martes, 1 de abril de 2014

LORENZO HELGUERO [11.412]


Lorenzo Helguero 

(Lima, Perú,  1969). Estudió Lingüística y Literatura en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado los libros de poesía Sapiente Lengua (1993), Boletos (1993), Beissán o el Abismo(1996), El Amor en los Tiempos del Cole (2000), Poeta en Washington D.C. (2004) e Insomnio (2006). Actualmente realiza estudios de post-grado en el Departamento de Español de Georgetown University en Estados Unidos. Obtuvo el Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales de la Pontificia Universidad Católica en 1991 y es ganador del Concurso Novela Corta 2008 "Julio Ramón Ribeyro" que organiza el Banco Central de Reserva del Perú con Entre el cielo y el suelo, novela que se hizo acreedora al premio por decisión unanimidad entre el jurado, presidido por Luis Jaime Cisneros e integrado por Abelardo Oquendo, Alonso Cueto, Mirko Lauer y Marcel Velázquez.



Quiero escribir pero me sale espuma…
César Vallejo

Escribe con la punta del zapato, 
escribe lo que sea, pero escribe, 
escribe con el puño, en arrebato 
de sapiente animal: almuerza y vive.

Mide -opcional- la sílaba y la rima 
y ordena como quieras tu estructura, 
llega de un salto a la alcanzable cima
de la alada palabra que fulgura.

Mira voraz, y sensualmente toca 
la palabra; colócala en tu boca 
y engúllela sin sal y con la pluma.

Escribe, aunque incomode el nuevo modo 
escribe con la frente y con el codo: 
poeta, escribe, y que te salga espuma.

(En Sapiente lengua)



TRABALENGUAS 

No tres tristes tigres, sino uno solamente, un tristísimo tigre tratando de treparse tercamente a tu tejado de estrellas, un tigre tartamudo y trapecista atravesando la tarde para transitar por tus talones, un tigre o tral vez un Tristán intrigado por tus trigonometrías de senos y trambuesas, por la belleza intraducible que muestras Beatriz entre trenzas y temblores, un tímido tigre que trina para ti, tigresa dogaresa donde se traba mi palabra.

(de El amor en los tiempos del cole)




POEMA DE COMPAÑIA 
EN GEORGETOWN UNIVERSITY 

Esta no es mi ciudad.
En mi ciudad no llueve y no hay otoño
ni ardillas aplastadas por los autos.
Sin embargo estas tú
tú vestida de noche debajo de este cielo
tú vestida de verde a punto de ser agua.

¿Pero quién eres tú?
¿Un espejo, una abeja de cristal
zumbando quedamente en medio de mis ojos?

Tú eres esa niña que en la lluvia
deja caer la sal y las palabras.
Tú eres la extranjera.
Tú seguiste mis pasos hasta aquí
para dejar tu pecho
en la casa nocturna de los grillos.

Tu boca, tus cabellos, tu memoria.
Tú serás mi ciudad.

(de Poeta en Washington D.C.)



MI CASA

La memoria ha logrado abrir su puerta:
la arquitectura del recuerdo traza
en esta tarde repetida y muerta
la forma irrepetible de mi casa.
Está incrustada en mí, pero está lejos
-nos separan el tiempo y la distancia.
Aún recuerdo los cuadros y los viejos
libros corsarios que leyó mi infancia.
Mi cuarto, el de mi madre, el pasadizo,
el naranjo, el jardín, la sala, el piso
de piedra, las paredes de madera;
todo se fue. Me busca en el recuerdo
lo que perdí y cada día pierdo:
mi casa que no es mía y no me espera.

(de Insomnio)



La palabra

Ya no el silencio, sino voz que crece
y que llega confusa para ser:
por la página en blanco reaparece
la Palabra vestida de mujer.
Mostrándome sus senos me saluda,
como una perra en celo se me ofrece,
-me ha reconocido- se desnuda
y exige que la monte y que la bese.
Su revejida desnudez me tienta,
me ofrece la canción y la tormenta,
la tortura y el ritmo, el mar, la ola.
Sus látigos me llenan de lenguaje;
me vence, me despoja de mi traje
y en esta misma página me viola.

(de Insomnio)



Pronombres

De tanto amarte oscura y vorazmente
hoy confundo mi cuerpo con el tuyo
y mi mente desnuda con tu mente
(tu nombre es Fuego y es Espasmo). Huyo
de lo que fui, me alejo de mí mismo,
de mi historia y mis letras inconclusas;
caigo en la noche: ya no soy el mismo
que escribía en los senos de las musas.
Ahora me llamo Espasmo y también Fuego
y en la ardiente unidad del mismo dúo
todo mi cuerpo en llamas te lo entrego.
Tengo tu piel y tú tienes la mía.
De pronto hemos cambiado: yo menstrúo
y tú escribes feraz la poesía.

(de Insomnio)



Ofrenda

Te doy todo de mí: mi dentadura,
mi pecho atormentado por el asma,
mi cadáver despierto, ese fantasma
que se empeña en hacer literatura,
la inmensidad de despertar y verte,
los vellos de mi pierna y de mi mano,
mis cánceres futuros y el humano
temor a la certeza de la muerte.
Te entrego todo, aun el alfabeto
de mi sílaba impar, el apellido
que me encierra en la letra y que me nombra,
las inciertas moradas de mi sombra,
mi indecible silencio, mi sonido
y el verso en que se muere este soneto.

(de Insomnio)



Retorno

El tiempo que es arena y es eterno
repite su camino: todo vuelve
a su secreto origen (se disuelve
la nieve que ha de ser en otro invierno).
El sendero es un círculo. Regresa
el olor de mi infancia silenciosa,
el pequeño jardín donde la rosa
una vez más a florecer empieza.
Lo que ha sido será (también la casa
que hace tanto perdí). El tiempo pasa
y es el recuerdo un fuego que no quema
y es la memoria flama que no arde.
En una mágica y confusa tarde
alguien escribirá este poema.

(de Insomnio)



Shame Dean 

Nunca
amor
me
has
abrazado
tan
fuerte
como
ahora
que
nos
estamos
cayendo
de
la
moto

Zurdos. Última poesía latino americana, Yanko González & Pedro Anaya (Recopiladores), Bartleby Editores, Madrid, 2005, pág. 177..





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