viernes, 4 de mayo de 2012

MARÍA GABRIELA LOVERA [6.707] Poeta de Vebnezuela



María Gabriela Lovera Montero 

(Caracas, 1972 - venezolana). Licenciada en Comunicación Social – Mención Audiovisual (Universidad Católica “Andrés Bello”, Caracas), Master en Realización Documental (Escuela Internacional de Medios Audiovisuales, Madrid), actualmente cursando un Master en Edición (Universidad de Alcalá, Editrain e IPECC, Madrid).
Ha sido incluída en las siguientes antologías: Antología de Joven Poesía Venezolana (Universidad Libanesa Internacional y Fundación Biblioteca Ayacucho - 2009), EN-OBRA (Editorial Equinoccio, Universidad Simón Bolívar - 2009), Antología de La Maja Desnuda (Nidia Hernández - 2002). Ha colaborado en publicaciones conjuntas y en diversas revistas literarias venezolanas y españolas.

Ha publicado los poemarios:
-Por debajo del viento, Editorial El Pez Soluble, Caracas 2001
-Y de la noche tanto, Editorial Cincuenta de Cincuenta, Caracas 2004.
-Sabia Vida Savia, con ilustraciones de Daniela Guglielmetti, Editorial Amargord, 2008
-Desvelos, Editorial Amargord, 2012





Fuera del agua

No estoy dormida
mis párpados ceden
pero estoy tan despierta
que si me pidieras atar tus zapatos
lo haría
con los ojos cerrados
mi respiración es lenta
imperceptible
temo ahuyentar al sueño
que se acerca
nadando entre cosas cotidianas
como pez
fuera del agua

(En Y de la Noche Tanto, 50 de 50, Caracas 2004)




La Hormiga

Es un silencio
la hormiga
no hay interior en ella
sólo armadura
noche
estrategia
sus antenas enhebran
kilométricas órdenes
el hilo de voluntad
que conduce a la reina
cada una es todas
la misma
la primera
acorazada
para perder o ganar
en la guerra

(En Y de la noche tanto, 50 de 50, Caracas 2004)


Poemas de "Desvelos" 


Irás de un lado al otro de la noche
ahuyentando fantasmas con tu cuerpo.
Encenderás fuegos allí donde la oscuridad
sea dolorosa.
Por ti me acercaré más a la carne
y afloraré en la piel abriendo cada pétalo
en mi mano,
para que la tomes en la tuya,
para que juntos hagamos la luz de una mañana.



-



He escrito desde el dolor de salir.
He escrito desde la nostalgia de entrar.
Mejor será borrar todas las puertas,
arrojar el lápiz junto con el resto de las llaves locas.
Que la palabra cuerpo atraviese las paredes,
que la palabra mío desaparezca,
que la palabra palabra muerda la mano que la escribe
y huya al otro lado de la hoja,
a la espesura del bosque.



-



                                Un neologismo de Paul Celan

Creo en la muerte como forma de vida no identificada,
como lo extraceleste que parte de nosotros
sujeto a la punta de una estrella.


-



Le han crecido uñas a la tarde.
No sabía que la noche fuese algo
que se pudiera rasgar.
Rueda y cae del tejado como fruta madura.
La han picado los pájaros,
los mismos pájaros que ahora parten de mí
hacia el amanecer.


-


Yo no he inventado nada.
El árbol ya estaba allí.
Yo sólo me tendí a sus pies y sacudí el pensamiento
hasta la última hoja.
Fue así como desnudé al silencio
y me dejé rasgar la herida.
Yo no he inventado nada.
La muerte ya estaba allí.




-



Hoy es un día en el fondo de una botella.
Tan embebidos,
tan vinagre,
tan madre de fondo estamos
que no sabemos qué hacer con el oxígeno.
Nos pensamos unos a otros,
pero no ascendemos a nada,
más bien sedimentamos la poca luz que queda
hasta anochecer antes de tiempo.



-



Los ojos trazan su órbita más triste
alrededor de la boca.
Cada labio es distinto en su temblor.

Sólo la mirada se repite cristalina y torpe sobre la roca,
horada un poco el sentimiento,
cicatriza el silencio,
se repliega.



-



Son ojos de conejo las pocas estrellas en lo alto del monte
y garras de lechuza las ramas de la encina que se aferran
tan cruelmente a la luna.

El filo de un cometa cercena la garganta de un ciervo
y el cielo se vuelve un pozo ensangrentado.
Abrevan de él mis pesadillas.
Su sed desentraña la noche,
vacía las cuencas de miradas,
no se detiene hasta cegar el fondo.
Trae una corona de buitres la mañana,
una corona que ensarta en mi osamenta.

La sigue un enjambre de acufenos.
Llenan de larvas el silencio y lo revientan.
Si la luz abre su boca
tan sólo será por bostezarme.


(Desvelos, Ediciones Amargord, Madrid, 2012)










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