Clayton Eshleman
Clayton Eshleman (nacido el 01 de junio 1935) es un poeta americano, traductor y editor.
Eshleman ha estado traduciendo desde principios de 1960. Él y José Rubia Barcia han preparado conjuntamente The Complete Poetry póstuma de César Vallejo (1978) y ganó los EE.UU. National Book Award en la categoría de traducción. También ha traducido libros de Aimé Césaire (con Annette Smith, Pablo Neruda, Antonin Artaud, Vladimir Holan, Michel Deguy y Bernard Bador. En 2006, publicó una traducción de la poesía completa de César Vallejo, con una introducción de Mario Vargas Llosa, fue publicado con gran éxito, ganó el Premio Harold Morton Landon traducción de 2008 de la Academia de Poetas Americanos, y fue finalista del International 2008 Griffin Premio de Poesía .
Eshleman fundó y editó dos de las revistas literarias más seminales y de mayor prestigio de la época. Veinte números de Oruga aparecieron entre 1967 y 1973.
A veces se le menciona en la compañía de los " etno-poeticists "asociados a Jerome Rothenberg, incluyendo: Armand Schwerner, Rochelle Owens, Kenneth Irby, Robert Kelly, Jed Rasula, Gustaf Sobin y John Taggart. A lo largo de su vida, su obra se ha publicado en más de 500 revistas y periódicos literarios, y ha realizado lecturas en más de 200 universidades. Actualmente es profesor emérito en la Universidad del Este de Michigan.
Obras:
Indiana: poems , Black Sparrow Press, 1969
Altars , Black Sparrow Press, 1971
Human wedding , Black Sparrow Press, 1973
Coils , Black Sparrow Press, 1973, ISBN 9780876851548
Realignment: poems and an essay , Treacle Press, 1974, ISBN 9780914232025
The gull wall , Black Sparrow Press, 1975, ISBN 9780876852361
What she means , Black Sparrow Press, 1978, ISBN 9780876853474
The lich gate , Barrytown/Station Hill Press, 1980, ISBN 9780930794200
Fracture , Black Sparrow Press, 1983, ISBN 9780876855812
Mistress spirit: poems , Arundel Press, 1989, ISBN 9780923980108
Hotel Cro-Magnon . David R. Godine Publisher. 1989. ISBN 9780876857601 .
Under world arrest , Black Sparrow Press, 1994, ISBN 9780876859353
Nora's Roar, Illustrated by Nora Jaffe, Rodent Press, 1996, ISBN 9781887289115
From scratch . David R. Godine Publisher. 1998. ISBN 9781574230703 .
Juniper Fuse: Upper Paleolithic Imagination & the Construction of the Underworld . Wesleyan University Press. 2003. ISBN 9780819566058 .
Everwhat , Zasterle, 2003, ISBN 9788487467387
My Devotion . David R. Godine Publisher. 2004. ISBN 9781574231922 .
An Alchemist with One Eye on Fire (Black Widow Press, 2006). ISBN 9780976844952
Reciprocal Distillations . Hot Whiskey Press. 2007. ISBN 9780978693305 . , a collection of poems on art and artists, including Caravaggio , Leon Golub , Unica Zürn , Henri Michaux , Corot , Joan Mitchell , Henry Darger , African sculpture , Neolithic standing stones, and the Upper Paleolithic Chauvet Cave .
Companion Spider: Essays. Wesleyan University Press. 2010. ISBN 9780819570581 .
Traducción:
César Vallejo (2006). Clayton Eshleman, ed. The Complete Poetry: A Bilingual Edition . University of California Press. ISBN 9780520932142.
Traducción: Hugo García Manríquez
Poemas tomados de Mecha de enebros. La imaginación del Paleolítico superior & la construcción del inframundo, de Clayton Eshleman. México: Editorial Aldus /CONACULTA Y el link: www .editorialaldus .com
MAGDALENIENSE
De la cintura para arriba, casi toda lápida
y esto sólo intensifica mi amor
por lo que somos, algo que camina
con hocico por ingle, olisqueando por el fresco azul
entre los agrietados huesos marrones
de sus piernas . No hay horizonte
para ella, no hay explicación, sólo una tajo
narrativo en su pelvis. Algo ha sido tomado
de ella, desde ella—
todo lo que puedo sentir, cuando pongo un dedo
en el tajo hay columnas de dientes menudos,
como si detrás de ellos se encontrara el paraíso de
la boca y lengua. Su gloria es
tener nada detrás de su imagen.
El golpe rojo en el tórax
es aquello que resta cuando el collar del devenir
es retirado. Ella es
lo que queda después del fuego
y el agua y la tierra. Una dureza del aire
que mantiene mi suavidad alerta a la singular
voz, el tiempo pasado de
yo hablo
parece hecha un nudo sobre su vientre.
Para Caryl
Lespinasse, 1974: Salimos con nuestra cena a la mesa de piedra
en el descanso junto a nuestro departamento en el segundo piso en
[Bouyssou.
La granja sobre una loma que descendía entre un huerto de manzanas.
Sentados a comer, mucho antes del atardecer, fue nuestro el espectáculo
de un cielo extraordinario. Las nubes flotaban llegando sobre las
arboledas, dilatadas sobre nosotros. Colisión de masas, orejas de Mickey
[Mouse,
gárgolas desgarradas, torretas, valles, apariciones de mamuts que se
[adensaban
y se destrozaban. Tantas nos recordaban a las imágenes
que buscábamos discernir en los muros de la cueva. Sentados a la mesa
de piedra --qué experiencia-- enamorados, ahí, uno de los momentos más
vitales de nuestros años juntos. Tanto de lo ocurrido
--los "aspectos de los eventos"-- en nuestra primera primavera y verano
[en la
Dordoña se dispersó como esas nubes que solíamos observar--
y aún se inflama en nosotros, nube envolvente, cuyo corazón es nuestro.
Los auriñaciences tienen la palabra
Para Gary Snyder
La nutria sin garras de Camerún, su gama entera
en peligro, avanza contoneándose
llevando un pedazo del arco de MacDonald.
Todo se debe a todos.
Nada se debe a nadie.
Mucho se debe a la mayoría
y algo horrendo se debe a
cierta dominación que no
peligra en Shah o un campesino
--claro, yo sé que hay una diferencia,
pero la nutria no coincidiría con eso
y es esa nutria la que me preocupa,
preguntándome qué es lo que recuerda mientras pasa,
como especie, fuera de la existencia.
Me pregunto si pasará a través
del ensamblaje auriñacience.
Me gustaría escuchar los discursos
defendiendo su inteligencia de ogro
con sonidos afianzados con el susurro del agua.
¿Hablará del tronco negro que
arde sin llama en este "nuevo páramo",
¿la negatividad inherente en haber olvidado
extinciones del final del Pleistoceno?
Es hora de dejar que los auriñaciences tengan
la palabra. Sus formas de cúpula
talladas en losas funerarias
sugieren un pileus que en la muerte
un tallo crece hasta ser estalagmita,
filtrándose en las quebraduras de nuestro
escaneo subliminal.
En el nudo flojo de senderos sobre senderos,
aceptaré la propuesta auriñacience
de que el abismo puede grabarse
y termina en cuevas manifestando
la separación homínida. El yo muerto bajo
el yo hago. Mi vertical se apoya en mi cero.
Es posible ahora despostillar
el centro vivo del objetivo,
el bisonte esbozado por cuyo cuello
de manganeso yo pinto a la nutria sin garras
con la plata oxidada
de la estaca de Drácula.
Como violetas, dijo él
Jacques Marsal (1925-1988), con sus pulcras zapatillas de gamuza, nos conducía a la oscuridad de Lascaux. Fue necesaria su ausencia, en nuestra cuarta visita, para hacer evidente hasta qué punto su presencia determinaba qué es Lascaux. Siendo uno de sus descubridores, Marsal permaneció rodeado por la pasmosa frescura de ese enebro caído y colapsado bajo el cual cuatro niños se retorcían buscando entrar. El hecho de que Marsal continuara, por casi cincuenta años, fue un florecimiento más en el tallo de la cueva, y me conmueve la diferencia que una sola persona puede hacer en la personalidad de un lugar, no por mera declaración o información sino por estar envuelta, oblicuamente, por llevar consigo a Lascaux, haciendo su gracia florecer y permitiéndonos a nosotros, conscientes apenas de sus movimientos, leer a través de su luz.
Los hombres retoñan como violetas
cuando hace falta, dijo Olson,
Blackburn, al final de su vida,
lamentaba la desaparición de un mesero
de Barcelona, un hombre viejo
que se movía con tal precisión y gracia
entre la clientela. Paul escribió:
"No hace falta saber
el nombre de alguien para poder amarlo."
Es por Marsal que conozco Lascaux de memoria
igual a un niño livianísimo
enmarcado por el trueno y el cielo disgregado y lívido,
un niño de pie sobre la sensación de eternidad,
eternidad decible, apenas por debajo del polvo.
[Hotel Cro-Magnon, septiembre, 1990]
ACECHAMOS RESPLANDORES
De perfil sobre la calcita de ocre lechoso
5 cabezas de ciervo astadas
sus cuellos sumergidos en
un rio imaginado,
en procesión hacia las profundidades de Lascaux
Cuerpos sin esbozo en la roca parda
como un rio oscurecido
El primero, de cabeza inclinada, parece alcanzar una orilla
El segundo, con su frente erguida, debe estar caminando sobre el lecho del rio
El tercero y el cuarto, con las narices elevadas, deben estar flotando en el agua
El quinto parece vacilar, hundiéndose
Vienen a la mente “Los persimones” de Mu-Ch’i:*
El vacío en la plenitud como la mancha de lo real
Ocupamos el cuerpos de los ciervos, el agua en que se encuentran,
vacía como nuestras cabezas
Sus cabezas de piedra
más ligeras que nuestra
pesadez de flagelo letal
Este emerger a la apariencia, este florecer, esta luna llena en que
acechamos resplandores ensayados al desaparecer, ciervos del cruce
que ha de ser colmado, súbito y total, vaciándose manifiesto vaciándose oscilando de proa a popa en temblor
Súbitamente mediodía, más súbitamente el crepúsculo
O esa otra luz que Jacques Marsal proyectó sobre las cabezas astadas
–yo luchaba por ver lo que había debajo: roca nublada, oscura, roca sin agua, agua sin agua.
Su parte inferior: sin trazo
En ese inferior
un inferior más profundo aún
Lenguaje-cal cimbrando un lenguaje-ciervo
VENTANAS CURVAS
Si ha de haber claridad,
que sea opaca, que la palabra sea
convexa, profunda
con distancia, mosaico prístino
y denso. Incapaz de penetrar con la mirada,
mi turbación es circundada,
aislada, vigorosa a la deriva.
El deseo de imaginar el interior de la opacidad
crea ventanas curvas,
túneles tallados cuyo vértice continua.
La palabra, como un ser biológico,
alarga sus sensores, para ser
incluida en el continuum.
Aquí, qué palabra, sitio del
no-espacio elegido por la mente, un ningún lugar
encarnado por cualquier lugar, silla de cualquiera, colosal
oreja, gruta de retornos, lugar de la psique en que vislumbro,
muerto, hablar la vida del ser.
Penetrar con la mirada es apenas
asomarse, no hay claridad intocada.
Un animal dibujado sobre el muro
coloca una ventana en el interior de ese muro,
una ventana imagen, como si el muro encendido
y el animal se fundiera—
como si el grabador hubiera conducido
al animal a través de la tierra y la piedra,
trayéndolo hacia él, y
el animal lograra casi
emerger, pero fuera detenido al
empujar dentro
del contorno de la superficie, línea completa.
¿Un muro viviente? No,
ya ido cada uno más de 50 %,
grabador y animal
Idos en una cerca
de imágenes, un plano,
la presencia espectral del animal y hombre
acoplados al manganeso
La prosa continua hasta el final, como arando
un campo rectangular.
La poesía gira ahí donde
el donde anhela, y el sí
irrumpe. ¿Acaso no imita también,
con su aserrado margen derecho,
la mente en su oscuro serpenteo
avanzando por el blanco,
incapaz de ensayar la estabilidad?
El contorno de la imagen
vibra volviendo a una plataforma originaria:
la separación que la persona
imagina ser su alimento.
Rostro de piedra, el alimento más frío,
contorno cercando la herida del matador.
Memoria de la separación incapaz de ser herida, empuja.
Cuando un contorno es tallado,
hiriendo la piedra
deviene satisfacción central
Hurgar la piedra
como si fuera carne de la separación
es imaginar que lo implacable
ha vivido.
Este YO es ventana de sí mismo,
hasta el fondo, fundamento y marco.
Comienzo y fin deberían ser
pilares de un dolmen mental.
¿Por qué inclinarse entonces,
como al interior de nuestros templos,
contra la inquebrantable O?
El comienzo permanece a la derecha,
el fin a la izquierda.
Yo jamás abandono la ventana.
Del libro Mecha de enebros. La imaginación del paleolítico superior & la construcción del inframundo, del poeta Clayton Eshleman.
sparks we trail // Profiled on whitish-ochre calcite: / 5 antlered stag heads, / necks vanishing into / an imaginary river, / file toward Lascaux’s depths // Bodies unsketched on brown rock / as if river obscured // The first, head tilted, appears to be stepping up onto a bank // The second, head held high, must be walking the river bottom // The third and fourth, noses lifted, must be swimming // The fifth seems to be faltering, sinking into // Mu-ch’i’s “Persimmons” come to mind: / the emptiness in fullness as the stain of the real // We fill in the bodies of the stags, the water they are in, / so empty are our heads // Their heads of stone / lighter than we / weighted with mortal blight // This coming into appearance, this blooming, this full moon and the / tried sparks we trail as we disappear, stages of the crossing to be / filled in, suddenly total, emptying manifesting emptying reverber– / ating fore and aft vibrations // Suddenly noon—more suddenly, twilight // Or that other light Jacques Marsal spread across the antlered heads / —I strained to see what was below: dark, cloudy rock, waterless / rock, waterless water. Their below: unsketched // They are in the below / but there’s a deeper below // The limestongue off which stagstalk is struck
Hay una reproducción de los “Pérsimos” de Mu-ch’i en el frontispicio de Zen and Japanese Culture, de Daisetz Suzuki (Pantheon, Nueva York, 1959).
winding windows / If there must be clarity, / let it be opaque, let the word be / convexcavatious, deep / with distance, a clear / and dense mosaic, desiring / undermining. Unable to see through, / my perturbation is enclosed, / isolate, powerfully adrift. / The desire to imagine inside opacity / creates winding windows, / engraved tunnels that keep turning. / The word, like a biological being, / extends its feelers, to be / looped in continuum. // Here, what a word, site of / a no-space the mind elects, a nowhere / fleshed with everywhere, a chair for anyone, colossal / ear, grotto of homecoming, / place in psyche where I look out, / dead, talking the life of being. // To see through is only to see / into, there is no unmodified clarity. / An animal drawn on a wall / puts a window into that wall / an image window, as if the wall lit / here, and the animal / there, had fused— / as if the engraver has inducted / animal through earth and stone, / drawing it to him, and / the animal had almost made it, / almost emerged, but was stopped as / it pushed into / surface contour, completed line. / A living wall? No, / each having gone 50% of the way, / animal and engraver / vanish into an image / enclosure, a temenos, / the ghost presence of animal and man / mated in manganese. // Prose goes to the end, as if plowing / a rectangular field. / Poetry turns where / the where yearns, the yea / breaks. Does it not also mimic, / with jagged right margin, / mind in the dark of its meander, / moving through the blank, / unable to test stability? // The outline of image / vibrates back to a primal grounding: / separation from that which a person / imagines to be his food. / Rock face, coldest food, / outline of a matador stab enclosure. / The unwoundable memory of separation drives. / Once an outline is gouged, / wounding the rock / becomes a central satisfaction. / To finger rock / as if it were the flesh of separation / is to imagine the unyielding / as having lived. / This I is window to itself, / backgrounded, ground into its frame. // Beginning and end should be / the pillars of a mental dolmen. / Then why do they lean, / as if inside our temples, / against unbreakable O? / The beginning stays to the right, / the end to the left. / I never leave the window.
Texto aparecido en la edición 156 de la revista Crítica.
INDETERMINADO, ABIERTO
[Figuraciones humanas parietales
en la cueva de las Combarelles]
Una línea dorsocaudal
planeando
una línea ventral
grabada en el techo del túnel por alguien boca arriba
Incipientes
cielo
y
tierra
*
El humano es indeterminado, inicialmente inconcluso
*
Torso femenino ladeado
tangente a
una línea equina cervicodorsal
la contingencia híbrida
*
Del muro de cuero de elefante
una despedazada no-cabeza con ojo triangular
sostenida por un jirón de palma y brazo en divergencias riverinas
Debajo flota un pecho inmenso, vencido,
el pez luna a través de calizas superficiales
*
Líneas germinantes plantadas en nalgas femeninas ascensionales,
portadoras del empuje,
una erección
*
¿Qué es un nódulo? Puede ser un pezón
del que se extiende un par de líneas
atravesando el barro hasta la piedra caliza,
como si por rayos equis
el canal de la vagina fuera más profundo
*
Sin ojos
cuya nariz
sólo el “vagón de la cabeza”
humaniza
*
¿Cuenca de máscara observando el dorso de la cabeza de alguien
o es aquello el abdomen de una araña?
El perfil revela un vejancón sin pelo, hocico de venado
*
Una pata trasera de caballo perfila un tronco de mujer,
su torso y cabeza enfalada dentro de la pierna,
sus ojos sacudidos mirando sin mirar
*
Grabado en caballo se marchita,
troncoangular, combado, sentado, gracioso
*
En la periferia entre naturaleza y naturaleza humana,
entre conciencia e inconciencia,
yo increciente
*
Sobre el filo de altar de una inmensa,
rayada, abierta vulva
sobrepuesto al costado de un caballo,
un contorno de mujer dorsocaudal establece su
porqué
*
Doblado hacia adelante, un hombre cabeza enfundada,
combado por el vientre
itifálico, gesticulando jódetes–
usando su trasero como espalda
gira hacia nosotros una media cabeza sin brazos y una pierna
como si fuera
*
Cabeza enfundada quizás mostrando el dedo
a un espectro de dinosaurio entumecido
cagando a la vez que se prepara a montar
un bálago de cuarto trasero
*
En un vientre de caballo
un proganto peludo se extiende y mira
al espejo sugerido por la mandíbula
*
En el fulcro de un muslo vertical
el bulto dorsoventrocaudal
*
Jirones de cabeza y cuello de un feto de fantasma
hasta su único ojo en horizontes
*
Un montón de vulvas corneadas
*
Una humana erección en ascenso
con una cabeza de antílope bajando
como en una circular revolución
Como si el siglo XX estuviera empotrado en ese eje
*
Cabeza de muerte blindada con labios de mandíbula vulvares,
escotada,
embarbada,
con escudo en la nariz,
un ojo un guijarro,
el otro una vulva brotada,
sin boca y
tachado
[para Monique y Claude Archambeau]
“El no habrá de cooperar con gusto, juicio, estándares estéticos”, palabras escritas en el New York Times Book Review acerca de la poesía de Eshleman. No es extraño: las concesiones no son precísamente atributos de este poeta, contradictor, asiduo a las negaciones, constructor por desmontaje. Su furor no tiene límites: editor incansable de revistas, desde Folio (en sus años de universidad) pasando por Quena y Caterpillar (bilingüe la primera, concebida y abortada en su primer número en Lima y por razones de orden político; la segunda, de 1967, considerada la más importante de su época) hasta la última Sulfur, recién desaparecida en 2000, luego de 46 números y casi 20 años; traductor al inglés -el de mayor categoría- de Vallejo, Césaire, Artaud y el Neruda de Residencia en la Tierra, envuelto en los alucinógenos tanto como en los movimientos anti-bélicos, viajero por Oriente y los países del sub-mundo. Por último encontramos al poeta aplicado al estudio de las cuevas paleolíticas de Francia y España, contínuamente y a partir de 1974. Sus libros Hades in Manganese (1981), Fracture (1983) y Under World arrest (1994) desarrollan en parte esta temática. Hotel Cro-magnon (1989) y From Scratch (1998) lo hacen de manera muy particular.
Una de sus principales transgresiones, analiza Eliot Weinberger en la introducción a la antología The Name Encanyoned River: poesía que ve la vida de la mente como una serie de imaginativas confrontaciones con el “otro” –otros humanos, otras especies, el otro histórico, el otro geográfico, el otro personal. Ese otro histórico (una constante en la poesía norteamericana del siglo: para Pound la China Antigua, para H.D. la Grecia Clásica, la Mesopotamia para Olson, el Neolítico para Snyder) es para Eshleman, básicamente, el Paleolítico Superior y con su tratamiento ha levantado un mito: que el Paleolítico representa la crisis del hombre separándose del animal, el nacimiento (al tiempo que caída) original del hombre. A este modelo habría que añadir las influencias recogidas de Vallejo y Artaud (este último aplicado en lo que Eshleman llama “lower body”, cuerpo bajo: semen, babas, excremento, flujo menstrual...); la exploración de la mujer en What She Means (1978) y los múltiples datos autobiográficos que deja colar de línea en línea. Como se ve, una poesía plural y desbordante, apenas traducida al español.
Clayton Eshleman nació en Indianápolis, Indiana, en 1935. Ha publicado alrededor de 12 poemarios y traducciones de, además de los ya mencionados, Michel Deguy, Bernard Bador y Vladimir Holan. Hace 24 años trabaja en Juniper Fuse: Paleolithic Imagination & the Construccion of the Underworld, un texto en 400 páginas compuesto de ensayos, poemas en prosa, poemas, conferencias, notas, marginalia y material visual.
(De: An anatomy of the night/Una anatomía de la noche, antología de distintos libros traducida por León Félix Batista, Aldus, 2012)
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