lunes, 30 de junio de 2014

JACQUES VACHÉ [12.102]


Jacques Vaché

(Lorient, 1895-Nantes, 1919). Personalidad literaria francesa. Ejerció una notable influencia sobre André Breton en su juventud. Su espíritu rebelde y sus algaradas forman parte de la leyenda literaria. En 1917, vestido con un uniforme del ejército británico y empuñando una pistola, irrumpió en el teatro en el que se representaba Las tetas de Tiresias de Guillaume Apollinaire, amenazando con disparar contra el público en señal de protesta por lo «excesivamente literario» de la pieza. No ha dejado una obra, a excepción de sus cartas y dibujos dirigidos a Louis Aragon, Théodore Fraenkel y, sobre todo, André Breton durante la I Guerra Mundial, y de los que éste publicó una selección, con el título Cartas de guerra (1919), tras el suicidio de Vaché.

Obras:

Lettres de guerre, avec une préface d'André Breton, Éditions du Sans Pareil, 1919. Réédition Mille et une nuits, Paris, 2001, sans la préface.
Les Solennels, avec Jean Sarment, textes et dessins inédits, Éditions Dilecta, Paris, 2007
En route, mauvaise troupe, journal du lycée écrit par Jean Bellemère, Pierre Bissérié, Eugène Hublet et Jacques Vaché, préface de Gilles Lucas, éditions Le Chien Rouge



Fue reconocido por André Breton como un iniciador del surrealismo. Su obra más difundida comprende unas cartas que el propio Breton recopiló y publicó bajo el nombre de Cartas de guerra. Mario Bojórquez nos ofrece la traducción de un par de ellas.






Al señor Louis Aragon

Querido amigo y Mistificador

Recibí inmediatamente su carta datada el 9 de julio y sus poemas. Estoy en prisión, naturalmente, y poco apto sin embargo para expresarme acerca de los fragmentos visibles de su obra: ¿podría excusarme?

Me contento con vivir beatíficamente a la manera de los aparadores panorámicos 13 x 18=. Es un modo como cualquier otro de esperar el fin. Mantengo las fuerzas y me reservo para las cosas futuras. ¡Cual bello desorden, vea usted, será este porvenir y como podrá matarlo del mundo!… Ya lo experimenté también para no perder la costumbre, ¿no es así?—mas debo conservar mis jubilaciones íntimas, porque los comisarios del Cardenal de Richelieu…

Ya le había dicho que este pobre G. Apollinaire escribió, hacia el final, dentro de la “Bayonnette”—todavía un no sé qué “colgado a la españoleta de la ventana” mas él era ya un teniente trepanado, y ciertamente condecorado.— Well.

En él se reconocerá a nuestro precursor—nosotros no nos opondremos.

Hay sobre todo moscas plenas de sol y escudillas dudosas zumbantes—Necesitaré unos buenos trajes de jerga verde-aqua.y un chaleco blanco de cantinero— y sus mujeres en el disolvente olor de la ropa sucia perfumada…

¿Y usted, querido amigo?

J.T.H.







26 noviembre 18

¡Blanca acetileno!

 ¡Todos ustedes! — Mis bellos whiskys — Mi horrible mezcla fluida y amarilla — Frasco de farmacia — Mi chartreuse verde — Citrino — Rosa emocionada de Cártamo.

¡Humeante!

Angostura — Nuez vomitiva y la incertidumbre de los jarabes — Soy un mosaiquista.

… “Say, Walter — you are a damn’ fraud, you are”. Veo el absceso sangrante de su  almeja; su ojo ahogado me mira como una pieza anatómica; el cantinero puede ser que también me mire, bolsas bajo los globos oculares, ladera la irisada, en mantel, dentro del arco iris.

OR

El hombre con cabeza de pescado muerto deja toma su cigarro mojado. ¡Su chaleco escocés!

El oficial ornado de cruz — la mujer blanda polvosa blanca bosteza, bosteza, y chupa una loción capilar — (así es por el amor.).

“sus criaturas danzan durante nueve horas, monsieur”.— como su dedo está grasiento (así es por el erotismo, vea usted)

Alcoholes que serpenteantes, azuleantes, somnolientos, descendentes, rodantes, apagantes.

¡Flameado!

¡¡MI APOPLEJÍA!!


N.B. Las leyes, de todos modos, se oponen al homicidio voluntario.


Traducción del francés, Mario Bojórquez 






Al señor André Breton.

4-6-17.

Querido amigo.

Espero, en una próxima visita -- (hacia el 15 ó el 20) a París, verte -- En este sentido he escrito al pueblo polaco por si acaso al falaz correo se le ocurriese perder una carta -- ¿me vas a contestar sobre si París te retendrá un poco hacia entonces?

Esto está que arde, polvoriento y sudoroso -- pero, ¿qué le voy a hacer?, debe de ser a propósito -- Las hileras bamboleantes de los grandes camiones sacuden la sequedad y salpican el sol con ácido -- ¡Qué gracioso! -- Apollinaire -- ¡mala suerte! -- las revistas escarchadas con girls rubias y los ollares del caballo-detective son bellísimos... «the girl I love is on a magazine cover» --
¡Mala suerte! ¡Mala suerte! -- Y, además, ¿qué más da? Puesto que es así -- A pesar del casquillo de obras las lilas blancas que sudan y enloquecen con antiguas voluptuosidades solitarias me fastidian mucho -- floristas estivales del asfalto en el que mangueras de riego pulverizan los endomingamientos -- Está muy templado y personas con lentes discuten sobre la bolsa, creo, con aspecto de amas de casa -- De todas formas ¡esos olores de viejos melones raspados y de alcantarilla siguen ilusionándome muy poco... -- Y, además, esa puta joven con su ropa tendida y olor a mojado -- ! -- Una mosca redonda y verde nada en el té, con las alas agotadas -- Pues bien, peor para ella -- eso es todo -- Well.  -- Well -- Espero una carta tuya, si quieres, a pesar de que el trivial zumbido de los aviones se vanagloria con blancos copos de polvo, y ese horrible pájaro se lanza derecho hacia el resplandor, mientras mea un hilillo de vinagre.

Tu amigo,

J. T. H.

P. S.: Adjunto una carta para el pueblo polaco, pues está visto que no puedo encontrar su dirección.





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