jueves, 31 de enero de 2013

ELISABETA GALBEN BOTAN [9121]


Elisabeta Galben Botan
(Rumania)
Vengo de un país coronado por la leyenda y marcado por la tiranía  del régimen comunista, Rumania. Buscando la Tierra Prometida y la libertad en el redondo del mundo, en el año 2002 llegué en tierras de Don Quijote y empecé a hilar mis sueños literarios.

Me enamoré del género lirico desde a una edad muy temprana, cuando la poesía anidó en mi alma sembrando rasgos feministas.

Nota introductoria de Pulso Digital:

La poesía de Elisabeta, tiene una virtud que sobresale por encima de sus palabras, de sus versos: suena sincera, arrastras ecos de  experiencia, experiencia  que solo puede surgir de un estadio de profundo convencimiento y compromiso con lo expresado, lo vivido, que  dicho así, con  sincera sentimentalidad  y sencillez,  desarma.

Otra gran virtud a resaltar en su poesía es su  capacidad para  superar la dificultad que  la creación literaria, y por antonomasia la poesía, ofrece a los que la crean en una lengua no nativa, no materna. Es una poesía que entronca de raíz con la corriente de la poesía de la experiencia tan en boga en España en las últimas décadas del siglo pasado y del presente, que no  debemos dejar pasar sin leer. 
Por Jesús García Moreno






MUJER

Soy una partícula
que no encaja
en la realidad del hombre.
Mi sombra
se quedo en su alcoba
desde la primera vez
que me entregué
en la desnudez del amor.

Voy tejiendo
mi dignidad
con franjas
de dolor y luz,
volando
con alas de luto
sobre los cementerios
de sueños asesinados
por la tortura.

La iglesia
bendice
al hombre todopoderoso,
mientras la mujer
se aminora
por el derrame
de amor
que le pide la vida.








BÚSQUEDA

Huellas de pasos,
sobre la arena de los relojes,
que buscan todavía,
a través de una dimensión,
con recuerdos suspendidos,
sobre el temblor acompasado
de la aorta,
empeñada,
en fabricar esperanzas,
sublevada,
contra la soledad.
Instantes perdidos
en el abismo de las no-palabras,
desembocadas por el viento,
al borde del Mundo.
Sentimientos deformados,
que no pueden ser reciclados
en el taller
del maestro Tiempo.
El milagro del Amor
suplica otra oportunidad,
a la Vida apresurada
de mudarse en el Cosmos.








VUELO ROTO

La muerte
tenebrosa,
se me presentó,
con el semblante
del hombre degenerado,
que lleva sus muslos empaquetados
en la caja craneal…
donde se ocultan:
el complejo de Edipo
y otras frustraciones
y represiones,
amontonados,
como los murciélagos,
en la obscuridad de la caverna.
Estoy luchando con la muerte.
Y me resisto
más de lo posible.
Pero la desesperación
me envuelve,
tras echar mi alma
muy lejos…

Mi cuerpo está desecho
bajo el peso de la oscuridad
en temblor y lágrimas.







La luz del alba
me encuentra descompuesta
en un montón de migas…
¡Dios, cuántas migas!
¡Dios, como duelen!
El dedo pulgar
se me ha quedado entero,
y una parte del alma,
que no han sido lesionados
por la furia desenfrenada
de la muerte.
Y sé,
que podre forjarme
otras alas con ellas.
He recogido las migas
y sigo mi camino,
arrastrando un sueño harapiento,
en un vuelo cojitranco,
por el aire que apesta a tristeza.





EXILIO

Exilio.

Tentación
de la Tierra Prometida.

Salí caminando,
sólo con algunas franjas
de historia,
en mi alforja tejida con sueños,
buscando la libertad,
en el redondo del mundo.

En la loca búsqueda,
me encontré a mí misma,
sedienta de jugar
con la magia de las palabras.




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