Rey Andújar. Santo Domingo, 1977. Publica narrativa y teatro desde 2005. Su trabajo ha recibido numerosos premios, entre ellos, el Pen Club de Novela en Puerto Rico por Candela (Alfaguara, 2007), el Premio Internacional de Cuento Joven por Amoricidio (Ferilibro, 2007) y recientemente el Premio Letras de Ultramar de Nueva York en la categoría de cuento por la colección Saturnario (Editora Nacional, 2011). Desde 2009 su performance Antípoda se presenta en Santo Domingo, San Juan, Miami y Chicago.
Sharon amarillo
Cada latido
es
una
semilla
más
regreso sujeto a la instancia del primer suspiro
allá está el misterio que apacigua las aguas
así piden las rezanderas paz al neptuno de la mona
mientras
en los palacios se gesta nuestra miseria
*
si tomé las armas fue por gusto
yo
que anhelaba ser trapecista
me he visto obligado a la manopla
al hervor morado
a las uñas
a resistir
*
la fuerza con la que nivelo los nudillos ha sido confundida con un deseo funeral
nunca adivinaron el miedo
confundieron
anzuelo con coraje
en el cojo intento
de acompasar sus agrias palpitaciones
al abismo que define las profundidades del tambor
escribir así
es preguntarse el porqué de la forma
el huevo
y la piedra
*
cada bala es una semilla más
me confieso encerrado en la madera
eco
respirando la armonía que le tiembla a los animales que asedian el cortejo
será que cada hombre puede ser una silla
será que cada hombre debe parecerse a su silla
tener una imagen
de la misma
del silencio
que se llenaba de copas
mientras una bruma violeta
se congregaba en tus reflejos
oh amiga
hermana
cuántas manos
cuánto acertijo
será que cada frontera puede ser una isla
el retrato de la madera sentada
cuántas balas
cuál tiene mi nombre
cada hombre es el espejo de su silla
*
he mencionado el asedio a las formas más irregulares de la madera
se espera que regrese hecho hijo o amante
eso no importa
importan tus manos
la revolución en los candelabros
en los cristales del exceso
en tu miedo a las brújulas
a las pancartas
a los huevos
a las piedras
a la cola de los tritones
he sugerido que hay pueblos que se lanzan hacia el mar
para regresar con la misma mano encadenada
delante
y detrás
toda esta deportación de narcotraficantes y maleantes de tercera
he ahí el gatillo sudado
los blones prendidos
un pueblo entero comiendo ceniza y respirando mierda
a fin de cuentas
esto es la miseria
hemos votado por ella
sonrientes
entregamos el dedo para que nos lo pintaran
indeleble
pero yo sigo enamorado de ti como el primer día
como la primera ofensa
y te pienso con la falda alborotada
y el hilo de luz que engarza los bordes de esos mismos dedos
temblando de floras
cal azul mediterráneo
semillas tostadas
y un reguero de
merengues poderosos de los ochenta.
*
hoy he visto un hombre tropezarse con su solitude
ojalá ese enamoramiento tuyo radique
en el aleteo rubiroso de mis pestañas
en el sabroseo de mis acentos que bailan delatantes
cuántas islas me tocan, cuántas albergo
*
la palabra era el miedo a rebelar las arenas
y pensar que esta silla está hecha de árboles naufragados
esa carne antillana
soñadora
que se consuela en el cabotaje de sal estremecido
de pasaporte visado
si la fila
fuese
para recibir de vuelta mi fortaleza
rompería la madrugada
sacrificaría al dios de los albores
[porque en algún momento fuimos estruendo
quizás esta isla posee una caverna
que guarda los primeros dominicanos heridos
las boricuas sangrantes
quizá este pedazo de errores
tuvo un pasado de cabeza levantada
una ética
piel
tornasolada
que quizás
tropezando
encuentre sentido
en tanto desarraigo]
*
ella es un sueño mordido entre mariposa y almendro
una voluntad amarilla
una inseguridad atropellándose en la caja torácica
uno quisiera ponérsele cerca
remendarle la diástole
hay en el labio una contradanza
hay una luna varada en su vientre
he mencionado su vientre anteriormente
he dicho que hacia allí se orientan los caracoles
*
describes las maneras obscenas en que la calle dibuja tus contornos de espada
te aburre y te sorprende que la turba se cuide de tu extremo de ángel
sin embargo
te esfuerzas en los acordeones amenazando con tu partida
*
qué harás
con esos huesos
cuando se cansen de zarpar.
(Del libro inédito Canotaje)
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