miércoles, 1 de octubre de 2014

ARTURO MONTERO VEGA [13.518]


Arturo Montero Vega

Arturo Montero Vega nació en Naranjo, Costa Rica  en 1924. Murió en Naranjo de Alajuela en Octubre de 2002.

Estudió en el Liceo de Costa Rica y se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica. Hizo estudios también en la Facultad de Filosofía de ésta. Comenzó su labor literaria en el libro "Cinco Poetas Universitarios", publicado en 1952, con poemas seleccionados en un certamen literario. Pertenece a la que se ha dado en llamar "generación perdida". 

Obras publicadas: 

'Vesperal'  Imprenta Elena  (1951)
'Cinco poetas universitarios' (antología) Editorial Aurora Social (1952)
'Mis tres rosas rojas'  Editorial Aurora Social (1952)
'Poemas de la Revolución'  Ediciones Revolución (1969)
'Rosa y Espada'   Imprenta Lehmann (1969)
'Le digo al hombre'  Editorial Costa Rica (1971)
'Aquí están mis palabras'  Litografía Centauro (1972)
'Raíces'  Litografía Centauro (1973)
'Poemas Escogidos' (antología), Editorial Costa Rica (1975)
'Poemas de ahora y siempre' (1975)
'Poemas para sembrar los sueños' (1978)
y el último, titulado 'Patria y Poesía', escrito en la década de los noventa. 






TIENE QUE HABER UN SITIO DONDE HABLEMOS

Tiene que haber un sitio donde hablemos
para ponernos de acuerdo en cuanto a flores,
celajes y otras cosas,
sobre horizontes, luciérnagas, miradas,
atardeceres, puestas de sol,
y otras nimiedades.

Tiene que haber un sitio donde hablemos
sobre Sacco y Vanzetti,
Julius y Ethler Rosemberg,
Martin Luther King y el Che Guevara.

Tiene que haber un sitio donde hablemos
para ponernos de acuerdo en cuanto al niño,
su forma de reír y sus juguetes,
sus árboles, sus camisas, el color de sus ojos
y el nombre correcto de sus sueños.

Tiene que haber un sitio donde hablemos
sobre Harlem y los negros,
Vietnam y sus hijos,
Alcoa, United y los gringos.

Tiene que haber un sitio donde hablemos
sobre valles, montañas, colinas,
sobre nubes, gorriones, oropéndolas
y otras alegrías.

Tiene que haber un sitio donde hablemos
para ponernos de acuerdo en cuanto al hombre,
el duende y la poesía.

(1972)





TODOS SEREMOS REYES

Todos seremos reyes
en el reino del amor que construiremos.
Todos tenderemos paz, un pedazo de pan
y una sonrisa eterna.
Ya verás con orgullo los zapatos
inaugurando los pies.
Ya verás la herramienta en la montaña
y la mano del hombre conduciendo la cosecha de estrellas.
Ya verás la luz en todos los rincones
y al obrero sentado a la diestra del destino
inaugurando tu alma
como un Dios que naciera del humo de la fábrica.





NO SÉ SI ARDER

Unos dedos sin tacto.
Unos pies sin camino.
Y un hombre a la deriva.
Una puerta cerrada.
Unos labios torcidos.
Un siglo de agonía.
No sé si arder
o echarme lodo.
No sé si amar
y alzar el vuelo.





PARA ESO ESCRIBO

Para que el campo recoja sus jardines,
para que el viento se pierda en tus cabellos,
para que el fruto nazca de tus manos,
para que el miedo se esconda en los palacios. 
Para que la luz sea el norte y el abismo,
para que la virtud gobierne en el exilio,
para que la bondad derribe el cautiverio,
para que el corazón sea el rostro de ti mismo.
Para eso escribo.






SUPONGO

Supongo que los hombres nacieron sin mentira,
cuando los ríos eran manantiales de dicha,
cuando los bosques eran el hogar de los pobres,
cuando los cielos eran miradas y sonrisas.

Supongo que nacieron los sapos y culebras
de alguna forma antigua escondida en la hiedra,
en las raíces de los árboles,
en el polvo de las estrellas.

Supongo que la mugre se enseñoreó en el tiempo,
la estulticia siguió detrás de la serpiente,
y todos esos sabios que en el lodo descubren
las verdades eternas,
hicieron un andamio para sus pobres cuerpos.

Supongo que en los puertos
celebrarán los hombres el mitin del silencio,
con palmadas al hombro,
con sonrisas y besos.

Supongo que al caerse el andamiaje del tiempo,
rodarán uno a uno los grandes invertidos,
se pudrirán los cuernos del becerro de oro
y no habrá más discursos en el valle dormido.



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