domingo, 19 de diciembre de 2010

ADRIÁN PÉREZ CASTILLO [2.518]



Adrián Pérez Castillo 


(Logroño, España 1970), un riojano que nos recuerda al célebre Miguel Hernández, quien dedicó parte de su vida, siendo muy joven, a labores en el campo, concretamente al pastoreo -Adrián es pastor de profesión-, pero también por su rigor, que nos revive al gran poeta alicantino de Orihuela. 
Su intimista poesía nos desvela su gran humanidad. Su pasión por la poesía le ha conducido por el sendero de la lectura y el verso desde muy pronto: poeta autodidacta.



Tiene publicados tres libros de poesía


“El dolor de un corazón desnudo”, 1999,
“Pastoreando versos” (ediciones del 4 de Agosto 2007) y
Un pastor ante la muerte, (Ediciones del 4 de agosto, 2010).



Su obra también está recogida en varias antologías.
En la actualidad es vicepresidente y socio fundador de la "Asociación amigos de la poesía de la Rioja Baja".
Ha recibido los siguientes premios de poesía -Premio Villa de Autol: primer premio de poesía año 1995, 2000, 2006 y 2007, segundo premio en 1996.-Premio Esteban Manuel de Villegas de Nájera: Accésit año 2004, primer premio los años 2005 y 2006. -Premio "Romanillos de Medinaceli" de Soria: premio nacional 2006 y ganador de la espiga de bronce. En el Año 2007 presentó su libro “pastoreando versos” en diferentes lugares de Chile.
Como decía el poeta chileno Benjamín León en el prólogo de Pastoreando versos, el anterior libro de poemas de este autor, «La poesía de Adrián Pérez tiene esa luz que sólo algunos poetas tienen. Su palabra es una lámpara de luminosidad innegable, de transparente dulzura, de una desnudez espontánea que bajo los ritmos de las sílabas atiende las verdades de sus propias rutas. Es así como la experiencia de caminos recorridos, de campos antaño primaverales y de árboles frondosos extinguiendo sus atributos nos presentan en la voz de este poeta una poesía sincera, abierta a los motivos verdaderos de la vida».




Aquel octubre

Entonces, trajo octubre las primeras
sílabas del poema, los acordes
del viento que arrastraban la penumbra
de cada noche herida por el llanto
de las hojas sin brillo.
Sangraba el sentimiento con las huellas
de las canciones concluidas,
con el silencio hirsuto del camino
que se desvanecía ante los ojos;
era densa la niebla
como el dolor en las entrañas.
Fue trazando la tinta un surco
donde los versos desnudaban
la amargura, la pena con que el hombre
sentía aquel otoño, aquel octubre
con fragmentos de hollín en las palabras.
Entonces, fue brotando el sentimiento,
con el dolor de un corazón desnudo.




Tengo el recuerdo

Sólo tengo el recuerdo, mientras sigo
mi camino amarrando las espinas
que me dejaron los abrojos secos ,
moribundos, sangrientos como rosas
que perforan el alma con su tallo,
con sus bermejos pétalos que abrazan
el frío de una lápida de mármol.
Sólo tengo el recuerdo de unos ojos,
de unos labios risueños que dejaron
su ternura plasmada en mi vida,
en cada atardecer que recorrimos
contemplando el crepúsculo, los montes,
los trigales dorados, los almendros
que cubrían la tierra con sus flores
de nata, ahí dejamos nuestros besos
sembrados en los valles de amapolas ,
en las sendas holladas de los pinos
junto a los centenarios olivares.
Sólo tengo el silencio de los días
añorando tu aroma de cereza
sobre la triste huerta que cultivo,
rodeada de chopos y cipreses,
nogales, avellanos y azufaifos.
Esta tarde se escucha la armonía
del ruiseñor trinando y la chicharra,
cuando emprenden el vuelo los vencejos
al llegar la angostura de la tarde
por la orilla del río, y el desierto
de mis ojos profundos , por la pena
que deja la arvejana sin semilla
con su vaina vacía , acurrucada....
Ya se escuchan los grillos , y contemplo
un lucero entre lágrimas sonoras
recordando tu ausencia, tu mirada,
el trébol florecido de tu pelo
mientras sufro mi angustia en soledad
al recordarte, como cada noche.



Las cañadas

Conservan en silencio las cañadas
el sabor de los días trashumantes,
la nostalgia ceñida a los caminos
que se impregnan de polvo y barro;
mientras , cruza el pastor con sus albarcas
por la escarcha herrumbrosa del recuerdo.
Penetran como besos, las estrellas
que se desprenden hacia el horizonte
de los días lejanos,
hacia la soledad de las umbrías
donde el rocío deja con sus lágrimas
la perenne amargura de la ausencia
que se dilata lejos del hogar.
Un tejado de encinas
arropa los ladridos del mastín,
cuando el pastor, sostiene entre las manos
la luz celeste de los ojos
que contempla en el gélido retrato.
Remueve en sus alforjas los fragmentos
del corazón que se diluye
con las gotas de lluvia, con el sol
que acaricia al rebaño en la dehesa.
Pronuncia el nombre del amor que aguarda
mientras rompe una música de esquilas
el silencio del valle.
Recorre las cañadas que conservan
en silencio, el recuerdo y la nostalgia
de tantos trashumantes que retornan,
cubiertos de esperanza
con los primeros días del verano.




Es preciso seguir

¿Es preciso seguir en este infierno
contemplando la sangre en el cuchillo,
soportando los golpes del martillo
que acogen el hollín de un crudo invierno?
Brota la ira del ritual eterno
con cada mueca extraña, con el brillo
que aporta una mirada en el castillo
donde se quiebra tanto amor fraterno.
No quiero contemplar este futuro
que llega con horror, y donde habita
tanta injusticia, tanta soledad.
Salgamos del entierro prematuro,
hacia las calles donde el hombre grita
esta hermosa palabra: ¡Libertad!




Una sombra

Se desliza una sombra por el sexo rasgado
donde llueve amargura, donde el frío silencia
los músculos mollares, y un agrio aliento surge
desde el himen baldío que se entrega en las sábanas.
En las vértebras arde la derrota
del semen fracasado, que discurre
con un temblor de cóncavos augurios
sobre el lienzo de sangre coagulada.
Son comida de moscas los párpados sin luz
que ocultan sus mentiras , como el tesoro frágil
en los brazos de un náufrago , que no alcanza las rocas
y recibe el aliento del abismo en su pena.
El rumor de los pájaros retumba
sobre el terrazo, sobre las cortinas
que perfora una música de réquiem,
mientras tiemblan las bocas que he besado.



Te quiero en el silencio

Te quiero en el silencio que navega
por los fríos viñedos desparrados,
en cada atardecer donde se entrega
un sollozo entre nimbos germidados.

Se va ocultando el sol y siempre llega
con su velo la noche, los soñados
encuentros tan distantes, mientras siega
un mar los sentimientos desplegados.

¡Cómo decirte amor! Que todavía
imagino tus ojos en el cielo
como estrellas fecundas de alegría.

Voy a besar tus labios con anhelo
cuando despierte mayo en compañía
de este profundo amor que inicia el vuelo.



Los remansos del deseo

Se extienden como sílabas los besos
sobre el lienzo poroso de la piel,
que conserva el aliento estremecido
de la humedad del vientre que palpita.
Se propagan los févidos latidos
en el océano profundo y dulce
de lso cuerpos desnudos que se abrazan,
prolongando una aurora de horizontes,
un suave atardecer de rojos pétalos
unidos por la sangre, por las sales
de un melancólico suspiro abierto
hacia los sentimientos compartidos.
Como un vuelo de azules mariposas
cabalgan los remansos del deseo
en un danzar de mieles absorbidas
por sedosas sonrisas verticales,
por pinceles disueltos que derraman
sobre un surco la blanca sementera.
Se quedan desgastadas por el tacto
las palabras hermosas, los te quiero
de los nombres sellados en los labios,
mientras los dedos cruzan el paisaje
por un desfiladero de caricias,
por un acantilado de metáforas
construyendo un poema, un dulce amor,
con los felices trinos de los pájaros.



INVIERNO

Un incesante cierzo huracanado
traspasa la tersura de la nieve.
Muestran sus esqueletos de madera
los árboles desnudos en silencio.
Lanzan los fuertes robles su mirada
hacia los encinares que vestidos
de hojas perennes pasan el invierno
así agoniza un corazón desnudo
cuando su hoja marchita arrastra el viento,
frío, triste, sensible, solitario,
caduco, sin un manto que mitigue
el hielo en la terrible soledad
instalada en la angustia de los hombres.
¡Ay! Árboles que sufren un invierno
crudo de lluvia y nieve desprendida
al marcharse los días soleados.




PRIMAVERA

La suave brisa, el tibio sol que llega
acariciando la redonda cima
de la hermosa montaña aún nevada.
Contemplo el nacimiento de los verdes
brotes que van surgiendo de las ramas
mientras vas despertando, primavera.
Se agolpa palpitando aquella sangre
que permaneció quieta con el frío,
renaciendo la savia adormecida.
Ya se ven florecidos los romeros,
los pequeños tomillos perfumados
que con su dulce pálpito enamoran
como una fiel caricia recibida.
Cada año al regresar van resurgiendo
todas las inquietudes y deseos,
los sueños que queremos ver crecer
en la naturaleza florecida.
¡Es hermoso pensar en ilusiones
que pueden florecer en primavera.




VERANO

El fuego del bochorno abrasador
tiñe con su color de limonares
las espigas doradas de los trigos.
Se terminó el verdor primaveral
y florece romántica la rosa
rompiendo los desnudos corazones.
Verano, aquí te aguanto en la montaña
cercano a la frescura de la fuente.
Escucho esquilas entre manzanilla
sintiendo los olores del espliego.
Recibo un suave amor como una fruta
silvestre, como el canto lisonjero
del ruiseñor que llena todo el valle
con el dulce sonido de sus trinos.
¡Oh verano! En tus noches estrelladas
laten los corazones que se juntan
mientras voy recogiendo la sonrisa
que brota de unos labios perfumados.


OTOÑO

Se desprenden las hojas en silencio
de los caducos árboles, sin rumbo
el viento del otoño las arrastra
con una amarga pena horticultora.
Se caen como un lento amor nacido
en una noche loca de verano,
entre gotas de lluvia como lágrimas
tristes de una esperada despedida.
¡Ay, otoño! Que llegas tan despacio
cambiando los colores del paisaje,
dejando tus imágenes doradas
en los chopos al lado de la fuente.
Sopla el cierzo anunciando un frío invierno;
se desnudan las ramas de los robles
y las encinas siembran sus bellotas.
Se desnuda el amor de un corazón
que en un suspiro el viento fue arrastrando.
Quizá vuelva a brotar en primavera
mi corazón herido y deshojado
como los fuertes robles siempre altivos.





1 comentario:

  1. Hola Adrian solo he leido un poco tan pronto lo ha publicado canal 1 A LAS NUEVE DE LA NOCHE. para mi es una fuente inagotable de literatura ,de trabao y pasión por la Literatura .Deber un Poeta dar su opinión o escritor y valorarlo y sacar a la luz este mmérito.suerte.hasta pronto. Ese ¡entendimiento lo ha hecho Dios y hay que valorarlo los que saben uno no sabe. Un saludo Adrian Piedad

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