Ainize Txopitea (San Sebastian, 1977) se gradua en BA Honors en Diseño y Comunicación en la Universidad London College of Communication, 2003.
Paralelamente a su vocación de artista visual, lleva casi una decada ejerciendo como diseñadora gráfica y web para clientes relacionados al arte contemporáneo en el panorama internacional.
Su obra se haya en la frontera que separa los paradigmas del mundo interior en contraste a la sociedad actual de progreso, siguiendo una línea estética de profundidad emotiva y conceptual, donde se integran artes plásticas, nuevas tecnologías y lenguaje.
En ocasiones las siluetas se extienden por los límites de la obra, a diferentes ritmos a través del color, con intención de crear sensaciones y plantear diferentes interpretaciones.
El tema femenino aparece frecuentemente en sus obras. Mujeres pertenecientes a otras culturas y a otros periodos históricos. Pero no es ese el único mensaje, su postura social está presente a través de la sencillez directa de su pensamiento.
El yo se implica como mediante la utilización de la propia imagen. Un autorretrato sincero que hace suyo el recuerdo de lo vivido. Más allá de lo que se percibe, está el misterio de lo que se oculta. Ella (la obra de Ainize Txopitea) es poesía.
Ceremonia tierra
“Es pagado con oro la ausencia del dolor”
Persiste el llanto en avanzar rumbo al desierto.
Muere de pena la arena
al levantarse el viento sur,
recordando en cada grano su serena misericordia.
El monte-alud bebe de sus raíces el oasis,
agua de un cuerpo nacido roca.
La brújula y la cruz se paran,
respiran y se agotan,
como un joven soldado
que entrega la vida por su país.
Insiste el aguacero en avanzar rumbo al desierto
pero el cielo se lo impide.
Ceremonia tierra rica en sequía
nos hará pagar por nuestros errores.
Calle revolver 43
En la calle revolver 43
suda adolescencia.
En la calle revolver 43
el telediario es el postre diario
y la heroína la dieta equívoca.
En la calle revolver 43
Lourdes se arregla el pelo
y Belén se cepilla a Marino en la escalera.
En la calle revolver 43
Arcansas se ve rojo en el mapa
y la política se ve roja en el mapa.
En la calle revolver 43
huele a pólvora
y al rencor de mis entrañas.
En la calle revolver 43
todo el mundo pasa una vez al día
y escupe en la acera por no escupir en su casa.
En la calle revolver 43
un doctor en melancolía
tiene un despacho de butacas biplaza.
En la calle revolver 43
el café se toma al mediodía
y los jóvenes sin sombra
caen rendidos ante el rock.
En la calle revolver 43
no hay historia sino coincidencia.
En la calle revolver 43
se va ha construir el futuro de un gran país
una urbanización llamada ‘sin gente’.
En la calle revolver 43
han habido tiros... una vieja arremetió sin motivo
contra una dependienta de una inmobiliaria.
En la calle revolver 43
la pistola automática es lo que se lleva.
En la calle revolver 43
nació Guarra Lupe
y el hijo bastardo de un tipejo comunista.
En la calle revolver 43
convive la gloria y l a peste humana
En la calle revolver 43
diezma la guerra entre razas
En la calle revolver 43
surgió la generación X.
Espejismo de ti
‘Hoy llueve y mañana llueve en el océano del amor’
Acerca de esos ojos, líquidos, cítricos
ese mirar deseoso y tardío, en cierta época
efímero
como lo es la luna,
cuando menguante se refleja en un charco milagroso
como el filo amenazante de cualquier cuchillo
que sigiloso atravesaste en mi carne, sin avisar
para evaporarse contigo
en un solemne parpadeo
en tu sonrisa perfilada
en un suspiro húmedo y eterno
espejismo de mis entrañas.
Acerca de tus ojos, invisibles, sublimes
libres como el viento
ese mirar cristalino, a veces
etéreo
como lo es fuego azul,
cuando te envuelve en su hechizo
como el sueño repetido
espejismo de ti.
Figuras incandescentes
Se complementan
las figuras incandescentes,
la serenata del Amor,
el mar en movimiento de nuestras almas.
Se marchitan pero no mueren.
Por ser luz terminada en cada piedra
conciencia de tiempo inagotable
cansancio añadido
a un espejismo de imagen y semejanza,
a la sordera de nuestros días.
En el interior llueve,
sin que la sangre lo percibiera.
Transfusión de venas olvidadas
que deshechas por el rojo fuego
se acaban reduciendo
en cenizas replicantes.
Desmemoriada esencia,
que desnuda y quieta nos devuelve…
a nuestro ser.
Ser tatuado en la espalda
Que me miras preciosa
que me miras
escondida y a oscuras
que me miras luz.
Que me miras
no estas,
distante como una bala.
Que me miras
pensamiento oscuro
casi permanente.
Que un trueno ilumine
la repetición de los números
matriz de mi esencia
ya desiste.
Que me miras
luz que me miras
que yo abierta
y sol
te observo también de frente
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