RUBÉN IZAGUIRRE FIALLOS
(Honduras, 1970)
Rubén Izaguirre Fiallos nació en Tegucigalpa, Honduras, en 1970. Es fundador de Pez Dulce, un sello editorial que desde 1996 edita libros de poesía de autores jóvenes y de poetas de prestigio a nivel nacional. Ha publicado los libros de poesía: Blanco, 1995; 1918, 1996; Viva la libertad, 1997; Cantos, 2000; Cartas a Rosario, 2001; Palabras a Lucía, 2002; Nombres, 2003 y y “Los Días Negros”.
Participó por Honduras en XXXIII Festival Internacional de Poesía de Medellín en el año 2003. También en los dos Primeros Festivales de Poesía celebrados en la ciudad de Granada, Nicaragua, en los años 2005 y 2006. Desde abril de 2001, fundó y dirige la Biblioteca Andante “Enrique Ponce Garay”, una actividad que se realiza los domingos y que consiste en llevar libros, música y lecturas de poesía a barrios, parques y hospitales públicos de Tegucigalpa. Esta actividad está enfocada específicamente a niños y niñas.
La puerta de la oficina
Veo una mujer
a través del vidrio.
Va abrigada
y no hace frío.
Intento besarla
a través del vidrio,
pero el vidrio,
está frío.
I
-¿Papá, verdad que la luna está llena?-
Sí, mi amor, la luna está llena.
-¿Será por eso que no podemos entrar?-
Agosto/2001
Jorge Amado
fue enterrado
bajo un palo de mangos.
Entonces, ya no será un cadáver,
sino, una fruta que provenga
de la carne.
Un café
Yo digo,
que esa agua
es oscura,
porque está triste.
Cuarto menguante
Mire papá,
alguien puso
una hamaca blanca
en medio
de aquellas
dos estrellas.
Breve Carta a Consuelo Suncín
Naciste en Armenia,
pero te fuiste a vivir al mundo.
Tres nombres: José Vasconcelos, Enrique Gómez Carrillo y Antoine de Saint-Exupéry.
Tres camas, seis piernas.
Para mí, eres la mujer más bella del mundo,
la insigne guanaquita que pude amar el resto de la vida.
Ah, Consuelo Suncín, Condesa de Sonsonate,
te comiste el mundo,
para enseñarnos su esqueleto.
Ciudad de México,
noviembre/1970
Ayer murió
Agustín Lara
y hoy mi papá hace fila
para ver su féretro.
Mañana, yo, voy a nacer.
Ecatepec de Morelos,
México, D.F., mayo/2002
-¿Verdad, papá,
verdad que esos niños sólo están muertos
en la pantalla del televisor?-
-No, mi amor, esas criaturas
ya no existen en la realidad; se han ido,
ya no están, sus cuerpos
pronto serán unos esqueletos-
-Ya sé papá, ya sé:
apaguemos el tele
para que la muerte se detenga
o cambiemos de canal
para que se vaya
a otro lado.-
II
Ya para dormir,
Rubén ha puesto sus sueños
sobre la cama y, muy serio,
me ha dicho:
-Papá, cuídelos, que nadie me los toque,
mire que aún no los termino.
Yo, ya vengo, sólo voy a tomar
un poco de agua,
porque esta noche,
les he prometido,
llevarlos a conocer el mar.-
Cartas a Rosario
1
Mira Rosario,
yo no quiero vivir con tu ausencia.
Te lo digo,
no quiero pasar el resto de la vida
junto a ella, hacerla mi mujer,
pedirle la cena.
Tampoco que te escondas
en mi memoria
y te quedes ahí sin cumplir años,
sin darte un beso.
Lo que quiero
es que vueles ahora mismo,
que saltes de inmediato
hasta mis brazos.
¿Entiendes?
Que desaparezcas
del lugar en donde vives
y te vengas a habitar
entre mis manos.
2
Este bueno para nada,
este inconsciente,
este vengo mañana
y no regreso nunca.
Infiel,
conformista,
desgraciado.
Este niño que todavía soy
esperando a su madre
en la esquina de la casa,
poseído,
inconstante,
caprichoso.
Este mal pensado,
este hijo de Dios,
pordiosero,
miserable,
sospechoso.
Pequeño,
pequeñito,
miope.
Este inculto,
iletrado,
analfabeta.
Este salvaje con índice académico,
victimario,
suicida,
revoltoso.
Este triste estropajo con camisa.
Este hombre con recuerdos
que lo muerden,
ofendido,
humillado,
deshonrado,
soy yo,
el que te quiere,
el que te espera.
Un pez de Ramón
murió.
Era un pequeño Tiburón
asilado en este océano
de concreto,
que respiró nuestro aire
y ya no vivió.
Nadó panza arriba
hacia el cielo,
fue a encontrarse
con Dios
antes que nosotros.
Imagínatelo,
ahora mismo está contándole
sus experiencias,
dándole gracias
por las aletas.
Pero su muerte me pareció
tan triste:
él, amo y señor
de todos los mares,
muerto así, sin honores,
solo,
en aquella pecera,
flotando en la nada,
frente a nosotros,
como un alga con cabeza.
© Rubén Izaguirre Fiallos (tomado del libro: Cartas a Rosario)
Blanco
IV
El amor
es un fantasma
hediondo
entre tu boca
y la mía.
VI
Tegucigalpa es una
fruta de navajas
que se deshace
nerviosa
en mis brazos.
IX
Qué puedo
hacer con esta mujer
tibia, firme, desnuda
que no quiere salir
del televisor.
XII
No sé
por qué
me duele
la cabeza
si ya no
la uso.
XIV
Pongámonos de acuerdo por favor,
son los cuerpos los que van sobre las camas,
no las camas sobre ellos,
son los muertos los que visitan a Dios,
no los vivos,
soy yo el que te ama,
no vos.
Jamás
Nunca nos amaremos,
jamás llegarás a quererme,
es imposible que algún día
estemos juntos.
A pesar de todo,
te espero a la misma
hora de la noche,
en el lugar de siempre,
aunque no llegués.
XVIII
Hace unos
años
no pude
ser comunista,
porque estaba
ocupado
tratando
de ser un niño.
XVIX
¿Qué noticia
le da el suelo
a tus pies
cuando te detienes?
XXII
El otro día,
dije tu nombre
en medio
de mis piernas.
XXIV
Mi mal
es volver
cada día,
por tu boca,
al país de las
maravillas.
XXX
Mi vida
es un espacio
en blanco;
en ella sólo cabe
el dorso de una hormiga
o el rostro miope
de mi hermano
diciéndome
adiós.
XXXVI
Después
de caminar
dieciséis kilómetros
en mi propio cuarto,
descubro
que sólo mide
dos metros de ancho,
por tres de largo.
Mala memoria
No recuerdo
este lunar
que hoy
aparece en uno de mis brazos.
Estuve tomando café, ayer, hasta muy tarde.
Y quizá sea eso: un pequeño náufrago de café
que no pudo llegar hasta mis labios.
Mañana, lo interrogaré más despacio:
de qué planeta vino,
quién lo trajo,
que busca en mí;
si sabe algo de poesía
o conoce sobre las bellas artes;
si está aquí de vacaciones
o piensa quedarse.
Cuando vuelvas,
tocá mi puerta.
Si no abro,
tocá mis labios.
Si no hablo,
tocá mis ojos.
Si no veo,
tocá mi pecho.
Si no respiro,
Reza por mí.
(tomado del libro: Blanco)
No hay comentarios:
Publicar un comentario