ANAHÍ VÁSQUEZ DE VELASCO ZORRILLA
Lima, Perú 1976
Anahí Vásquez de Velasco, ha publicado poemas suyos en diversas publicaciones colectivas, como "La imagen de las palabras", "Voz orquídea", "Cuervo Iluminado". Poeta y difusora de arte, claro está una gran promotora cultural.
YERBAS
Yerbas largas
Largas yerbas
Torcidas por el aire
Que transita
Por el lomo
De un cerro.
Yerbas tumbadas
Yerbas erguidas
Bailan a los pies
De los árboles
Como dedos verdes
Que acarician un cuerpo
Un cuerpo quieto
Que se deja acariciar
Por el viento
En la mudez
Del tiempo.
PARACAS
Es delicioso sentir
Este viento en la cara,
El agua fresca y limpia
Que acaricia
Y es delicioso sentirte a ti,
Tan cerca,
Tan tibio,
Es tu calor
Que me hace volar
Aunque sea con la calidez
De un cerillo:
Fuerte y temporal.
Por primera vez
El agua atiza el fuego
De una tea,
Y estamos juntos
Aquí, flotando
En medio del mar,
Iluminando al sol,
Haciendo destellar sus reflejos
Sobre la espuma,
Quemando las gotas,
Viviendo esta combustión
Sin tocarnos las bocas.
FLOR
Cuando una flor
Empieza a descubrir el sol
Aún no es flor.
Es capullo.
No es flor.
Cuando un capullo
Va a convertirse en flor,
En el proceso
Puede quemarla
El sol.
Cuando quema el sol,
Al capullo que no es flor,
La flor nunca es flor.
Deja de ser
Capullo.
Cuando una flor
No llega a serlo
Tampoco el capullo lo sigue siendo.
Sólo es triste el color
Y el amasijo
Se lo lleva el viento.
CAMINANTE
Ves en el horizonte,
De tu camino interminable,
Espejismos magnéticos
Que ondulan y te seducen
Como las musicales notas
Que están adheridas
Al alma de tu cuerpo.
Los pies ya no los sientes;
No puedes quejarte,
De que tu elección duela
Porque ya están curtidas de callos
Hasta las suelas de tus zapatos.
Nacen crepúsculos en tus pupilas
Y mueren en tus párpados,
Cuando no decides prolongar sus vidas
Durante esos instantes, para componer
Las armonías que son tu gran compañía.
Te veo distante
Fundiéndote con el fin del mundo,
Con el marco serrano
Andando, caminando
Hasta volverte sólo una imagen
Entre mis recuerdos
Con el fondo de la voz de un río
Que le pone letra a tus canciones.
Caminante,
Camina más despacio
Para poder alcanzarte.
Flamencamente
La soledad ocupaba todo el espacio,
como al interior repleto de agua
de una botella que descansa
en el suelo sobre el que baila
el mar.
Mientras en trance,
bailaban flamencamente
las cortinas blancas y traslúcidas
como almas en paz.
Masturbando el corazón
Amaneció
y sólo recordé
mi inútil tránsito
por una escalera de madera
que se iba abajo
al estar tan sólo sostenida
por un endeble clavo
que dejaba escapar peldaños picados
Y empecé a recordar
momentos bonitos
de paseos y hacer el amor
ojos llenos de luz y de vida
suspiros vueltos el primero
Entonces
copé mi mente de recuerdos
escenas alegres, pasadas y ligeras
tan efímeras como lo son al exhalarlas
siquiera
Como estarse
masturbando el corazón
para sentir en la piel inexistente
que cosquillea
el contacto con simples recuerdos
lejanos y abstractos y
sinó, una especie de sino
sensible e iluminado.
Tenetud
No vienen de ti,
sino a través de ti,
y aunque estén contigo,
no te pertenecen.
Khalil Gibran
que no tengo un hijo de ojos negros
ni marido que amar ni que me ame
ni madre ni hermana ni padre extravagante
que no tengo casa ni vestido ni un parque
para dar la vuelta si ni tengo pétalos ni hojas ni árboles
en domingo si no tengo ni mañana ni semanas ni años
ni un camino que pisar si ni tengo pies para andar
que no tengo dinero ni para qué pedirlo sin bolsillos
que no tengo ni siquiera ojos ni boca ni piel ni oídos
ni una nariz que huela todo lo que no tengo
que no tengo nada más que eso
que es lo mismo que todos tenemos
y que más bien nos tiene y que siempre nos ha tenido
así
eternamente.
Recuerdos de extraños
Cuánto quisiera recordar
cada sonrisa que me han prodigado
los extraños
al andar por las calles grises por las que ando,
las calles mutantes e inmóviles de Lima
salpicadas con una garúa de
sonrisas tan jóvenes como viejas,
sonrisas de cielo y de monalisa,
sonrisas de madre y de abuelo,
sonrisas de niño y sonrisas de perros,
sonrisas que alguna vez pude jalar
yo, con mis ojos duros y oscuros
de árbol quieto arraigado a un concreto absurdo
del que quiere escapar.
Y las sonrisas las tuve adentro
y adentro del pecho las tengo.
*Para un niño serrano y, antes muy serio, caminando envuelto en humo y nubes.
Verbo Rea
Existir de repente
respirar por primera vez
llorar sin saber por qué
reir sin saber por qué
esperar por necesidad
sufrir por costumbre
ignorar por elección
saber por casualidad
caminar en compañía
parar para esperarla
seguir para encontrarla
voltear cuando ya no está
mirar lo caminado
encontrar lo buscado
perder lo encontrado
ganar en lo perdido
celebrar el existir de uno mismo
sonreir por poder sentir
ensordecer porque su voz es altísima
callar porque no necesita tus palabras
resistir el último dolor
enmudecer cuando se vuelve alegría
caer entre nubes
Descansar en tu Cama.
Lienzo de tocuyo
Soy una mujer lienzo de tocuyo
goce de gazas, balleta y bobos
-entre árboles de hacienda-
que no espera por su hombre pincel
que es tinta, paleta y óleos
-porque está a su lado-
leyendo y balanceándose apacible
en una mecedora de madera;
que fuma una humeante pipa
y escribe un poco, mientras el día se va.
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