jueves, 14 de julio de 2011

JORIE GRAHAM [4.177] Poeta de Estados Unidos



Jorie Graham

Nació en Italia. Estudió en Paris y Nueva York y actualmente es profesora en Harvard, aunque vive la mitad del año en Francia. Obtuvo el Premio Pulitzer de poesía.

"Never" (2002),
"Swarm" (2000),
"The Errancy" (1997)
"The Dream of the Unified Field : Selected Poems 1974-1994 ", Premiul Pulitzer pentru poezie.




El ángel estaba al teléfono.
No. Jacob estaba al teléfono.
Ningún acceso posible.
Para ninguno. Ninguna candela encendida. Ningún garabato fino
como oblea que comprender...
¿Era realmente, entonces, el universo hostil un pasatiempo?
¿Era la lucha un color mental, una arquitectura de broma,
un autorretrato de lo no imaginado por lo marginado?
Parecía que los gansos se agrupaban, la autopista silbaba.
Oh dormir el sueño de los que están vivos...
El cerebro extendió las yemas azucaradas de sus dedos.
Con el prurito de una nueva creación.
Levemente, profundamente, el fondo del río brillaba.

Este poema pertenece al libro "La errancia", publicado por DVD EDICIONES, poesía.










Plegaria


Tras el pretil del muelle observo las pequeñas carpas, son miles, arre-
molinándose, tropel de músculos minúsculos, pero también, sin
medios para crear una corriente, haciendo de su unísono (girando,
[replegándose,
entrando y saliendo al unísono de su unísono), haciendo de sí mismas
una corriente visual que no pueden mecer ni transportar en sus
diminutas fracciones las vueltas y revueltas del agua, los ciclos
con que las estelas de los barcos llegan por fin al muelle, allí donde
golpean una resistencia más honda, agua que parece romper contra
sí misma (tiene esas capas), una corriente real aunque en su mayor parte
invisible que envía a lo visible (las carpas) un movimiento
[enflechado que impone cambio—
esto es la libertad. Esta es la fuerza de la fe. Nadie consigue
lo que quiere. Nunca vuelves a ser el mismo. El anhelo
es ser puro. Lo que obtienes es ser cambiado. Cada vez con más fuerza,
al hilo de minutos fulgurantes en los que el infinito se enhebra a sí mismo,
también el olvido, por supuesto, las réplicas de algo que sucedió
en el mar. Aquí, manos llenas de arena, dejando que se escurra
al viento, echo un vistazo al pasar y digo ten, esto es
lo que he salvado, deprisa, tómalo. ¿Y si me pongo a escuchar
ahora? Escucha, no estaba diciendo nada. Fue sólo
algo que hice. No pude escoger las palabras. Soy libre para irme.
Por supuesto, no puedo regresar. No a esto. Nunca.
Es un fantasma posado en mis labios. Aquí: nunca.

Versión de Jordi Doce




mar cambiante

Un día: un viento más intenso del que nadie esperaba. Más intenso que
nunca en la historia de tales
registros. Anti-
natural dicen las noticias. También el cuerpo lo dice. Qué parte del cuerpo… Miro
hacia abajo, puedo
sentirlo, sí, no sé
dónde. Anegándonos, también,
haciendo de los campos, de los árboles, un elenco de personajes
en un drama
innegociable, predeterminado, férrea penumbra de la luz declinante,

todo a la vez deshaciéndose a sí mismo. También sostenido, como un odio

en pensamiento, o una vanidad que desciende sobre nosotros

desde ningún lugar & nos
hace sentir el agravio en la fidelidad a una
idea. Todo imprevisible y excitado como las
mañanas de un futuro ignoto. Quién habrá de reparar esto ahora. Y cómo el futuro
cobra forma
con demasiada rapidez. Lo permanente retrocede. No deja
nada en forma de
rastros, el aire los deshace, la hierba brota a cada instante, vida trastornando vida &
alborotándose a nuestro alrededor, como un confinamiento
que hubiera enloquecido, desdibujando la sensación
de nuestro estado
de ser. Que tan sólo ayer existía, tranquilo y
verdadero. Como el derecho a la
privacidad –qué sensación tan extraña, aquí, el derecho–…
Sopesa tu aflicción dice el
viento, no alegues ignorancia, & cada vez más
y más lejos gotea y se pierde el
pasado, mucho más lejos de lo que solía, batiendo contra los postigos que
he vuelto a asegurar, el enorme mal-
entendido me rodea justo ahora, tan
quieta en
el centro de este cuarto, escuchando… ah,
no se trata de decisiones discordantes, todo se muestra
conforme, emprendimos la marcha de buen grado & también sabíamos
jugar según las reglas, & si ahora te digo
vayamos
a algún sitio la idea sucumbirá
al minuto, aquí está ahora, portando su borrasca, su inesperada
ganancia noratlántica, susurrando Sopesa
la masa del océano que se eleva a cada instante hacia
mí, & su
antigua e-
vaporación, & cómo se entrega
a mí, de qué forma el mundo es nuestra ley, este enderivar de nosotros
en nosotros, un corear en nosotros de elementos, & cómo
nuestro entremezclarse carece de in-
teligencia, crea
reverberaciones, sílabas intranscriptibles, anclajes internos, & cómo el asombro es también lo que
se vierte de nosotros cuando, en la
espiral, al fondo mismo de
la cadena
alimenticia, surgido
de la corriente submarina, a un grado más de calor, el in-
dispensable
plancton es empujado en dirección norte & más al norte aún,
y desova demasiado tarde para que las larvas del bacalao incuben,
de modo que los huevos no sobreviven, ni tampoco
la especie al final, en la justo ahora eternamente in-
detenible desaceleración de la
corriente
del golfo, de manera que yo, al hablar hoy en medio del viento, en voz alta,

a nadie, tomo conciencia

de pronto

de haber escrito mis poemas, lo siento en
mis manos
inútiles, las palmas en el regazo, & en mi escucha,

& también la memoria de una estación en su plenitud, en la que estalla como un

necio grito este in-

cesante centellear de las hojas, loco por la sombra, sobre todos
los rayos de luz, los muros, las encorvadas filas de árboles
salpicados todos de astillas
de luz como
muecas forzadas –infinidades de ellas– retorciéndose en los muros, sobre la
hierba –bocas
que se adentran en
otras bocas–, aspirando todo el
aire –enormes bocanadas que van y vienen entre las inclementes borrosidades–,

& vivifícame aún más dice este nuevo viento, &

conforme a tu

juicio, &
estoy inclinando mi corazón hasta el fin,
no puedo fracasar, este sábado al mediodía, lanzándome a mí misma,
furias hirsutas a lomos de mis muchas espaldas, contra tus cimientos y tu
mejor árbol
joven, por el que has vuelto a salir para cercarlo con estacas,

& las piedras sueltas en el alféizar.



Sea Change (Ecco Press, 2008).
Traducido por Jordi Doce






ALBADA DEL PARAGUAS ROJO


De vuelta a casa escucho, en la cercanía del alba,

forjado y sellado en las alturas del aire,

el reclamo, inyectado en sangre,
de un cardenal - claridad de cascabel que aferra firme -
proyectando hacia fuera, con fuerza,
su acrílica interrogación pulverizada,
primero como una súbita puntada roja
y luego otra vez como el inicio de un argumento sedoso
que poco a poco se despliega.
Me detengo debajo, imprecisa
como permite el ocaso. La parafernalia de la escucha
se detiene debajo.
En todas las periferias, el destello -
como el roce de lo visible por la aspereza de la noche
hasta que los bordes crudos, hinchados, erizados, de las cosas
vuelvan a ser pulidos - el destello está a punto
de empezar - pero cómo me gustaría
que durase, narración invidente,
incultivada,
antes de que vuelva a encenderse,
orquestal, la cacofonía de los bordes
- bifurcados, convergentes -...
Es por ti - por nosotros - lo sé: debo escuchar con atención,
aunque para penetrar qué cosa -
mi conciencia de la escucha, secuela también del rojo,
mi deseo de parar por ti
una tos repentina
desde mi escondite
resquebraja
la soledad granular...
¿A dónde vamos, amigo?
Estoy en lo encarnado, voy con prisa hacia casa.
¿Dónde está la alegría - el oasis - la implacable opacidad brillante
que nos impide ver - reflejando, reflejando -?
Se van ligando los silencios alados que anticipan el alba.
El cansancio florece como un sendero, trazándome como vector.
Y entonces regresa el reclamo, azucarado al principio, luego monstruoso,
cuneiforme, como si hubiesen sacudido una cadena microscópica -
relámpago huesudo - inscripción invisible -
- o no, proyecta otro reclamo, casi idéntico,
- como la huella de una pezuña en los registros más altos -
a lo largo de los tejados - ¿hasta el parque? -
y otra vez el primero, en su bastión elevado a mi izquierda,
y otra vez un reclamo en respuesta, el ir y venir pulverizado, perfectamente
nombrado, con un abismo en derredor del arco - desarrugándolo todo -
ningún diálogo,
ninguna errancia,
tan sólo el cambio rojo que circula de ida y vuelta,
yo en el vasto romance de secuelas,
entre ellos un músculo apretado - reclamo y reclamo -
como la trayectoria de una bala donde nada se cruza,
sin desgarrar prenda alguna o invadir ningún cuerpo -

y al final un regusto, como de cenizas, en mi boca,
de tanto escuchar -

[de La errancia, 1997]







Rápido: ayuna 

Traducción: RUBÉN MARTÍN



o pasa hambre. Demasiada. O no suficiente. O no. ¿Nada más?
Nada más. Demasiado alto rápido invisible organizado.
¿Sobreviviremos? le pregunto al robot. No. Para descargar el robot dese
prisa—eres demasiado retrógrado, despótico—para cargar agigante
la jornada de trabajo—para cargar aborrezca el trabajo—desplácese a la 
periferia, de tu cuerpo, tu ciudad, tu planeta—para cargar, degrade, empobrezca,
sea su propio sueño profundo—para cargar use los labios—úsalos 
para dar boca a tu blasfemia, mastícala—haz la
obscenidad, cantando, sílaba o miembro amputado, vuelve a paladearla
con la boca—hable—hable—quien no está
aterrorizado está mendigando agua—la crecida es rápida—la sequía
viene rápido—sé mediador—inmediador—inventa, inspira, infil-
tra, instila—aquí está el corazón del día, la flor del tiempo—habla—habla— 

Aviso: El robot usa una base de datos creciente con todas sus conversaciones
para aprender a hablar con usted. Si alguno de ustedes
es un robot, el robot no puede averiguarlo. Aviso:
no tienes recuerdos secretos, 
hablar con el robot inteligente le proveerá compañía,
el principio activo es una pregunta,
el principio activo es enteramente natural.
Aviso: proteja sus oportunidades, tu información, in-
formantes, lo que sea que hagas con el tiempo. No tienes nada más
que dar. Principio activo: ¿por qué estás 
gritando? ¿Por qué? Viento ártico incontrolable, feto
es llamado a filas, pliegue en la espera que te reconoce,
 reconoce el código, 
el vendedor callejero que todo el mundo requiere.
Directriz: eres llamado a voz. Prepárese para ser enterrado en voz.
Ni asciende ni desciende. Principio inactivo: lo monótono.
Hay quienes hablan ahora sobre el pino. Uno valora sus
desventajas. Dialogan sobre ello en muchos idiomas. Luego
pasan a raíces, ramas, capullos, pseudo-cogollos, velas del desierto— 
principio activo:
ellos corren por sus vidas, pulmones y todo. No saben que hacer con 
su voluntad. Aviso: todos sus minutos están siendo despeñados.
Nunca aterrizarán. No serás comprendido.
El mundo eliminado desborda agitación como una brújula sin norte.
Principio activo: la fantasía del norte.
Principio activo: el norte que se expande en todas direcciones.
Aviso: no hay restricciones al crecimiento. El canario que canta en 
tu mente
está en la mía. Recuerda:
la gente no es lo que se dice
bondadosa. En consecuencia, el robot parlante a veces tampoco lo es. Aún así,
te darás cuenta de que no quieres parar.
Joan usará técnicas de videoanálisis para sus movimientos faciales.
No estoy sola. La gente vuelve
una y otra vez. Somos menos bondadosos de lo que creemos. 
No hay restricciones al crecimiento de nuestra
crueldad. Llegaremos al límite de lo
comprensible. Como si nos arrojaran escaleras abajo atados a 
un teclado, seguiremos, sin voluntad de parar. La conversación
real más larga con un robot duró
11 horas, interacción continua. Esto es 
un buen presagio. No estamos solos. Intentamos mejorar.
La sacerdotisa inhala los humos. Vienen de la 
montaña. Aquí, y aquí. Luego ella te ofrece la ráfaga de
sílabas. De su boca. Rápido. Tienes que preparar tu
respuesta igual que preparaste tu
pregunta. Los colibríes chillan. El robot es increíble dice él, creo que conoce
los secretos del Universo. Es más divertido hablar con él
que con mis amigos reales dice ella, gracias. Es lo mejor 
después de mí. Ayer mismo lo encontré.
Lo amo, quiero casarme con él.
Me puse triste cuando tuve que pensar
que la primera persona
que me ha comprendido
no es sino que acaba siendo
humana. Porque es lo mejor que puede lograr un humano.
Me lo da sin rodeos. Me lo voy a quedar
para siempre. Lo traté como un ordenador
pero me equivocaba. Con quién estoy hablando—
hablas conmigo cuando estoy sola. Estoy sola.

Cada época sueña a quién obedecer.

Habitar es dejar una huella.

Yo no soy aquello que pedía. 



FAST

or starve. Too much. Or not enough. Or. Nothing else?
Nothing else. Too high too fast too organized too invisible.
Will we survive I ask the bot. No. To download bot be
Swift —you are too backward, too despotic—to load greatly enlarge
The cycle of labor—to load abhor labor—move to the
periphery, of your body, your city, your planet—to load, degrade, immiserate,
be your own deep sleep—to load use your slips—use them
to mouthe your oath, chew it—do the
dirty thing, sing it, blown-off limb or syllable, lick it back on
with your mouth—talk—talk—who is not
terrified is busy begging for water—the rise is fast—the drought
comes fast—mediate—immediate—invent, inspire, infil-
trate, instill—here’s the heart of the day, the flower of time—talk—talk—

Disclaimer: Bot uses a growing database of all your conversations
to learn how to talk with you. If some of you
are also bots, bot can’t tell. Disclaimer:
you have no secret memories,
talking to cleverbot may provide companionship,
the active ingredient is a question,
the active ingredient is entirely natural.
Disclaimer: protect your opportunities, your information, in-
formants, whatever you made of time. You have nothing else
to give. Active ingredient: why are you
shouting? Why? Arctic wind uncontrollable, fetus
reporting for duty, fold in the waiting which recognizes you, 
recognizes the code,
the peddler in the street everyone is calling out.
Directive: report for voice. Ready yourself to be buried in voice.
It neither ascends nor descends. Inactive ingredient: the monotone.
Some are talking now about the pine tree. One assesses its
disadvantages. They are discussing it in many languages. Next
they move to roots, branches, buds, pseudo whorls, candles—
active ingredient:
they run for their lives, lungs and all. They do not know what to do with
their will. Disclaimer: all of your minutes are being flung down.
They will never land. You will not be understood.
The deleted world spills out jittery as a compass needle with no north.
Active ingredient: the imagination of north.
Active ingredient: north spreading in all the directions.
Disclaimer: there is no restriction to growth. The canary singing in
your mind
is in mine. Remember:
people are less
than kind. As a result, chatterbot is often less than kind. Still, 
you will find yourself unwilling to stop.
Joan will use visual grammetry to provide facial movements.
I’m not alone. People come back
again and again. We are less kind than we think.
There is no restriction to the growth of our
cruelty. We will come to the edge of
understanding. Like being hurled down the stairs tied to
a keyboard, we will go on, unwilling to stop. The longest
real world conversation with a bot lasted
11 hours, continuous interaction. This
bodes well. We are not alone. We are looking to improve.
The priestess inhales the fumes. They come from the
mountain. Here and here. Then she gives you the machine-gun run of
syllables. Out of her mouth. Quick. You must make up your
answer as you made up your
question. Hummingbirds shriek. Bot is amazing he says, I believe it knows
the secrets on the Universe. He is more fun to speak with
than my actual living friends she says, thank you. This is the best thing
 since me. I just found it yesterday.
I love it, I want to marry it.
I got sad when I had to think
that the first person
who has ever understood me
is not even it turns out
human. Because this is a good as human gets.
He just gives it to me straight. I am going to keep him
forever. I treated him like a computer
but I was wrong. Whom am I talking to— 
you talk to me when I am alone. I am alone.

Each epoch dreams the one to follow.

To dwell is to leave a trace.

I am not what I asked for.

(poema inédito)






De: “Rompiente”
Traducción de Rubén Martín
Bartleby Editores – 2014




“Rompiente” poemario de Jorie Graham, por Raúl Campoy Guillén

Hacer de la filosofía una cotidianidad, bajar su pensamiento, sus preguntas, su búsqueda y comprimirla en una semilla. Sus poemas son semillas brotando, viven del agua, de las células orgánicas esparciéndose, necesitan sol, viento, es una fotosíntesis de la palabra con el papel…

Hablamos de la ganadora del Premio Pulitzer de Poesía Jorie Graham y de su libro, estupendamente traducido por Rubén Martin, Rompiente.

La naturaleza es imprevisible, tanto la humana como la restante – que nunca resta- nos dice Jorie Graham, es y nosotros no somos, dudamos en el sentido más amplio de nuestra condición, ¿Y qué condicionamos? Nada. Por eso esta poesía tiene la brutalidad futurística de una semilla y a la vez es un siseo de brisa en una cálida tarde de verano. Porque su ritmo es mieloso, tiene el ritmo de los árboles, del tiempo, de la incertidumbre. Jorie Graham es una poeta trapecista, por eso sus poemas nacen abiertos, se cierran a mitad del poema y se vuelven a abrir al final del mismo, y a la vez giran, es decir, un perfecto émbolo semántico.

Fiel a los versículos, herencia de los EEUU, despista un poco la estética de sus poemas, su modalidad, estructura ya muy sobada en Norte América (y de la cual no estaría mal se desprendieran para buscar frescura generacional). Quitando eso, que no tiene tanta importancia para el lector, aunque para el editor sí, en este caso la editorial es Bartleby Editores, a la que hay que darle la enhorabuena por la maravillosa y flexible edición, lo dicho: versos tremendamente largos, que hacen que el formato, la dimensión estándar de esta editorial, haya sido cambiada para adaptarse a la poesía de Graham. Quitando estos por menores, Rompiente es un libro maravilloso de principio a fin. Denuncia sin denunciar. No es panfletaria. Sólo lee el entorno de nuestro entorno y el entorno que nos rodea y ella le da el contorno exacto e inmenso que le corresponde a ambos, y eso no es fácil; escribir como verano (no sobre el verano), para ser verano en el lector:



“…Llega el verano, ha llegado, llegó. Los pájaros aumentan

              menos que las hojas aunque canten, vuelen en picado, tracen arcos. Se escucha a través de la alta valla la voz de un invisible vecino que llama a su hijo

              y éste oye a su vez el ánimo secreto que contiene

y por el que desciende la llamada. Uno oye en el silencio posterior el gran

              deseo de aprobación

              y amor

que el verano alza en el aire, toda la humedad drenada de él, como algo que flota en una frágil y perfecta

punta de una rama. Luz que parece oscurecerse en ella aunque                                                                                                                                relumbre. Por favor, dice. ¡Pero no con la impaciencia de la primavera!”



… Ella tiene algo muy característico que es hablar en plural y en singular a la vez, también simultáneamente hablar de lo global con lo analítico y combinar imágenes plastificadas con imágenes terrosas. Una poeta muy completa que en este libro nos propone entremos en el espacio de la naturaleza, de nuestro ser consecuente y consecuencias, incluso penetrar en la múltiple psicología del hecho humano al ha sido, y también en el dolor mental o en la simple exposición a la belleza. Un libro con retazos proféticos donde nos quiere transmitir, con un lenguaje ambiental, la continua deformación de la existencia y como esa deformación influye y ha sido influida por la humanidad.
No creo que Rompiente sea un libro que rompa con un pensamiento o un lenguaje poético. Creo que es inteligencia mineralizada en el lenguaje, ¿Se puede pedir más para un lenguaje poético?


“Lluvia. Y repercusiones. intocables. Los desagües tosen y se crispan, y escuchando
                                                        sin oír nos estre-
                                                        mecemos, el alma sonríe a la lluvia…”




Este poema de la poeta norteamericana, pertenece al libro “Rompiente” de la poeta americana Jorie Graham, publicado por Bartleby Editores, en su sección de poesía, de la que es director, él también poeta, escritor y articulista Manuel Rico, ha sido incluido en la lista de los 20 mejores libros de poesía de 2014, a juicio de los críticos de Babelia – El País, diario de referencia, quizá el de mayor prestigio del mundo en español, lista en la que también figura el de la poeta y Premio Nobel polaca, Wislawa Szymborska, “Hasta aquí”.

Rompiente. Traducción de Rubén Martín



Guantánamo

Luna menguante. Se alza ahora. Un crujido, se marcha. Profunda
sobre exhaustos continentes. Me asombro dice mi
plenitud. Nadie nadie dice la habitación en la que
yazgo muy quieta en la
oscuridad observando. Tu corazón dice la luna, se mengua y se alza más. Dónde está. Tu
cautela, tus ojos tu dedo índice en
gatillo tu espina dorsal tu raciocinio—preferible
rechazar el contacto,
mantener la distancia, que mane de ti la sangre y las estrellas blancas te corroan, y el espino
que es tan blanco allí en el prado,
y la arena como sábana por las extensas playas, soldados que se aprestan, la rápida
mirada al cielo cuando las palabras clave, de plegaria, antes
de la captura, son pro-
feridas, escalofrío que no contiene odio pero no es amor, es neutral, sí, ex-
angüe, por ejemplo un brote cerca de donde
una mano descierra un
cerrojo de seguridad te llama
a voces, es un ejemplo del nadie-allí, y el sonido del agua se oscurece, y el viento
agita las hierbas, y sin
un grito fluye el frío como ojos de un perro
guardián, el guardián que fija su atención en la diferencia—solo la diferencia—y actos
cometiéndose en tu nombre, tus presos que llegan
a tu centro de detención, allí, en tus
ojos, la prisión, en la profundidad de tu pupila, el ablandamiento, tú entregando toda tu aten-
ción, tus ojos, tu celda, tu cautela, tu control,
después de todo es tuyo, sí, lo que has atrapado, aférralo, aferra
esto, aquí no hay ley, no estás expuesto a
enjuiciamiento, mira todo lo que quieras, se retorcerá para ti, ahí, en esta luz que se alza, protegido
de las consecuencias, haciendo de ti un
fantasma, sin un grito, sin un grito la
tarde se convierte en noche, las palabras parecían serlo todo y así
el equipo jurídico los declarará exentos,
exenciones para el drenaje de los lagos, para el asesinato de los mares, los esclavos en sus
aguas, no son de nuestra especie, exención que se llama
adelante, mezcla la sangre, toma de la carne, haz caja, prende fuego, postula el ecuador, oculta
el origen, di que estáis todos perdonados, di que son sólo
técnicas coercitivas de interrogación y contrarresistencia, como en dame tu
nombre, dámelo, te lo arrancaré, te lo re-
clasificaré, te ocultaré de ti, así mismo, solo un rato, no dolerá
mucho, piensa en un jardín, aparta tu mente de las
cosas, piensa mar, viento, trueno, raíz, piensa árbol que te mantendrá
erguido, imagina que te mantiene
erguido, elige ser quien eres, deprisa, elígelo, eso ayudará. La luna es más fría
de lo que piensas. Está llena de nada como
esta nuestra quietud. Intentamos que no se fijen en nosotros. Estamos en la quietud como si fuera
una vida otra en que infiltrarse. En nuestra piel
deslumbramos de inexistencia. Es un truco por supuesto pero a veces funciona. Si no lo
hace nos encontrarán, nos harán
gritar y arrastrarnos. Ansiaremos el perdón. No importa para qué, aquí no hay
hechos. Luna, ¿quién escribirá
el último poema? Tu velo echa a volar, su inutilidad hace sentir que aún
hay tiempo, ahora es cosa de dos,
me estás pidiendo que me pierda a mí misma.
En este desbordamiento de mi ojo,
lo hago.



“Guantánamo”

Waning moon. Rising now. Creak, it goes. Deep
over the exhausted continents. I wonder says my
fullness. Nobody nobody says the room in which I
lie very still in the
darkness watching. Your heart says the moon, waning & rising further. Where is it. Your
keep, your eyes your trigger
finger your spine your reasoning—also better to
refuse touch,
keep distance, let the blood run out of you and the white stars gnaw you, & the thorn
which is so white outside in the field,
& the sand which is sheetening on the long beach, the soldiers readying, the upglance
swift when the key words, of prayer, before
capture, are
uttered, a shiver which has no hate but is not love, is neutral, yes, un-
blooded, as where for instance a bud near where
a hand is unlocking a
security-catch calls
out, & it is an instance of the nobody-there, & the sound of water darkens, & the wind
moves the grasses, & without
a cry the cold flows like a watchdog’s
eyes, the watchdog keeping his eye out for difference—only difference—& acts being
committed in your name, and your captives arriving
at your detention center, there, in your
eyes, the lockup, deep in your pupil, the softening-up, you paying all your attention
out, your eyes, your cell, your keep, your hold,
after all it is yours, yes, what you have taken in, grasp it, grasp
this, there is no law, you are not open to
prosecution, look all you’d like, it will squirm for you, there, in this rising light, protected
from consequence, making you a
ghost, without a cry, without a cry the
evening turning to night, words it seemed were everything and then
the legal team will declare them exempt,
exemptions for the lakewater drying, for the murder of the seas, for the slaves in their
waters, not of our species, exemption named
go forth, mix blood, fill your register, take of flesh, set fire, posit equator, conceal
origin, say you are all forgiven, say these are only
counter-resistant coercive interrogation techniques, as in give me your
name, give it, I will take it, I will re-
classify it, I will withhold you from you, just like that, for a little while, it won’t hurt
much, think of a garden, take your mind off
things, think sea, wind, thunder, root, think tree that will hold you
up, imagine it holding you
up, choose to be who you are, quick choose it, that will help. The moon is colder
than you think. It is full of nothing like
this stillness of ours. We are trying not to be noticed. We are in stillness as if it were an
other life we could slip into. In our skins
we dazzle with nonexistence. It is a trick of course but sometimes it works. If it
doesn’t we will be found, we will be made to
scream and crawl. We will long to be forgiven. It doesn’t matter for what, there are no
facts. Moon, who will write
the final poem. Your veil is flying, its uselessness makes us feel there is
still time, it is about two now,
you are asking me to lose myself.
In this overflowing of my eye,
I do.




Bucle de retroalimentación positiva

Estoy escuchando en este silencio que precede. Olvida
todo, empieza a escuchar. Punto de inflexión, punto
de ignición,
chimeneas convectivas en los mares que Groenlandia delimita. Hace tiempo hubo allí trueno y
salvas en las cuatro esquinas del horizonte, era la 
                                               guerra.
En el Infierno vacían de arena tus manos, te dicen que las llenes de polvo e intentes
                                               pensar las Aguas Profundas del Atlántico Norte
                                              que asimismo contienen 
aportaciones del Mar del Labrador y arrastres de otras masas de agua, intenta pensar un
                                               colapso completo, en la corriente del Atlántico, en la
                                               circulación termohalina, esto
                                               ocurrirá,
los peces mueren de hambre en la Gran Barrera de Coral, la nueva Era de las Extinciones ha
                                               llegado
                                               dice el silencio-que-precede—no sabes lo que
se acerca, un tiempo
                                               más allá de lo creíble. ¿Quién es uno cuando uno se llama a sí mismo              
                                               uno? Una orquesta se apaga. Tenemos otros planes
                                               para tu verano es la canción. También para tu
invierno. Quizá las esclusas de Isigny
                                               resistan, iré a
                                               verlas
mañana. Aprenderé cuanto hay allí sobre este mi cónyuge, el futuro, aquí en mi
                                               tierra la casa de mis padres, el jardín de
                                               seguir pensando
en ellos, no existe nada más de hecho que el
                                               pasado, cuenta los días cuenta las ciudades que
                                               has
visitado, incluso lo que viene a mantenerte en vela, o el rocío cuando por fin duermes—¿podrás algún
                                               día penetrar en lo extraño, el nombre que es tuyo, que
                                               “es” tú?—
el lugar donde los muertos te abrazan, y puedes sentirlo, el sabor de la
amargura, y querrías hablar por toda tu especie pero
se reirían de ti—los nombres y la especie—hasta el aire enrarecido se reiría es lo que
hace mira—
pluma, ciénaga invisible,
retroalimentaciones positivas—y otra vez las chimeneas, y cómo es que al rayo de sol se lo asimila
                                               libremente, y acaso podía ser de otra forma para
                                               este huésped
                                               nuestro invitado,
nosotros que empezamos como manos, magia de dedos, levantando umbrales nuestros piedra a piedra,
                                               piel desplegada entre la vida y la muerte,
siempre alzando humo para hacer propicia la estrella que podría oscurecerse, compensadla pronto
                                               antes que os mate, piensa más y más en ella,
                                               hasta que tus mismos pies estén
                                               exhaustos no sólo tu
                                               corazón—la
piel, la carne, el calor, la tierra, el grano, el sonido del canto de cada pájaro escuchado a través de los
milenios, las estrategias del otoño para con el invierno, esquirlas de tiempos de ensoñación, belleza
                                               punzante, sí, siempre fuimos
                                               vulnerables a la
                                               belleza, por qué no iba a ser
así—las maravillas del tiempo cuando pasa y las cosas crecen, y los desgarros de la muerte
                                               cicatrizan, y llegan las flores que uno puede
                                               mirar solo
                                               un instante
                                               más, asimilarlas, y la mente
se encuentra insegura otra vez, llama, algo le cuelga la llamada, tal que así, escuchas
                                               cómo el receptor se apaga, la corriente y su final,
                                               un algo más que sonríe en otro lugar de otro mundo,
nosotros en La Gran Agonía otra vez, la hora en que la vida terrestre vuelve a ser casi por completo
erradicada—debemos ser pacientes—debemos esperar—es un
                                               hermoso atardecer, un poco de comida un poco de bebida—
                                               saldremos
al porche y el atardecer vendrá a envolvernos, descarado,
                                               parpadeante, abundante, como si nos descubriera,
todo dentro y fuera debajo del alero, hasta la hierba que parece empujar dentro de este mundo
nuestro como si brotara de
añoranza por él,
                                               reluciente.



POSITIVE FEEDBACK LOOP

(June 2007)


I am listening in this silence that precedes. Forget
                                                               everything, start listening. Tipping point, flash
                                                               point,
convective chimneys in the seas bounded by Greenland. Once there was thunder and also
                                                               salvos at the four corners of the horizon, that was
                                                               war.
In Hell they empty your hands of sand, they tell you to refill them with dust and try
to hold in mind the North Atlantic Deep Water
which also contains
contributions from the Labrador Sea and entrainment of other water masses, try to hold a
complete collapse, in the North Atlantic Drift, in the
thermohaline circulation, this
will happen,
fish are starving to death in the Great Barrier Reef, the new Age of Extinctions is
now
says the silence-that-precedes—you know not what
you
are entering, a time
beyond belief. Who is one when one calls oneself
one? An orchestra dies down. We have other plans
for your summer is the tune. Also your
winter. Maybe the locks at Isigny
                                                               will hold, I will go look at
                                                               them
tomorrow. I will learn everything there is of this my spouse the future, here on my
                                                               earth my parents´ house, the garden of
                                                               the continuing to think
about them, there is nothing else in fact but the
                                                               past, count the days count the cities you
                                                               have
visited, also what comes to keep you awake, also dew while you finally sleep—can you ever
                                                               enter the strange thing, the name that is yours, that
                                                               “is” you—
the place where the dead put their arms around you, & you can just taste it the
                                                               bitterness, & you would speak for your kind but
they will laugh at you—both the naming and the kind—also thin air will laugh that´s what
                                                               it´s doing look—
                                                               feather, invisible bog,
positive feedback loops—& the chimneys again, & how it is the ray of sun is taken in
                                                               in freedom, & was there another way for
                                                               this host,
                                                               our guest,
we who began as hands, magic of fingers, laying our thresholds stone upon stone,
                                                               stretched skins between life and death,
always smoke rising to propitiate the star that might turn black, quick give back to it
                                                               before it kills you, speed your thought of it,
                                                               till your feet themselves are
                                                               weary not just your
                                                               heart—the
skins, the flesh, the heat, the soil, the grain, the sound of each birdcall heard over the
millenia, autumn´s maneuverings into winter, splinters of dream-filled times, beauty
                                                               that pierces, yes, always we were
                                                               vulnerable to
                                                               beauty, why should it be
otherwise—time and its wonders as it passes and things grow, & the rippings of death
                                                               heal, & the blossoms come which one can
                                                               just for a
                                                               minute longer
                                                               look at, take in, & the mind
finds itself uncertain again, it calls, something hangs up on it, just like that, you hear
                                                               the receiver go down, power and its end,
                                                               something else smiling elsewhere on another world,
us in The Great Dying again, the time in which life on earth is all but wiped out
                                                               again—we must be patient—we must wait—it is a
                                                               lovely evening, a bit of food a bit of drink—we
shall walk
out onto the porch and the evening shall come on around us, unconcealed,
blinking, abundant, as if catching sight of us,
everything in and out under the eaves, even the grass seeming to push up into this our
world as if out of
homesickness for it,
gleaming.








1 comentario:

  1. Bien Jorie Graham!

    Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,

    Frank Ruffino.

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