miércoles, 2 de mayo de 2012

6651.- ÁLVARO URRUTIA


Álvaro Urrutia nació en Villalonga, pueblo patagónico del sur de la provincia de Buenos Aires. Hasta los 14 años vivió en el campo (zona rural). Desde el 2001 reside en
Bahía Blanca, donde estudia licenciatura en filosofía.
En el 2005 publicó el poemario Nadeando. Ha publicado, además, artículos sobre política, poesía y pintura, en las revistas La posición, DZO (Dazebao), Esto no es una revista literaria; en el suplemento “Tela de Rayón”, a cargo de Jorge Spíndola, y en el diario Jornada, de Trelew. Escribió numerosos catálogos de arte para la artista Maggie De Koenigsberg (www.maggiedekoenigsberg.com.ar), y para Duilio Pierri (Página/12). Participó en varias antologías y en muchos encuentros de escritores, sobre todo en la Patagonia argentina.
Actualmente dicta talleres de poesía en el PERIFÉRICO CULTURAL de Villa Nocito, también en Bahía Blanca, y forma parte del grupo de poetas, actores, músicos y amigos, “Alfonsina y el Bar”. Blog: www.porlahuelladeldiablo.blogspot.com



con mis uñas de noguitarrista
dejaré
en no ver así
mis pupilas

encontré esto
en una grieta de la Razón
voy a fumarlo
a construirle
un cacho más a tu infinito
voy a golpearte

cruzaré corriendo la avenida
llorando a cada suicida

y sentado
en el cordón de tu vereda
esperaré el paso
que hará caer de jeta a la realidad







me muevo hacia la soledad

todo esto
ya es un músculo
desgarrado de alcoholes

con el paladar tapándome la cara
muevo la lengua
cambiándole la ropa interior a lo indecible

viento
tierra y yuyos volando

solo lo irracional abraza
ahora lo sé

clavo los dientes
en el silencio
quiero vivirme
en tiempo mapuche








lo haré hasta que estalle
ese morder de ojos

planté un gran árbol
en el patio
para que ya no me invadas
el espacio aéreo
con tus motores

en este silencio onírico
que me padece
se sabe
que no sos más
que el ocaso de un nombre
hacia una noche sin luna






recorro la calma

en el monte árido
cruje
el árbol

nadie percibe la brisa
en zancos camino hacia la paciencia
¡madre serenidad!
el pájaro rojo
me confunde una vez más con el viento






el cuerpo en su borde
grita alcoholes
grita en cada droga
queda quieto doliendo en el grito
del choque
se cansa

al cuerpo
lo que al cuerpo

que camine la montaña
conviviendo
con el cálido sonido del límite
cantando con la luna y sus sexos
que dance
por los árboles
por los pájaros
por los ríos
para que al cadáver
también le venga una sonrisa






un cielo
el sol la luna
las estrellas
la belleza obligaba
la belleza no era imagen
paseaba
con el espíritu hacia arriba
el cuerpo era canto y baile
alcanzaba






mis pasos van tristes
miro las baldosas
miro las baldosas
quiero jugar a no pisar línea
pienso con el dolor
se elevan mis ojos
grandes edificios
carteles coloridos
un gran árbol disfrazado

...en fin
el ruido mascó cada palabra
el cuerpo llora en un corral
en cuclillas
ahuecados en el hueco
nos queda un calor tinto
decidido a templarnos nuevamente la voz








el eucalipto
de pie sobre la mesa
busca la luz
del pequeño sol de mí estómago

el pájaro solo flota en el tanque
y la jaula... no no hay jaula

queda dejar el cráneo
de unos de nuestros muertos
de pisa papel
y salir a pasear con un viento
discutiéndole las espinas al desierto








las chapas vuelan en el mercado
desprolijas
las cáscaras de tiempo
llenan las bocas de tierra

queríamos nombrar
                    no señalamos
las palabras burlándose
retozaron en la entrada
siguieron al galope su redondo camino










ruedan       los hijos
porque todo es rueda
papas arroz harina y alcohol

ruedan
         necesarios
bultos escamas
voces hacia el suelo

ruedan
         porque los cordones
se les van enredando en el yuyal

…..

el vidrio se detiene
en su sudor refleja la sangre

los árboles corren las pampas

se acerca un pibe
de esos que insultan
             pidiendo mundos
enfrenta las luces        canta
deja el infinito sobre el carnal límite







los yuyos espinosos
rodando en sus campos
se vienen vizcachas
mirando las casas de adobe

los yuyos ruinosos
ruedan por el telúrico vientre
viniendo suicidas
a rozar las ciudades







el sonido que no es ruido
         es baile

... acá se baila
cien moscas bailan
sobre este mi plato
sobre nuestro arroz

shhh
que nadie se atreva a hablar
sobre este
             nuestro ritual








ladrar      volvé a tus perros
que con el amor y el sexo
no perdimos nuestra animalidad
volvé a tus perros
que estos ojos ya morochos
saben recuperar la noche
volvé
volvé a tus perros
que escucho una voz
cantar con la tierra
una lengua que es adorno de estos vientos









en un paseo visitando un aire arenoso
las vimos corriendo
                     los campos
el sol         ronroneaba palabras negras
                         al ver sus cuerpos
los pastos
alumbraron
bellos abismos
              con su espinoso verdor








habita
fragmento de materia
debajo de la lengua
habita
juega con las palabras
dibuja en los ojos
un manantial de vinos
donde se bañan antiguas madres
de caras como sexos
siendo poseídas por mil demonios
en amerindio orgasmo

alzan sus cabezas vaginas nos ven
largan un irrompible gemido

el barro comienza
terminando nuevamente
mujeres y demonios
se vienen vino
el vino ojo
el ojo
pedacitos de todo-no-sé-qué

las madres        ay madres
fragmentito de papel
ahí están
acechadoras
debajo de ese eucalipto dueño de mil ratas








que el mundo no viene
no veo las pampas derramarse
sobre la ciudad sobre edificios
no veo a las mujeres
las desnudadas en mi cama
venir rodando entre tierra seca
ramas espinosas
y salitres
gritando gritando
a estallar con sus genitales contra mi ventana
no veo…
sus partes
rezongan
a las danzas que animan alcoholes y drogas

los cuerpos no se frotan
son la polvareda
dientes rompiendo ladrillos postes
que acarician se suicidan
sepultándose
en las profundas humedades de la gran madre

su sangre jamás se coagula
no descansa
arrojando frutos espinosos
a hacer piedras los ojos blancos







los cuerpos no se demoran
la sangre les estalla en el fuego
para mezclar con tierra
los ojos líquidos
de enrojecidos atardeceres

espinaespermas
vuelven
retuercen pupilas
implosión del color
nacen flores desangrando







no se detuvo
hamacó el viento con solo pensar
shhh
alzando en vuelo las arenas
erosión fértil semen
sobre gestos de aquella belicosidad
el vino danza en las bocas
revuelca educado por hojas de coca
el vino
danza
hace caníbales los dientes blancos
el vino danza imita el frío rocío
rodillas quietas
una adelantada
espinas bolsas papeles en las manos

el vino prepara una emboscada
a la blanca realidad








rodillas coloradas
bordes de lo inconfesable
no están rojas porque la madre menstrúa

es tiempo
de frutos
ojos rojos regadores la vuelven

en marrónbarroso coloradosangre
se mal forman se forman
en el otro lado
el de la vereda de enfrente

caricias al suelo
canto danzas
en la cancha campo urbano
patean olorosos cueros trapos
dando con los insultos en tus ojos








habita
fragmento de materia
debajo de la lengua
habita
juega con las palabras
dibuja en los ojos
un manantial de vinos
donde se bañan antiguas madres
de caras como sexos
siendo poseídas por mil demonios
en amerindio orgasmo

alzan sus cabezas vaginas nos ven
largan un irrompible gemido

el barro comienza
terminando nuevamente
mujeres y demonios
se vienen vino
el vino ojo
el ojo
pedacitos de todo-no-sé-qué

las madres ay madres
fragmentito de papel
ahí están
acechadoras
debajo de ese eucalipto dueño de mil ratas







que el mundo no viene
no veo las pampas derramarse
sobre la ciudad sobre edificios
no veo a las mujeres
las desnudadas en mi cama
venir rodando entre tierra seca
ramas espinosas
y salitres
gritando gritando
a estallar con sus genitales contra mi ventana
no veo…
sus partes
rezongan
a las danzas que animan alcoholes y drogas

los cuerpos no se frotan
son la polvareda
dientes rompiendo ladrillos postes
que acarician se suicidan
sepultándose
en las profundas humedades de la gran madre

su sangre jamás se coagula
no descansa
arrojando frutos espinosos
a hacer piedras los ojos blancos






los cuerpos no se demoran
la sangre les estalla en el fuego
para mezclar con tierra
los ojos líquidos
de enrojecidos atardeceres

espinaespermas
vuelven
retuercen pupilas
implosión del color
nacen flores desangrando







no se detuvo
hamacó el viento con solo pensar
shhh
alzando en vuelo las arenas
erosión fértil semen
sobre gestos de aquella belicosidad
el vino danza en las bocas
revuelca educado por hojas de coca
el vino
danza
hace caníbales los dientes blancos
el vino danza imita el frío rocío
rodillas quietas
una adelantada
espinas bolsas papeles en las manos

el vino prepara una emboscada
a la blanca realidad







rodillas coloradas
bordes de lo inconfesable
no están rojas porque la madre menstrúa

es tiempo
de frutos
ojos rojos regadores la vuelven

en marrónbarroso coloradosangre
se mal forman se forman
en el otro lado
el de la vereda de enfrente

caricias al suelo
canto danzas
en la cancha campo urbano
patean olorosos cueros trapos
dando con los insultos en tus ojos








atardeceres acodados en la ginebra
vienen con vientos
en estruendos
muertos escamas rodando

…pero ves lo moradito de arriba
eso es vino

quedarán uvas
quedarán campos
quedarán manos de las que cosechan
quedarán pies

quedará Bustriazo
enpencado de tan pamposo








que cuando termine
estos versos
no por acorralado
pueda romper la copa
para
irme
con los desnudos
con los acariciado por los vientos
con los que viven en sexo con las espinas

…pero
después
de mucho vino
para que no haya vuelta










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