravillosos frutos.





Poesía completa, de Rodolfo Hinostroza
 
Por Eduardo Moga

Sólo tres libros, más algunos poemas sueltos, componen la poesía completa de Rodolfo Hinostroza (Lima, 1941): Consejero del lobo (1965), Contra natura (1971) y Memorial de casa grande (2002). Los dos primeros, próximos en el tiempo y en la ideología, configuran una unidad, o, en todo caso, acreditan un parentesco, y bastan para considerar a Hinostroza uno de los grandes poetas hispanoamericanos de la segunda mitad del siglo pasado. El tercero, remoto en el lenguaje y en las preocupaciones, constituye una refutación de sus planteamientos anteriores, y resulta prescindible, sobre todo para un lector no peruano.

Consejero del lobo debate la relación problemática entre el yo y la realidad. Con un arranque airoso y juvenil, el libro no tarda en internarse en las trochas claroscuras del erotismo y la ebriedad. Los motivos nocturnos –como el canónico “Sol negro”–, metáfora de un pertinaz sentimiento de culpa, conviven con otros, de inspiración romántica, como el mar y las estrellas, expresión de la infinitud, pero también del ansia de libertad. Son muchas las referencias siderales, que traslucen el interés de Hinostroza por la astrología: “¡Oh y sus/ quejidos han subido hasta Orión y hasta las Pléyades/ y sus atroces sufrimientos han llenado los ríos/ de girándulas…” Entre alusiones planetarias y zodiacales, descuella el tópico de las esferas: su música, su platónico girar, su transparente plenitud. El lenguaje con el que se plasman los conflictos contenidos en el libro es siempre un lenguaje desarticulado y surreal, razonablemente alucinado, en el que se mezclan fulgores herméticos y puñetazos de sombra. La belleza es para Hinostroza una mediación entre lo visible y lo invisible: por eso menudean los sueños, que delimitan el espacio ideal para que se libre el combate entre lo imaginado y lo percibido. La violencia de la metáfora se corresponde con la violencia de lo metaforizado: un mundo urbano, caótico y delirante. Aun en los poemas más narrativos, hay incisiones irracionales, que revisten la forma de imágenes visionarias: “¡Ah, la palabra! ¿Y luego?/ ¿Cuando veamos que pesa tanto como un huevo de araña,/ que es un torpe arado resbalando sobre espejos/ desiertos, y que no modifica/ ni el ala de la libélula, ni el espanto iniciado en/ las Edades…” Consejero del lobo está sostenido por innumerables emparejamientos, pero los poemas mantienen siempre un gran dinamismo: la estructura no ahoga su fluidez. En este caudal de asociaciones alógicas, pero convulsamente emotivas, desagua asimismo un torrente intertextual, integrado por personajes míticos, religiosos o literarios, uno de los cuales abandera la fusión, tan hinostroziana, de la matemática y el absurdo: la Alicia de Lewis Carroll. La influencia de Saint-John Perse en el poemario, siempre subrayada por la crítica –junto a la de Pound, tan proclive a los poemas vastos y deshilachados, según Borges, tan amante de la turbamulta cultural–, se echa de ver en la recurrencia de algunos motivos, como el peregrinaje por el desierto, y en la épica del poema significativamente titulado “Crónica”: “El mundo es amargo como un largo/ Llanto/ Y nadie conduce los carros de bronces, y el mundo es/ Extraño/ Como un trono usurpado, y habremos de ahogar las/ Gorgoteantes bocas/ En las lagunas cínicas”. Esta multiplicidad elocutiva, este culturalismo centrífugo, sirve a un solo propósito: reflejar el tortuoso acomodo del yo en la realidad. En la obra de Hinostroza, el individuo se resiente del exceso de realidad, convertida en impetuosa fantasmagoría. La fragmentación, es más, la atomización del mundo, inducida por la mirada a un tiempo naïf y corrosiva del poeta, constituye su única defensa frente al encarnizamiento de lo real. Esta relación agónica ofrece un flanco colectivo: Hinostroza, que escribió Consejero del lobo durante su segundo viaje a Cuba, rechaza el realismo social y opta por un individualismo agraz, que no es ajeno al pacifismo hippy y a la rebeldía marcusiana. Pero su lenguaje no es nunca figurativo –lo que supondría un consentimiento implícito de aquello que se propone combatir–, sino saludablemente transgresor.

Contra natura, premio Maldoror de poesía otorgado por la editorial Seix Barral en 1970, prolonga –e intensifica– el debate entre el yo y la realidad; ahora, entre el yo y el poder, de cuya batalla es metáfora otra actividad cara al poeta: el ajedrez. El poemario es, de hecho, un tratado sobre la renuncia al poder y sobre el derrumbamiento de los sueños y las utopías. Del poder, corruptor de la Idea, hay que huir; y también de las causas, de los espejismos colectivos y sus atroces exigencias. Entre ecos de la guerra de Vietnam y de un hippismo que promueve el viaje, físico y espiritual, como liberación –y que nos lleva de París a Ibiza, de Londres a La Habana–; entre invocaciones búdicas y alusiones irónicas a los conflictos ideológicos de la época; entre citas de sus poetas queridos –Whitman, Vallejo, Perse– y exhortaciones a hacer el amor y no la guerra, Hinostroza reproduce la dispersión regeneradora de Consejero del lobo. Como ha escrito Guillermo Sucre, y nos recuerda Fernando de Diego, prologuista del volumen, la multiplicidad de su palabra constituye una crítica a la centralización del poder. De nuevo comparecen los rasgos vanguardistas: la videncia y ajenidad rimbaudianas, el desquiciamiento culturalista, el collage, la inclusión de versos enteros en otros idiomas, ahora radicalizados por una disposición tipográfica cercana a lo caligramático –y, en ocasiones, al dadaísmo visual–, que conjuga los sangrados y los signos de toda laya, por razones que explica el propio poeta en “4 proposiciones para Max Reithman”: “Los grafismos que a veces aparecen/ son notas de trabajo, pertenecen/ a lo que ocurre en el momento./ Si no llegan a concretarse en pensamientos,/ es porque no hay pensamiento exterior al proceso del cuadro”. Así pues, los poemas se geometrizan, se radicalizan en su hispidez enunciativa, adelgazan hasta que los conceptos devienen iconos. Su desarticulación también crece: plagados de aristas, son amasijos de cristales verbales, torbellinos fracturados. La lectura se endurece, hasta hacerse, en ocasiones, casi imposible: “AS & los genios del aire/ Entre Mailand Park Road & British Museum/ bogando bogando/ Inconformistas s. XIX/ emanación periódica de una “planète trouble” /Urano// 19o Acuario/ la onda cálida de las revoluciones/ Liberté Egalité Fraternité…”, leemos en “Horóscopo de Karl Marx”. Otra vez encontramos la explicación de la ruptura lingüística en los propios versos de Hinostroza: en “Hommage à Vasarely”, el poeta afirma luchar “contra el significado en el seno del significado”. Hinostroza quiebra las palabras –burlando su encadenamiento sintáctico, su causalidad lógica y hasta su morfología– para quebrar las relaciones de poder que las palabras transcriben, pero no lo hace oponiéndoles otras relaciones de poder, es decir, otras palabras, sino deshaciéndolas por implosión: subvirtiendo su sentido, arrancándolas de su contexto y su raíz, troceándolas, aislándolas.

Tras un silencio de más de treinta años, Memorial de casa grande se aparta de la experimentación lingüística y de la ideología libertaria que revelan sus dos primeros poemarios, nacidos en el contexto de la guerra fría y de la marea contracultural, y dibuja una autobiografía lírica –mediante largos relatos protagonizados por la familia Hinostroza–, que es, en realidad, una metáfora de la identidad peruana. El libro, narrativo, sucesivo, ordenado, es de un figurativismo descorazonador; en “Con el Sol en los órganos” condesciende incluso al endecasílabo y al alejandrino. Su búsqueda de lo real –una pretensión de la que Hinostroza nunca ha abjurado– lo empuja a lo coloquial. Así, frente al castellano neutro, universal, de sus primeros poemarios, Memorial de casa grande aparece repleto de peruanismos, cuya acumulación dificulta la comprensión de quien no comparta el habla limeña: “un matriarcado chicha/ de obreros criollazos y grisetas lisurientas/ que comportaba un tira,/ un par de mechadores famosos/ una puta solapa/ y varios palomillas/ que a veces terminaban en la cana…” Esto, y los referentes exclusivamente locales (como “acababa de escribir el guión de una película de éxito/ ‘El guapo del pueblo’/ con Jesús Vásquez y Filomeno Ormeño,/ Ima Sumac y Moisés Vivanco/ y la Cholita linda del Perú,/ Alicia Lizárraga”, en la que, salvo la eufonía nominativa, nada hay de compartible), acaban por reducir el poemario a producto nacional y sin vuelo. 






.

No hay comentarios:

Publicar un comentario