domingo, 10 de agosto de 2014

REBECA BOWMAN [12.787]


Rebeca Bowman 

(Los Ángeles, California, EE.UU.  1960). Radicó en Ciudad Victoria. Fue becaria del CONACULTA y del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas. Obtuvo el Premio Estatal Juan B. Tijerina en cuento, el Premio Estatal de Cuento del ISSSTE y el Premio Internacional de Dramaturgia Manuel Acuña. Ha publicado varios libros entre ellos Los ciclos íntimos, Portentos de otros años, La vida paralela y Horas de visita. Sus cuentos se han incluido en antologías y sus obras de teatro se han puesto en escena varias veces. Recibió un reconocimiento especial del Gobierno del Estado de Tamaulipas por su contribución a la literatura estatal. Es profesora de español en Texas State University y vive en San Marcos, Texas.




NO PORQUE NO HABLE…

No porque no hable
no sé la respuesta.
Entiendo más que tú,
pero no lo captarás.
Tu desdén inmediato,
tu desdén que empezó
desde que leíste mi nombre en tu lista,
desde que viste mi rostro en el salón,
desde que oíste mi inglés marcado
por un acento que es pura música,
pero música que no logras escuchar,
tu desdén te ha atontado.
Por eso me callo
no me entenderás.






EL LAMENTO DE LA FINADA

No vi las estrellas más que del mirador
ni fui más lejos que el manzanar.
Mi día fue amasar pan, barrer, lavar,
mi noche labrar sobre el bastidor.

Nací mujer y mi destino se selló
no con mi cuerpo sino con tu puño.
Lo que es se vuelve regla y ley,
el cautivo esclavo, el rey tirano.

De rodillas recé, de rodillas viví,
encogiendo mi cuerpo, mi espíritu,
cerrando mi mirar sobre un cirio,
abriéndome sólo a tu pedir.

No vi las estrellas más que del mirador
ni caminé jamás bajo los olivos.







RITUAL

Fragmento



Cristales de azúcar sobre la mesa
brillan en la luz angular del día.
Los miro y espero que acabe mi mamá.
En el Burger King las horas no pasan.
Mi hermana me presta una crayola
y vuelvo a pintar la servilleta.
Terminará a las diez, así nos dijo.
Después iremos al restaurante Furr’s
donde mamá también hace el aseo.
Allí Rosario y yo nos quedamos
en el coche en el estacionamiento.
Y leo Batman a la luz del faro.
En clase mis ojos se cierran sin querer.
La enfermera pregunta si hay algo,
si en la casa alguien me maltrata.
Pero quien me pega no es mi mamá.



***



Si soy la única aquí
en esta habitación
entonces te nombro
vaso
te nombro
mesa
y eres mía
silla
soy yo quien decida
hasta que entre otro
y lo destruya



***



Mi mente se abruma y no me acuerdo
de nombres ni fechas pero sí
del olor de mi casa por la mañana
y la caricia de mi madre en la frente.
No sé ya ni las capitales del mundo
pero sí sé cuando alguien finge cariño
y quién trae dentro un dolor.
sé que mi experiencia no es rentable
pero vale más que cualquier título.






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