lunes, 8 de septiembre de 2014

EDUARDO URIBE [13.232]


Eduardo Uribe 

(Ciudad de México, 1980) es poeta, narrador y traductor. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Fi­losofía y Letras de la UNAM. Ha publicado en revistas como Punto de partida y Periódico de poesía; poemas suyos aparecen en la antología Un orbe más ancho. 40 poetas jóvenes (1971-1983) de las Ediciones de Punto de Partida, colección que también publicó su primer libro de cuentos: Infiernos particulares (2008). Actualmente cursa la maestría en traducción en el Colmex y es becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en el rubro de poesía.




Tres variaciones sobre la ausencia 


a Glencora


I. Gare Montparnasse

Por qué 
si no tengo ticket para viajar
vengo todos los días a la estación, 
a respirar
entre gente y maletas
que no sé si van o vienen.
Soy testigo de encuentros ansiosos
y despedidas que se aplazan como la vida.
Los días pasan, las horas pasan, 
los trenes pasan, los viajeros pasan,
y luego los trenes y los viajeros vuelven, 
pero ni el tiempo
ni aquel rostro que una vez partió
vuelven.
La espera es líquida
como un agua violenta.
Todo pasa, yo permanezco,
y ya he olvidado si es un viaje
o un regreso 
lo que espero.





II. El arte de la fuga

¿Qué afán conduce al hombre
a juntar un sonido a otro sonido?
¿Persigue el rastro pobre de lo claro—
el movimiento—
                         su transparencia?
Quizá hace música
porque en ella se mira
como en un fugitivo espejo
—pasión por arrojarse al río
hasta ahogarse en las aguas de uno mismo—
: imposible Narciso que pretende
en vano acariciar
el corriente reflejo—
apenas percibido es demasiado
tarde
—y tiempo y rostro y mundo ya se han ido.




III. Perdu, le f..

Entonces perdimos el fuego
—una ráfaga de furia,
una bestia repentina
arrancado 
nos lo había /
sojos sol óeplog son arbmos anu/—,
se liquidaron las formas
y no supimos más reconocernos
en lo que a nuestras manos
se ofrecía.
                 Llegó la luz
e iluminó el vacío —
                                     se agitó el silencio
y señaló una rosa
a nuestros pies marchita.
Caminamos durante horas
buscando el fuego,
hasta que sangró el día
y nos golpeamos contra las paredes,
en calles que daban a ninguna parte
    a lo lejos
                      oímos a alguno
que se topó con cenizas,
y enloquecido gritó
nunca       nunca       nunca





Poemas / Eduardo Uribe  
Trabajar en Polanco 
     

I

     Aquí va mi grano de arena al capital.
     Cada día sale un poco de mis uñas.
     Los años pasan y no veo la duna, el banco.
     Mi arena sólo forma preguntas.


     
II

     He perdido las medidas: lo mucho es pequeño,
     diamantes para pulir uñas.
     Alguien pasa y pone la escupidera —por si acaso.
     Su culo, ¿alguien lo limpia por una buena propina?
     En medio de tan nobles señoritas
     cómo puedo ser tan plebeyo.
     


III 

(Transnacional) 
     Overworked.
     No time for philosophy.
     Business here and there and after
     it’s not me, it’s the place.
     Dreams drying blossoms
     in a public garden.
     

Instalación
     El viejo celular
     sobre una base.
     La ficha de depósito al lado.
     El mensaje:
     «Mantenme para usarme».
     Cada cosa en su lugar.
     

Bluff
     poema conceptual    posmoderno
     técnica    ilustración
     letra por l e t r a

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