Moisés Maldonado
(1928). Poeta Chileno. Autor de “Alguna voluntad en la zona” (prólogo de Dámaso Ogaz), Ediciones Evandro, Santiago de Chile, 1952. Mantiene inéditos los siguientes libros: “Los actos interiores” y “Los salmos humanos”. Su obra ha sido publicada en la revista "Polemica" dirigida por Mahfud Massis y en la antología "Poesia Nueva de Chile" de Victor Castro, Ediciones Zig- Zag, Santiago de Chile, 1953.
ALGUNA VOLUNTAD EN LA ZONA…
Recuerdo que decían “esto es la tragedia”
Y era un día como ayer,
Como lo es hoy
Y lo será mañana.
Era un día que sobrepasaba a la sombra
Y las aguas,
Un rito obsceno, cuidaban admirablemente
Los generosos cadáveres de ayer.
Difícil es recordar el viento infatigable del suicida,
Difícil la noche que precede la visión
Y su belleza subterránea.
¡Silencio!
¡Silencio!..., ampliad esa cuenca y mirad por debajo de la nebulosa.
¡Silencio!...,
El hambre es el principio de la canción.
Esto es un jardín
Esto es un hombre,
El hombre vive por la memoria.
La memoria es la corriente del día.
El día roe la piel del hombre,
Y la piel entra en un pozo y sale de un pozo
Bifurcando el tedio,
El tedio que nos hacer resignados y cobardes,
El tedio que pregona la miseria sin despertarnos,
Y nos compra sonriente el traficante absurdo y visionario,
Que siempre es un ladrón,
Un caballero
O un obispo,
Salen de las casa del sudor
Con las manos cuidadosamente barnizadas,
Sus frentes dignas,
Altas por sobre el día y los techos estelares,
Lo quema.
Los destrozos entonces vuelven al hoyo
Como en todas las leyendas,
Vuelven al albergue de la piedad santísima.
Yo te voy a decir: “Solo presiento el desolado mecanismo
Para las grandes ocasiones elegiacas,
Y los dioses y los dioses
Palabra transida
En los horribles cajones del vacio”.
Cae en el hoyo
Cae en el hoyo.
Con parsimonia grosera y abstracta…,
La substancia desordenada del gemido se va para siempre
Y ahora te pregunto: ¿si ese personaje de las aguas
Se va en cuatro pies como el llanto,
Como ese ojo magnético que fija en la sien
El endemoniado ritmo terrestre?
Es un sollozo,
No, sólo un gemido
La lengua blasfema
Que tritura al borde
De la trampa;
Ahí, en actitud cobarde,
Esta el hoyo
Se abre:
La locura
La impureza
Lo inmóvil,
Agitan el fondo.
Parece un perfecto cilindro humano
Sin embargo, es el HOYO RETORICO
La carcajada horrenda
Del duende metafísico
Que nos dice desde su sanatorio eclesiástico:
“Valor esto es la tragedia.
“olvidémoslo.
“Vamos al funeral, hermano piadoso.
“que ha muerto la belleza
“en el hoyo del trastorno”
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