martes, 21 de diciembre de 2010

2581.- LUIS OYARZÚN


Luis Oyarzún Peña

Escritor y académico de connotada trayectoria en el medio intelectual chileno, Luis Oyarzún nació en Santa Cruz, Chile, en 1920. Realizó sus estudios secundarios en el Internado Barros Arana, donde entabló amistad con Nicanor Parra y Jorge Millas, quienes jugaron un papel importante en el desarrollo de su vocación literaria. Estudió Filosofía y Derecho en forma simultánea en la Universidad de Chile, y Estética e Historia del Arte en la Universidad de Londres. Perteneció a la Generación de 1938 y fue mentor de la Generación de 1950.
Fue Profesor de Introducción a la Filosofía y Estética en la Universidad de Chile. En 1954, fue nombrado presidente de la Sociedad de Escritores y Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile. En 1958, fue designado Vicerrector de esa misma institución y en alguna ocasión rector subrogante. Fue nombrado miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua en 1963. Ejerció como Agregado Cultural del gobierno de Chile ante las Naciones Unidas en Nueva York entre 1969 y 1971. En la última etapa de su vida se radicó en la ciudad de Valdivia, donde se desempeñó como director de Extensión y profesor de la Universidad Austral entre 1971 y 1972, año en que murió.

Obra literaria
Cultivó distintos géneros literarios, tales como el relato, la poesía, el ensayo, la crónica y el diario. Sus libros de poesías Las murallas del sueño (1940) y Mediodía (1958) le valieron, respectivamente, el Premio de la Sociedad de Escritores y el Premio Municipal de Poesía de 1958. Sus dos libros de relatos, La infancia y Días ocultos, se abocaron a la descripción de la infancia y poseen rasgos autobiográficos. Sus ensayos Temas de la cultura chilena (1967) y Defensa de la tierra (1973), sus crónicas de viaje publicadas como Diario de Oriente (1960) y, especialmente, su Diario íntimo, escrito entre los años 1950 y 1972 y publicado en forma fragmentaria póstumamente, revelan su gran capacidad de observación, aguda sensibilidad, notable erudición, y su exhaustivo conocimiento y honda preocupación por la naturaleza.
La infancia, su primera obra, es una novela íntima que revela un personaje solitario rodeado de las sombras familiares. Los días ocultos (publicada en 1955) retoma al personaje central de la anterior, quien ahora estará prisionero en un universo personal en el que la admiración por la naturaleza, la imaginación, el amor y los seres mayores se articulan como ejes.
Muerte y obras póstumas
Luis Oyarzún falleció en 1972, en la ciudad de Valdivia, a causa de una hemorragia masiva. El día anterior a su muerte, cuando era trasladado a un clínica donde permanecería durante su convalescencia, había escrito en una libreta: "Taken for a drive".
En 1973 y 1981 fueron publicadas dos obras póstumas: Defensa de la tierra y Meditaciones estéticas. En 1995, Leonidas Morales publicó su Diario. Posteriormente, en el año 2000 el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional editó su Epistolario Familiar y en 2002 una compilación de su obra poética: Necesidad del arcoiris.
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Bibliografia
Temas de la Cultura Chilena. Imagen: Memoria Chilena
La infancia, relato. (1938) Ediciones Revista Nueva, 1940.
Las murallas del sueño, poemas en prosa, 1940.
Poemas en prosa, 1943.
Ver, poesía, 1952.
El pensamiento de Lastarria, ensayo. Santiago: Editorial Jurídica de Chile, 1953.
Los días ocultos, relato, 1955.
Mediodía, poesía, 1958.
Diario de Oriente, crónicas y disquisiciones de viaje. Santiago: Editorial Universitaria, 1960.
La inspiración en Bergson, ensayo, 1961.
Mudanzas del tiempo, poesía, 1962.
Alrededor, poesía, 1964.
Leonardo da Vinci, ensayos, 1964.
Temas de la cultura chilena, ensayos. Editorial Universitaria, 1967.
Defensa de la tierra, ensayos. Santiago: Editorial Universitaria, 1973. (edición póstuma).
Meditaciones estéticas, ensayos. Santiago: Editorial Universitaria, 1981 (edición póstuma).
Tierra de hojas, poemas, 1987.
Diario. Concepción: Ediciones Lar, 1990.
Epistolario familiar, 2000




Verso final

Mi destino es amar, y esa es mi gloria.
No ambiciono otra cosa, sólo quiero
de mi amor conservar siempre este fuego.
Algo gira en mi pecho, algo presiona
la materia que tengo y la incorpora
en el polen que rueda con misterio.
Por la atmósfera amante, privilegio
de quien ama y descubre hasta en la gota
separada del mar que se desborda,
su deseo divino y su destello.
En el jardín que bulle me recuesto
los insectos se duermen en las rosas
y sus sueños presiento cuando toca
el alma del jardín mi pensamiento.
Mi destino es amar: donde contemplo
descubro sólo paz y nunca sombra.
La creación entera me perdona
mi tardanza en llegar hasta su centro,
y un calor donde encuentro lo que quiero
circula por mi pecho y me transforma.








Olvido

Perdí ya el goce del dolor que dieras,
perdí tu tempestad, gané el olvido.
Aquel vuelo afiebrado halló su nido
y no me importa ya que no me quieras.
Viví con el terror de que te fueras,
ahora ya no sé si al fin te has ido.
Si nunca te gané, que te he perdido
sé con seguridad. Ya no hay esperas.
La cuerda tensa sin pensar se corta
y la abeja volando se fatiga.





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