SOPHIA NEITSCH
Sophia Neitsch. Nació en Atlanta, Georgia en 1997 pero a una temprana edad se mudó a la ciudad de Guayaquil, Ecuador. El vivir sus años formativos en América Latina le permitió conocer de cerca una diferente realidad social a la que ella había conocido. Esto a su vez la ayudo a desarrollar un tinte de realismo social en su poesía. Mezcla elementos de estas diferentes tradiciones literarias dentro de su trabajo poético y narrativo. Estudia Redacción Creativa y Literatura Comparativa en Emory University. Planea expandir sus áreas de concentración hacia el performance art, el teatro y el cine.
http://circulodepoesia.com/2017/05/poesia-ecuatoriananorteamericana-sophia-neitsch/
Hay un plano móvil frente a tus ojos
Pero hay una luz que invade por la esquina y te ciega.
Hay un plano móvil frente a tus ojos
Pero las avionetas,
Bestias del cielo,
Son estáticas por ahora.
Hay un plano móvil frente a tus ojos
Y las sombras, y los pliegues se transforman
En el axis en que se mueven
Y tocas
el vidrio
Al imponer tu control
Pero eres rechazado por
El tacto humano
Que devuelve
Una impresión
De dedos
En la olvidada niebla.
Hay un plano móvil frente a tus ojos
Y cableado eléctrico aún más móvil
Porque puede
que esos ojos engañen
Pero hay sangre que fluye
por esas venas plásticas,
Sangre a quien permite
Alumbrar al mundo y
Ver la figura en contraluz
De un amante en la madrugada.
Hay un plano móvil
Hay una ventana cruel
Hay un venir
Y un devenir
Pero al cerrar tus ojos no abraza
Te inquieta
La muchedumbre de la oscuridad.
Suspiro mortal
suelto
y me arrastra,
agarrada por los tobillos,
el dulce sueño del mar
y el cantar de las sirenas.
Uñas perforando la piel,
arrastra
y arrastra.
No hay retorno
esta vez.
El cielo rosáceo se despide
con una sonrisa insinuante.
Nunca te tuve,
ni te tendré
pero me permitiré admirar
una vez más,
cual amante cruel,
el verde de tu espeso follaje,
el color de las sombras
y el calor de tu aliento
en un partir de labios
sobre mi piel.
Oh, este mundo ilusorio.
Plasmado ya,
dentro del arrullo de las olas,
algodón en boca
cuerpo de pelusa
recuerdo
el dicho del
perro del hortelano
y con una cachetada fuerte
regreso a la arena
sana y salva.
Hoy comeré
y dejaré comer.
Sin embargo,
no hay que olvidar
que una golondrina
no hace verano.
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