CARLOS ENRIQUE UNGO
Nació en El Salvador. Salió de su país por razones políticas al principio de los años 80 y desde entonces reside en Panamá.
HOY PENSÉ EN TI
Hoy
he pensado en ti
amiga
y he querido compartir con mis fantasmas
el secreto de tu risa
para escapar así
de esta soledad que me acompaña.
Quisiera poder decirte tantas cosas
como por ejemplo
hoy la luna ha estado triste
y yo con ella
al no encontrar tu mirada en mi camino
pero sencillamente el tiempo pasa
y se lleva sin reparo
de mis sueños sus estrellas.
Quisiera que entendieras
el lenguaje silencioso de mis gestos
para así descifrar juntos
cada signo
cada palabra
cada caricia
cada beso
y compartir nuestras soledades
sin misterios ni secretos.
Pero hay veces amiga en que el alma llora
y el dolor te hace visitar los abismos de la muerte.
Por ejemplo
cómo no llorar
al ver los rostros golpeados por el hambre
de los niños de mi pueblo
rostros curtidos por el sol de un pasado sin futuro
cómo no llorar
al ver tanta vida segada sin permiso
en nombre de dios y del progreso
como no llorar
al iluminar con la llama del recuerdo
los caminos lejanos de mi tierra.
Hoy
como me duele el alma
y quise que lo supieras a través de este poema
porque
¿sabes?
El alma duele menos
cuando pienso en tí
amiga.
EL UNICORNIO EXISTE AMOR
El unicornio existe amor
es la risa de los niños
el milagro de un beso
la caricia que quema
las alas tibias de un sueño.
El unicornio existe amor
es la poesía de todos
el canto de las aves
el rumor de la tierra
el perfume de las flores.
El unicornio existe amor
es el eco de tu nombre
la agonía de tu ausencia
el manto tibio de tus manos
la rosa sagrada de tu sexo.
El unicornio existe amor
es la luz de tu mirada
las estrellas de tu noche
el suave mar de tus cabellos
el territorio prohibido de tu cuerpo.
El unicornio existe amor
y resurge brioso
salvaje
victorioso
cuando mi boca pronuncia tu nombre.
Y QUE VENGA LA NOCHE
Regálame la risa de tus ojos,
la tenue luz de tu sonrisa,
y el milagro de tu nombre
en mi boca.
Regálame la humedad de tus besos,
el tibio manto de tu abrazo,
y el mar embravecido de tu cuerpo
junto al mío.
Regálame el amanecer de tus pasiones,
el espejo frágil de tus lluvias,
y tu inocencia hecha mujer
con mis caricias.
Regálame tu amor
amor
y que venga la noche...
GOTAS DE TI
A ti, como siempre, por ser fuente y manantial
de tanta poesía.
I
Amor
devora este angustioso silencio
y destruye mi soledad
con tu presencia
ven a mí
cúbreme de besos
entrégate al ritual
y contagia con tu luz
mi noche.
II
Sigues allí en el borde de la noche
derramándote toda
en cada poro
cubriendo con tus mieles
cada palmo
de mi agotada geografía.
III
Amor
como quema este deseo de ti
acércate y abrázame con fuerza
encadéname a tu piel
imprégname en tu aroma
y siendo uno
recibamos la noche.
LA OFRENDA DEL GUERRERO
El guerrero ofrendó sus flores de rojo néctar
en el canto de los escudos
y florecieron mariposas
en los jardines de la aurora
obsidiana y acero chocaron
rompiendo el silencio
enfrentando sueños
despertando la ira de los dioses
sembrando flores de papel
en nuestra tierra sagrada.
Y así
los dioseshombrebestiametal
le robaron el azul a la mañana
y las aves callaron su canto
y el poeta lloró su tristeza
y el señorío de Cuscatlán conoció el odio
y comenzó a organizar la resistencia.
Al compás de atabales y flores
las águilas coronaron su vuelo
defendiendo las piedras sagradas
de la niebla y la ventisca
y el quetzal emprendió su vuelo
anunciando el camino a la victoria.
ARDE EL DESEO
Arde el deseo
y la noche me entrega tus olores
como brisa de verano
despeinando a su paso mis sueños más locos
y mientras la luna duerme
nuestras miradas rescatan una caricia en el fondo del tiempo.
Llegas a mí,
te deslizas palpándome
descubriendo en mi piel
tu piel
el deseo ardiente de nuestra propia vorágine
y en este espacio sin tiempo
cosechamos en silencio nuestras propias tempestades.
Desviste mi soledad mujer
escucha este grito sordo abonado con sudor y sangre
abre tu corazón
y comparte mi noche.
HE DE VOLVER A TI
He de volver a ti sin más demora,
a recorrer de nuevo tus caminos
y ver amanecer allá a lo lejos
los sueños que tuvimos cuando niños.
He de volver a ti como la noche
comparte con los hombres sus secretos
y derramar mi amor en una lágrima
sencilla, limpia y pura, sin pretextos.
Solamente así amor,
solamente así,
podré recuperar todo este tiempo.
Solamente así amor,
solamente así,
podré volver a ti como yo quiero.
He de volver a ti como la risa
que florece en el rostro de mi pueblo
y descubrir de nuevo sus paisajes
ocultos entre mis temores y mis miedos.
He de volver a ti con mucha fuerza,
volver a sentirte plena, toda, entera
y nacer de ti con nueva vida
como nace la flor en primavera.
Solamente así amor,
solamente así,
podré recuperar todo este tiempo.
Solamente así amor,
solamente así, podré volver a ti como yo quiero.
He de volver a ti sin más demora
a recorrer de nuevo tus caminos
y ver amanecer allá a lo lejos
los sueños que tuvimos cuando niños.
He de volver a ti sin más pretextos
y compartir tus luchas y alegrías.
He de volver a ti, ¡Oh Patria Mía!
He de volver a ti porque te quiero.
LA ESPERANZA
Ella siempre ha estado allí
acurrucadita entre nosotros
escondida y en silencio como niña traviesa
al acecho solamente
y ansiosa porque la descubran.
EL ÍDOLO
Allí
desde su eterno silencio
la sangre canta
y los atabales conspiran con la noche.
En su mirada
las flores del amanecer
asoman sus corolas
anunciando tiempos de tapizca
y el indio a lo lejos
tan solo espera.
LUNAS DE OTOÑO
Primera Luna
La noche se negó a parir su concierto de estrellas
y el silencio reinó al compás de la danza de los dioses.
Nada pudo romper el sortilegio de esta luna de otoño
inmensamente hermosa
inmensamente triste
como el recuerdo de tus besos.
Segunda Luna
Mi alma se desnuda y sufre bajo tu mirada cómplice
y el silencio me golpea con la ausencia de su nombre.
¿Dime a donde iran a parar mis lágrimas luna de otoño?
Los versos húmedos de este poema inconcluso
que se pierden en este otoño gris
errantes
solitarios
soñadores
e inquietos.
Tercera Luna
En esta luna solo hay silencio
ese silencio inmóvil
frío
hiriente
y mortal
que emana de tu ausencia.
Cuarta Luna
Esta noche me invaden tus urgencias mas íntimas
tus explosiones de amor
el llamado al gozo de tu salvaje geografía.
Esta noche descubro tu sudor en mis playas
y me pierdo en el milagro de tu sexo
buscando convertir tus aguas mansas
en un mar tempestuoso y violento.
Sin embargo esta noche tu presencia es sólo un recuerdo
un sueño reflejado en el espejo triste de esta luna
mi cuarta luna
que le quitó a mi cuerpo tu mar hambriento de caricias.
Quinta Luna
Sombras, son sólo sombras
las que habitan mis noches
retazos de sueños
en el mar de los espejos rotos
las aves grises del pasado
en su vertiginoso vuelo hacia el sur
almas vagabundas sedientas de besos
rostros interminablemente tristes y ajenos
ajenos a la luz de una sonrisa.
Sombras, son sólo sombras...
Sexta Luna
Hoy visto tu color melancolía
y me cobijo con el abrazo de estos vientos de octubre.
¿Quien le ha robado a mi lienzo sus celajes y golondrinas?
¿Por qué la plaza no viste sus mejores galas?
¿Por qué los campanarios no están llenos de palomas?
¿Por qué este otoño gris?
¿Por qué?
Séptima Luna
He llegado a mi séptima luna
la antesala a la nieve del olvido
al invierno hostíl de la carencia de tu nombre
de tu rostro y su luz
de tus labios y sus mieles
de tus manos y sus fuegos
de tu cuerpo y sus sudores
de tu vientre y su humedad
de ti...
He llegado a mi séptima luna
y no me quedan fuerzas o lágrimas
ni siquiera para morir
ni siquiera para llorar.
DE LA POESÍA
Eres sencillamente
luz proletaria
sal
pan
vida
impulso inicial
de todo movimiento.
LOS COLORES DE TUS SUEÑOS
Decíme cipota:
¿De qué color ha sido tu sueño?
¿Fue acaso un sueño azul cálido y con aroma a deseo?
¿O fue un sueño amarillo con olores a milpa florecida?
¿O fue acaso un sueño verde con sabor a futuro y a mañana?
¿O fue tal vez un sueño anaranjado como los misteriosos celajes de mi tierra?
¿O fue quizás un sueño rojo sangre, sobresaltado e impetuoso?
¿O fue sencillamente color espuma para llegar así a morir en tus playas?
Le digo señor que mis sueños visten sus colores,
que usted es el sueño azul cuando lo invade la poesía y la ternura,
y que a veces en su rostro encuentro amarillos y naranjas
cuando se pierde evocando a la Patria,
esa que de algún modo nos une: la Patria lejana.
Pero también a veces señor usted es el sueño verde brillante
lleno de vida al asomarse a la ventana del futuro,
y es también ese sueño que me contagia con su rojo
cuando lo arremete la sangre y los impulsos,
y que termina seduciéndome cuando es espuma,
arrullando mis agrestes playas al compás de las olas sobre las rocas.
Yo le digo señor que me gustan sus colores,
que me gustan los paisajes que con ellos dibuja,
que me gustan cuando habitan mis sueños
y me hacen sonrojar como niña traviesa.
Yo le digo señor que me gusta soñar
y amanecer en sus brazos
acurrucadita en medio de colores y poesías.
Despedida
No desperdicies tu noche
luna
no contagies con tu melancólica mirada
el puño desafiante de mi odio.
Retrocede
y llévate contigo los poemas de amor
las miradas
las caricias
los secretos
compartidos a voces y en silencio.
Déjame completar el ritual del condenado
y compartir con aquellos
los ausentes
ese futuro que exige con premura
su cuota de presente.
Déjame ofrecer este último poema
con la cara al sol
y sonriente
para que luego
con el fusil al hombro y el odio en un bolsillo
me apreste a afinar la puntería.
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