lunes, 1 de septiembre de 2014

REYNALDO SIETECASE [13.132]


Reynaldo Sietecase

Reynaldo Luis Sietecase (Rosario, Argentina, 12 de octubre de 1961) es un periodista gráfico, escritor, columnista y editor argentino.

Pasó por los principales medios de comunicación de su ciudad natal, como los diarios Rosario/12 y La Capital, las radios LT8 y LT2, y el Canal 5, entre otros.

Desde 1998 desarrolla el periodismo en Buenos Aires. Fue asimismo editor de la revista Veintitrés y columnista de los programas de televisión Detrás de las noticias y Día D, ambos conducidos por Jorge Lanata.

Condujo los programas televisivos Lado Salvaje (América 24) y Tres Poderes (América TV) junto a Maximiliano Montenegro y Gerardo Rozín, los cuales fueron levantados del aire luego de entrevistar con preguntas comprometedoras a uno de los accionistas del canal, el político Francisco de Narváez. También ha sido colaborador permanente del diario Crítica de la Argentina.

Desde febrero de 2008 estuvo a cargo del programa Mañana es tarde (de 16 a 19 hs) que se emitía por Radio del Plata. En el año 2006 obtuvo el Premio Martín Fierro a la mejor labor periodística en radio, por su participación en Lanata PM, conducido por Jorge Lanata. En 2012 obtuvo su segundo Premio Martín Fierro por su labor periodística en el programa Dicen que Dicen, transmitido por Radio del Plata. En 2013, ganó su tercer Premio Martín Fierro, por su labor como panelista en Telefe Noticias, y un Premios Tato por su labor periodística en dicho noticiero.

Fue galardonado con el Premio Eter por su labor periodística en radio en las ediciones 2008 y 2009.

Desde 2012 forma parte del equipo periodístico de Telefe Noticias. Además, conduce el programa Guetap, de 6 a 9 hs en Radio Vorterix Rock, FM 103.1, propiedad de Mario Pergolini, en sociedad con Sergio Szpolski y Matías Garfunkel.

Es director de la revista cultural 32 Pies y autor de libros de crónicas, novelas y poemarios.

Obra

1994, Las crónicas del viajero que huye (libro de crónicas).
1997, Bares (libro de crónicas).
2002, Un crimen argentino (su primera novela)
2007, Pendejos (libro de cuentos), Alfaguara
2010, A cuántos hay que matar (novela), Alfaguara
2011, No hay tiempo que perder (libro de crónicas), Aguilar.
2012, Kamikazes, los mejores peores años de la Argentina (investigación, periodismo), Aguilar

Libros de poesía

1986, Y las cárceles vuelan.
1989, Cierta curiosidad por las tetas.
1992, Instrucciones para la noche de bodas.
1996, Fiesta rara.
2000, Pintura negra.
2005, Hay que besarse más.





Vou-me embora

Los poetas vuelan
por lo menos
algunos poetas vuelan
Carlos Miranda
mi amigo vuela

Egoísta
pretendo retenerlo
Tomarlo de la mano
Aferrarlo a la tierra
Se burla del intento
De un Salto se acerca
a Manuel Bandeira
a Drummond de Andrade
a Vinicius

Los poetas vuelan
por  lo menos algunos
Los que tienen de aire la ilusión
Los que saben reír y pensar
Los domadores de anfibios

Carlos  Miranda vuela
se va
y a mí me duele el corazón
la piel
la dentadura
saber de su destreza
de su apasionada levedad
de su infinita tristeza

Nos faltaban caipirinhas
que beber
Abrazos que cruzar
Sambas por descubrir
Libros que disfrutar

Bahiano de Serrinha
Marxista a lo Garrincha
Como Xango celoso
de justicia y verdad
estaba en guerra

Carlos Miranda vuela
mi amigo vuela
atraviesa el cielo azul
de Río de Janeiro
liviano como  el polen
saluda con la mano en alto y dice
“Vou-me embora pra Pasárgada,
Lá sou amigo do Rei
Vou-me embora pra Pasárgada
Aquí eu não sou feliz”.

(de  Los Poemas, Ediciones en Danza, 2011)

N.A.:

 “Ya me voy para Pasárgada/ Allá soy amigo del rey/
ya me voy para Pasárgada/ Aquí yo no soy feliz”
Manuel Bandeira





Nadie es de nadie

Como mirarla entonces
sin este deseo infernal
de hacerla mierda.

Como pensarla durmiendo
acompañada
sin la dulce intencion
de fragmentarla
partirla en pedacitos
de colores.

Como escuchar callado
su buen dia
sin querer hundirle
mi sexo hasta los ojos.

Como ir tontamente 
a visitarla
sin pretender tapar 
tanto agujero
que le sobra
en fin
mojarle el corazon
con un buen polvo.





Ropa Interior

La fina base
Sostiene la cabeza
Como un cascabel
De las afirmaciones.
Con la rigidez de un mastil
Cuando niega
La gargantilla bordó
sobre la mesada de mármol.

Velo del pubis
Una caricia que crece
Como una araña amable
Entre las sábanas.
Piel sobre la piel sedienta
Las bragas de seda.

Uñas que cuelgan
Dificultad para los labios
Cuando buscan las orejas
Son índices que señalan nada.

Aros largos y afilados
Como espadas

Insignia del rubor
Bandeja de mensajes
Complemento de la seducción
Un pañuelo bordado con puntillas
Bajo la almohada.

Envases de incerteza
Ocultan posibles atajos
Al amor
Las sandalias tristes
Sin los piespequeños
Junto a la cama.

Verticales de pedazos
Continentes del pudor
Transparencias
Ropa interior.





No desear a la mujer del prójimo

No desear a la mujer
del prójimo
o por lo menos
no desearla con la fuerza
suficiente
como
para perseguirla
por las calles
de su barrio
con la estúpida intención
de producir
encuentros casuales
saludos a lo lejos
u otras artimañas
que puedan forzarle
la sonrisa 

No tomar el mismo
colectivo
los días necesarios
para encontrarla 
en el asiento
de enfrente
y desolados
viajar en silencio
a ningún sitio
con su pelo en los ojos
y los labios 

No invitarle un café
y menos
por supuesto 
un vino blanco
Jamás pensar 
en empujarle
poemas al oído
o escribir
su nombre 
por los baños
Evitar sorprenderla 
sola y cerca
en especial los domingos
o feriados
al límite peligroso
de beber su aliento 

No olvidar
restos de corazón
en sus pezones
ni caer por descuido
entre sus piernas 

No desear a la mujer
del prójimo
o por lo menos
no desearla con la fuerza
suficiente. 






Los poemas de Francisco Goya.


LA MAJA

Desnuda
Derrumbada

Un animal vencido
esperando la muerte

Sobre el tapete
la piel

hace un reclamo
a las miradas

Retengo este boceto
del pasado

Los trazos leves
el momento en que el alma
se entrega a
calamidades y derrotas

Rito de la pasión
saciada en su hermosura

¿Volverás a posar
Diminuta

como si nada pasara
Derrumbada
Desnuda?






EL SORDO

Veo los labios que se agitan en el aire
la mirada triste de la mujer
que se levanta de mi cama

el sol que ingresa sin permiso
partiendo el piso de madera del cuarto
los pájaros mudos que sobrevuelan los árboles
de la Quinta

los pinceles solos en un vaso
un cuadro futuro en la tela en blanco

La porcelana donde orino
permanece en silencio
hasta cuando pateo la mierda
Miro como se derraman las heces
y percibo el olor ácido
que me devuelve al día

Algunas ventajas hay
pienso con mayor profundidad
mi cerebro ya no es un recipiente de frases vacías
no escucho sermones ni promesas
ni palabras amables
y falsas

También dolores nuevos
la música es un recuerdo
la última vez que dijiste te amo
los quejidos cuando te aplasto
el cuerpo

los gritos de los pescadores
el ladrido de un perro
los ruidos del pan
cuando se parte
las goteras

A veces la ira
golpea mis cristales
y yo le abro las puertas
del corazón

y entablamos entonces
un diálogo de sordos:
Nunca canté tan bien le digo
Te lo mereces replica
¿La buena voz o la sordera? Pregunto
La soledad amigo responde
Aún puedo pintar sostengo
Pedí perdón por tus pecados recomienda
Ya no importa si Dios me da clemencia
No podré escuchar al viejo zorro
Me doy por perdonado

Trato de dibujar sonidos
en mi mente 
Todo lamento es vano.






PERRO

A tus piernas
me acerco
Con prudencia
El gesto que sueltas
es una promesa
de caricia
Perro que ladra
no muerde
y otras frases idiotas
Miedo ante
el vacilar
de los colmillos
sobre cartilagos
y huesos
Cercenar la mano
del amo
es un imperativo
de la sangre
No es noticia
que un perro
muerda al hombre
que lo pinta
Borroneado y solo
condenado a yacer
medio muerto
con el rabo
entre las patas
como un interrogante





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