martes, 9 de septiembre de 2014

GAHSTON SAINT-FLEUR [13.252]


Gahston Saint-Fleur

Haiti, 1973. Escritor, No-Poeta y profesor de Relaciones Internacionales. Director  Fundador de la ONG PROCULTURA que dirige en ambos lados de la isla Hispaniola(Haiti y República Dominicana). Coordina el taller literario Franklin Mieses Burgos, del  Ateneo Insular en la Academia Dominicana de la Lengua en Santo Domingo.
Un frase, una filosofía de vida: Minimus ad máximum vivere!

LIBROS PUBLICADOS

Tanbou Kreyòl (en Creole Haitiano, 2009)-
Atrahasis o Poemas de sangre (Español y Francés, 2009)-
Palabras sin Fronteras, Antología de poesía haitiana y dominicana,conjuntamente con el laureado poeta dominicano, Basilio Belliard

LIBROS TRADUCIDOS

Tierra Salvaje (de Margaret Papillon, del Ing-Esp)-
Historia de una vida de apóstol ( María Winowska de Polonia, del Fr-Esp)-
Marchas al Alba (de Clotaire Saint-Natus, del Fr-Es.)-
Pasajero del Aire (de Mateo Morrison, Sub-Secretario de Cultura, del Es-Fr)
Entre otros


Traducción al español del poeta Alfredo Fressia.


I

Sangra la Tierra y nadie llora
La degüellan como un ovejuno en el matadero
Mezclada con el sudor de los verdugos
Y el rojinegro del hombre
Cuela y cuela… la sangre
Manchando a almas y corazones.
Del Norte al Sur
Del Este al Oeste
Se expanden víctimas y verdugos
Pronto seremos jodidos todos.
Crece el hombre
Y se reduce su humanidad
La tierra se queda huérfana
Abandonada a su suerte
Como un niño haitiano en las calles de Santo Domingo.


II

Ya no tenemos una iglesia que, beata,
Nos pueda ilusionar con el más allá.
El Estado está en mal estado.
El Mercado, ciego y desalmado,
Aun sin ser garante de nadie ni de nada,
Nuestro único guía y fuente de inspiración.
Los apellidos están desautorizados
Cada quien enfrenta con su nombre
Los retos de salir del marasmo
Y permanecer a flote.
El hombre se reduce a su pésima condición:
SOLO.


III

Late el corazón
Se hinchan los pulmones
La gente come y bebe dándose placeres
Y la esperanza cada vez más se aleja
Como el sol en el atardecer.
Ya nadie tiene visiones.
Vivimos en un mundo de gente sin apellido.
Un mundo circular
Donde izquierda, derecha
Frontal o trasera
Todos se turnan según la posición.
Y los del centro apretaron los dientes
Mordieron su pulgar los mayores
Pero ya el campanero tocó
Listo o no, el entierro va
Cada quien con su cadáver a cuestas
Y la tierra, lastimada y en lágrimas
Se abre para recibir lo que entregó con tanto gusto
¡Adiós a la vida!
¡Adiós hombre!


IV

¿Quién escuchó mi opinión respecto a nuestra venida aquí?
¿Quién me preguntó si crecer en hombre quise o no?
Quién está, está por imposición.

El medio es “schola prima”.
Para crecer como ellos,
Ser lo que son, aunque en algo me han permitido distinguirme,
Me pusieron en un medio lleno de extraños seres
Que después me enseñaron que eran hombres;
Bien que más tarde, pude cerciorarme de que,
Esta denominación corresponde a una expresión potencial.

Y cuando empezaron a dejarme expresar mi voluntad
Comenzando yo con morder los senos de mi madre
A llorar para que me atendiera sólo a mi
Dejando todo lo demás, incluso a lo que me fuera útil,
Y todas las demás expresiones posteriores de esta índole,
Tan sólo expresaba una voluntad terciaria
La cual de hecho no era mía
Estando contemplada ya en la de otros que actúe yo así
Al perder las dos expresiones de voluntad anteriores
Perdí también el sentido de la expresión de la voluntad propia
Sabiendo que “nadie puede estar libre dentro de un círculo cerrado”.


V

Somos la Tierra donde nacimos.
Alta, con cumbres y bajadas,
Ríos, riachuelos y arboladas.
La calvicie de nuestros montes,
Nuestro vacío humano.
A cada arbolito caído,
Una parte del corazón se destruye;
Cada río que se seque,
Una vena cortada (en nuestro cuerpo)
Un hombre cae
Y la Tierra se va pedacito por pedacito.
Haitianos,
Haitianas,
Nos hemos vaciado de nosotros mismos,
De lo que el hombre fue,
El séptimo Hombre.

Pero vamos a volver a sembrar árboles,
Nuestros corazones se reverdearán.
Volveremos a hacer el amor con nuestras mujeres.
Tendremos hombres y mujeres llenos de lo que nuestra Tierra es;
Volveremos a ser presencias que presencian...

Nosotros, somos de la Tierra donde nacimos.
Somos la Tierra que nos preñó y nos dio a luz.
Nuestra piel se trenza de su polvo,
Sus montes,
El rincón inexplorado de nuestro corazón de haitiano.


I

Las cuerdas de las tripas del tambor 
de nuestro destino están envueltas
en un cruce de siete caminos
como el nudo de un hilo enmarañado.

Hemos nacido para estar siempre juntos
como un par de gemelos idénticos 
No importa si es para insultarnos 
para engañarlos, mentir uno al otro
complotar uno contra otro, follar..




Siempre nos buscaremos.

Tu sin mí es una desgracia
Yo sin ti una derrota total
Comoquiera estaremos juntos
Por lo mejor o por lo peor.

Si no luchamos juntos para salvarnos
al menos luchando uno contra otro
Tratando de tomar sopa con un solo dedo
nos pereceremos juntos todos

Tambor dinos la verdad sobre nuestro destino 
Nosotros que fuimos nacidos Africanos
Hemos gateado Españoles
Hablamos Ingleses
Crecimos Franceses
Bailamos Negritud
Y ahora adultos
nos dividimos sobre nuestra identidad.

(De TANBOU KREYÒL, Ediciones Prokilti y Angeles de Fierro, San Francisco de Macorís Rep. Dom. Septiembre 2009)


II

Una lluvia de desastres azotó mi jardín
Sembrado de plantillas, de flores de esperanza
de palmeras donde ondeaba la moral en alto
y en el centro, un castillo blanco de mármol.
El Palacio se ha hundido, solo queda el llanto.

De repente el cielo se oscureció
El alma se deshizo en pedazos
En Champs de Mars los dioses son indoloros
De fiesta los ángeles y los loas en el prostíbulo
mientras se hundía el Palacio dejando solo el llanto.

Las calles de mi jardín se pavimentan
del cuerpo cadavérico de sus beldades, sus esperanzas
En las montanas de Petion-Ville y de Delmas
Cuela una avalancha de savia color purpura
El Palacio se ha hundido, solo queda el llanto

Sobrevivir para dar sepultura a los cadáveres
Para llevar el duelo y contar como sucedió el desastre
En verdad os digo, sobrevivir en condiciones similares
Es comprobar que al fin y al cabo uno está muerto en vida
Y ahora para que ser hay haitiano si ya el Palacio no existe?.


III

Cuando muere una flor
Dolores de parto cosen las entrañas del bosque
El riachuelo es carcomido por la anemia falciforme
abejas y avispas acuden vestidas de solidaridad
Lo que la tierra preñó con gusto de sus entrañas
ahora amargada, se abre para darlo sepultura.

Cuando muere una flor a flor de edad
No sé cómo decirte, amigo
No hay relleno para el espacio vacío
Mucha es la muerte en el corazón
Muchos los muertos que sepultar
Cuando muere una flor.


V

Todo parecía en calma
Puerto Príncipe estaba en sus rutinas de siempre:
Un millón de abejas y de avispas hacían el amor
otro tanto de hormigas trabajaban, deambulaban.
No hubo señal alguna de alarma que indicara lo contrario.

De repente un movimiento telúrico invito a ciudades
como Cabo Haitiano, Ouanaminthe... más bien a bailar
y de hecho, balaron cantando la tierra tembló
No había porque preocuparse por un temblor de tierra
La vida nacional no tiene este tipo de experiencia.

Mientras Puerto Príncipese multiplicaba en sus cenizas
El palacio se hundía y junto a él,la moral del haitiano se dirigía al suelo
la catedral se convertía en escombros
que sepultaban a Monseñor Miot y compañeros
Era el desastre, no se podía imaginar lo peor.

En cuestión de segundos, un mar de duelo nos habito
Ya era el cielo la techumbre del sobreviviente
y el mar que antes parecía tan pero tan remoto
ahora se ve tan cerca que el pueblo se huya
temiendo un posible tsunami. Mas no era eso,
era el monte Delmas destruido, el cual en la noche
crea una visibilidad diurna que sorprende al más cuerdo


V

¡Que amanezca!
Estamos cansados de decir buenas noches,
de caminar en las lucecitas de las estrellas,
en las noches doblemente oscuras.

¡Que amanezca!
El camino está lleno de espinas
tiene lodo hoyos y piedras
demasiados resbalones hemos dado.

¡Que amanezca!
La noche está demasiado larga
Acostarnos y levantarnos para pasear
en la maldita noche despegada y oscura.

¡Que amanezca!
Las camas tienen chinches
que no dejan de sorbernos la sangre
cansados, no hay descanso para nosotros.

Tantas fatigas para nuestros pies
caminamos de un lugar a ninguno
nuestras cejas no están para besarse.

Nacimos tirados en la noche oscura
De la luz no sabemos nada sino la sombra
lo que tanto hemos anhelado y se nos niega.

No tenemos ningún derecho a la mañana,
Nuestra es la oscuridad y los días de después
Creemos en un futuro que es el pretérito de otros

¡Hemos de hacer que amanezca! ¡De nosotros depende!
Nosotros, Nicaragüenses, Peruanos, Salvadoreños, Hondureños,
Chilenos, Brasileños, Costarricenses, Panameños, Puertorriqueños,
Colombianos, Paraguayos, Venezolanos, Ecuatorianos, Haitianos,
Cubanos, Dominicanos, Argentinos, Mexicanos, Guatemaltecos

Bolivianos, Uruguayos..., Minorías mayoritarias, Naciones Maya,
Naciones Africanas... Pueblos del mundo!

Hagamos que caiga la noche
Y el sol brille para todos,
Si, absolutamente todos.



***

POEMAS DEL HAITIANO GAHSTON SAINT-FLEUR. 




Gahston Saint-Fleur y Ernesto cardenal en el Festival Internacional de Granada (Nicaragua)

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar cinco poemas de Gahston Saint-Fleur (Bois-de-Laurence, Haití, 1973), escritor, poeta, traductor y profesor universitario en el área de Relaciones Internacionales. Escribe habitualmente en español, creole haitiano, francés e inglés. Ha publicado ‘Tanbou Kreyòl’ (en creole haitiano, 2009) y ‘Atrahasis o Poemas de sangre’ (español, 2009). Es coautor –con Basilio Belliart- de ‘Palabras sin Fronteras’ (2012), primera antología de poesía haitiana y dominicana, entre otros. Ha traducido más de 7 libros de autores de diversas procedencias del francés, inglés, creole, etc. al español y viceversa. Tiene una licenciatura en Filosofía y maestrías en Relaciones Internacionales (Universidad Católica Santo Domingo; en Dirección de Proyectos (Universidad de Salamanca), Conflictología (UNITAR/UOC) y Administración Pública (London University). Como poeta ha participado en varios festivales internacionales. Estos poemas que ahora publicamos  han sido enviados por el poeta Jesús Losada,  profesor universitario  en República Dominicana.



CUANDO MUERE UNA FLOR

Cuando muere una flor
Dolores de parto recosen las entrañas del bosque
El riachuelo es carcomido por la anemia falciforme
abejas y avispas acuden vestidas de solidaridad
Lo que la tierra preñó con gusto de sus entrañas
ahora amargada, se abre para darlo sepultura.

Cuando muere una flor a flor de edad
No sé cómo decirte, amigo
No hay relleno para el espacio vacío
Mucha es la muerte en el corazón
Muchos los muertos que sepultar
Cuando muere una flor.



HEMOS APRENDIDO

Poema sobre el temblor de tierra en Haití

Hemos aprendido a degustar de tal o cual manera
a hablar idiomas, ser cultura, ser líderes y seguidores.
a chatear, volar, tener un espacio propio en la casa,
en la iglesia, y una serie de objetos que llamamos personales.

Hemos aprendido a erigir edenes y campos de concentración
vivir con los amigos y a apartarnos de los odiosos enemigos
ser hombre y mujer, débiles y fuertes, sumisos y soberanos
tener esclavos para los caprichos y un Führer para rebajarnos.

Hemos aprendido a planear en el aire, escalar el espacio
en busca de nuevos planetas como monos en los árboles
de Norte a Sur, acortar distancia entre los hemisferios
tejer cercanía entre polos y distancia entre aves del mismo coral.

Hemos aprendido a movernos entre díadas: bien y mal
ángeles y demonios, ser y no-ser, tener para ser y ser para tener
Hemos aprendido a ser valor con cifras al lado del yo número
Milagro de los Templarios, milagro de nuestro sistema bancario.

Hemos aprendido a tener una dirección propia
ser altruista y aborrecible, afable e infame, dócil e engreído
Hemos aprendido tantas cosas que luego decimos normales.
andamos con nuestra “cajita de normales” bajo los hombros.

Hemos aprendido a condenar y a liberar, cansar y descansar
tantas cosas hemos aprendido y tantas otras que nos faltan
existir se resume en este camino de única vía de aprender,
y en un nocivo instante cae la cajita y todo se derrumba.

Se instaura el reino de los contrarios: Trastornos. Insomnio.
olvidamos que fuera de nosotros hay normales desencajadas
frágiles nuestras cajitas. ¡Y si desaprender fuese la vía de instruirse!
Las palabras no esperarían en vano para complacer los oídos acostumbrados



DESDE MI MAZMORRA

Solo en el cubículo de mi celda
como un alfiler en una caja de cartón.

Desnudo en los brazos de la noche oscura
como un ave desvestida que espera
para la celebración de niños festivos.

Sirve de poco vocear, gritar
del otro lado del muro
no hay nadie que escucha.

Demasiado ruido en el entorno
¡Que una voz humana toque a las puertas de sus oídos!
Es aún más ruido, el mismo ruido de siempre.

Entonces, encerrarse en sí mismo y esperar
Procurar el apoyo de los verdugos
para que esto pueda terminar en paz.

¡No! 
¡Dígales de venir! Para ellos
como para cualquier otro de su categoría,
traidores que encarcelan el cuerpo pensando recluir los sueños,
para ellos tengo el alma por coraza y la mente por arma.




MI JARDÍN

Si te vas a mi jardín
no bebas de sus aguas
ni te bañes en sus ríos.
Ríos de agua mezclada con sangre.

Sangre, manchas de sangre.
Lágrimas, gotas de lágrimas.
Sangre mezclada con lágrimas
lágrimas mezcladas con sangre.

Si te vas a mi jardín
no comas de sus frutas.
Con lágrimas de sangre
se riegan las plantas.
Se sobrellena el riacho.

Si estás en mi jardín
no te creas estar en el mundo
¡No! Sólo estarás en mi jardín.
con calvos montes y agostos ríos.

Mas si visitas mi jardín
fuera del mundo no estarás,
un mundo tan sólo
de tantos mundos
del mismo mundo.

Si te encuentras en mi jardín,
no preguntes por su dueño.
Si me ves, tampoco me pidas por él.
Yo. Mi jardín. Una isla. El mundo.





SOLEDAD

“¡Cuiden a mi abuelita y a  los pollitos!” (1)
Últimas palabras de un hombre que se fue.
¿Qué le mató? ¿Quién le mató?

¿Quién inventó la muerte
burlándose de lo sempiterno
y haciéndonos vivir a tajos?

Para que hagamos menos el amor
muchas cosas fueron  inventadas:

El orgasmo se mide por fracción de segundo
el duelo y las desgracias, por añadas
¿qué océano se nutre de los riachuelos
de nuestras lágrimas?

El dengue fue inventado
para que ya nadie viva
con sus mierdas sobre las panaceas
¿Qué más le queda pues al hombre?

Por su cuenta,
ante sí
ante todos
en medio de tantos.

sin un dios que por odio
le brindara un trago de ponzoña;
sin un demonio que por amor propio
se compadeciera de él.

Cada quien debe asumir el reto
de ser solo;
no importa que la globalización nos hacine.



1)Estas palabras fueron pronunciadas por un niño de la provincia de San Cristóbal, República Dominicana poco antes de su muerte por el dengue.





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