Foto: Gregory Orr por Emily Bolden en The Hook
Gregory Orr
Nació en Albany, Nueva York en 1947, estudió en la Antioch College y luego obtuvo una maestría en Columbia University en 1972. Es autor de más de diez colecciones de poesía, entre ellas: River Inside the River, The Caged Owl, City of Salt y Orpheus and Eurydice: A Lyric Sequence. Ha recibido la beca Guggenheim, y en 2003 el Award in Literature by the American Academy of Arts and Letters. Es profesor de la Universidad de Virginia desde 1975, donde también fue el editor de poesía del Virginia Quarterly Review de 1978 a 2003.
Nació en Albany, Nueva York en 1947, estudió en la Antioch College y luego obtuvo una maestría en Columbia University en 1972. Es autor de más de diez colecciones de poesía, entre ellas: River Inside the River, The Caged Owl, City of Salt y Orpheus and Eurydice: A Lyric Sequence. Ha recibido la beca Guggenheim, y en 2003 el Award in Literature by the American Academy of Arts and Letters. Es profesor de la Universidad de Virginia desde 1975, donde también fue el editor de poesía del Virginia Quarterly Review de 1978 a 2003.
Poesía:
Burning the Empty Nests (Harper & Row, 1973)
Gathering the Bones Together (Harper & Row, 1975)
The Red House (Harper & Row, 1980)
We Must Make a Kingdom of It (Wesleyan University Press, 1986)
New and Selected Poems (Wesleyan University Press, 1988)
City of Salt (University of Pittsburgh Press, 1995)
Orpheus & Eurydice ( Copper Canyon Press , 2001)
The Caged Owl: New and Selected Poems (Copper Canyon Press, 2002)'Concerning the Book That Is the Body of the Beloved (Copper Canyon Press, 2005)
How Beautiful the Beloved (Copper Canyon Press, 2009)
River Inside the River (WW Norton & Company, 2013)
Crítica:
Stanley Kunitz: An Introduction to Poetry (Columbia University Press, 1985)
Richer Entanglements: Essays and Notes on Poetry and Poems (University of Michigan Press, 1993)
Poets Teaching Poets: Self and the World (University of Michigan Press, 1996) (edited by Voigt and Orr)
Poetry as Survival (University of Georgia Press, 2002)
Gregory Orr / Reuniendo los huesos
A Peter Orr
Cuando todas las habitaciones de la casa
se llenen de humo, no bastará
con decir que un ángel duerme en la chimenea.
1
Una noche en el establo
El cadáver del ciervo cuelga de una viga.
Envuelto en mantas, un chico vigila
desde un montón de heno. Se duerme
y sueña con una muerte que se acerca:
Dentro de él hay pequeños huesos
dispersos en un prado entre bardanas y hierbajos secos.
Se pasará la vida caminando allí,
reuniendo los huesos.
Las palomas susurran en el alero.
A sus pies, el pastor alemán
chasquea dormido las mandíbulas.
2
Un padre y sus cuatro hijos
bajan corriendo una pendiente hacia
un ciervo que acaban de matar.
El padre y dos de los hijos llevan
rifles. Ríen, se empujan
y no paran de hablar entre ellos.
Un arma se dispara
y el menor de los hermanos
cae al suelo.
Un chico con un rifle
se detiene a su lado,
gritando.
3
Me acurruco en un rincón de mi habitación,
mirando fijamente dentro del hueco de cristal
de mis manos; muy abajo
lo veo ahogarse en el aire.
Fuera, hojas semejantes a bocas
forman una charca negra
bajo un árbol. Los caracoles se deslizan
ahí, pequeños cisnes de muerte.
4
Humo
Algo ha tapado la chimenea
y la casa se llena de humo.
Salgo y miro hacia el tejado,
pero no veo nada.
Vuelvo a entrar. Todos lloran,
mientras van de habitación en habitación.
Los ojos les duelen. Este humo
convierte a la gente en sombras.
Incluso después de desaparecer,
de que hayan desaparecido las lágrimas,
lo oleremos en las almohadas
cuando nos tendamos a dormir.
5
Vive en una casa de cristal negro.
A veces lo visito, y hablamos.
Mi padre dice que está muerto,
pero ¿qué significa eso?
Anoche encontré a un chico
durmiendo en un nido de huesos.
En la mejilla tenía una cicatriz roja
en forma de hoja.
Lo alcé
y lo llevé conmigo,
a pesar de que no sabía adónde iba.
6
El viaje
Todas las noches me arrodillaba sobre una placa de mármol
y restregaba la sangre.
La restregué durante años, y seguía allí.
Pero esta noche los huesos empiezan a quemar
en mis pies. Me incorporo
y echo a andar, y la placa
aparece bajo mis pies con cada paso
un camino blanco del largo de tu cuerpo, apenas.
7
La distancia
El invierno de mis ocho años, un caballo
patinó en el hielo y se rompió una pata.
Mi padre cogió un rifle, una lata de gasolina.
Permanecí al costado del camino al anochecer y miré
el cadáver que ardía en el prado lejano.
Yo tenía doce años cuando lo maté;
sentí mis propios huesos separarse de mi cuerpo.
Ahora tengo veintisiete y camino
junto a este río, buscándolos.
Se han transformado en un puente
que forma un arco hacia la orilla opuesta.
The Caged Owl: New and Selected Poems, Copper Canyon Press, Port Townsend, WA, 2002.
Versiones de Jonio González
Gathering the Bones Together
for Peter Orr
When all the rooms of the house
fill with smoke, it’s not enough
to say an angel is sleeping on the chimney.
1
A Night in the Barn
The deer carcass hangs from a rafter.
Wrapped in blankets, a boy keeps watch
from a pile of loose hay. Then he sleeps
and dreams about a death that is coming:
Inside him, there are small bones
scattered in a field among burdocks and dead grass.
He will spend his life walking there,
gathering the bones together.
Pigeons rustle in the eaves.
At his feet, the German shepherd
snaps its jaws in its sleep.
2
A father and his four sons
run down a slope toward
a deer they just killed.
The father and two sons carry
rifles. They laugh, jostle,
and chatter together.
A gun goes off
and the youngest brother
falls to the ground.
A boy with a rifle
stands beside him,
screaming.
3
I crouch in the corner of my room,
staring into the glass well
of my hands; far down
I see him drowning in air.
Outside, leaves shaped like mouths
make a black pool
under a tree. Snails glide
there, little death-swans.
4
Smoke
Something has covered the chimney
and the whole house fills with smoke.
I go outside and look up at the roof,
but I can’t see anything.
I go back inside. Everyone weeps,
walking from room to room.
Their eyes ache. This smoke
turns people into shadows.
Even after it is gone
and the tears are gone,
we will smell it in pillows
when we lie down to sleep.
5
He lives in a house of black glass.
Sometimes I visit him, and we talk.
My father says he is dead,
but what does that mean?
Last night I found a child
sleeping on a nest of bones.
He had a red, leaf-shaped
scar on his cheek.
I lifted him up
and carried him with me,
though I didn’t know where I was going.
6
The Journey
Each night, I knelt on a marble slab
and scrubbed at the blood.
I scrubbed for years and still it was there.
But tonight the bones in my feet
begin to burn. I stand up
and start walking, and the slab
appears under my feet with each step,
a white road only as long as your body.
7
The Distance
The winter I was eight, a horse
slipped on the ice, breaking its leg.
Father took a rifle, a can of gasoline.
I stood by the road at dusk and watched
the carcass burning in the far pasture.
I was twelve when I killed him;
I felt my own bones wrench from my body.
Now I am twenty-seven and walk
beside this river, looking for them.
They have become a bridge
that arches toward the other shore.
***
Traducción de Daniela Birt
The Bridge
In the dawn light these white girders
are the bones we want to be free of.
The water calls to me,
saying: Your body is here with us.
Where have you been? We’ve been waiting.
Return to yourself.
El puente
En las luces del amanecer estas vigas blancas
son los huesos de los que quiero liberarme.
El agua me llama,
diciendo: Tu cuerpo está aquí con nosotros.
¿Dónde has estado? Te hemos esperado.
Regresa a ti mismo.
Silence
The way the word sinks into the deep snow of the page.
The deer lying dead in the clearing,
Its head and antlers transparent.
The black seeds in its brain
Parachuting toward earth.
Silencio
La manera en que la palabra se hunde en la profunda nieve la página.
El venado yace muerto en el claro,
su cabeza y sus cornamentas transparentes.
Las semillas negras de su cerebro
en caída libre hacia la tierra.
River Inside the River (Fragments)
*
Note to self: remember
What Emerson said
Of Thoreau—
That he loved the low
In nature:
Muskrats
And crickets, suckers
And frogs.
Not stars.
Songs of the carnal,
Songs of what we are.
*
When the coffin closed at last,
When flames consumed it,
Your eyes were useless—
What tears could put out
That fire?
And so, you shut them.
So, you let the lids of your eyes
Close over the beloved’s body.
For a while now—darkness.
And what you see will be inside you.
*
First, there was shatter.
Then, aftermath.
Only later and only slowly
We gathered words
Against our loss.
But last was not least,
Last was not least of these.
*
Lead of the heart;
Gold of song.
Alchemy of grief
The poem performs.
*
Bald, high-domed Taoist sage
Holding the Peach of Immortality
In one hand, a hiking staff in the other.
I like to think he’s reciting a poem,
One that begins: “To eat a peach...”
One that stresses its succulence,
And how the sticky, delicious juice
Dribbles down your chin.
He’s fresh from a rendezvous
With the beloved. Peach
And poem—both are her tokens.
*
River inside the river.
World within the world.
All we have is words
To reveal the rose
That the rose obscures.
El río dentro del río (fragmentos)
Nota para mí mismo: recuerda
lo que Emerson dijo
de Thoreau—
que amaba todo lo bajo
de la naturaleza:
musarañas
y grillos, chupones
y ranas.
No las estrellas.
Canciones de lo carnal,
canciones de lo que somos.
*
Cuando el ataúd fue cerrado por fin
cuando las llamas lo consumieron
tus ojos fueron inútiles—
¿Qué lágrimas podrían apagar
ese fuego?
Así que los cerraste.
Así, dejaste que los párpados de tus ojos
se cerraran sobre el cuerpo de tu amada.
Por un momento ahora— la oscuridad.
Y todo lo que veas estará en tu interior.
*
Primero, estuvo el destrozo.
Luego, las repercusiones.
Sólo después y sólo despacio
recolectamos las palabras
en contra de nuestra pérdida.
Pero el final no fue lo menos importante,
el final no fue lo menor de esto.
*
Plomo del corazón;
oro de la canción.
La alquimia del duelo
El poema se recrea.
*
Calvo, de domo alzado, el sabio taoísta
está sosteniendo el Durazno de la Inmortalidad
en una mano, un cayado en la otra.
Me gusta pensar que está recitando un poema,
uno que comienza: “Comerse un durazno…”
Uno que recalca su suculencia
y cómo el pegajoso, delicioso jugo
se desliza por tu barbilla.
Se encuentra fresco de una cita
con la amada. El Durazno
y el poema— ambos son sus símbolos.
*
El río dentro del río.
El mundo dentro del mundo.
Solamente tenemos palabras
para revelar la rosa
que la rosa obscurece.
-
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