RICARDO ROZAS
La Serena, CHILE 1946. Nació en octubre de 1946, y ha vivido siempre en La Serena. Habita entre damascos y olivos, en el casco urbano de la ciudad, y cultiva plantas y flores. Es constructor civil, funcionario público desde hace muchos años; dirigente de Junta de Vecinos, comprometido con la acción voluntaria; hombre de guitarra, canto y contertulio de largas horas. Co - funda el primer taller literario de la región: Preludio y una revista del mismo nombre. Después, participa de la fundación del taller Lapislázuli y fue su secretario; de la SECH. regional y del Colectivo de los Poetas de la Bahía de Guayacán.
Ricardo Rozas, constructor civil - entre olivos y damascos, poeta de guitarra y canto; ama y cultiva flores y plantas. Las tinieblas lo acompañaron mucho tiempo. Hoy ambiciona el aire que puede llenarle los pulmones. La poesía ha servido para cantar las últimas desdichas. Estuvo el cielo roto mucho tiempo frente a sus ojos, “era una obsesión incansable”. “Se ve al fondo del Huaco, una lágrima, porque entre sus ojos pasó el imperio vivo, guardando el llanto de los dioses de plumas y cetro de oro”. Sabe que la poesía enfrenta un muro enorme como el que construye en Palestina, la estrella negra del terror. Pareciera que cruzar el muro nos lleva a la Salvación; cada día el poeta se enfrenta al muro que la sociedad construye sin pensar que ellos limitan la vida. Sin embargo, el poeta apura el paso antes que llegue la noche y así cruzar el puente y encontrar el resplandor de la vida, fuente del cielo, el cántaro pleno. Los poetas saben que no están en negocios oscuros y que las monedas no son su leiv motiv. Las multitudes adormecidas van del fracaso al hastío. Pero el amor llena gran parte de esta Antología en Ricardo Rozas. En 4 textos nos habla y canta el amor de antes: “y yo siempre corriendo al galope para caer algún día en tus brazos enjoyados”. El poeta es el errante que busca el amor. Entonces la soledad no sería tanta, “más de alguien, soñaría por tener tu mano”. Pero la esperanza es una luz en todos los poetas y nos dice: “he bebido con otros jefes la copa de la fe en los pueblos”. Entonces recuerda toda la ternura recibida y que nos hace sentirnos más humanos y solidarios. [Por Edmundo Herrera].
El último desencanto
Ambiciono el aire
que pueda llenarme
los pulmones de flores;
ansío ser el ala
cambiando su curso
con solo un latido.
Pero veo que
mi voluntad y mis pulmones
se han ido cubriendo
de polvo.
Me molesta ser nada,
soy apenas el reflejo
de lo que debería ser.
El cielo roto
Era una obsesión incansable
que me llevaba a buscarlo
entre amasadas quimeras,
pero solo eran estelas
consumidas por una luz mayor
que me tiró abandonado.
Y ahí plantado
en medio del camino
me fui hundiendo
con las manos apretadas,
porque el techo roto
subía y bajaba
hasta su altura,
porque, solo era eso;
un cielo
sin posición fija,
que podía tomar
la estadía
de un pensamiento.
Mi conciencia
suplicando apoyo
no pudo,
rendir cuentas a nadie.
Su cielo estaba roto
de tanto mirar alturas.
Trozo de cántaro
Del corazón mismo
bullendo en cascada ígnea
del tiempo de otros soles
fue desgarrándose
como víscera de tierra
hasta hacerse arena.
Amasado por pie descalzo
era el suelo quemante
de una América joven.
En su oscura presencia
quedó traspasado el brillo del sol.
Se ve al fondo del huaco,
una lágrima,
porque entre sus ojos
pasó el imperio vivo,
guardando el llanto de los dioses
de plumas y cetro de oro.
Es que en cada grano,
lleva la historia sangrante
y la sed del indio,
desgarrada.
El muro
Y nuevamente
estoy enfrentado al muro.
Al muro que nunca quise construir
que se fue haciendo solo
con temores acumulados.
Que no tiene la historia,
ni queda tan lejos
como el de Los Lamentos.
Que no sirve para rogar
ni pedir nada.
En Él está la reflexión.
Todos los caminos
los rectos y los sinuosos
me mostraban el horizonte
pero
a1 andar en ellos
veo que limitan con el muro.
No sé salvarlo
pero
presumo que en el otro lado
está mi salvación.
Amor de antes
(1)
Cuando levanté la vista para regocijar el pasado
los artífices no estaban allí
para perpetuar nuestro amor
pudo haber sido el testigo:
una pirámide
una estatua
un templo babilónico
Me sentía sobre el lomo del fénix,
todo seria posible
nuestro amor reflejado en un blanco castillo
lejos
engarzado en una cumbre.
Y yo,
siempre corriendo a1 galope
para caer algún día
en tus brazos enjoyados. Allí donde tu elefante favorito
pasea tu soledad,
mientras el errante
trasnochado de tanto ambicionar reinos,
reiría acosado de la más fuerte congoja
con un cuerpo agotado por la lucha
entre gigantes
llevaría tu recuerdo en el pecho
protegiéndome cual feroz escudo
y mi oración seria
guiar tus ojos
que se secan cada tarde
oteando las figuras en lontananza
unas tras otras
Amor desde antes
(2)
Llevaba arcas con collares y prendas preciosas
para colmar tus pieces
y un vaso antiguo de Reyes ajenos
servirá como antes para beber,
cuando los velos ocultaban
nuestras crueles intenciones.
Afuera, la soledad no sería mucha
abrazados y en jarana interminable
las comparsas guerreras beberían también
a nuestra salud
mas de alguien, soñaría con tener tu mano
como si pudiera repetirse el crimen
implicando a Merlín
pero los perros jadeantes no cederían su lugar
apoyando al verdadero amo
que lucha y cede cada gota de su cansancio
para hacerte feliz.
Amor desde antes
(4)
Una a una han brotado las estrellas
en el interminable cielo
a cada una le debo tu sonrisa y el encanto de tus ojos.
He sentido también las gotas de rocío
formarse en mi frente
mientras te anhelo
y mis brazos ateridos
crecen por sobre cerros
ríos
surcando nubes
hasta alcanzar tu alcoba
y allí en extasiada contemplación
acunada en tus perfumes y la brisa
me han dicho que duermes y me recuerdas
como al más dulce
y más fiero
de los incansables guerreros
de soles lejanos.
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