Martín Ricardo Testa Garibaldo
Panamá, 1,962. Poeta, educador y ambientalista panameño. Miembro del Colectivo de Escritores José Martí y entusiasta de la Corriente Literaria Post-invasión 1989. Máster en Medio Ambiente, Comunicación y Educación Ambiental por la Universitat de Barcelona (UB). Post-grado en Docencia Superior por la Universidad Especializada de las Américas. Monitor en Educación Ambiental por la Universidad Nacional del Centro del Perú, Licenciado en Ciencias de la Educación y Profesor de Educación Media por la Universidad de la Paz, Bachiller en Agronomía por el ipt Chorrera, ha ganado varios premios de poesía entre los que destacan: Premio Único de Poesía Gustavo Batista Cedeño, 1996. Premio de Poesía Esther María Osses, 1997, 1999 y 2002. Premio Único de Poesía Demetrio Herrera Sevillano, 2000. 1er Premio del Certamen Poético León A. Soto, 2002. 1er Premio de Poesía Diana Morán, 2004. 1er Premio del Certamen Poético León A. Soto, 2012. Ha publicado los poemarios: Parte y novedades (Ediciones Trópico, 1996). 2 Poemas de un libro para hoy (Ediciones Trópico, 1997). Estaciones Ocupadas (inac, 1998) Un día por todos… (inac, 2003).
Igualmente su obra poética ha sido publicada en Argentina, Brasil y México.
Actualmente es miembro del Comité Organizador de los Festivales Internacionales de Poesía Ars Amandi Panamá.
Un día por todos…
Propongamos un día
por todos
los que se han ido
y quienes vienen
a pasar revista
a la estatura de sus héroes.
Un día
donde se pueda rememorar
las victorias y sus himnos
inclusive derrotas
incapaces de ser derrotadas
de aquellos
donde logres bienvenida
a los abrazos
y al más triste de los adioses.
Un día para sacarle nombre
y apellidos
agenda
para atiborrarlas
de otras fechas
henchidas de sucesos
que aún
te logran mariposas
sobrevenir a la voz.
Un día
en que exigir
la aurora del mañana
sean los itinerarios
donde se levanten
épicos aconteceres
El día
que nos conduzca
frente a los derroteros
manera sutil
de salir del cuarto oscuro
la luz
donde revelasen otroras viñetas
álbumes compilados cual ahorros
como lo ahorrado
para dispensar
los zapatos y el camino.
Días como la indeleble
que reformula
intraspapelables episodios
autorías
para alborear un nuevo libro
con tu voz
tu firma.
Un día con el cual engendrar
nuevas estaciones
heredando verdales y hojarascas
haciéndote musa
tal vez poeta
entonces árbol.
Precisemos ese día
ya sea en noviembre
mayo
o abril
quizá en los agostos
que el sol y la lluvia
se impregnan en el tragaluz
ah
o probablemente
en esos diciembres
de olores indescriptibles
propicios para resolver cuestionarios
e inventariar las tantas invasiones
al corazón.
Un día por cuanto volver a los vecinos
y a nuestra primera calle
señale el recuento en que
/partimos
a construir otra casa.
Un día para enarbolarnos
en los sitios que eran prohibidos
o simplemente
para hablarnos de otro beso
bajo la sombra de la bandera.
Propongamos ese día
por ti
por mí
por quienes se fueron
y vendrán
a reclamar su historia
un nombre y la palabra
Y para otro centenario
igual se recuerde
que esto lo concebimos
ante el canto prevenido
de un día como hoy.
Uno Llega
con sus hojas sueltas
a la comparación
un par de ideas
testimonios denuncias amores
todo el universal país
que te ha costado
alinearlo en papel
uno llega
con hojas sueltas
su voz
su mística en la mano
con la que toca varias veces
hasta que le abren
entra toma asiento
a la primera señal
se levanta lee
relee
y cuando cree concluir
es donde inicia entonces
la luz
luego
al ritmo de las figuras
aparta suprime agrega
con tersura da vuelta
a las líneas que desean salir
pero no le hallas subterfugio
y en el explorar
arribas al corazón del laberinto
al desconcierto
a la hecatombe
pero si uno se acrecienta
por vocación
por mística
y aplica persiste y crea
logra la credencial
con la que apagas
la bombilla eléctrica
y sales a la calle
con el sol del oficio
en la mano.
ESTACIÓN SECA, MARZO
Desde Calobre Arriba
arriba
desde estos amaneceres
donde los montes
se vuelven humo
para la tarde
dejarse tocar
sus tonos pardos
por decepción
he llorado
—Mariola—
en la aurora
de todos los amaneceres
hay estaciones
puertos
aeródromos
autoparadas
donde el devenir te emplea
depende de nosotros
si abordamos el oficio.
Tomado de "Estaciones ocupadas" (INAC, Panamá, 1998)
De "Edad de la Palabra" (2011)
IV
Herido de vida
y letras
concluyo...
que para reiniciar
saldré mañana lunes
a estremecer
de una vez por todas
el árbol de la poesía.
Voltearlo
y sacudirle para ver
donde caen las voces
que aún reclaman.
De lograrlo,
las enlistaría
junto a mis desórdenes mentales.
Y allí,
donde me reinvento cada mañana
para que no se haga tarde
la tarde,
invocaré las guitarras
que acompañen
el compás de tus pasos.
Que de paso,
aunque no tengamos la mejor ocasión
visitaremos el lugar
que nunca tuvimos el valor
de valorar si existía.
Y si es necesario
remontar el ayer
y cruzar los ríos en plena crecida
o dar la vuelta al sol
para escuchar
a quienes se les olvidó
lo que tenían que decir,
al instante
facturaremos esos momentos.
Como comprenderás,
no se tendrá el tiempo
ni el dinero
para despedirnos de los poetas conocidos;
por ello,
qué tal si los llevamos de ida
y todo indica
que algún día también de vuelta.
Sí,
a quienes nos acompañen,
debo confesarles
que esta búsqueda
que por demás es una ventura
tiende a encerrar sus riesgos;
sin embargo,
no se preocupen
aún mientras vivamos
somos inmortales.
Inmortales al soñar,
soñar para hacer algo
y ser alguien,
alguien para despertar la realidad,
la realidad más allá
del amanecer de lo real.
En la mitad de estas
y otras imperfectas retahílas,
disculpen
si a veces alcé la voz
o no guardé
la mejor de las posturas.
Pero es que estoy,
literal y cósmicamente convencido
que soy feliz.
Sobre todo,
cuando sueño por convencerme
que ellos
y ustedes existen,
que yo contigo
estoy aquí
o estuve.
Eternamente inconcluso.
Pero imaginando,
siempre alucinando
como ponerle fecha de cumpleaños
a la edad
de mis palabras.
---
Tomado de Palabras, agosto 2013, Ediciones Pauluna, Panamá
Breve comentario sobre el Poemario de Martín Testa Garibaldo
"Palabras" se llama la obra.
Se trata de un cadencioso viaje entre las eras del autor, que empieza en el Siglo Pasado, desde donde el poeta rescata textos luminosos, hasta el presente, donde ensalza el sol, el Caribe, nuestra herencia africana, a la vez que discurre en la metapoesía en ese hermoso libro dentro del libro, llamado "La Edad de la Palabra".
El libro primero “Taller (poemas rescatados) 1997” se trata de eso, de un rescate, pero más que eso, un viaje.
Un viaje a tardes de poesía, a fines de semana en el campus de la Universidad de Panamá, aquel hilo conductor entre el Testa“De parte y novedades” y “Estaciones ocupadas” a aquel que llegó a “Un día para todos”. José Martí signa ese viaje y el colectivo de experiencias que lo condujo de la ocupación a la reversión y el desencanto que siente la edad adulta.
En “La Edad de la Palabra (2011)”, el poeta discurre en la metapoesía, un libro hermoso, donde el poeta nos dice:
“Herido de vida
y letras
concluyo …
que para reiniciar,
saldré mañana lunes
a estremecer
de una vez por todas
el árbol de la poesía.
…
Eternamente inconcluso.
Pero imaginando,
siempre imaginando,
como ponerle fecha de cumpleaños
a la edad
de mis palabras.”
Guillermo Carnero señala que existen aquellos quienes han llamado a la Metapoesía "Postmodernismo caribeño" o simplemente "Postsurrealismo Mágico".
Agrega Carnero que:
“Metapoesía es el discurso poético cuyo asunto, o uno de cuyos asuntos, es el hecho mismo de escribir poesía y la relación entre autor, texto y público. Con otras palabras, un metapoema es un poema que tiene dos niveles discursivos paralelos. En el primero, se trata de lo que habitualmente entendemos por poema. En el segundo, que discurre paralelamente al primero, y entremezclado con él, el poema reflexiona sobre su propia naturaleza, su origen, condicionamientos y demás circunstancias”.
Guillermo Carnero, "La corte de los poetas", en Revista de Occidente, 1983.
Al discurrir sobre la palabra, discurre sobre el poema, el poema dentro del poema, el verbo dentro del verbo. En este Caribe que habitamos - o que nos habita - somos sal, mar y cosmos, como señala el poeta Testa, somos “La semilla de los Teoremas”.
Con maestría, Testa nos lleva de la mano como el mismo Virgilio a“La Mulata Canción (2012)”, un Virgilio Mulato, acaso un Senghor, un Césaire, parientes directos de Korsi y Guillén y en dicha lectura, te transporta (te transportas) al palenque, al caserío, al pueblo abuelar, al barrio raizal y a las honduras del ser, transformadas en belleza por obra y virtud de la palabra del autor.
En la poesía, primero la música, luego la imagen, siempre la palabra : Receta segura de un viaje, al cual nos conduce el poeta.
“Palabras” más que un libro, es una experiencia.
Panamá, 8/19 de septiembre, 2013
Edilberto González Trejos
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