martes, 8 de mayo de 2012
6747.- FRANCISCO PROAÑO ARANDI
Francisco Proaño Arandi (Cuenca, ECUADOR 1944). Narrador, poeta, ensayista y diplomático. Ha sido acreedor al Premio José Mejía Lequerica del I. Municipio de Quito por su novela Antiguas caras en el espejo; Premio Joaquín Gallegos Lara (2003) del I. Municipio de Quito por el libro de cuentos Historias del país fingido; Finalista en la XVI edición del Premio Internacional Rómulo Gallegos, (Caracas, 2009), por su novela Tratado del amor clandestino (Premio Latinoamericano José María Arguedas, Cuba 2010). Otras de sus obras son: Poesías (Quito, 1961). Los libros de cuento: Historias de disecadores (Quito, 1972). Antiguas caras en el espejo (Quito, 1984). Oposición a la magia (1986). La doblez (Quito, 1986). Historias del país fingido (Quito, 2003). Las novelas: Del otro lado de las cosas (Quito, 2003). La razón y el presagio, (Quito, 2003). El sabor de la condena (Quito 2009). Sus ensayos han sido recogidos en Entretextos, (Quito, 2009). Relatos suyos han sido incluidos en diversas antologías en el Ecuador y en el extranjero, y han sido traducidos a varios idiomas, entre ellos, el inglés, francés, alemán, turco, búlgaro, griego y hebreo.
NO SÉ QUÉ TENGO
No sé qué tengo aquí dentro,
que me dicta poesía...
Hay una voz en mi alma
llena de melancolía
Hay una voz que no es mía,
allá en el fondo de mi alma,
llena de melancolía,
de dulzura y de perfume
Y esa voz que me acompaña,
trade, aurora, noche y día,
¿de quién podrá ser, que me ama
lleno de melancolía?
Solo sé que son mis versos
de esa voz, y no son míos.
No sé qué tengo aquí dentro,
lleno de melancolía
CAE LENTA LA NOCHE
Cae lenta la noche de tus grandes ojeras.
Tus insondables ojos giran como un crepúsculo.
Amada, y tú me miras desde el fondo del caos,
como la Cruz del Sur me haces tristes señales.
Te agitas y te callas y vuelves a tu enigma,
tus insondables ojos giran como un crepúsculo.
Eres lago, gaviota, soledad de los campos,
como ellos divinizas cuando termina el día.
Y de ti me separa un camino muy largo,
por donde canta y ruge la brisa del ayer.
Cae lenta la noche de tus grandes ojeras.
La Cruz del Sur me hace tristes señales.
Imagen del fantasma de la melancolía,
aleteando como ella desembarcas en mi alma.
La brisa de la tarde. Amada. Amada.
Tus insondables ojos giran como un crepúsculo.
Abril 12-1960.
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