Jorge Núñez Alvarado
(Chile, 1963), miembro del Colectivo de Escritores Jóvenes, de SECh, colaborador de Artes y Letras y secretario de redacción de revista Pausa, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. Ha publicado el poemario “Luna Frustrada”, Editorial Lord Cochrane.
Presunta palabra
LA HEBRA INMORTAL
A Verónica Tololesh
Tengo
Los ojos cansados
De soñar
Ayúdame,
le digo
No le tengo miedo
a la tristeza
Pero esto no es cierto
Ayuda, le digo
LO MÁS EXTRAÑO PERSEGUIDO POR MIS SUEÑOS
A Jorge Teillier
En ciertas noches
Palidezco
De comerme
Mis ruinas
Veo
Que
Escribir
No
Es
Lo
Propio
Del
Hombre
FASTIDIO
I
Alguien
invita una copa
A mi mujer
esto le sabe
a tormento
Bebe muy poco
II
Que no escriba
Que no escriba
Me dice
Que me contradiga
III
Ella
Que
Ha saboreado de mi vulnerabilidad confesa
Susurra:
La soledad es tu instinto perverso
Eres
Al que le abandonan los sentimientos
AL MOMENTO DE BEBER UNA COPA DE COURVOISIER
La tristeza crece
Y si bien yo no brindo por ello
Confieso que la noche
me ha llevado a la manzana de los sueños
PRESUNTA PALABRA
En una ocasión como esta
La juventud
Agoniza serena
Lúcida e Irremediable
Confieso
que en mi casa
tuve el espanto
y abjuré
y me persigné
del espanto
en la casa ajena
Hube de saber
que la realidad
portaba una dosis de alucinación
Hube de descubrir
el agradable sentido
del delirio y la angustia
Reconocí
cadáveres que expelían hedores
Que respiraban consignas
y consignas
Que lloraban
Reconocí entre ellos un poema
que dejé de escribir
El primer viaje iniciático
Transmutado
En Lobo
Vampiro
y Demonio menor
fue por alimento
a una página en blanco
cubierta de vanidad
Comprendí
por qué
–de noche–
las iglesias permanecen cerradas
Por qué las bibliotecas
se acuestan a dormir temprano
Llenas de temor
Junto a viejos desconocidos cansados
Y atemorizados
Cedí un instante
a la verdad
y la tristeza
hizo estragos
en mi escuela y mi religión
Una vez
que el invierno
comenzó a pisarme los talones
hallé una muchacha
Con ella nos fugamos del Paraíso
Arremetió en mi contra
un psiquiatra
al que le hablaba
de Lacan y el Anti-Edipo
Un comunista me propuso al cadalso
y un judío me escupió a la cara
No fue todo
El desencanto
hizo de mí
necesario
Como la magia necesaria
para confesar
que aún hoy
cometo aullidos hermosos
Toda vez
que lo logro
la suplantación
de mí mismo
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