miércoles, 6 de agosto de 2014

NELLY CORREA QUEZADA [12.694]



Nelly Correa Quezada

Nelly Correa Quezada (CHILE). Poeta. Ejerció la crítica literaria en el diario El Mercurio de Santiago.




POR ESO

Porque sostuve largo tiempo entre mis manos una
pequeña flor de tierra
Porque escuchè la sùplica del àrbol
Y observè multiplicarse el musgo
Poque la maleza viva me pinchò la planta ciega
Y vi un arbusto arrancado en sus raìces
Y el surco que lloraba su humedad estèril
Porque vi una araña trabajando su escondite
Una mosca desecada entre los hilos
Y un gusano que arrastaba el polvo fabricando
su camino
Porque oì las voces, presentì las mofas de un grupo
de hombres en una cantina
Una funenaria en la otra esquina
Y el vagido lleno de misterio de un recièn nacido
Porque vi a una madre desde el lecho despedir a un
hijo
Y comprendi en un gesto el pavor de un niño con
el cuento tremebundo de su mama vieja.
Porque una vida vivo en esta Tierra vibrando con 
su tierra

Porque esta epidermis ya no sigue siendo mia.
En mi se hace el verso
Pero yo temblàndole a la Tierra de respeto 
Guardo reverente mi silencio.








Siete voces en la ruta
Autor: Nelly Correa Quezada
Santiago de Chile: Rosa del Maule, 1960



CRÍTICA APARECIDA EN EL MERCURIO EL DÍA 1961-07-06. 
AUTOR: HERNÁN POBLETE VARAS

Los versos de esta nueva poetisa aparecen orientados claramente al elogio de la naturaleza, en la cual ella, con alerta sensibilidad, ha descubierto misteriosas resonancias que le afectan el yo. Cuando canta al musgo, por ejemplo (pág. 13), ella sugiere que se ha convertido en esa planta, que suave y persistente se adapta a los contornos de la materia sobre la cual reside. Otras veces pasea por su “Verde jardín”, y allí descubre sutiles correspondencias entre las flores, el pasto, “alfombra de terciopelo verde”, la fuente y las rosas, con seres de fuera, como los militares y sus espadas. De tanto moverse entre cosas botánicas, la autora, en fin, se forja una especie de filosofía de metempsicosis, con avatares y todo, en “Evasiones”, donde se confiesa haber sentido ser nube, estrella, gota de agua, arena, en sucesivas hipóstasis, para terminar diciendo:


“Cada muerte me da vida,
en el cosmos voy fundida.
¡Soy la célula inmortal!”



Hay, naturalmente, muchos versos subjetivos, ya que al fin de cuentas es Nelly Correa una poetisa afecta más a la intimidad que a la exhibición, pero hemos señalado precisamente lo distintivo que hay en ella, para que se vea por dónde corre su sensibilidad y qué se podrá esperar de su ejercicio poético andando el tiempo.






1 comentario:

  1. Del alma de lo vivo surge la poesía, el moribundo llora lágrimas "poéticas"....quizás para las hienas.

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