martes, 30 de septiembre de 2014

ROLY AVALOS DÍAZ [13.502]


Roly Avalos Díaz 

(La Habana, 5 de marzo de 1988). Poeta, narrador, repentista. Fundador y egresado de la Cátedra Honorífica de Poesía Improvisada (Instituto Superior de Arte, La Habana, Cuba, 2000-2003). Bachiller en Humanidades e Instructor de Arte de Teatro (2004-2007). Estudiante universitario de Comunicación Social (2008- ). Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, de La Habana (2009-2010). Graduado en el Seminario de Dramaturgia de la Casona de Línea (2011-2012). Ha colaborado con revistas nacionales e internacionales como Pionero, Alma Máter, Somos jóvenes, Convergencia, Piedra de molino (España), Proyecto Esquife (revista digital), CubaLiteraria (Editorial electrónica), El Caimán Barbudo, On Cuba e Islíada. Ha recibido una docena de reconocimientos por su trabajo literario.



Antipoético mar,
tu salitre me embobece,
por lo visto no parece
que Ulises va a regresar.
Mejor me pongo a pescar
o a pescarte a ti, sirena.
He olvidado ya la escena
en que Odiseo, perdón,
Ulises, ve a Poseidón
mucho antes de ver la arena.






Uno de los finales

Es vano congregar odas
lamentos
procesiones en nombre de la rabia.

Mejor nacer
no-ser
morder
los huesos.
Mejor husmear
tragar
negar la tierra.
Otros citarán al aire puro
con cierto morbo desesperanzado.
Vengan el Yo cómico
el Yo trágico
los otros yoes.
Absorbo un pétalo de aire o agua
la última contemplación
secuencias de cualquier buenaventura.
El sol
ese eterno vecino de los altos
envía sus trillados reflejos
su historia amarillenta
sobre mis cráteres
así
de modo que pueda el polvo
dictar sobre mi cuerpo
su historia universal.





Tardes de seda

Ama el modo en que ignora que existes.
Luis Rogelio Nogueras
Hay un sitio en la paz
donde no soy y quiero estar.
Nadie aprenda
a descorrer este silencio.
Basta de lunes
conglomeradamente inútiles.
Ahora es mejor palpar el aire
asirlo de una vez.
Nadie comprenda
la antigüedad de mi silencio.
Nadie acaricie, por favor
al cisne.






Endomagia

Mójate el rostro
agua.
Sé tú misma.






Sobre el fondo de los ríos

Si yo fuese un pez de agua dulce
viviría en el río Heráclito
para descubrir a tiempo
que el cauce de las aguas es el mismo
que el rostro tiene fases, no la luna
y a veces despertamos para siempre
en ciénagas de cuna anochecida.
Si yo no fuese Heráclito, sería un pez.






Génesis

En el principio fue la luz, dijeron
y desmintieron a los dinosaurios.
Del mar surgió la ola y no la vida.
Hubo peces y aves bíblicas,
pero no luz,
sólo una hoguera al fondo.
Me atreví a pronunciar la primera palabra,
ya extinguible, como las siguientes,
eco de rugido en las cavernas del tiempo.
Ningún chasquido devolvió la luz
milenios después
ni mis bíceps o estatura gutural,
ni mis garrotes
ocupados en alfabetizar al mamut,
al diente de sable.
Le nacían cráteres al mundo,
pigmentos de una lluvia mordaz, latosa
alrededor del fuego.
Entonces creíamos en las estrellas fugaces.
Entonces tenía frío y pudor, pudor y taparrabos.
Entonces mi hembra
engendraba seres dudosos
a la orilla de una luz
atemporal.





Pregúntales a tus mayores

Pregúntate otra vez qué muerte,
qué polvo te tocará,
qué dolientes,
qué duelo, qué ciprés.
Qué ovación o qué escarnio.
Qué mausoleo o qué fosa común.
Pregúntales a tus mayores cómo
se escriben los epitafios,
por qué el ocaso de las flores,
cuál fue el pasado de esa luz,
ese pedazo de luz filtrándose en la tierra.
Atemos esa luz a menudo imposible
y sin embargo sabia.
Atemos las manos de la luz.
Ahora mismo es el tiempo de la sombra.
Pregúntales por qué, a tus mayores.






BOCA DE LOBO

Desde mis labios oscuros
yo te padezco, señora.
Nunca preguntes la hora
a un hombre-lobo en apuros.
Pregunta por mis seguros
marginales. Por fortuna
se refleja en la laguna
tu pelo de girasol.
Trae tu vientre de sol,
tu espalda de virgen
luna.






A vuelta del olvido

Tengo diarios personales
escondidos. Garabatos
sigilosos como gatos.
Eróticos madrigales.
Puntos y aparte. Cristales

empañados de sonido.

La voz del silencio. El ruido

que erosiona el pensamiento.

Rostros que regresa el viento
como a vueltas del olvido.

Son mis diarios personales
parajes inhabitados
de la memoria, pecados
(creo) poco originales,
sentencias extrañas, tales
como ésta: «El tiempo es vano.
Lo divino no es lo humano.
Nadie sabe qué es la vida…»
Callejones sin salida
en la palma de mi mano.

En mis diarios personales:
algún juguete que tuve
extraviado, alguna nube
particular, abisales
interiores de hospitales,
sucesos donde no valgo,
vientres, amnios, pero salgo
para dar un paso en lodo,
días en que no hallo el modo
de ser yo (por decir algo);
Y alardes de erudición,
barata filosofía,
cuidada caligrafía
cayéndose del renglón,
citas largas, reflexión
publicable (es un decir),
escritura y elixir,
melancolía a destiempo,
pasatiempos sobre el tiempo
que me ha tocado vivir.






Sobre mí /Sobre ti

En nuestro silencio
cabe la ciudad
con sus semáforos
y fábricas de fondo
por eso
desmantelados
tus ojos pasan
y me proponen el vacío.

A la intemperie nuestra desnudez
retratos de cuando fuimos viejos
fosilizado aire de porvenir
y suspiros de fantasmas añejos
y objetos con memoria
y relojes
y pájaros
y muchísima arena.

Nos educaron para ser espuma
enlazarnos los dedos
bostezar
y fundirnos para siempre
en la ceniza.






Quijote

Me han timado
me han vaciado

¿quiénes?
los escuderos.




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