lunes, 6 de diciembre de 2010

ANA CRISTINA CESAR [2.337] Poeta de Brasil




Ana Cristina Cesar


Ana Cristina Cruz Cesar (Río de Janeiro, 2 de junio de 1952 - ibídem, 29 de octubre de 1983) fue una poetisa y traductora feminista brasileña. Es considerado uno de los nombres más importantes en la generación del mimeógrafo de la década de 1970 y su nombre es a menudo vinculado con el movimiento de la Poesía Marginal.

Hija del sociólogo y periodista Waldo Aranha Lenz Cesar y de Maria Luiza Cruz, Ana Cristina nació en una familia culta y protestante de clase media. Tuvo dos hermanos: Flavio y Felipe.

Incluso antes de recibir educación formal, le dictaba poemas a su madre a la edad de seis años, los que comenzaron a publicarse en 1959 en algunas revistas. En 1969, Ana Cristina viajó a Inglaterra de intercambio y pasó un tiempo en Londres, donde tuvo contacto con la literatura inglesa. A su regreso a Brasil, ingresó a la Facultad de Artes de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro (PUC-RJ) a los diecinueve años; además, trajo consigo textos de Emily Dickinson, Sylvia Plath y Katherine Mansfield, los que se dedicó a traducir.

Cesar comenzó a publicar poemas y textos de prosa poética en la década de 1970 en colecciones, revistas y periódicos alternativos. Sus primeros libros, Cenas de Abril y Correspondência Completa, se publicaron en editoriales independientes. Paralelo a la escritura de poemarios, Ana Cristina también se dedicó a la investigación literaria, realizó una maestría en comunicaciones en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), viajó nuevamente a Inglaterra con el fin de cursar una maestría en traducción literaria en la Universidad de Essex en 1980; a su regreso a Río, publicó Luvas de Pelica que escribió en Inglaterra. En sus obras, Ana Cristina César tiene una delgada línea entre la ficción y la autobiografía.

A la edad de treinta y un años se suicidó, arrojándose por la ventana del departamento de sus padres, en el octavo piso de un edificio de la calle Tonelero en Copacabana. Armando Freitas Filho, poeta brasileño, era su mejor amigo, y fue a él a quien dejó la responsabilidad de cuidar sus publicaciones póstumas. Los escritos personales de la autora están bajo la tutela del Instituto Moreira Salles.  La familia donó los escritos de su estancia en Río de Janeiro; sin embargo, se sabe que muchas de sus cartas fueron censuradas por la familia, especialmente aquellos que la escritora recibió de Caio Fernando Abreu.

Principales obras

Poesía

A Teus Pés (1982).
Inéditos e Dispersos (1985).
Novas Seletas (póstumo, editado por Armando Freitas Filho).

Crítica

Literatura não é documento (1980).
Crítica e Tradução (1999).

Otros

Correspondência Incompleta
Escritos no Rio (póstumo, editado por Armando Freitas Filho).
Escritos em Londres (póstumo, editado por Armando Freitas Filho).
26 Poetas Hoje (antología de Heloísa Buarque).




Samba canción

Tantos poemas que perdí.
Tantos que escuché, gratis,
por teléfono --ahí tenés,
hice de todo para gustarte,
fui mujer vulgar,
medio bruja, medio fiera,
risita modernista
arañada en la garganta,
malandra, puto,
muy zafada, vándala,
tal vez maquiavélica,
y un día me empaqué,
me valí de mesuras
(era una estrategia),
comercié, avara,
aunque un poco burra,
porque inteligente después me
pondría colorada, o al contrario, cara
pálida que desconoce
el propio color rosa,
y tantas hice, tal vez
queriendo la gloria, la otra
escena a la luz de los spots,
tal vez apenas tu cariño,
pero tantas, tantas hice...



MIRO MUCHO TIEMPO EL CUERPO 
DE UN POEMA

miro mucho tiempo el cuerpo de un poema
hasta perder de vista lo que no sea cuerpo
y sentir separado entre los dientes
un hilo de sangre en las encías

Escenas de abril, 1979.
Traducción de Teresa Arijón y Sandra Almeida.



NADA, ESTA ESPUMA

Por enfrentamiento del deseo
insisto en la maldad de escribir
pero no sé si la diosa sube a la superficie
o apenas me castiga con sus aullidos.
Desde la amura de este barco
quiero tanto los senos de la sirena.

Escenas de abril, 1979.
Traducción de Teresa Arijón y Sandra Almeida.



*

Traducción:
José Carlos De Nóbrega

Cómo afeitar el paisaje

La fotografía
es un tiempo muerto
ficticio regreso a la simetría

secreto deseo del poema
censura imposible
del poeta

Miro mucho tiempo el cuerpo de un poema
hasta perder de vista lo que no sea cuerpo
y sentir separado entre los dientes
un cordoncillo de sangre
en las encías



Fisonomía

No es mentira
es otro
el dolor que duele
en mí
es un proyecto
de paseo
en círculo
un fracaso
del objeto
en foco
la intensidad
de luz
de la tarde
en el jardín
es otro
otro el dolor que duele

Hubo un poema
que guiaba su propia ambulancia
y decía: no recuerdo
ningún cielo que me consuele,
ninguno,
y salía,
sirenas bajas,
coleccionando los restos de las conversaciones,
de las señoras,
“para que nada se pierda
o se olvide”,
proverbial,
aunque herido,
hubo un poema
ambulante,
cruz roja
sonámbula
que huyó
y se fue
inolvidable,
irremediable,
criba abajo.

Sin ti mi bien soy lago, montaña.
Pienso en un hombre llamado Heberto.
Me acuesto a fumar bajo la ventana.
Respiro con vértigo. Ruedo en el colchón.
Y sin bravuconería, corazón, subo el precio.

Allá donde me cruzo con la modernidad,
y mi pensamiento atraviesa como un rayo,
la piedra en el camino es el tiempo q
ue arrojas del campo.

Ahora, de inmediato,
es aquí que empieza la primera señal
del peso del cuerpo que sube.
Aquí cambio de mano y empiezo a ordenar el caos.


_______________________________________

Título: Forma sin norma
Autor: Ana Cristina Cesar
Traducción: Ángel Guinda

COMENTARIOS
Nota Final

Cerrada la edición y ya en imprenta, el azar -¿o el destino?- me ha concedido conocer a una mujer brasileña, de ´Rio de Janeiro, quien, prudentemente, desea permanecer en el anonimato. Me confiesa que una de sus amigas trabajó como asistenta para Ana Cristina durante la última época de la vida de ésta y que se encontraba en la casa que nuestra poeta compartía con su compañero la madrugada en que se precipitó...

Ángel Guinda

(fragmento)

La poesía de Ana Cristina Cesar lidia con los mismos elementos que aquellas otras aparecidas, en Rio, en los años 70: el tono coloquial, la experiencia inmediata y cotidiana captada mediante una escritura sin aura, instantánea, lejos de dicciones solemnes, circunspectas y premeditadas de la literatura en general y de las vanguardias establecidas y dogmáticas.

Armando Freitas Filho

(fragmento)



Poesía Extranjera

Forma sin norma

Ana Cristina Cesar. Edición de Ángel Guinda. Olifante. Ediciones de Poesía. Tarazona, 2006, 96 páginas

Ángel Guinda alterna la escritura de su propia poesía con la traducción: Cecco Angiolieri, Teixeira de Pascoaes, Àlex Susanna, José Manuel Câpelo, Florbela Espanca o ahora Ana Cristina Cesar. Se trata de una ecritora, inscrita en una poética de indagación y del viaje interior y exterior, que habla de sí misma, de la búsqueda de un lugar en el mundo, del dolor de vivir, de una poética suspensa en la vida y en la vida de las palabras. A Ana Cristina, que cosechó numerosos elogios, le dolía existir, hasta el punto de que a los 31 años, tras haber viajado y amado mucho, se suicidó.

Artes y Letras. Heraldo de Aragón. 21/09/2006



Tengo en mis manos el libro de Ana Cristina César, el color de la cubierta me recuerda el tono de un cielo de Octubre, que teñía mis ojos de un suave violeta-rosado.

Dentro, una mujer joven, a quien están haciendo una fotografía.

“Forma sin norma”, sin norma, deseo precipitarme a la forma.

Cierro el libro y lo abro al azar,

páginas 28 y 29

inconfissôes-novembro/68 - inconfesiones-noviembre/68:

“Yo no sabía
Que desacatar las normas
Era una experiencia mortal”.

“Eu nâo sabia
que virar pelo avesso
era una experiencia mortal”.


Ana Cristina César, estudia, viaja, ejerce el periodismo, dibuja, posee un amplio bagaje cultural. Es inteligente, creativa, apasionada, inventa su propia forma de vivir. Su experiencia unida a una fuerte intuición hacen que pueda imaginar un posible final para su propia historia. Pero a veces, una intervención ajena e inesperada, puede precipitar los acontecimientos; como en el caso de su temprana muerte, ¿suicidio? . Todavía es un misterio, hay recientes descubrimientos, (que el libro recoge antes de finalizar su edición) que apuntan la hipótesis de que fuera lanzada al vacío, desde la ventana de su casa, por su propio compañero. ¿Otra mujer mas?

Cierro el libro y lo abro de nuevo al azar. Me gusta este juego.

Páginas 54 - 55


Me quedo quieta.
No escribo más.
Dibujo en una villa que no me pertenece.
No pienso en el adiós. Mis garabatos existen hoy
y desaparecerán.
“Como todos, a mi regreso comencé a fotografiar a la gente,
en las sillas del balcón”
Perdí un tren. No consigo contar la historia completa.
Me pediste detalles (todavía creo que la pregunta
era de esas cansadas al final de la noche,
era yo quien estaba distante)
Pero no hablo, y no porque mi boca esté seca.
Ni ironía ni fuego cruzado.
Me da miedo perder este silencio.

Sus poemas son directos, no tengo nada que añadir, solo evocar sus gestos, sus sensaciones, sus silencios.

Me quedo quieta,....No escribo más.......comencé a fotografiar a la gente.....me da miedo perder este silencio.......

Página 82 – 83

Estoy tirando de la cuerda, pero
las velas arden.

Te digo: nâo chores nâo
Aquí é mais calmo, é suave ardor
que se pode namorar a distancia

No es tu cuerpo.
Es la posibilidad de la sombra.
Que se encoge y recubre.
Ellos se pierden,
Pero no puede ser de otro modo.
Querida, ¿recuerdas nuestras satisfacciones,
Nuestras banderas izadas,
El verano,

O recorte dos ritmos, intacto?
É para vocé que escrevo, é para você.

“Antes de cerrarse, mi vida se cerró dos veces.”
Emily Dickinson

2.10.83


En el libro “Forma sin norma” los poemas aparecen cronológicamente, en cada uno de ellos he ido descubriendo el pulso de sus luchas, conquistas y obsesiones, de las que me siento solidaria. En sus palabras, Ana Cristina se deja ver, se oculta, es el retrato de una mujer de mente despierta, con una potencia arrolladora. Fatalidad, autodestrucción, cansancio o tedio de vivir. Para ella, la idea de la muerte, es el ansiado descanso, la liberación de su dolor existencial.

Excelente traducción y texto de presentación de Ángel Guinda.

“Volcán de nieve. Ella no fue (ella permanece) como una fiera.” Dice Armando Freitas Filho.

“Forma sin Norma” es un nuevo acierto de Editorial Olifante, maravillosa su presentación en el marco del V Festival Internacional de Poesía Moncayo “La otra resistencia”, Mujeres poetas.

POEMA OBVIO

No soy idéntica a mí misma
Soy y no soy al mismo tiempo, en el mismo lugar
Y desde el mismo punto de vista
No soy divina, no tengo origen
No tengo razón de ser ni destino concreto:
Soy la lógica misma circundante


Junio/69



“Se llenaron los espacios de un viento imparable y solidario. Encuentro de todas las tierras, todas las lenguas, hombres y mujeres venidos de todas las orillas, para compartir voces y entendimiento.”

Ana Alcaraz. Poeta. Noviembre.06 Tarazona. Texto de Presentación.


Poesía Extranjera
Forma sin norma
Ana Cristina Cesar. Edición y Traducción de Ángel Guinda.
Olifante. Ediciones de Poesía
Tarazona, 2006
Los lectores de poesía tenemos desde ya una selección de la mejor poesía que escribió la brasileña Ana Cristina Cesar (Río de Janeiro, 1951-1983) en edición del poeta y traductor Ángel Guinda, "Forma sin norma" (Olifante). Son una treintena de poemas que sí dicen y mucho de la plural personalidad de la autora y de su creatividad. Se suicidó o eso parece a los 32 años con tres libros publicados y alguna plaquette.
La poeta utiliza lenguaje femenino y fragmentario, de una originalidad y radicalidad extrema, diríase: "Llego a parecer ingrata./ No, Pedro, no quiero jugar más a puta." Creo que vivió su poesía para sentir que moría con ella: "desmintiendo lo que muere a cada instante".
Su poesía es, pues, un saborear la paradoja de la dicotomía entre su vivir y su morir, que en definitiva no son cosas tan distintas, pues nacemos y vamos muriendo conforme avanzamos en la vida. Y, supongo que Ana Cristina Cesar sabía que tenía la obligación de escribir cada día para estar y seguir viva cada día, siendo consciente que todo esto acabaría cuando terminase su discurso poético.
Seguramente su poesía la invadió y se le hizo necesaria para respirar: "También mi boca/ está seca/ por este aire seco de la meseta"; pero ese vivir necesitado es lo que puede cambiar todo: "la luz se rompe a través de los cristales./ Voy a saltar y me agarran el pie." Eterna lucha entre el Eros y el Thanatos: "Me quedo quieta./ No escribo más."
Cabe apuntar, que esta poeta precoz ya dictaba sus poesías a su madre cuando aún no sabía escribir. Vivió intensa y radicalmente el arte y su vida de lucha contra la dictadura y los liderazgos intelactuales masculinos.
Enrique Villagrasa. Artes y Letras. Heraldo de Aragón. Zaragoza, 9/11/06


LA ENIGMÁTICA PALABRA DE ANA C. CÉSAR


Ana Cristina César saltó al vacío desde el balcón de su casa cuando contaba sólo 31 años. Si fue forzada, ayudada, o decidió suicidarse, sigue siendo a día de hoy una incógnita difícil ya de resolver. La reciente aparición de “Forma sin norma” (Olifante Poesía. Tarazona, Zaragoza, 2006), nos acerca la enigmática voz de esta poetisa brasileña (Río de Janeiro, 1952-1983) a través de las certeras traducciones que ha preparado para la ocasión Ángel Guinda. “La prioridad vuelve a ser la semántica (…), un contexto casi siempre confesional próximo al formato del `querido diario´ adolescente, que dialoga con un interlocutor cambiante, mezcla de persona y personaje”, anota en su liminar el escritor brasileiro Armando Freitas Filho.

Conocí algunos poemas de Ana C. César tras la lectura de la compilación “Nueva Poesía Brasileña (1960-2000)”, que preparase años atrás Adolfo Montejo. Ya entonces, descubrí la acentuada versatilidad de esta autora, al par de su espontaneidad vital y su alto grado de experimentación. Adscrita en su país a la corriente de la “poesía marginal” -de corte vanguardista, contestatario, en sintonía con el mayo del 68, con influencias musicales y un lenguaje entre coloquial y postmoderno-, Ana C. César desarrolló un quehacer de personalísima intensidad en los cuatro poemarios que integran su obra. Entre la esperanza (“Tengo una vida blanca y limpia esperándome”) y el desconsuelo (“No encuentro/ en mitad de todas estas historias/ ninguna que sea la mía”), se mueven sus versos fugitivos y sensuales (“Vamos a tomar el té de las cinco/y te cuento mi gran historia de amor/ que guardé bajo siete llaves”). Mas bajo su cálido verbo nos aguarda siempre la sensibilidad incesante de su sorpresivo decir: “Siempre es más difícil/ anclar un navío en el espacio”.

Publicaciones del Sur. Jorge DE ARCO



         Traveling

               Versión de Consuelo Olivera T.

Tarde de noche reordeno toda la casa em su lugar.
Guardo todos los papeles que sobraron.
Me confirmo la solidez de los candados.
Nunca más te dije una palabra.
En lo alto de la sierra de Petrópolis,
con un sombrero de puna y un regador,
Elizabeth confirmaba: “Perder es más fácil de loq eu se piensa”.
Rasgo todos los papeles que sobraron.
“Sus ojos pecan, pero su cuerpo
no”, decía el traductor preciso, simultâneo, mientras sus manos temína... “peligroso”,
reía Carolina experta em papel Kodak.
La cámara con rapidez viajaba.
La voz en off en las montañas, inextinguible
fuego domado de la pasión, la voz
del espejo de mis ojos,
negándose a todos los viajes,
y la voz áspera de volocidad,
del total de tres bebí un poço
sin notar 
como quien procura un hilo.
Nunca más te dije
una palabra, repito, reafirmo alto,
tarde de noche,
um poço desalineado,
sin lujo
sed
las opiniones que oí en un día interminable:
sin parecer más con la luz ofuscante de ese
mismo
día interminable.

Extraído de BLANCO MÓVIL, n. 75. México, DF, Primavera de 1998. “Poetas de Brasil”.



INVIERNO EUROPEO

                            Trad. Luciana di Leone, Florencia Garramuño y Carolina Puente

Desde aquí es más difícil: país extranjero, donde la crema de leche está cortada y la subjetividad se parece a um robô inicial.
Recomiendo cautela. No soy personaje de tu libro y ni aunque quieras me recortar´qas en el horizonte teórico de la década pasada. Los militantes sensuales pasan la pelota: ¿depresión legítima o encanto frente a mujeres inquietas sólo como ellas? Manifiesto: tomá la pelota, yo como invitada no digo nada y indiscretísima me saco los guantes (como mucho), a la derecha de quien entra.

         (De A teus pés, 1982)


NOCHE CARIOCA

                            Trad. Luciana di Leone, Florencia Garramuño y Carolina Puente

Diálogo de sordos, no: amistoso en lo frio.
Me atasco en contramano. Suspiros em contraflujo. Te presento a la mujer más discreta del mundo: esa que no tiene secretos.

         (De A teus pés, 1982)





De 
GUANTES DE GAMUZA Y OTROS POEMAS
Selección, traducción y notas: Teresa Arijon y Sandra Almeida
Rosario, Argentina: Bajo la Luna bilíngüe, 1992

MARFIL

La muchacha bajó los escalones con la bata
monogramada en el pecho: L. M. sobre el corazón.
Vamos a iniciar la Correspondencia, Ella
propone. ¿Y amaste a alguien verdaderamente?
Los limites del romance realista. Los caminos del
conocer. La imitación de la rosa. Las apariencias
desengañan. Estoy desengañada. No te reconozco,
a vos, que sos tan tranquila, em esa historia. LLamá
mañana outra vez sin falta. No puedo
interrumpir el trabajo ahora. Gente que habla por
todos los lados. Palabra que ya no se mueve en el
barril de pólvora plantado sobre la torre de
marfil. 


COMO RASURAR EL PAISAJE

La fotografia
es un tiempo muerto
retgorno ficticio a la simetria

deseo secreto del poema
censura imposible
del poeta



PSICOGRAFÍA

También salgo al descuido
y busco una síntesis en las demoras
junto obsesiones com fría témpera y digo
del corazón: no supe y digo
de la palabra: no digo (todavía no puedo creer
en la vida) y destituyo al verso como quien saluda
y vivo como quien despide la rabia de haber visto



CIÚMES

Tenho ciúmes deste cigarro que você fuma
Tão distraidamente.

Abril/68



Tenho uma folha branca
                            e limpa à minha espera:

mudo convite

tenho uma cama branca
                            e limpa à minha espera:

mudo convite

tenho uma vida branca
                            e limpa à minha espera.


5.2.69



O nome do gato assegura minha vigília
e morde meu pulso distraído
finjo escrever gato, digo: pupilas, focinhos
e patas emergentes. Mas onde repousa

o nome, ataque e fingimento,
estou ameaçada e repetida
e antecipada pela espreita meio adormecida
do gato que riscaste por te preceder e

perder em traços a visão contígua
de coisa que surge aos saltos
no tempo, ameaçando de morte
a própria forma ameaçada do desenho
e o gato transcrito que antes era
marca do meu rosto,  garra no meu seio.

2.10.72


E penso
a face fraca do poema/ a metade na página
partida
Mas calo a face dura
flor apagada no sonho
Eu penso
A dor visível do poema/ a luz prévia
Dividida
Mas calo a superfície negra
pânico iminente do nada.



“Nestas circunstâncias o beija-flor vem sempre aos milhares”

Este é o quarto Augusto. Avisou que vinha. Lavei os sovacos e os
pezinhos. Preparei o chá. Caso ele me cheirasse... Ai que
enjôo me dá o açúcar do desejo.



é aqui
por enquanto
ainda não tem
cortina
tapete luz indireta
amenizando a noite
quadro nas paredes



Noite carioca

Diálogo de surdos, não: amistoso no frio
Atravanco na contramão. Suspiros no contrafluxo. Te apresento
a mulher mais discreta do mundo: essa que não tem nenhum
segredo.



Mocidade independente

Pela primeira vez infringi a regra de ouro e voei pra cima sem
medir as conseqüências. Por que recusamos ser proféticas?  E
que dialeto é esse para a pequena audiência de serão?  Voei pra
cima: é agora, coração, no carro em fogo pelos ares, sem uma
graça atravessando o estado de São Paulo, de madrugada, por
você, e furiosa: é agora, nesta contramão.



Nada disfarça o apuro do amor.
Um carro em ré. Memória da água em movimento. Beijo.
Gosto particular da tua boca. Último trem subindo ao
céu.
Aguço o ouvido.
Os aparelhos que só fazem som ocupam o lugar
clandestino da felicidade.
Preciso me atar ao velame com as próprias mãos.
Sirgar.
Daqui ao fundo do horto florestal ouço coisas que
nunca ouvi, pássaros que gemem.



A ponto de
partir, já sei
que nossos olhos
sorriam para sempre
na distância.
Parece pouco?
Chão de sal grosso e ouro que se racha.
A ponto de partir, já sei que
nossos olhos sorriem na distância.
Lentes escuríssimas sob os pilotis.



Esqueceria outros
pelo menos três ou quatro rostos que amei
Num delírio de arquivística
organizei a memória em alfabetos
como quem conta carneiros e amansa
no entanto flanco aberto não esqueço
e amo em ti os outros rostos



O Homem Público N. 1

Tarde aprendi
bom mesmo 
é dar a alma como lavada.
Não há razão 
para conservar
este fiapo de noite velha.
Que significa isso?
Há uma fita 
que vai sendo cortada
deixando uma sombra 
no papel.
Discursos detonam.
Não sou eu que estou ali
de roupa escura
sorrindo ou fingindo
ouvir.
No entanto
também escrevi coisas assim,
para pessoas que nem sei mais
quem são,
de uma doçura
venenosa
de tão funda.




De
Ana Cristina Cesar
Portsmouth 30-6-60  Colchester 12-7-80
São Paulo: Instituto Moreira Salles; Livraria Duas Cidades, sd.  
Um "caderno de desenho"  espiralado reproduzindo anotações e desenhos
de Ana Cristina Cesar durante sua estada na Inglaterra. Uma bela edição em honra da musa do final do século 20 que persiste no culto  de admiradores. Reproduzimos duas imagens e recomendamos a obra para colecionadores e bibliófilos. Livro-objeto. Memorabilia.


INVERNO EUROPEU

Daqui é mais difícil: país estrangeiro, onde o creme de leite é desconjunturado e a subjetividade se parece com um roubo inicial.
Recomendo cautela. Não personagem do seu livro e nem que você queira não me recorta no horizonte teórico da década passada. Os militantes sensuais passam a bola: depressão legítima ou charme diante das mulheres inquietas que só elas? Manifesto: segura a bola; eu de conviva não digo nada e indiscretíssima descalço as luvas (no máximo) à direita de quem entra.

         (De A teus pés, 1982)


NOITE CARIOCA

Diálogo de surdos, não: amistoso no frio.
Atravanco na contramão. Suspiro no contrafluxo. Te apresento a mulher mais discreta do mundo: essa que não tem nenhum segredo.

                   (De A teus pés, 1982)



TRAVELLING

Tarde da noite recoloco a casa toda em seu lugar.
Guardo os papéis todos que sobraram.
Confirmo para mim a solidez dos cadeados. 
Nunca mais te disse uma palavra.
Do alto da serra de Petrópolis,
com um chapéu de ponta e e um regador,
Elizabeth reconfirmava, “Perder
é mais fácil que se pensa”.
Rasgo os papéis todos que sobraram.
“Os seus olhos pecam, mas seu corpo
não”,
dizia o tradutor preciso, simultâneo,
e suas mãos é que tremiam. ‘É perigoso”,
ria Carolina perita no papel Kodak.
A câmera em rasante viajava.
A voz em off nas montanhas, inextinguível
fogo domado da paixão, a voz
do espelho dos meus olhos,
negando-se a todas as viagens,
e a voz rascante da velocidade,
de todas três bebi um pouco



MARFIM

A moça desceu os degraus com o robe
monografado no peito: L. M. sobre o coração.
Vamos iniciar outra Correspondência, ela
propôs. Você já amou alguém verdadeiramente?
Os limites do romance realista. Os caminhos do
conhecer. A imitação da rosa. As aparências
desenganam. Estou desenganada. Não reconheço
você, que é tão quieta, nessa história. Liga
amanhã outra vez sem falta. Não posso
interromper o trabalho agora. Gente falando por
todos os lados. Palavra que não mexe mais no
barril de pólvora plantado sobre a torre de
marfim.


COMO RASURAR A PAISAGEM

a fotografia
é um tempo morto
fictício retorno à simetria

secreto desejo do poema
censura impossível
do poeta


PSICOGRAFIA

Também eu saio à revelia
e procuro uma síntese nas demoras
cato obsessões com fria têmpera e digo
do coração: não sou e digo
a palavra: não digo (não posso ainda acreditar
na vida) e demito o verso como quem acena
e vivo como quem despede a raiva de ter visto



CÉSAR, Ana Cristina.   Inéditos e dispersos: prosa / poesia. Organização Armando Freitas Filho.  3ª edição.   Instituto Moreira Salles, Editora Ática, 1998.   205 p +16 f. de fotos ilus. p&b   15x22 cm.   ISBN  85-080718-7.  Apoio da Lei de Incentivo à Cultura. Ministério da Cultura. Inclui prosa, poesia e desenhos da autora, copiados dos arquivos da poeta depois de sua morte pela mãe Maria Luiza e Grazyna Drabik e logo selecionados pelo organizador da presente edição.  O texto é o mesmo da 2ª. edição.  Col. A.M. 


Estou atrás

do despojamento mais inteiro
da simplicidade mais erma
da palavra mais recém-nascida
do inteiro mais despojado
do ermo mais simples
do nascimento a mais da palavra

28.5.69


Fisionomia

não é mentira
é outra
a dor que dói
em mim
é um projeto
de passeio
em círculo
um malogro
do objeto
em foco
a intensidade
de luz
de tarde
no jardim
é outrart
outra a dor que dói


houve um poema
que guiava a própria ambulância
e dizia: não lembro
de nenhum céu que me console,
nenhum,
e saía,
sirenes baixas,
recolhendo os restos das conversas,
das senhoras,
"para que nada se perca
ou se esqueça",
proverbial,
mesmo se ferido,
houve um poema
ambulante,
cruz vermelha
sonâmbula
que escapou-se
e foi-se
inesquecível,
irremediável,
ralo abaixo.








CÉSAR, Ana Cristina.  Poética. São Paulo: Companhia das Letras, 2013. 504 p.  
13,5x21 cm.   Curadoria editorial: Armando Freitas Filho. Capa e projeto gráfico: Elisa von Randow. Foto da capa Cecília Leal.   ISBN 978-85-359-2351-3  Col. A.M.



sumario

Polly Kellog e o motorista Osmar.
Dramas rápidos mas intensos.
Fotogramas do meu coração conceitual.
De tomara-que-caia azul-marinho.
Engulo desaforos mas com sinceridade.
Sonsa com bom-senso.
Antena da praça.
Artista da poupança.
Absolutely blind.
Tesão do talvez.
Salta-pocinhas.
Água na boca.
Anjo que registra.


deus na antecâmara

Mereço (merecemos, meretrizes)
perdão (perdoai-nos, patres conscripti)
socorro (correi, vaiei-nos, santos perdidos)

Eu quero me livrar desta poesia infecta
beijar mãos sem elos sem tinturas
consciências soltas pêlos ventos
desatando o culto das antecedências
sem medo de dedos de dados de dúvidas
em prontidão sanguinária

(sangue e amor se aconchegando
hora atrás de hora)

Eu quero pensar ao apalpar
eu quero dizer ao conviver
eu quero parir ao repartir

filho
pai
e
fogo

DE-LI-BE-RA-DA-MEN-TE
abertos ao tudo inteiro
maiores que o todo nosso
em nós (com a gente) se dando

HOMEM: ACORDA!

3.7.69 


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