Joséphine Bacon
Canadá, Nación Innu
Nació en Pessamit, Nación Innu, en 1947. Es poeta, traductora, cineasta, compositora y cantante. Escribe su poesía en Innu y en francés. Ha publicado los libros de poemas: ¡Aimititau! ¡Háblanos!, Correspondencia con José Acquelin, 2008; Bastones con mensaje /
Tshissinuatshitakana, edición bilingüe Innu/francés, 2009, Un té en la tundra, 2013 y Todos somos unos salvajes, 2014.
Dirigió la película documental Mishtikuashisht-El pequeño gran europeo: Johan Beetz (1996) y montó, en la Gran Biblioteca de Québec la exposición Matshinanu–Nomades.
Es su poesía un diálogo con los puntos cardinales de su paisaje natal, su identidad, la tundra de los inuits, las auroras boreales, las estrellas y el canto de los antepasados, la compañía del caribú, el salmón, el lobo, el cuervo, el águila, el bosque, la nieve, que encarnan con Papakassik, el amo de los animales terrestres, una experiencia de resistencia contra la colonización y la explotación de los recursos naturales en su territorio.
Mi riqueza se llama
salmón
mi casa se llama
caribú
mi fuego se llama
espineta negra
mi canoa se llama
regordeta
mi traje se llama
liquen
mi tocado se llama
águila
mi canto se llama
tambor
yo, yo me llamo
humana
*
Ninguna necesidad de saber escribir
Ni de saber calcular
Me basta con conocer
Las direcciones
Tomar el hongo
Que preserva el fuego
Inmortal
Llevo mi bastón de palabras
Y me dirijo a las estrellas
Me siento para reposar mis pies
Sé estar sola para escuchar
Las auroras boreales
Me contoneo
Entre el azul del azul
De una noche que adormece
Mi abuelo el oso
El horizonte estará allí
Esperándome
Y me conducirá al río
A la corriente
Engañosa a veces
Por fin llego
A la tierra que espera
Mi llegada *
El norte me interpela.
Esta partida nos lleva
hacia otras direcciones
con los colores de las cuatro naciones:
blanco, el agua
amarillo, el fuego
rojo, la cólera
negro, esto desconocido
donde se refleja el misterio.
Hace años que ya no calculo, 68
mi nacimiento no viene de un bautismo
sino más bien de una sola palabra.
¿Estamos nosotros tan lejos
de la montaña que se habrá de escalar?
¿Nuestras hermanas del este, del oeste,
del sur y del norte
cantan el encantamiento
que las curará del dolor
asesino de la identidad?
¿Nuestra raza se recuperará
del abismo de su pasión?
Yo digo a las cadenas del círculo:
Liberad los sueños,
colmad las vidas incompletas,
perseguid la corriente del río,
en este mundo múltiple,
acomodad el sueño.
*
A Cloé y a Gilles
Dibújame el árbol
que eres tú
Dibújame el río
que tú has narrado
Dibújame el viento
que te ha hecho viajar
Dibújame el fuego
que arde en nosotros
Dime que yo soy tu más allá,
dime que tú eres mi más allá,
tú, el animal herido,
tus ancestros te han conducido a mí
para narrarme las imágenes
de tus sueños. 69
Descansa un poco en mi memoria
tú, el hombre, el animal herido,
descansa un poco en mi memoria.
Tus murmullos llaman
la sabiduría de una vida vivida,
tu mirada adivina la paz,
tu corazón palpita al ritmo
de los aleteos del águila
*
A lo lejos un horizonte
un mar azulea el cielo
un águila deja caer una pluma herida
un río agoniza
un bote me lleva
al encuentro de los relatos de los Antiguos
yo escucho el silencio inquieto
Papakassik grita su dolor
un musgo verde amarillo y rojo
enjuga sus lágrimas
Missinaku se envenena
Inhalando el combustible que descargan
los pájaros de hierro
el ritmo del corazón
de la Tierra se aminora
en mi desesperación
sueño con alejar el repique de los míos
yo sé que es dentro de lo imposible
que yo encontraré lo posible
http://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/98-99/98-99.pdf
ma richesse s’appelle
saumon
ma maison s’appelle
caribou
mon feu s’appelle
épinette noire
mon canot s’appelle
boulot
ma robe s’appelle
lichen
ma coiffe s’appelle
aigle
mon chant s’appelle
tambour
moi je m’appelle
humain
my wealth is called
salmon
my house is called
caribou
my fire is called
black spruce
my canoe is called
birch
my dress is called
lichen
my headdress is called
eagle
my song is called
drum
and I am called
human
Le Nord m’interpelle
Ce départ nous mène
vers d’autres directions
aux couleurs des quatre nations :
blanche, l’eau
jaune, le feu
rouge, la colère
noir, cet inconnu
où réfléchit le mystère.
Cela fait des années que je ne calcule plus,
ma naissance ne vient pas d’un baptême
mais plutôt d’un seul mot.
Sommes-nous si loin
de la montagne à gravir ?
Nos sœurs de l’Est, de l’Ouest,
du Sud et du Nord
chantent-elles l’incantation
qui les guérira de la douleur
meurtrière de l’identité ?
Notre race se relèvera-t-elle
de l’abîme de sa passion ?
Je dis aux chaînes du cercle :
Libérez les rêves,
comblez les vies inachevées,
poursuivez le courant de la rivière,
dans ce monde multiple,
accommodez le songe.
Le passage d’hier à demain
devient aujourd’hui
l’unique parole
de ma sœur
la terre.
Seul le tonnerre absout
une vie vécue.
« Le Nord m’interpelle », Bâtons à message, Montréal, Mémoire d’encrier, 2009.
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