sábado, 2 de agosto de 2014

GIANCARLO HUAPAYA CÁRDENAS [12.616]


GIANCARLO HUAPAYA CÁRDENAS

Giancarlo Huapaya (Lima, 1979) es autor libros de poesía: Estado y Contemplación/ Canción de Canción se Gana, Polisexualy Taller Sub Verso. Ha participado en festivales internacionales de poesía en Perú, Chile, México, Brasil, Paraguay, Bolivia, Puerto Rico y Estados Unidos. Sus poemas aparecen en diversas antologías y revistas de las Américas y Europa. Actualmente es editor de CardboardHousePress. 



Poemas de Taller Sub Verso

Taller Sub Verso

A

Flexionen el abanico luminoso y mojen el pie que simula la arritmia. Víbrenlo y salpiquen, la tinta indeleble desinflamará los coágulos. Vuelvan del lado más festivo de sus torsos y únanse sin escoger. Si el peso se los permite, podrán saltar así o voltear cuando les sacudan sustancias plateadas. Ahora canten y conviértanse en un embudo, inviertan los párpados cuando sientan el conocimiento en los vellos. Sus respuestas serán autorretratos, no desatiendan lo que les baja entre los muslos y gotea desde la luz. Toda construcción será sostenida por la delación de sus medios. Mientras mutan, ejerciten el ombligo (como una retina), no lo deben desaparecer porque la dimensión y la dinámica empiezan por mirarlo. Ahora mírame y pregúntate qué posibilidades soy.

Si pueden definirlo, retiren sus inhalaciones y expulsen las vibraciones del sádico disfraz. Si no, deberán mantenerme como una extensión cruda e inerte y preguntar a cada animal su imperativo al colgarse de alguno de sus dioses. Disfrutarán sus contracturas. Tú y tú se conmoverán al comparar el poema con una película pornográfica, los demás los vestirán con la última representación que rechazaron en la intimidad. Enuncien la singularidad de lo flexible, de eso se trata el festival. Tú puedes llamarle de la forma en que lo sueñes, incluso de la forma onomatopéyica. 

Nuevamente, como coro litúrgico, compongan con un ordenador de acuerdo a sus metempsicosis y trasládenme sus características hereditarias. Yo quedaré encendido con leds de cabaret y ustedes rebanarán pepinillos encima de sus rostros. Recuéstense junto a un charco orgánico, sumerjan la lengua y escriban con ella: soy un trasplante, soy un traspaso, soy un traslado y equis. Alteren el ozono e inflamen el tubo, esa máscara les procurará labios y ojos sobresalientes. Alteren su aseo, toquen el poema antes que seque y negativísense en cada parpadeo, esta inversión contribuirá con la terapia de estilización. Dilaten y piensa por donde sería mejor tu penetración. Los objetos sexualizados recogen nuestro activismo y se frotan contra el aprendizaje. A esta distancia ya sabes qué ropas interiores huelen a multiplicación.      




B

En la parte bdsm del asunto amaremos máquinas diseñadas por los pezones heridos. Rojo es el invierno y la nieve roja ilumina los nudos que sujetan las succiones cuando les aplicamos el desfibrilador, el orden lo define la temperatura de los dedos. Los colgados bocabajo recibirán las descargas en las exageradas nalgas, latan el pie como al principio, los que están boca arriba nos servirán como columpios.

El tránsito de las sondas resistirá y recordaremos el tramplin del siquiatra y al cura transmitiéndonos el epicureísmo del Cantar de los Cantares, luego nos daremos cuenta que el shibari es el diagnóstico y el refinamiento se notará en tu epidermis. Deberás decidir que glándula masticarás al donarle un músculo al otro. Yo prestaré mi perineo. Se trata de que cada destello se disfrute al elevarse 

o levitar es sus sacrificios. 

Es inútil negar las lesiones.




C

Conviertan la fantasía en hostia y vestidos con aquel corsé hágansela a tragar al más entusiasta del público. El micrófono aullará. Visualicen sus pasiones (muertes y reescrituras), redefinan equilibrios. Con la escobilla en boca hinquen lo que inflamos por culpa de la lucidez,

el solfear de su simetría.

La aceptación no es la dinámica, esa arquitectura no definirá esta luminaria, lo viral es lo espontáneo. Coge la palabra bienestar y házsela tragar al más entusiasta del público, que se limpie la boca y que deje de aceptar licores compulsivamente, las sociedades de trueque son necesariamente orgiásticas.




D

Realicen la redundancia de la acción, al hacerte líquido evapórate inmediatamente, siéntete sudoración e incienso. Exhibe el azar, la duda y la deuda. El atraco, la contemplación en caos. 

Sus nieblas entran por cables que alimentan luz artificial, desde arriba chispales mueve para crear ilusiones de suicidios. Simulen alteraciones de vanidad en reflejos consonantes. Miren desde sus microscópicos poros tecnológicos, aumenten hasta que logren convencer a quien nos oye que el imperativo es nuestro acuerdo.

A ciegas revienten la pantalla que les rodea, el cristal quemará los rostros de sus gobiernos.   

Son el tintero que chorrea desobediencia geopolítica. La escritura de los microrrelatos de esta plétora lúdica es el fin de la historia de las ideologías dotadas de belleza y disidencia. 

Gesticulen y cuestionen su nanosegundo.




Q

Inventemos una persona, nacerá a partir de lo que adolecen. Cada uno le pondrá una característica física y un trauma producto de epicentros de poder. Su herida podrá no ser exclusivamente la temática y la obra de sus características. La mal traducción se valida, podrán partir de prefijados terrenos, pero los poetas no solo realizarán falsos documentales. Deslegitimicen el hilo por el que se desplaza la bocina y discutan la descripción de los oídos contemporáneos. Complejo anagrama de frecuencias que acribilla esculturas de hielo de metano a medio incendio. La percusión de las arenas brinca hacia los vértigos de luz exótica. La vegetación se quiebra, se celebran las chispas del cable pelado ¿Quién montará la escenografía doméstica de la animación? Tendrá alas y raíces en puertos de semblantes melancólicos, lanzará sus frutos agusanados hacia el rechazo del oleaje inundado de gaviotas que le escupen brisa ácida, se queman las gargantas de los viajeros con el vaho que joroba sobre la diáspora, se besan las despedidas verticales entre sus ramas inquietas, el azar sinfín es el ceño que frunce el charco guerra tras guerra.

No se agota la negación de la especialidad en radicales éticas atomizadas envueltas en mestizas abecés delante de expectantes asumidos insanos. Qué etcétera interdisciplinario discursarán.




R

Buceemos hacia lo profundo de las algas pensando en la estética de lo monstruoso. Sustituyan el deseo por lo que deseen. Lo que articulen siempre será una performance. Sus posibilidades están por encima de la historia universal. Pídanles riesgos a la multitud y enfermen mágicamente a los apóstoles que les admiran. Somos cordones umbilicales contra los cánceres. Transiten por el sexo del mar, enloquezcan definitivamente al sonido, revolucionen acuáticos, desalinicen, bailen con los hipocampos, besen sus branquias. Vuelen voluptuosas, antropofágicas, plumíferas, escamosas y divinas. Como la sirena mitopoética y ambivalente que asesina parroquianos y regresiona la revolución industrial. La profecía es contundente y sensual.

Cuando les pregunten qué son, podrán escoger de acuerdo al tono y volumen de la pregunta. Pueden decir que son esencialmente horizontales y caminar en cuatro patas es su cultura. Pueden decir que ansían ser exhibidos como un filme de serie R y pueden necesitar un alambre con púas en la fábula. Pueden decir sucesos ininteligibles o decir que para decirlo necesitan la vejiga llena. Pueden decir que son involuntarios y se abandonan al servicio del curioso. Pueden adjetivizar sus sometimientos e hidratar direcciones del simulacro. Pueden graficar cabellos precoces dispuestos a ensangrentar. Pueden recordar tersos amaneceres de venganzas de navegante. Pueden crear slides de cada tristeza de las ficciones. Pueden adaptar la cojera de las ancianas a las pasiones de la magia. Pueden zambullirse en ese frasco de pintura trasparente o transformar a los filósofos aludidos en hombrecillos azules.



S

Giren la letra cada vez que terminen. El reloj es la ilusión óptica del monumento. Busquen la respuesta en las próstatas de las velas encendidas. Las eses perpendiculares que gravitan biónicas en sus lunas menguantes mientras le grito a los grillos ruinas de constelaciones, ahora se adhieren a sus nubes como ráfagas de recuerdos, esta noche las historias terminarán en las desagracias de los sentenciados. Mutilarán arlequines de crímenes no resueltos, con los desechos se nombrarán y atacarán entre ustedes. En sus ganglios existen nuevos cráteres de devastadora lava soñadora. 

Esa S recorrerá las vocales de tus aúllos, los terciopelos. Someterá la primera letra de tu nombre, la paseará atada, le ordenará que lama las flemas y la alimente desde su boca. Reciban las instrucciones de aguante en el hecho de trasfondo. Destrucción de sus vanidades gracias al lengüeteo de sus almendras. Voraz tacle en el viento. Escondan los códigos por descifrar en el indiscreto lector. Fugaces fósforos rugirán contra la oscuridad. 

Esa S también es el látigo que caerá pesadamente en tu destino. Los animales fornicarán en el grafiti mientras se marca la seda en el interior de tus dientes. Los cerros son las curvas de los cuerpos eróticos de una cumbia guerrillera.





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