viernes, 26 de septiembre de 2014

LÁZARO TELLO PEDRÓ [13.464]


Lázaro Tello Pedró

(Oaxaca, México   1986)
Estudiante de Creación literaria en la UACM. Ha publicado poesía y ensayo en la revista universitaria Palabrijes, el placer de la lengua (n° 4, con Collage de amor, n° 8, con Twitter: una lectura literaria), Textos suyos pronto aparecerán, en El armadillo (El último armadillo), en Bonsái, literatura mínima (Sobre la dignidad de los calcetines), y una crítica literaria en La Estantería (Raúl Parra: escritor mínimo y escritor de la carne). http://aviolus.tumblr.com/



Pórtico                                                       

How did people come to chant rude poems                                                        
while pulling certain ropes or gathering certain fruit,
and why did nobody do anything of the kind                                                      
while producing any of the modern things?
                                                                              
G.K. Chesterton



Bendice a quien ahora se levanta,
da cuerda al cráneo y escribe, con turbias
palabras, lo que quiere ser un canto:
ha de llegar profundo a la llanura
vigilando el sombrero campesino
que por pizcas de paga
pervierte el azadón
y encaja semillas y alfileres en la tierra;
ha de asistir al júbilo del parto,
donde risa y sueño, herida y llanto,
calzan el blando sueño de las azucenas.

No es distinto el canto a una mano
pulsando el blanco gis en la pizarra;
a la fisura hecha por el escalpelo,
a la curva motriz modelada de la papa
en un lienzo de cuarenta por cincuenta,
a la masa del pan y sus sabores,
al golpeteo del clavo en el zapato
o, en mi caso,
a la palabra y sus hechuras,
y mientras que la voz alcance
sus más variadas notas
bendice al que ahora se levanta
y escribe.





Tengo que hablaros de ella:
femenina y fugaz,
como una tierna e incendiada luciérnaga
que escapa de mis manos;
infantil y terrible
su índice dejó de señalar los arcoíris
y su mano en altura
es el sable blanco del mediodía.

Tengo que hablaros de ella
de la luna colgada como arete
de la cadena de astros en su cuello
y del mineral oculto en su vientre.
Concentra el blanco ramo de la luna.
Sus grandes ojos dilatan la noche
y se mide el mundo en las pulsaciones
de sus amargas venas.

Tengo que hablaros de ella
de este hábito inútil de nombrarla
paraíso, mansalva,
ciénaga, catarina.
Ante el cristal de la mañana callo
el nombre de mi madre.





El último armadillo
Cuando las rocas hayan perecido
llegado al fin su testamento de polvo
y sea la arena
bajo un cielo rojizo
la única cubierta terrestre
despertará el armadillo
emergiendo con su ilustre capota
su decidido olfato
sus dientes de engranaje
de compacto pedernal
y sus garras de mil hierros

Animal de toda hora
el armadillo
soltará la prisión de su bagazo
y será el oreo de su carne
Sin piedras y sin alimento
agonizante y perdido de juicio
se alimentará de su hueso
definidamente
y antes que se consuma por completo
la enérgica memoria:
el profundo golpe de una caída
que lo internó en su madriguera
el acoso y merodeo del depredador
el séquito de sabores
entre el morral atento
de una resguardada tortilla
y el desenlace presuroso de un estambre
que lo engalanó con pliegues desproporcionados

En la sólida y magnánima escarola
requemada y sin habitante
el viento clama un hálito silvestre.




Cualidad de mar

He prestado al rayo
su vara justiciera;
es mía la túnica calma de la montaña;
se precipita el chorro de agua
fuera de la roca cuando sangro,
pero eso de mirar con mil ojos el cielo
es una cualidad del mar.
El alga celular de mis pulmones
arroba las gaviotas, que no conocen de escaleras,
y potencian la fuerza henchida de veleros
mis soplos sin mesura.
Sobre minerales o el templete de una ola
me abro paso entre las multitudes
para ir al descanso
y si un alfarero rompe una pieza de barro
me levanto con furia y destruyo los castillos de arena,
mojo los rostros de sal amarga.
Pero cuando este siglo se fugue,
y el petróleo sea el centro de la tarjeta postal
llegará alguien a nombrar otra vez el Mar
y será en la paz de las canoas
los años y el renuevo del descanso.

http://moebius80.blogspot.com.es/2012/10/lazaro-tello-pedro.html



        
Argos, el mar

Del mar constantemente se habla de ola y arena,
de agua en tumulto y carcajadas.
Se ha dicho de su lengua lamiendo las orillas,
de su brazada hundiendo los escollos,
su ira de buey bramando blanca espuma.
Pero deteneos un momento en su boca,
esa fosa abriendo hacia el cielo la dentada.
¿Cuánta honrosa madera, cuánto metal molido?
Sus fauces recientes han tragado otro barco.

Sentado en la costa huelo el salitre rabioso,
me viene el ladrido y la carrera en una ola,
pero antes de arrojarse, se retiene,
baja el humilde hocico,
y gentil a mis pies acaricio al perro manso. 




Argos, the Sea

Of the sea one often speaks of wave and sand,
of the tumultuous water and laughter.
It has been spoken of its tongue licking the edges,
of its arm stroke sinking the shoals,
its oxen ire bellowing white foam.
But stop one moment in its mouth,
that cavity opening its dentate towards the sky.
How much honored wood, how much molten metal?
Its recent fauces have swallowed another boat.

Sitted by the coast I smell the rabid saltpeter,
comes to me the barking and the race in one wave,
but before throwing itself,  it retains itself,
lowers the humble snout,
and gentle by my feet I pet the docile dog.



Autorretrato

Yo, que tengo del talado árbol la cintura,
el temperamento de un himno,
los cabellos obscuros de una mina
y la inteligencia de bolsillo secreto,
no he podido en ningún tiempo
asir un relámpago en su viaje de sacudida ósea
ni conversar con el venado amamantado del río.

Yo, que soy pobre de lunares y misérrimo de amigos,
he buscado sin éxito
la línea que se fuge de mi mano,
el claro día pulsando por mis venas
y la dura y ronca guitarra de mi pecho.

Sólo he encontrado -y es lo triste-
máscaras insaciables de reflejos,
una que otra mecha encendida de algún sexo,
sótanos escritos en los libros
y nunca la palabra que me lleve al poema.




Self-portrait

Me, with a chopped-down tree as waist,
the temperament of a hymn,
the dark hairs of a mine
and the intelligence of a secret pocket,
I haven't been able at any time
to grab a flash of lightning in its travel of shaken bone
nor converse with a deer breastfed by the river.

Me, poor of skin marks and wretched with friends,
have searched to no avail
the line that flees from my hand,
the clear day pulsing through my veins
and the hard and hoarse guitar in my chest.

I have only found -and that is sad-
insatiable masks of reflections,
one or two lighted fuses of one sex or other,
basements written in the books
and never the word taking me to the poem.



Recuerdo infantil

Trémulo y resguardado en el armario,
como vaina de cereal en el invierno,
escucho el azote de las ventanas
y las puertas.
Y mi miedo alcanza altura de montaña,
profundidad de hueco
sin sonido de caída;
yo que a nada le temo
hoy en esta noche
que me siento tan solo
pido aunque sea una vela
para que me acompañe
con su también tembloroso brillo.




Childhood Memory

Trembling and shielded by the wardrobe,
like a pod of cereal in winter,
I listen to the lashing of the windows
and the doors.
And my fear reaches the height of mountains,
the depth of empty
soundless fall;
me who fears nothing
today and tonight
when I am feeling so alone
I ask for one candle at least
so that it will stay with me
with its also trembling shine.

http://bigbridge.org/BB17/poetry/mexicopoetryanthology/Lazaro_Tello_Pedro.html#







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