viernes, 17 de diciembre de 2010

ALICE WALKER [2.477]



Alice Walker 

(EEUU, 1944). Autora y poetisa estadounidense; la mayor parte de sus obras retrata la vida de mujeres negras oprimidas y sumidas en la pobreza, a principios de nuestro siglo, tema que conoce bien porque pasó su infancia en una aldea de gente negra del profundo Sur campesino. Nacida en Eatonton, Georgia, obtuvo una beca para estudiar en la Universidad de Atlanta y allí comenzó su compromiso con la lucha por los derechos civiles que plasmaría, años más tarde, en su obra Meridiam (1976). Escribió la mayor parte de su primer libro de poemas, Una vez (1968), en una semana, al regresar de un viaje a África (1964) donde había ido a buscar una patria espiritual. Regresó y fue a vivir a Jackson (Mississippi), reanudando su actividad política. Sus poemas exploran temas como el amor, el suicidio, los derechos humanos y África. Fue galardonada con el Premio Nacional del Libro y con el Pulitzer por su obra más conocida, la novela El color púrpura (1982), alabada por la crítica, que supo apreciar sus personajes y la claridad y musicalidad de su lenguaje coloquial, que ella define como "black folk english" (negro popular inglés). Esta novela fue llevada al cine en 1985 por Steven Spielberg. En la novela En posesión del secreto de la alegría (1992) la autora explora la ablación genital femenina, una mutilación ritual muy extendida todavía en algunos lugares de África. La novela Por la luz de la sonrisa de mi padre (1998) tiene como protagonista a una familia de antropólogos que llega a la sierra Madre mexicana. Walker aborda en ella el mestizaje cultural y los efectos beneficiosos del amor y del sexo. Entre sus ensayos destacan En busca de los jardines de nuestras madres: prosa de mujeres y Lo que amamos es insalvable. Ha recibido, además, numerosos premios, y se la considera una incansable activista de los movimientos pro-derechos humanos; y de la causa de las mujeres negras a las que considera "las auténticas heroínas de América".



Si yo fuera Presidente

Si yo fuera presidente
lo primero que haría
sería llamar a Mumia Abu-Jamal.
No,
si yo fuera presidente
lo primero que haría
sería llamar a Leonard Peltier.
No,
si yo fuera presidente
la primera persona que llamaría
seria a ese maleante
John Trudell.
No,
la primera persona que llamaría
seria a ese otro maleante
Dennis Banks.
También llamaría a
Alice Walker.
Haría una tele conferencia.
Y esto es lo que diría:
Oigan, ustedes buscapleitos,
es hora de sacarnos a todos
de la cárcel.
Recojan sus cosas.
Dennis y John,
recojan a Alice Walker
Si la logran encontrar:
en Mendocino, Molokai, México o
Gaza,
y diríjanse hacia las prisiones
donde Mumia y Leonard
los esperan.
Estarán ligeros
de equipaje.
Mumia solía tener muchos
papeles
pero la mayoría
le fueron arrebatados
Leonard
Seguro que querrá arrastrar
Algunos de sus
lienzos.
Alice
Que puede que ande
de compras
en Nueva Delhi
sin duda querrá arreglarse bien
para la ocasión
con un brillante shalwar kemeez.
Mi siguiente llamada será
para los cubanos
para cada uno de los Cinco;
así que deja de preocuparte.
Por ahora te tengo en cuenta.
Justo ahora recibí una carta larga
De Alice y me suplica
poner fin
a su sufrimiento.
¿Qué? me dijo.
¿Crees que estos son los únicos hombres que sufren
cuando la vieja escuela Americana los encierra
y bota la llave?
No puedo contarte, sigue,
los cambios
esta brutalidad
por la que he pasado,
y tengo a un hijo que criar
clases que dar
comida que comprar
y solo porque
soy poeta
no quiere decir
que no tenga que
pagar la hipoteca
O el alquiler.
Sin embargo todos estos años,
casi treinta y tantos
de estos,
llevo correteando
por el país
y por el mundo
intentando estimular la justicia
para estos hombres.
La amigdalitis
no me ha detenido.
La migraña,
no me ha detenido.
La enfermedad de Lyme
no me ha detenido.
¿Y porqué?
Porque
Conociendo el país
donde me encuentro,
como está en tu destino conocer,
también,
conozco el mal
cuando lo tengo frente a mi.
Si esa silla en la que te sientas
pudiera hablar
la habrías mandado a mover
para otra habitación
La habrías quemado.
Por eso, amigos,
empaquen sus cosas.
Alice y John y Dennis
van en camino.
Traen plegarias de Nilak Butler y Bill Wahpepah;
Traen hierba fresca y salvia blanca
de Pine Ridge.
Yo soy el presidente
al menos hasta que las Corporaciones
compren las próximas elecciones,
y esto es lo que decido
hacer
en mi primer día.

Traducción para Cubadebate: Margarita Alarcón Perea


¿Recuerdas?


¿Recuerdas?
¿Me recuerdas?
Soy la chica
de la piel oscura
y los zapatos gastados.
Soy la chica
con dientes cariados.
Soy la chica
negra de los dientes podridos
con el ojo herido
y la oreja destrozada.
Soy la chica
que sostiene a sus hijos,
cocina sus comidas,
barre sus patios,
lava sus ropas.
Oscura y pudriéndome
y herida, herida.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.
Soy la mujer
con la piel oscura bendecida.
Soy la mujer
con los dientes arreglados.
Soy la mujer
con el ojo sanado,
con la oreja que oye.
Soy la mujer: Oscura,
arreglada, curada,
que te escucha.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.
Soy la mujer
que ofrece dos flores
con raíces gemelas.
Justicia y Esperanza.
Comencemos.


CONSERVARÉ COSAS ROTAS


Conservaré
cosas
rotas:
La fuente de barro
grande
con iguanas
al relieve
persiguiéndose
sus
colas;
dos
de sus
sabias
cabezas
cortadas;

Conservaré
cosas
rotas:
La vieja
canasta
hecha
por esclavos
traida
a mi
puerta
por Mississippi
un dentado
hueco
excavado
en su robusto
cuerpo
de roble
oscuro.
Conservaré
cosas
rotas:
La memoria
de
aquellas
largas
deliciosas
noches
flotando
contigo.
Conservaré
cosas
rotas:
En mi casa
allá
queda
un
honorable
anaquel
sobre el cual
conservaré
cosas
rotas.
Lo bello de ellas
está
en que
nunca
necesitarán
ser
"reparadas".
Conservaré
tu
sonrisa
salvaje
libre
aunque
ahora
se ha perdido
su tranquilizador
y
agradecido
gozne.
Conservaré
cosas
rotas:
! Muchísimas
gracias!
Te
conservaré:
peregrino
de
pena.
Me
Conservaré.


Si te caes siete veces


Amo a un hombre que no merece
mi amor.
¿Le ocurrió a tu madre?
¿Se despertaba tu abuela
sin saber por qué
en medio de la noche?

Pensaba que el amor se podía controlar.
Pero no es así.
Sólo el comportamiento puede controlarse.
Morderte con fuerza la lengua
antes que hablar.
Herirte los labios.
Tachar su número
con tanto cuidado
que no seas capaz de llamar.

El amor me ha hecho enfermar...

Quienquera que sea él,
no vale la pena todo esto.

Y nunca podré
relajar mis dientes lo bastante
para hacérselo saber.




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