Melissa Ghezzi
Lima, Perú 1975
Poeta y Arquitecta. Publicó los poemarios Universo de Mujer (2005) y Les Motiv…bitácora de una boda (Mesa Redonda, 2008) y es coautora de la Antología Voces para Lilith. Literatura de temática lésbica en Sudamérica (Estruendomudo, 2011).
Obtuvo el Premio Dorian y Visibilidad Lésbica 2007, la primera Mención Honrosa del Premio Nacional Poeta Joven 2008 con el poemario inédito Bendita eres, y considerada "Revelación poética 2008". Sus poemas son parte de Poetas peruanas de antología (Mascaypacha, 2009). Paralelamente crea y dirige la Fundación Abriles, desde donde trabaja la visibilidad lésbica.
Dom. 18 de enero
La abuela,
mujer sabia y rebelde,
ama las uvas y los cuentos
así como ama vernos
tomadas de las manos.
Nos faltan las horas
para entretenernos a escondidas,
picando anécdotas jugosas.
Nos midió cuidadosamente
de cuello a pies
para tejer los dos vestidos.
Pidió siete madejas de hilo crema.
Aconseja que colguemos
piedra translúcida
de cuellos, manos y orejas
para que luzcan al brillo
del sol de mediodía,
entretenido con sus años,
caminemos descalzas al altar
así se cuelen los cangrejos
y llevemos girasoles de bouquet.
El abuelo la enamoró
con sus pétalos amarillos
y sus ojos gigantes.
Dom. 14 de diciembre
No vengo a ofrecerte
mi cuerpo almidonado.
No traigo remedios para los años
ni canciones fabricadas para la nostalgia.
No he traído flores
no he traído chocolates
ni una cena a velas
ni tatuajes en mis senos
ni la luna por encargo
de divinos elefantes.
No he comprado arte
de supermercado
ni he envuelto
un recuerdo diminuto
amarrando con soguillas
mis intentos.
En cambio, te ofrezco
mis versos domesticados;
pura y ufanamente tuyos.
No hay maleficios;
no hay recetas
Sólo esta voz temblorosa;
solamente
esta silueta descubierta.
Dom. 19 de octubre
Quien pueda excitar
mis espacios más puros,
no lleve disfraces
el día que se anuncie.
Quien toque mis venas
sin tocar mis bellos
buscándome debajo
de alfombras de sabiduría.
Quien ordene cada esquina vacía
con carácter de urgencia;
me ate y desate
sin víctimas
ni descuidos.
Quien me escriba si viajo,
un poema por hora
y amanezca siempre
con una sonrisa ante lo adverso.
Quien transite conmigo
las calles de Lima
con manos entrecruzadas,
siendo sólo nosotras
y que importan las arrugas
si dormidas
vestimos el mismo abrigo.
“Les motiv… bitácora de una boda” (C.C.España y Mesa redonda, 2008)
Reemplazo la piel
Reemplazo la piel,
mi envoltura,
por una liviana película de agua
transparente, líquida y sutil.
Mis órganos excluyen las barreras.
Las barreras se diluyen homogéneas.
Los sentidos escapan tímidamente.
Reflejo mis sistemas,
mis músculos rendidos,
palabras calladas y austeras,
ritmos detenidos.
Y aún cuando sublima
una esclava soledad
el equilibrio asoma cadencioso
para seguir reemplazando la piel
por una película liviana,
líquida y sutil.
Universo de Mujer (Edición personal, 2005)
Amo enterrar cuatro dedos en arena,
deslizarla en mi palma,
empuñarla hasta ceder,
los doce primeros minutos de la siesta,
oler a hierba mordida por cuchillas,
Amo el triunfo del sol en mi verano,
cerrar puertas como historias,
como ciclos,
alinearlo todo paralelo y equidistante,
mojar mis pies en agua tibia de rosas,
Amo el microsegundo si existo
Universo de Mujer 2005
Errores y diluvios
También te usaré.
Repetiré errores y diluvios,
beberé el tacto de tu tacto,
abusaré de tus flujos,
de tus hechizos,
de tus embrujos.
Entonces,
postergarás tus temores,
entregarás tu vientre,
absolverás tu frigidez,
penetraremos en la muerte.
Penúltimo beso
Bastan mi tacto
rozando el noreste de tus comisuras;
una palabra
frente a tu rostro semidespierto;
una fragancia de paz en tus oídos;
un beso,
tantas veces penúltimo.
La luz apagada por si mi piel se enciende;
fijando una cita con tus cinco sentidos;
tus párpados desnudos,
tus diablos dormidos.
Mi izquierda a tu derecha
si te declaras rendida;
la puerta entreabierta, nota acertada;
un “te amo” recurrente,
causal de mis motivos
y alertando mi presencia
mi índice en tus rodillas,
recorriendo tus certezas
...para que enciendas.
La otra poeta
Mi escritora
deshila la palabra
envolviéndome en su madeja.
Se atreve a superar mis años,
y el exceso es totalmente
proporcional al deseo.
Su ventana de aluminio delata un octavo piso.
Enmarca el talud de la bajada al mar
tapizada de verde,
Más allá, la espuma en la orilla.
A la lectura del séptimo poema,
la humedad intimida,
más tacto y menos textos.
Recitamos lo escrito por los índices
en los espejos de los techos,
y así matamos dos placeres
en un solo disparo.
Deliciosa fruta de domingo
por la mañana
devorada por dos cuerpos.
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