martes, 21 de octubre de 2014

ROGELIO GALLARDO BOCANEGRA [13.763]


Rogelio Gallardo Bocanegra

Nació en Trujillo el 16 de septiembre de 1927y falleció en el año 1995. Su padre se llamó Andrés y su madre Julia. Rogelio fue un poeta en toda la dimensión de la palabra. Tuvo para vivir bien pero quiso lo contrario. Amigos le sobraron pero, el pero que nunca falta, pocos fueron los que le extendieron una mano generosa. De mirar punzante, firme, casi inquisitivo, nos parecía estar frente a un tipo enigmático y hasta desconfiado. Pero era todo lo contrario. Rogelio siempre navego en la aguas de la bondad.

Quien no lo conocía pensaba que este poeta sólo era un ente más del universo; pero quien sabía lo que era encontraba en Rogelio a un vate de prosapia y autoestima propios de los nacidos para hacerse querer. Es que Rogelio no era lo que sus harapos representaban. El, había, cursado estudios universitarios pero la bohemia le ganó la mano y con ella sus impulsos y es así como nace un poeta sin enredos ni falsos miramientos arrancando de su inspiración versos sólidos y tonificantes que sólo emergen del alma que siente lo que su realidad le infunde.
Cuantas veces enigmático y transido lo vimos surcar las calles de Trujillo. Sus pies arrastrando añejas sandalias que nunca desmerecieron su calidad humana. Aquellas para él fueron símbolo de austeridad y de guía pues lo llevaron siempre seguras hacia el cobijo que le esperaba en una de las esquinas de la calle Pizarro con Orbegoso o a las gradas del monumento de La Libertad. En esos lugares consumía gran parte del tiempo ya de pie, ya sentado, desplazando sus ojos escrutadores para devolver saludos que sus amigos le brindaban.

Y no sólo eso, en esos lugares nutría su espíritu con los golpes que da la vida. Ahí solitario y atento almacenaba los pertrechos cotidianos que más tarde los convertía en hermosas poesías humanas. Así nacieron sus poemas y sus libros; así este seguidor de Vallejo encontró la forma de volcar su cultura que mezclándola con la realidad, estampó para el mundo literario sazonados poemas de trascendencia universal.

El año 1961 publicó su poemario “Cantos al Hombre”. El año 1969 nos entregó su otro poemario titulado “Elevado Canto”, veinte años después dio a luz su otro libro “Silencio Perpetuo” y por último, en 1996 lanzó su poemario “Caminando más allá de mis pasos” que fue presentado con apoyo de una entidad cultural. y que Rogelio ya no estuvo presente.
“Silencio Perpetuo” es el poemario que reúne a sus libros anteriores es decir a “Cantos al Hombre” y “Elevado Canto” y que por supuesto incluye a los nuevos poemas que dieron lugar a “Silencio Perpetuo”.

Conforme fue escribiendo acrecentó su calidad humana. Los poemas de su primer libro frente a los del segundo hay una diferencia abismal. Capta con profundidad el alma humana e interpreta con certeza la realidad.
En “Silencio Perpetuo” aparece el Rogelio Gallardo en toda su magnitud poética. Retrata exactamente lo que era la vida para él. Anuncia su muerte y no teme llegar hacia el inexorable tránsito que nadie de nosotros puede eludir. Lo asombroso es cuando Rogelio nos da, sin quererlo, el secreto maravilloso que acompañó a su poesía que fue siempre dulce, afable y amena. El secreto radica, como nos lo hace comprender el mismo poeta: Rodar por la vida, amarla y comprenderla.

Sus frágiles sandalias y su humilde vestir causó que alguien sin conocerlo una vez le impidió ingresar a un recital poético del INC de Trujillo. Esa vida humilde en que se sumergió que jamás la convirtió en protesta, nos descubre a un hombre que en medio del dolor y la pobreza jamás se fatigó y más bien cubrió con fuerzas sobrehumanas las fatigas de la vida devolviéndoles animación, amor y recorriendo entero por el mundo su “esqueleto humano”.

El día de su entierro imperceptiblemente una mujer secaba una a una sus lágrimas mientras sus labios lanzaban una oración. Dijeron que fue adinerada dama que comprendió la forma de vivir de nuestro vate que falleció en Trujillo el 27 de noviembre de 1995.



[Te estoy observando]

Te estoy observando
por entre el hueco de una aguja.

Qué magnitud creada en tu grandeza.
Qué hondas tus pisadas
en el vagar sereno de tus luchas.
Qué simple la belleza en tus contornos.
Carne y hueso dentro de tanta vida.
Eres tú: Hombre Dios. Humano Dios.
Voy hacia ti. Hasta la muerte.
Te encuentro en todo
lo que hay dentro de mí. Feliz ser.

Silencio perpetuo ([1969]1989: 23-24)




Silencio perpetuo, Poema II

Desde este valle sombrío
desde esta angustia sin límites
desde esta terrible noche
escribo sobre mi muerte
con los dedos fosfóricos
profundizando imágenes...
oliéndome a cenizas...
porque ahora
ya no soy fuego vivo
para alumbrar de nuevo
la esperanza
que la veo apagándose
apagándose...
porque ahora
ya no sueño latitudes….
simplemente soy
delgada sombra
caminando sin rumbo
hacia la nada
sacudiéndome de nuevos dolores
en tanto mi corazón
se rueda colmado de dulzura…
Porque ahora
alimentándome estoy
de antiguos sufrimientos
y mis memorias son largas.

Dicen que el olvido sobre la muerte
no deja huellas.
Es cierto. Nada me importará
-entonces- un minuto de silencio
o las lágrimas que dejarán caer
otros llantos ya sin fuerzas
y aún así
persigan mi recuerdo
seguiré siendo traslúcido cadáver
de puro sol amanecido...
porque ahora
soy el único testigo
de mi extraña manera de morir.
Sé de donde vengo. Y callo.
Sé donde me esconderé. Y callo.
Me parezco un suicida sin luz
clavado en otra cruz
lleno de espinas...
porque ahora
estoy sintiendo por dentro
cómo duele el dolor
de mi ácida pobreza
y estas hambres durísimas
mordiéndome
secretamente las entrañas...
porque ahora
ya no tengo caminos para llegar
al otro lado de lo inmenso...
cuántos hermanos
estoy viendo pasar
rumbo a las tabernas
desgarrados mis ojos
y el corazón delatándome
de tal manera
que mi amargura sin fin
ha caído hondo. Hondísimo.
Hoy día he sufrido en cada vértebra
y qué poco he compartido mi tristeza.
Hoy día
más oprimido que nunca
más humano que nunca.
Hoy día
he regresado a mi vieja morada
y he vibrado terriblemente
me he sacudido desde mis raíces
y me he preguntado:
¿por qué llevo esta delgada sombra moribunda...?

Silencio perpetuo (1989: 85-89)


"Caminando más allá de mis pasos..."



POEMA INCORPORADO

Hoy
Me he visto caminando
sobre las huellas que con amor
grabó mi padre
y he llegado enternecido
a mi lejana infancia
pensando que allí estaba mi madre
como siempre,esperándome
para no caer tres veces
bajo la misma mirada.

Hoy
he reunido del todo
mis recuerdos de niño triste
y he jugado con ellos
hasta el atardecer...

Mi madre
dormía plácidamente
y que profunda mansedumbre
iluminaba mi cuerpo humano.

Hoy me he visto caminando ya de
regreso
sobre las huellas
que grabó mi padre tatarabuelo.

(de: "Poema incorporado")




POEMA 1

... Y me dejaron el recuerdo de tu muerte,
Oh, Javier de horizonte. Oh, Heraud de
infinito

Tu vuelo de pájaro rebelde
para siempre adormeció el paisaje
de pólvora y de sangre.

He de seguir el hilo de tus pasos
desde la honda huella que dejaste
enrojecido de coraje.

Y con mi lápiz
he de matar de frente alodio
que acribilló
la exacta dimensión
de tu esperanza.

Con un fusil
cargado de cantos y poemas
he de vengar
tu sangre derramada
mientras tú
vivas en mi pecho
profundamente hermano.

( de "Laurel para el poeta")




(CÉSAR VALLEJO NO HA MUERTO... 
VIVE DESDE SUS HUESOS HÚMEROS).

Me sopla un viento
venido de Santiago de Chuco.
Un viento que desde el alba cabalgó
como un adiós humano
como una sombra horizontal
que se incorpora
para sentir la viva delgadez
andante del poeta.

Aquí está el hombre. Invencible en el tiempo.
Aquí está el dolor. Colmando su profundidad.
Aquí está el poema. Contínuo testimonio de su vida.

París recogió su cuerpo inmóvil.
Su cuerpo que murió
de constante ingratitud.

Cómo nos duele en el Perú
la ausencia de sus huesos.
Cómo nos duele en el Perú
su soledad. su exilio.

Cómo nos duele en el Perú
el dolor humano de Georgette.

( de: "Aquí está el poema Contínuo testimonio de su vida...")




POEMA 1

Voy a dormir de cuerpo entero
y con las manos limpias
para que nadie
me detenga en el camino
que es mi camino.

La serenidad
de la paz
ha de cubrir mi rostro
anciano y triste
por haber amado mucho
hasta las cosas más pequeñas
que me sublimaron.

Voy a morir
pensando que la muerte no existe
y que he de seguir viviendo
más allá de mis huesos
y he de seguir caminando
más allá de mis pasos
hasta encontrar
la quinta escencia de la
inmortalidad.

(de: Más allá de mis pasos")





No hay comentarios:

Publicar un comentario