lunes, 13 de diciembre de 2010

WASHINGTON BENAVIDES [2.457] Poeta de Uruguay



WASHINGTON BENAVIDES

(Tacuarembó, Uruguay, 1930) Poeta, traductor y músico. 



Entre sus últimos títulos se hallan: "El mirlo y la misa" (2000);"Los pies clavados" (2000); Un viejo trovador" (antología) 2004;"Dracmas" (2005);"Diario del Iporá (2006);"Sonetos del Batoví dorado al gabinete del Dr Caligari" (2008);"El frasco azul" (2011); "Tata Vizcacha" (reedición.2012);"Como un comanche" -seis libros inéditos- ( Ed. homenaje del Ministerio de RREE del Uruguay, 2012).



LIBROS de heterónimos:"Amarili y otros poemas" Pedro Agudo(2007); Doce canciones amorosas (bilingüe) Juglar Xoan Zorro (2010);" Asuntos del falsificador" John Filiberto (2012).



Entre  los autores que ha traducido se cuentan: Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos Drummond de Andrade y Affonso Romano de Sant’Anna.



Sus poemas y canciones han sido musicalizados y grabadas por: Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Eduardo Darnauchans, Héctor Numa Moraes, Carlos Benavídes, Los Olimareños y Los Zucará.





A Bernart de Ventadorm en 1963

Bernart de Ventadorn: cómo de pronto envidio
tus canciones -si Leonor de Aquitania
u otra olvidada dama, templaron a las cuerdas
de tu fino instrumento-.
Pero aún más, todavía
la estrofa con el puro fucilazo de oro
del instante:
«Can vei la lauzeta mover
de joi sas alas contra 'I rai,
e que s'oblid'e's laissa chazer
per la doussor c'al cor li vai...».

Esa alondra, que mueve con alegría sus alas
contra el rayo del sol y que se desvanece
y se deja caer, por la dulzura
que al corazón le llega, cómo empuja
ojos y frente oscuros a lo alto!

Triste país es éste, Bernart, cuando sentimos
que antes de la agonía aspiramos a sombras;
cuando desconocemos al caído,
cuando vemos sin ver la miseria y la costra.

Y tú con esa alondra para alumbrar la vida!

(Y de un oscuro origen, en duro tiempo hiciste
brotar el agua limpia)
Trobar clus = luz guardada.

Sangraste, trovador, en tu alambique
donde se destilaban rimas y neoplatónicas
veladuras.
Pero te sobrevive lo esencial:
el alma.
El alma o su armadura
en una alondra.

Miro el cielo del triste país, Bernart, que amo,
y acaso estén ahí -como una dura prueba
del tiempo y su alevosa espoleta- maquinarias
fatales y con alas de ángeles o «lauzetas»...
Una alondra es preciso, Bernart de Ventadorn, ahora!




Anda un amigo en medio de la noche...

Anda un amigo en medio de la noche.
Han cerrado los bares. Las persianas
de acero bajaron con estrépito. Los gatos
deslizan apetitos. Anda la luna
por ahí, velada. Pasan coches y luces;
sobreviene, después, un silencio
que mueve la plantita en la cornisa;
silencio que hace un chambelán
de un grillo -del canto de ese grillo-.
Anda un amigo en medio de la noche.
No lo conozco. Y él no me conoce.
Andamos cerca o lejos, nos cruzamos
-acaso- en una calle. Compartimos
un ómnibus, un cine, un banco de una plaza.
Anda un amigo y ando yo que soy amigo
de ese hombre. En órbitas distintas
-nunca ajenas-. Pero vamos a hallarnos.

En medio de la noche o con la aurora
de rosados dedos, vamos a hallarnos.
Y tenemos que estar preparados a ese encuentro.
Por ahora, susurra el viento oscuro,
graznan letreros viejos y el grillo mete lima.
Ya no pasan los coches. Pasan restos de diarios
y un cartel liberado zapateando en el polvo.
Estoy seguro. Nos encontraremos.

De "Murciélagos" 1981





Canción de los lentes

El poeta envejece.
No ve la línea,
la delgada silueta
que, antes, veía.
La escritura le baila
una polkita;
se le van los matices,
las golondrinas.
Pero se puso lentes
y oh maravilla
se dibujaron netas
las golondrinas.
Apareció de nuevo,
-la delgadiña-
aquella del romance,
palabra limpia...
Los tipos de su máquina
la tinta china
por más que los limpiaba
no aparecían...
Se arrimaba a la hoja
cuanto podía,
su nariz borroneaba
la letra fina...
Pero se puso lentes
y oh maravilla
volvieron las "corrientes"
las "cristalinas"...
Y releyó a Pessoa
y a Carlos Williams
y anduvo con Sabines
por la cornisa...
Ahora es un "cuatrojos"
es un "lenteja "
pero ve lo que escribe
y lo que piensa.

De "Finisterre" 1986



Confusa exaltación y representación de la dama

a Nené

-«Estás igual..» No. -Claro que envejeces;
-horrible fuera: sola y detenida,
mientras brotan y siegan a las mieses,
y el tren se va y el corazón trepida...

«Si universo y si tiempo nos sobrara...»
-Lo dijo Marvell- en un nomeolvides
si «La púdica amada» titubeara...
Ronsard lo reiteró y hoy Benavides.

No temo por la pérdida segura
de aquella perfección, de aquella cara,
porque no es eso lo que al fin perdura.

Old Ezra bien lo supo. Rememoro
su lección (aunque tiemblo al deterioro):
«Si universo y si tiempo nos sobrara»...

De "Poesía" 1959-1962




Cuando se vive al borde...

Cuando se vive al borde
de una ciudad de conmovidas piedras-
a la que obviaron un destino
de naufragio y ceguera
y el invierno -que agobia oscuramente-
es la pared de su verdín cubierta,
no es fácil Garcilaso
ni la Egloga;

-aún el helado visitante filtra
su humor entre las piedras-
mírenlo -alumnos de poesía- y miren
el vaticinio de las quemas...

No es fácil ver
ando la calle llega
con sus volados árboles y muros
y entre hojas y lágrimas nos ciega.
Ni enviar un ramo de palabras tristes
cuando la carta obstina
en barajar sus fechas...

De "Poemas de la ciega" 1968




Diferencias

vamos a escuchar las voces
sus diferencias
a oír
ponga el jilguero lo suyo
y el pirincho lo haga así

pero vamos a entendemos

que lo que quiero decir
no es opinión sobre gustos
dura tarea
o feliz
como un borracho que muere
ahogándose en un barril

yo vengo de un fondo viejo
con Berceo a la nariz
y endulzó la villanesca
el agrio son del país,

pero un puente de guitarra
fue lo que me trajo a mí

por eso no se sorprendan
si contrapuntean aquí
la guitarra de Gabino
y el arpa del rey David.

De "Las milongas" 1965






El corazón en Re menor

Pensando en vos,
amigo-amigo, tengo
el corazón en re-menor...

Y guitarras se vuelven,
cables, antenas, ramas,
en el mundo exterior...

Una milonga suena
en tu voz tenebrosa
y le nace una rosa
a la mísera antena...

Canta una vidalita
la medianoche tensa
y el mundo entero grita
por esa voz inmensa...

Pensando en vos,
amigo-amigo, tengo
el corazón en re-menor...

Las hojas de los plátanos
susurran tus canciones
en el mundo exterior...

Un candombe entristece
lonjas de la Cuareim...
Un “lundu” lastimero
pregunta por “meu bem”...

Un pajarito ciego
canta hacia donde nace
el sol, el sol de todos,
cantando se deshace...

Pensando en vos,
hermano-hermano, tengo
el corazón en re-menor...

Y guitarras antiguas
trabajan en mis venas
en el mundo interior...

Pensando en vos...

De "Poesía" 1959-1962




El jugador

supo jugar el ajedrez con el Diablo
sin abandonarle jamás ninguna
pieza grande.
Sir Thomas Browne

Necesito saber (Fausto, Sir Thomas)
sin influencias de Madona Luna;
sin la alquímica busca de fortuna;
sin salamandra o piedra en las redomas;

Esta hoja verde, el hueso recubierto
de fina piel y carnes deleitosas;
el grito desolado en aquel huerto:
¿sólo negras simientes de las fosas?

¿Es la Naturaleza el artificio
de Dios? ¿Y es ésta luz sólo su sombra?
¿Una entrega absoluta es fino vicio;

y qué del cátaro, del albigense?
He jugado con el que nadie nombra
y entablamos. ¿Quién vence, nos convence?

De "Poesía" 1959-1962




El viejo loco del dibujo

Escrito a la edad de setenta y cinco años
por mí
antaño Hokusai
hoy Sakio Rojin
el viejo loco
del dibujo.
Dibuja lo que quieras
-no lo que sepas
(ya vendrán a enseñarte los maestros)
-pero se contradice-
el viejo loco del dibujo.
Pelea
samurai con tus pinceles
sobre papeles esteparios
ajústales
el recio bambú en los lomos blandos
a los que venden a sus hijas
reviéntalos

Mira después de todo ángulo
al seno azul del Fujiyama
(o de un cerrito de tu tierra
-¡el Batoví Dorado!-
cualquier cerrito
de tu tierra
con una gris calandria encima).

De "Hokusai" 1975




Elogio de la maga

Cuerpos desesperados del estío.
Con el sexo vibrando en las cigarras;
en úes de torcazas y guitarras
y en las fogatas alumbrando el río.

El ojo que descubre lo prohibido,
el halcón sobrevuela la ventana
y ve el flanco de púber porcelana
o de pura obsidiana.. Combatido

por el dogma, el prejuicio, la costumbre;
la venda, la censura, el anatema,
la letra púrpura, el auto de fe..

Todo por el hechizo y dulcedumbre
de la materia prima del poema..
Que aunque cierres los ojos, sigue en pie...

De "Poesía" 1959-1962




Foto de trovador

Probablemente, cuando su amigo
le sacó esta instantánea,
el trovador pensaba en inscripciones
de lápidas hebreas,
cisnes, bueyes perdidos.
Sentado en una silla,
lee un libro no determinado;
el cuerpo levemente en arco,
lentes de carey grueso, el pelo
corto (período de vacas flacas)
el buzo y pantalón -acaso- grises
(en el gris dominante de la toma).
La imagen, es imagen solitaria.
¿Leía en su retiro, esperando mejores
tiempos de la canción y de la alondra?
¿Leía en realidad? ¿O meditaba
el tono de aquel verso, aquel acorde,
en Alicia despojada de toda maravilla,
la relación filosa del tiempo y su trabajo,
esa segunda realidad que duele?
La delgada figura adolescente
(mano con cigarrillo)
absorta
es un detalle del friso. El friso
que no ves, porque eres parte
del mismo.
Fragmentaria
como toda aprehensión
de este terrible huevo.

De "Fotos" 1986




La revelación

Deodoro pisó el marco
de la puerta y allí quedó, tieso.
En la penumbra de la sala vislumbró
las visitas: ropas oscuras (faldas)
y, de pronto, (aparecida) vino hacia él
y le besó en la mejilla, una niña
vestida de blanco (zapatos, medias,
falda) de pelo renegrido (en trenzas)
y ojos como azules.
Deodoro volvía de una -infructuosa- caza
de cardenales, en los talas del cerco.
Ante la niña, se le cayó el frasco de "pega-pega".
La jaulita vacía. Perdió los pies,
el pecho se le hizo humo, se le soltó la cabeza
como un globo con gas. Y si no se volvió,
allí mismo, en el marco de la puerta,
un montoncito de ceniza,
fue porque -todavía- le quedaban dos años
para soñar y despertarse
sudando frío en la madrugada.

De "Tía Cloniche" 1990





Negativo de una canción

Esa calle es la misma
con la persiana verde
con el jardín sombrío
por las altas paredes
y el piano que malrota
sonatas de Clementi
esa calle es la misma
tiene una gata y tiene
la misma luz de otoño
los árboles de siempre
esa calle
no digas
que es la calle de siempre
ni es su jardín rotoso
ni su persiana verde
reseca y carcomida
ni sus viejas paredes
a veces suena un piano
pero muy pocas veces
no es la misma esa calle
que es otra
indiferente
sembrada como todas
de pisadas estériles
esa calle
no digas
que es la misma
no sueñes.

De "Los sueños de la razón" 1962 - 1965




No es un tigre de papel

El tiempo está en los otros.
Al acecho.
(Y el tiempo no es un tigre de papel)
Hasta que salta de un rostro conocido
Y como quien revela una fotografía
lo vamos descubriendo (sin espejo).

El tiempo está en nosotros.

Que nadie pierda tiempo cerrándole las puertas
Que nadie crea alejarlo porque no se le nombre
(ni metiéndote bajo de la cama
ni perdiendo la fe).
Queda otra instancia aún.
Cuando descubres que ralea el ejército
de los conocidos.
Y alguien dice:
"Ha muerto Helena"
-y eres tú que has muerto-
"Ayer murió Ramón"
-y con él mueres-.

El mundo (tu mundo) se despuebla
y el compañero de la infancia
te contempla con lástima y con miedo
porque él también lo ha descubierto todo:
la muerte está en nosotros.

De "Fontefrida"1979




Nuevo jardín de las delicias

Puesto entre pitonisas y modernos;
entre aguafiestas y entre barreminas;
entre paces huidobros y esterlinas;
entre caretas y entre posmodernos..

Como en un cuadro de Ensor o Solari
sumido en un bestiario junto al Bosco,
vas, entre muros derruídos, hosco,
en un café bebiéndote un Campari..

La mujer te sostiene, un hijo claro,
algunas instrucciones de camino,
(te aguardan el pretor junto al avaro)..

Bosques de ahorcados, humo de las quemas;
feudos de yuppies, bandos de cretinos:
aférrate al rosario y tus poemas...

De "Poesía" 1959-1962




Oído en un teléfono

El poeta es un apóstata,
inevitablemente. Está
marcado para la apostasía
Su búsqueda incesante
le obligará a colgar
más de una fe en el perchero
(ni a César lo que es del César
ni a Dios lo que es de Dios)
Traspasará las puertas
de marfil 0 de cuerno
las del cofre-fort
las de la cabina telefónica
de la cabina espacial.
Descifrará en el palimpsesto
de los días
otros días que igualmente
fueron o serán suyos.
Traducirá las páginas etruscas
de las muchas realidades.
El poeta es un apóstata.
No tiene otra salida. Está
obligado a descubrir
lo que le espera a la vuelta
de la esquina. Y esto no le
acarreará
ni seguridad ni prestigio.
El poeta es un apóstata.
Pelada la última capa de la cebolla
debe imaginar la cebolla
platónica
que en un plato -fuera de su alcance-
lo espera
para recomenzar el trabajo
de quitarle una a una sus pieles
y encontrarse con otra cebolla
reluciente
idéntica a un lucero.
El poeta es un apóstata.
Debe serlo. Para acompañar
a los que se atreven por el salón
de los pasos perdidos
a los que conversan con sus sombras
a los que alientan desde una cárcel
la liberación de los hombres.
Poesía
se llama
Apostasía.

De Lección de exorcista" 1991




Prontuario

1

Soy un viejo que fía en sus neuronas,
un calamar sañudo, un nigromante;
mientras tiemblan las mitras y coronas
en la noche del lobo y del mutante.


2

Borges no puede verse en el espejo
porque se enfrenta al marco de un retrato.
No es sólo error del cristalino viejo
ni de un sensual oculto en un pacato.


3

Macedonio que esconde en un ropero
la bombilla de luz del pobre cuarto,
corrije, una vez más, su nacimiento,
harto de ser y de razón más harto.


4

John Donne oye disculpas de la dama
porque tus huesos con los suyos nunca
ató la crencha de color de llama;
bien que te dicen de la vida trunca.


5

¡Salud! Gonzalo de Berceo. El vino,
duras jornadas de cuaderna vía
escritas en román del paladino:
-Salva al pobre ladrón, Virgen María-.


6

Profesor de nostalgia y mal de amores,
del susurrado verso,Garcilaso.
Después vinieron otros resplandores:
Elisa o Isabel y aquel flechazo.


7

Bernart de Ventadorn, tú me enseñaste
la aflicción, la belleza del segundo;
del amor que no borra ni el desgaste
ni los ejecutivos de este mundo.


8

Pound permanece en Pisa y en la jaula,
sólo un soldado negro lo conforta,
Escribe, porque el hilo ya: se corta,
contra la usura, contra el falso, el maula.


9

Sabines ya no puede con la vida:
-hay tanta muerte, hay más que un mar de muerte!-.
El cacto permanece, no el suicida:
hay que arrancar la muela, hacerse fuerte.


10

En la tercera estrofa el verso cojo
denuncia el son que en el oído apaga;
y la muerte previene, cuando amaga:
-no mires mi puñal, mírame el ojo...


11

Soy un viejo que duda de su sombra
Que advierte su doblez y su ignorancia.
Escribo -alucinado- por constancia
y por una mujer que aquí se nombra.

De "El molino y el agua" 1993




Soneto dos al borde del milenio

¿Cómo te sientes, entre tantas cosas,
súbitamente, vueltas diferentes?
Mas, tú no las cambiaste. Si, ominosas
o justicieras, descubrieron dientes,

mordiendo, líderes o presidentes;
ayer cantados bajo palio y rosas.
Hablo de corazones y de gentes,
de muros derribados y de prosas.

Pero ¿están derribados esos muros?
Mozos de pelo al rape, con cadenas,
al extranjero invitan al infierno;

las esvásticas vuelven a los muros,
arden las sinagogas y colmenas..
¿Y tú, cómo te sientes, Posmoderno?

De "Poesía" 1959-1962





 SEÑORA MUERTE…

                                                        “y lo que quiero saber es
                                                          Cuánto le gusta su muchacho de los
                                                          Ojos azules
                                                          Señora Muerte”
                                                                                     (e.e.cummings)


Si alemán serías El Muerte. Pero
Como te escribo en castellano,
Sos la señora Muerte.
La Ñata del lunfardo y algún
Tango, “La que te dije” –elusión
 a nombrarte- del lenguaje urbano.
En realidad, estamos frente a frente
Desde el nacimiento (y aún antes).
Y esto lo reveló el estoico y lo hizo poema Francisco de Quevedo.
Te han relacionado con el sueño.
Cosa que no comparto.
Aunque a veces nos llega de pesadilla
El sueño es la única visión que tendremos
Del Paraíso que no existe.
Por lo tanto, Señora, me importa poco
Que Usted desmonte a Búfalo Hill.
 A Napoleón o Benito
o cualquier maestro de la usura,
Rostchild o Banco Ambrosiano,
O pequeño usurero de provincia
Con las manos mugrosas de robarle
A los pobres y necesitados.
Otras desapariciones le objetarían
Poetas como Esenin o Maicovski
Que buscaron sus fríos pechos
“para morir abrasaos” no solamente
Artistas, gente común, laburantes
Que se mataron con sus copas de grapa antes
 De la oficina para poder teclear inmundos
 Formularios o parejas juveniles
Que, abrazados, se dejaron caer desde un bote a las aguas
donde los esperaba Perséfone.
Porque sus ciegos padres no midieron
La pasión de sus hijos.
Ni que decir de los niños que recolectas
Por todo el mundo. Esos
No besarán tus huesos desmedidos.
Y esto te lo digo en la cara sin desenfundar
 El revólver con cachas de nácar
Que heredé  de Billy The  Kid,
Ni la vieja pistola lafouchette de dos cañones
 De mi amigo Josecito Jiménez,
El carrero.




CUERPO HERMOSO…


                                   1

Es casi un ángel de Fra Filipo Lippi.
Aunque algunos le encuentran
Facciones de la abuela (por cierto,
 Muy hermosa, agregan, como
Cuidándose de la réplica jocosa).

El sexo oculto en un liviano pliegue
Está diciendo que se llamará:
                        ¿Estefanía, Margaretta,
                                   Helena?
Cuando le bañan (ella gustosa accede)
Es como una llama
Como una lámpara de siete brazos
Como una madreperla , una madrépora
                        O una niña hermosa.
                                  

                                 2

Si se lastima las rodillas
Al saltar del columpio
El mundo todo queda en suspenso.
Como en Santiago cuando está “temblando”.

En cumpleaños propio o ajeno
Parece advenediza
Como si un hada despertara
En una galería de carbón profunda.

Si mira un niño, ese niño
Ya sabe que será un Figari si pinta
Un Vaz Ferreira entre la Lógica y la Música
Un Santos Dumont en aeroplano
Un Julio Herrera que anda
 Suelto por Los Parques Abandonados
Soñando la Desolación Absurda,
 O un almacenero de ultramarinos
Con chalet liberty para el verano.

El niño que no es mirado (como yo)
Tendrá que irse a París
A competir en el Parque de Los
Príncipes en bicicleta o escribir un poema
Que le de vuelta al mundo como a una media
Y que se llame los Cantos de Maldoror.


                                   3

La adolescente que soñarían todos los publicitarios
Dalianegragivenchiversacelacabana
Pasea por el Prado y el rosedal desea que la niña
 Lo atienda y furiosamente estalla en rosas
                                    Amarillas
                                   Rosas-té
                                   Sangrientas
                                   Desesperanzadas
Al fin sólo aspiran a que la adolescente
Entre sus dedos prerrafaelistas
Transforme en juego cruel contarlas
Mientras las deshoja
                        En un “quiero,
                                   No quiero,
                                   Pero quiero,
                                   Y no te quiero…”


                                   4

Un muchacho atildado
La mira sin contemplaciones
De oferente,
La mira como un macho mira
A la hembra
Como un ciervo de altiva arboladura
Clava sus ojos en la cierva virgen
Y se prepara para la contienda.

Ella (que lo ha mirado disimuladamente)
Ahora se extasía en una telaraña
Que aspira –nada menos- que atrapar
                        Al sol.


                                   5

Cortinados amarillos que abrumaran
                        A Lucrecio
Pero no son amarillos ni cortinados.
Son un velo de novia, son un velamen
                        De esponsales.
Son otra tela de araña que no tejieron
                                   Los arácnidos
Pero que probablemente operen
                        De igual manera.

No es el novio el fino adolescente.
Es un señor de propiedad burguesa
Una cadena de oro cruza su vientre
Y en su chaleco de pana blanca
Oculta el Tiempo.
Bigotes a lo Humberto Primo
Levita de embajador francés y el cuello
De palomita y de charoles donde el cielo
Se refleja en  sus botines.
El cabello detenido en dos crenchas.
En el rostro sin sorpresas, una sonrisa
De satisfacción, y a la par un aire
 Grave
De pausados giros…

                                  
No fue el ciervo y la cierva
En la majestuosidad del bosque de abedules.
Fue casi un estupro, con gruñidos y grititos,
Un revuelo de vestiduras de dormir
Y blancos muslos asediados.


                                   6

Junto a la madre que teje imperturbablemente
La joven mujer grávida
Mira por la ventana el Prado del otoño
Una niebla que es como un mitin de fantasmas
Va borrándolo todo…
También el pensamiento de la joven grávida
Que estaba lejos, muy lejos,
Tal vez en Buenos Aires, a la que ahora llaman
                        “La Reina del Plata”.
Imperceptiblemente, cava y cava una arruga
Advenediza, en su frente de Dama
De Dante Gabriel Rossetti.
Un señor, que le es ajeno, aunque sea su marido
Acaba de regresar de su bufete.
Su sombra, a contraluz, se vuelve enorme,
Un leve clic advierte que la puerta
Cancel con sus cristales de Murano,
Dejó fuera el otoño.




DEVOLUCIONES  IMPOSTERGABLES

El “manto de Gotemburgo”, una maravilla textil
Creada por los indios paracas del Perú,
Vuelve a su origen. El gobierno de Suecia
Cumple con un requisito fundamental:
La vuelta de maravillas del arte, la arquitectura de pueblos arrasados
Por los conquistadores. Desde las creaciones admirables egipcias o más antiguas
Que “adornan” ciudades de los invasores, como si fueran propias.
Como ostentaban (y ostentan) escudos patrios con
Las banderas de los vencidos, como triunfos
 Romanos. Ni que decir de la rapiña nazi
Con Goering a la cabeza, de los logros artísticos de los países invadidos.
¿Cuántas joyas, pinturas, artesanías mágicas,
Debieran restituirse a su origen?
Hoy, en una hermosa revista peruana “Chasqui” nº 23, octubre de 2014,del Ministerio de RREE .Una arqueóloga, Carmen Thays, historia la joya de la textilería paraca.
Y bien, ello nos movió, a la reflexión anterior.
Cómo una ráfaga, como un turbión
De pesadilla: circularon por nuestros ojos
Los robos manifiestos de los detentadores
Del poder, sobre las obras únicas
De los vencidos.
¿Cuántos museos del mundo se alimentan
Con estos saqueos?
Cuántos turistas de Grecia vuelven con pedazos
 De mármol de esculturas o templos
Que les venden al mejor postor?
Y ya no gobiernos depredadores, sino
Sencillos hombres y mujeres
Que retornan con su pedacito del Acrópolis?
(Sé que miras la vasija, el plato, la ñañaca
O manto chico o las bandas cefálicas del
Rey difunto, que amañaste, el pectoral de oro,
La esmeralda del cuello de la princesa,”La Barca de Oro”, corazón del Museo de Bogotá, que se escapó por unos dólares…)…)
En el Brooklyn Museum yace el “Manto Calendario” saqueado en 1902 del cementerio de Arena Blanca, en la península de Paracas,
Por Domingo Cánepa y su pandilla,
De los núcleos funerarios descubiertos.
¿Volverán las oscuras golondrinas
De tu balcón sus nidos a colgar?
Me viene un gesto escéptico. Perdona.




 INVENTARIO-PESADILLA
                        ECOCATASTROPHE.

Dejemos los “40 días y 40 noches”
De Las Sagradas.
Un emperador chino ordenó la quema
De la gran biblioteca, porque la Historia
Debía comenzar en él y con él.
Tu Fu, en un poema, hablando al emperador
De turno,
Le señaló que, junto a la Gran Muralla,
Coexistía una gran muralla de osamentas,
De los esclavos y extranjeros que costó
Una de las Maravillas del Mundo.
¿Sabes cuantos obreros y familias de obreros
Abatió entre la malaria y la miseria
La construcción del Canal de Panamá
(Y ahora sobrevendría el de Nicaragua).
¿Cuántos la Gran Esfinge, cuántos
Las Pirámides y los Colosos de Menmon?
¿Sabes que con Chico Carlos fueron muchos
 Los mártires defendiendo la Amazonía
De la avidez de los Latifundistas y Empresarios? Defendiendo nuestros pulmones?
Olvidaste las catástrofes nucleares:
En 1979 en Three Mile Island (Pensilvania,
EEUU) O en Chernobil (Soviética) 1986,
O en Fukushima (Japón) en 2011?
¿Sabes que las pruebas atómicas marítimas modificaron
la Corriente del Niño y otras mas, desviando
La que aportaba la anchoeta al Perú, para  gaviotas y petreles y su guano, y la pesca, alimento  imprescindible?
Sabes que el clima mediterráneo de Montevideo se fue al carajo,
Y vivimos alterados por las “alertas naranjas o amarillas” que significan tornados, granizo,
Lluvias que desbordan río y arroyos,
Obligando a miles a refugiarse, viendo sus precarias
Viviendas destruidas. ¿Sabes cómo la
Administración se desvive por extraerlos del lodo y de los excrementos?
¿Te has enterado del volumen polucionado de río y arroyos,
Por las vertientes químicas de empresas y fábricas, transformando en canales de la muerte
Todo lo acuífero?
            Si todavía te queda voz, hazla  oír,
                        Que aún vive la protesta.



SEIS VARIACIONES PARA UN ARMONIO 
            DE CRISTAL (ELECTRÓNICO)
                        Por xoan zorro.

                                                           “La muerte no es el final
                                                           Es sólo zona de parking.”
                                                                       Jack Spicer.

                                   1

La máquina alterada.
La gran nuez de la cima
Parece no soportar una avalancha
Ni una modesta ardilla.
El cordaje del cuello desafina
Como un arpa
Tocada por secretas carcomas
Y en su ropero
El viejo corazón como dijera
Jean Cocteau:
                                   “Hoy, no se lleva”.
Y para abajo mejor es no meneallo.
Sin embargo, mi amigo –viejo amigo-:
            La muerte no es el final
            Es sólo zona de parking.

                                   2

Corriendo por el césped
Maravillosas piernas de muchacha
Acompasadas por las fuertes piernas
Del mozo que la cuida
Como a la niña de sus ojos
Que eso es para él

Esa muchacha de piernas admirables
Corriendo por el césped
Ascendiendo entre tilos
Va la pareja por el Parque de Los Aliados
Corriendo tras el arco
De la Alianza
Ella con piernas dignas de Artemisa
Él, con algún calambre,
Sin perderle pisada. Desesperadamente,
            Tras la niña de sus ojos.

                                   3

El hombre arrolló la bandera
Que en ese instante comenzaba a ser
Candidata a los trastos polvorientos
                        Del altillo.
Iba a encender un cigarrillo. Lo pensó
Mejor, y sus dedos volvieron
A depositarlo en la cajilla.
En ese acto (casi reflejo) saltó
De su bolsillo aquella vieja desteñida foto
            (quien la viera, de paso, arriesgaría
                        A decir: es una foto
            De un niño o de una niña).
El hombre la miró. Respiró hondo
                        Y volvió a desplegar
                                   La bandera.

                                                           A Juan Gelman.

                                   4

No era un templo era una sala
                        De cinematógrafo
Por lo tanto era un templo además
            De una sala de cinematógrafo
Y en esa sala/templo, el muchacho veía
                        Por undécima vez
                        “La General” de Búster Keaton.
Sabía perfectamente cuándo saltaba
            Como una liebre la imagen
            De los viejos rollos
Esperaba con unción el instante
            De la deshonra del maquinista
                        Ante su novia
Seguro que iba a reconquistarla y liberarla
            Del laberinto de rieles
            Y ejércitos enfrentados
Del Norte contra el Sur.
Además, sonreía, con la seguridad secreta
                        Que desde la próxima
                        Exhibición él sería el maquinista
            Él sería Búster Keaton
            Y alcanzaría los créditos
            Que la vida se empeñaba en negarle.

                                               5
El pobre Mozart
Alcanzó su gramo de felicidad
Ya acosado por la muerte cuando escuchó
            Al mozo de la carnicería
            Cantar un aria de Papageno.
Con esta anécdota se alentó el desconocido
                        Autor de canciones.
¿Quién dice?. A lo mejor…

                                    6
                                               “El mirlo canta y la bebé ríe,
                                               A medio camino en el siglo del
                                                           Horror.”
                                                           Kenneth Rexroth.

Dulce Camila
Fuerte Natalie:
Maravillosas hijas de mi hijo
Nietas de la alegría
Poseedoras de un coraje casi borrado
De los escritos de este mundo.
Al borde del Milenio, Camila:
Cédeme un poco de tu ternura honda
Que me sabrá a un trago de agua
            En el corazón del verano.
Préstame tu energía, dorada Natalie,
Dibújame constante, como de niña
Fundabas árboles, casas, padres gatos
Bigotudos.
Ustedes caminarán
Por tiempos que han alarmado
            La imaginación o la conciencia
Y sé que vuestros pasos llevarán
            Nuevas luces, dínamo                  
Ustedes caminarán
Por tiempos que han alarmado
            La imaginación o la conciencia
                        De los hombres
Y sé que vuestros pasos llevarán
            Nuevas luces, dínamos
                        De pureza
Para mañanas que no serán ojos
De ciego/ muletas
Abandonadas entre las ruinas de la guerra.
Ustedes llevaran como un nuevo testamento
                        El deseo de todos nosotros
            (los conocidos, los desconocidos)
            

             
UN POCO MÁS SÓLIDO QUE EL AIRE

Casi desparramado,
Bajo el quincho solidario
Pasan “músicos” que hace tanto
No venían a estos árboles,
Los músicos son unos pajaritos
De mediano tamaño, el dorso de color marrón oscuro,
Casi acanelado el pecho.
Siempre en bando. Rápidos y fugaces
Sobre la avena estéril, sobre los pastos
Recién cortados por un operario.
Cantan. Una música que huele a pasto,
A reflejo de las nubes en la acequia,
A urgencias de apareo.
A dulce clima.
Ya se fueron. Volaron hacia otros campos.
Las desafinadas langostas verdes tratan
De mejorar sus arreglos
(No sea que Nicolo –el gran violinista
Iracundo- les quiebre sus arcos).
Sigo despatarrado. Increíblemente, una
Perdiz chica pasa junto a mi, sin empacho
Ni miedo. En otros tiempos…
Al fin veo a una viudita blanca.
(Desolado ante los desmanes de los
Fundamentalismos, fustigan mi visión:
Garrote vil, torres con horcas,
hachas fulmíneas, lapidaciones, Rocas Tarpeyas,
“la solución final” con cámaras de gas,
Piras humanas de la Santa Fe, cruces romanas,
Venenos socráticos, elixires borgianos,
Inyecciones letales, sillas eléctricas,
Fusilamientos, la “refalosa” de federales
Y unitarios, los despenadores oficiales
De los ejércitos, la espada isabelina,
El puñal tribunicio, el sicario de trece
Apuntando y acertando. Los degolladores
De Barranca Yaco, la cabeza del Chacho
Peñaloza, los niños del último ejército
Guaraní ante el sádico Conde D´eu;
Los N N de cualquier territorio…)
Salto, como mordido por crucera.
El tiempo está cambiante y de la Cuchilla
De Haedo  baja en carretón siniestro una tormenta.
También asoma en la dulzura de este
Mundo, una Tercera Guerra nada fría.
¿A los señores de la guerra no enfrentarán
Los hijos de la patria grande?
















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