martes, 7 de diciembre de 2010

KARIN BOYE [2.365] Poeta de Suecia



Karin Boye

Considerada unánimemente como la más alta representante de la moderna poesía sueca, Karin Boye nació en Gotemburgo el 26 de octubre de 1900 y puso fin a su vida en 1941, en Alingsås. 

Se dedicó a la literatura desde los diez años de edad y antes de cumplir los quince obtuvo el primer premio en un concurso literario. De su producción juvenil sobresale un libro que compuso exclusivamente para el cumpleaños de su abuelo, en el cual combinó poemas y leyendas que anticipaban ya los grandes temas de toda su poesía ulterior: la vida y la muerte, el sentido de la existencia y una intensa, casi mística curiosidad por el dolor humano. Estas inclinaciones se acentuaron a partir de los 21 años, cuando hizo estudios de griego, idiomas nórdicos e historia de la literatura en la universidad de Uppsala. Al año siguiente publicó su primer libro de poemas, Moln (Nubes) en el cual puso al descubierto un estilo personalísimo que jamás habría de abandonar: desde ese momento, Karin Boye desplegó la rara maestría de decir cosas enormes con palabras sencillas, el arte supremo de expresar lo más complejo con el idioma más simple. Algunos de los poemas de Moln pueden perfectamente ser transcritos como textos en prosa sin perder por eso su aliento poético. Por ejemplo: “Recuerdo. Serenamente quiero agradecer mi destino: nunca te pierdo totalmente. Como una perla crece en la ostra, así dentro de mí crece tu esencia transida de rocío, dulcemente. Si finalmente un día te he olvidado, entonces serás sangre de mi sangre, entonces serás uno conmigo: el don de los dioses”.

Dos años después, en 1924, apareció su segundo volumen de poemas: Gömda Land (Tierra Oculta) en el cual se incluyeron varios de sus mejores textos inspirados en las sagas escandinavas de dioses, hadas y gnomos, con la originalísima perspectiva existencial de la autora.

En mayo de 1925 Karin Boye pronunció en Upsala su célebre discurso de primavera a los estudiantes, una pieza retórica en verso en la cual defendió el principio de igualdad entre el hombre y la mujer de un modo que todavía hoy tiene vigencia universal. Luego de obtener su licenciatura en Upsala (1926) y su grado de Magister en historia en Estocolmo (1927), publicó su tercer volumen de poemas, Härdarna (Los Hornos). En él presentó, entre otras producciones, cuatro poemas a través de los cuales se expresa la voz de filósofos y poetas famosos (Nietzche, Kipling, Whitman). Traduzco aquí íntegramente la pieza correspondiente a Whitman:


El fundamento de toda metafísica

Y ahora, señores,
les daré una palabra para fijar en los pensamientos y la memoria
como fundamento y también como cima de toda nuestra metafísica.

(Así dijo a los estudiantes el viejo profesor,
oído por muchos, al fin del curso.)

Hemos leído sobre lo nuevo y sobre lo viejo, los sistemas helénico y germánico,
a Kant hemos leído y analizado, y a Fichte y Schelling y Hegel,
hemos leído sobre las lecciones de Platón
y de Sócrates, más grande que Platón,
y largamente hemos leído sobre Cristo, el esplendoroso,
más grande que Sócrates – esto está investigado y puesto en claro.
Hoy vuelvo a mirar los sistemas helénico y alemán,
veo a todos los filósofos, veo las iglesias cristianas y las sectas.

Pero detrás de Sócrates veo claramente, y detrás del espléndido Cristo veo
el amor del ser humano hacia su camarada, el vínculo entre amigo
y amigo,
entre esposos legítimos, entre hombre y mujer, entre niños y padres
entre ciudad y ciudad, entre país y país.

Con Härdarna alcanza la voz de Karin Boye su más alto grado de precisión, de concisa y directa comunicación con el lector. Pero no llegó a la cima para iniciar un descenso sino para explorar nuevas alturas. Cada vez más comprometida con las ideas socialistas, activa en labores editoriales y en grupos culturales de combate, viajó por la Unión Soviética, Jugoslavia, Alemania (entonces en pleno ascenso del nazismo) y otros países, fundó periódicos, se hizo pedagoga, se casó con el notable intelectual Leif Björk, publicó las novelas Astarte (1931), Merit Vaknar y Kris (1934), la colección de relatos Uppgörelser (Ajustes de cuentas, 1935) y la bella colección de poemas För trädets skull (Por la causa del árbol, 1935), en la cual volvió a poner en juego su maravillosa intensidad poética. Luchando desde 1930 con terribles problemas existenciales y sicológicos, mantuvo con ardiente pasión su oficio de poeta y escritora. Después de För lite (Muy poco, 1936), publicó en 1940 la más grande de su novelas, Kallocaín, y antes de su suicidio (1941) dejó completo para su publicación su quinto volumen de poemas, De sju dödsynderna (Los siete pecados capitales).
Después de su muerte se han publicado colecciones de relatos, ensayos y otros escritos menores. Su suicidio ha de considerarse en relación con su formidable lucha existencial, pero en el marco de la época trágica y terrible que le tocó vivir: el apogeo del nazismo, los conflictos internos en los movimientos socialista y comunista, los combates por los derechos de la mujer, las agotadoras batallas por consolidar periódicos y editoriales independientes, y el trabajo febril de la creación literaria como respuesta a las dificultades, pero también como desesperada terapia sicológica. Murió en la cima del triunfo, que siempre es evasivo e intangible, ese triunfo fantasmal, fugitivo, inasible, al cual había dedicado uno de sus poemas más quemantes: “bienaventurado aquel a quien su claro espectro espera con luces en la fiesta de la muerte”.

Carlos Vidales (*)
Estocolmo, enero de 2004


Declaración

En tu belleza hundida
veo la vida explicada
y la respuesta del enigma oscuro
revelada.

En tu belleza hundida
orar yo quiero.
Bienaventurado es el mundo,
puesto que existes.

Muda de claridad,
en luz ahogada,
quise morir en tí,
en tu belleza hundida.


Eres mi consuelo más puro

Eres mi consuelo más puro,
eres mi más firme protección,
eres lo mejor que tengo,
pues nada duele tanto como tú.

No, nada duele tanto como tú.
Quemas como hielo y fuego,
cortas mi alma como acero:
tú eres lo mejor que tengo.


Los dioses

Los carros de los dioses
no sacuden las nubes,
avanzan deslizándose
callados como rayos de luz.
Los pasos de los dioses son
casi inaudibles,
como el susurro de la hierba
apenas presentido.

Cautelosamente, cautelosamente
sigues los senderos
que tienen el aroma
de su proximidad vivificante.
¡No grites nombres!
Ellos huyen, te dejan
colmado de palabras
en un mundo vacío.



El triunfo


El triunfo, el triunfo no tiene voz ninguna,
ningún frenético clamor de júbilo.
¿Existen caminos tan sencillos y llanos
bajo esa luz tan sobriamente austera?

El triunfo, el triunfo no tiene color alguno.
Frente a su mirada, la opulencia parece lastimosa.
Sereno y pálido en su pálida aureola
se aleja, silencioso, de la mentira y el estrépito.

El triunfo, el triunfo, es raras veces visto,
pasa de largo, como un espíritu en visita.
bienaventurado aquel a quien su claro espectro
espera con luces en la fiesta de la muerte.


El mundo es soñado

El mundo es soñado por un dios durmiente,
y los escalofríos de la aurora exprimen destellos de su alma.
Recuerdos de cosas que ocurrieron ayer,
antes de que el mundo existiera,
fantasmas, fugaces reflejos.
Eso, de cuya esencia no formamos parte,
sale a nuestro encuentro donde al camino se tuerce,
y respira un horror que no es nuestro,
muy lejos de los límites,
de mundos hechos de otras leyes.
Duerme, duerme más pesadamente, durmiente,
hasta que los sueños no te atormenten más,
o bien despierta a la luz del día, creador,
y conviértenos en seres reales!



Conocimiento

Todos esos prudentes de largas redes,
sólo encuentran la enorme carcajada del mar.
Amigos, ¿qué buscan ustedes en la playa?
El conocimiento nunca puede ser aprisionado,
jamás puede ser poseído.

Pero si tú, decidido como una gota
caes en el mar para disolverte
dispuesto para cualquier metamorfosis,
entonces despertarás con piel de ostra
y ojos verdes,
en vegas donde pacen los caballos de mar
y serás conocimiento.


DUELE CUANDO LLEGA LA PRIMAVERA

Sí, duele cuando los tallos brotan
¿Por qué sino la primavera vacila?
¿Por qué todo el ardiente deseo
Se lía a lividez amarga y fría?
El brote fue un capullo todo el invierno
¿Qué es esa cosa nueva, que socava y estalla?
Sí, duele cuando los tallos brotan
dolor del que crece
                              y del que se encapulla

Sí, es difícil cuando las gotas caen
Temblando de miedo pesadamente cuelgan
Asidas  a la rama, se hinchan,  se deslizan
La gravedad las tira hacia abajo, aunque se adhieran
Difícil ser incierto, temeroso y dividido
Difícil sentir la profundidad que tira y llama
Sin embargo quedarse y solo temblar

Difícil desear permanecer
                                       Y desear caer.

Entonces, cuándo es peor y nada ayuda
Los brotes del árbol rasgan en júbilo,
Entonces, cuando ya no existe ningún temor,
Caen brillantes las gotas de la rama
Se olvidan de  su temor ante lo nuevo
Se olvidan de su ansiedad por el viaje
Viven su mayor certeza por un segundo,
Y descansan en esa confianza
                                             Que crea el mundo.

Traducción del sueco Omar Pérez Santiago



PEDÍ UNA COSA

Pedí una cosa
profunda seriedad
-lo que fue la muerte de muchos-.
Pero pedí todavía una cosa más,
una que sólo se les concede a los fuertes:
el mutismo del corazón.

de Moln, 1922


El canto de Lilith

Las nubes cuelgan, pesadas, 
maduran en la tibia oscuridad, donde se ocultan
racimos de uvas de nocturno azul
grávidas de vino, 
que silenciosamente se vacían sobre la tierra,
grávidas del vino de la Profundidad, 
grávidas de poder secreto
succionado del mar y del cielo
y amargo rocío en la región de la última tiniebla.

El vapor caliente de la vida
se condensa en gotas, 
cae en la noche mortalmente silenciosa.
¡Alza la copa! Vas a aprisionar 
la llave que conduce a donde nadie ha puesto su pisada, 
la tierra donde el espíritu, libremente, 
más allá de los límites del tiempo,
goza durante eternidades
cosas que nunca se imaginan, ni se ven, ni se sienten.

Detrás de mundos en vigilia
hierven extraños mares de deseo y maldición, 
hornos de fundición de las profundidades,
de los que saltó, como una salpicadura,
cuanto podemos ver.

¿Te atreves a recorrer ese camino
trazado en el ebrio arrebato del horror?
Aterrorizada, dichosa,
llegarás a la oscura casa de las Madres eternas...

Frágil sobre aguas infinitas,
flor de la Profundidad, que no vió nunca su raíz, 
libélula de un día, miedosa de la noche, 
alguna vez te habrá de recibir la noche de las Madres!
La Muerte es negra de dolor.
La Muerte es blanca de deseo.
Sumergida en sus olas susurrantes
olvidarás la pálida costa brumosa de la vida.

Traducción de Carlos Vidales (2004) para la revista de poesía Arquitrave


JA VISST GÖR DET ONT

Ja visst gör det ont
Ja visst gör det ont när knoppar brister.
Varför skulle annars våren tveka?
Varför skulle all vår heta längtan
bindas i det frusna bitterbleka?
Höljet var ju knoppen hela vintern.
Vad är det för nytt, som tär och spränger?
Ja visst gör det ont när knoppar brister,
ont för det som växer
                                  och det som stänger.

Ja nog är det svårt när droppar faller.
Skälvande av ängslan tungt de hänger,
klamrar sig vid kvisten, sväller, glider -
tyngden drar dem neråt, hur de klänger.
Svårt att vara oviss, rädd och delad,
svårt att känna djupet dra och kalla,
ändå sitta kvar och bara darra -
svårt att vilja stanna
                                och vilja falla.

Då, när det är värst och inget hjälper,
Brister som i jubel trädets knoppar.
Då, när ingen rädsla längre håller,
faller i ett glitter kvistens droppar
glömmer att de skrämdes av det nya
glömmer att de ängslades för färden -
känner en sekund sin största trygghet,
vilar i den tillit
                      som skapar världen.

Del poemario: För trädets skull/ Para los árboles míos




Traducción Directa del sueco 
de Alejandro Drewes 
Universidad Nacional de San Martín

De: De sju dödssynderna / Los siete pecados capitales (1941) 1

Till dig

Du min förtvivlan och min kraft,
du tog allt eget liv jag haft,
och därför att du krävde allt
gav du tillbaka tusenfalt.



Para ti

Tú, mi desesperación y mi fuerza,
tomaste la vida que tuve
y porque lo has exigido todo
cien veces lo has devuelto todo.


De:  Gömda land / País secreto (1924) 


Till en vän

På utbredda vingar i vidderna seglar örnen.
Luften är tunn, där han glider, och svår att andas.
I fjällvinterns ödsliga luft är han ensam vida.
Skymning och köld är hans följe --
hans enda glädje
glädjen att känna sig flyga på starka vingar.

Så högt färdas du i de tommaste vinterhimlar,
tapper som örnen i kraft av en ljungeldsvilja.
Du avstod att sträva till lycka, du valde stigar
branta, som skrämmer oss veka.
Så blek du vandrar,
vandrar med snabba och spänstiga steg som vinden.

Min värld liknar din, och den liknar den ändå inte.
Skrattande dansar min stjärna bland stjärnegåtor.
Din järngråa glädje, den älskar jag långt ur fjärran.
Låt mig få gå vid din sida
och nå med blicken
in i din vintriga värld och din ljungeldsvilja!


A un amigo

Vuela el águila por el espacio con alas extendidas.
Ligero es el aire donde se desliza, y difícil respirar.
Se ve tan sola en el aire de las montañas invernales.
Ocaso y frío son su séquito --
su única alegría
la de sentirse volar con fuertes alas.

Tan alto viajas por el vacío cielo de invierno,
valiente como el águila por voluntad del  rayo.
Renunciaste a buscar la dicha y elegiste sendas
empinadas que a los débiles nos asustan.
Y qué pálido yerras,
como el viento, con fuertes y rápidos pasos.

Mi mundo se parece y no se parece sin embargo al tuyo.
Danza y ríe mi estrella entre misterios celestes.
Tu dicha gris de hierro, que amo en la honda lejanía.
Déjame andar a tu lado
y entrar con una sola mirada
en tu mundo invernal, en tu voluntad de rayo.




Hidden Lands

ELEMENTAL SPIRITS

We, we are older than you,
you earth's children, proud and young.
Chaos' age-old voice are we,
Chaos' formless song we sing.

We, we are wind, we are water,
we are clouds in flight,
lamenting softly, lamenting shyly
far through the black late autumn night.

We, we are falsehood and play,
with tears a restless, playing call.
The moon, our lord, stands piningly pale.
King Ves�ll, he attracts and bewitches us all.

Children of the earth - when the rain grows cruel,
hearths and bright homes you build.
A power you have that frightens us sore,
the hard steel in hands surely held.

Come, taste the pale enchanter's drink,
drink us out of the moon's bowl,
submerge yourselves in Chaos' formless power,
throw by the wayside your firm steel!

But to the sun in storming autumn
you build temples to shield against the night.
We seek woe like a drunken solace -
we are water, we are wind in flight!


THE THORN

Adeptly do you prick, thorn.
Well do you bite, cruel small arrows of the earth.
Slack, slow, carelessly heavy
my foot rests on the road.
Compelled harshly to tension,
when thorns sting,
my smarting foot flexes to run -
in flight onward it runs.



SUMMER DAY

The sea rests morning-still,
never does it seem to have had storms,
like a mighty spirit
sunnily morning-still,
heavy with devotion - light 
with clarity's strength.
Sharply and exactly is mirrored
the cliffs' naked precipice.
Transparently simple
lie the wide depths.
Clear-lined,
light and pure all stands,
drawn surely in airy calm,
washed in the fragrance of salt.
Clear-lined,
even and pure, with thought alone
the day strides into the sky's light,
fine as a precious stone.



THE WAY HOME

I know a way that leads home.
It is hard to go that way.
Every traveller there grows poor
and small and ugly and grey.

I know a way that leads home.
That way is bare, pure-blown.
It is like leaning one's warm cheek
against unmerciful stone.

But he who has felt that stone
on his cheek's frozen blood,
will perceive how gentle its hardness is,
how faithful and firm and good.

And he will thank the stone
and the hardness love will he,
and praise the only battle
that was worth his victory.




TO THE SEA

O sea, sea,
how strong that drink you brew!
Your great cold
is holy purification clear.
Your light-embrace
is cool health for human children, for us who love healing.

For you, sea,
beaming soft, roaring hard
false, and faithful always,
are a beautiful simile for beautiful things:
for the bold heart's salt-foamed way in the world.




GUIDING PRINCIPLE

You my day! I do not want
to be only night, and hard dross, too -
for from your cheek spreads sweetly untouched
spring mornings' brilliance of dew.

You my sun! I do not want
to be only autumn and wind blowing cold -
for in your gaze smiled triumph-glad
blue crystal that spring skies hold.

You my peace! I do not want
to be only defiance, war's obstinacy -
for too young and budding golden
was the new life you gave to me.



THE STARS

Now it is over. Now I awake.
And it is calm and easy to go,
when there is nothing left to expect
and nothing to suffer any more.

Red gold yesterday, dry leaf today.
Tomorrow nothing will be there.
But stars burn silently all around
tonight in the sky as before.

Now I want to give myself away,
so I have not a fragment left.
Say, stars, will you receive
a soul of treasures bereft?

With you is freedom without flaw
in peace of far eternities.
He never heaven empty saw
who gave you his battle and dreams.



THE UNKNOWN ONE

I have never seen your healing hand.
You come in the dark, when no one knows.
I wait in silence and reliance shy
in loneliness.

You my sister and mother, you and I and not I,
your name is night, an enigma's dark sun, 
I sense you immense and mighty and blind
and soundlessly dumb.

You know depths of horrors I have not seen,
I tremble to break your law's secret way,
But you know a solace mild denied to me
by sunbright day.

I have silently hidden in you my wound
and ached among thorns till my soul was bare.
In the darkness you touched the bush - it leapt
into wild roses there. 



HAPPY HE THAT HAS GODS

Happy he that has gods,
he has a home.
Solace and a sure ground
are granted only by them. 

Pledge yourself as a warrior
at an altar there.
Delivered is your soul
in the hour of prayer.

Rest there awaits you
only in battle's stress.
Only between the shields
is there rest.

Compulsion to shiny weapons,
peril and faith, as well -
then will a home be raised for you,
where you can dwell.
______________________________________

(*) Carlos Vidales (Bogotá, 1939) hijo de Luis Vidales, ha vivido exiliado desde su adolescencia. Periodista, fue director de los archivos del Palacio de la Moneda de Chile durante la presidencia de Salvador Allende, cuya biografía hizo en 1971. Repatriado a Colombia tras el golpe militar contra Allende, fue jefe de redacción de Alternativa. Reside en Suecia desde los años ochenta, donde trabaja en la Universidad de Estocolmo. Escribe sobre cultura en Svenska Dagbladet , Café Crème (Estocolmo) y Liberación.



1 comentario:

  1. Un artículo encomiable lo recomiendo desde todo punto de vista más aún desde la humanidad de Karin Boye y creatividad desde las letras para darnos otra visión del mundo y el hombre.Gracias estimado Fernando por seguir ilustrándonos. Un abrazo Victoria

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