LAURA CALVO
(1949)
Nació en Laprida, provincia de Buenos Aires, Argentina. En 1980 se radica en San Carlos de Bariloche, donde vive actualmente, iniciándose como coordinadora de Talleres de Escritura. Desde entonces, su actividad se amplía y desarrolla por correo electrónico (Cibertaller): www.cibertaller.com.ar. Participa como Jurado en diversos Concursos, Encuentros de Escritores y en el Salón Patagónico del Poema Ilustrado. Premiada varias veces por su obra poética y narrativa, realiza numerosos recitales y espectáculos musicales en Bariloche, Buenos Aires, Chile y España.
Entre sus libros de poesía se cuentan: Angel Fauno (1992 Edic. Pixelia), Decimos (obra compartida,1992), Conquista del Árbol y Poemas Perros (1995 y 1998, Último Reino), Discursos Vivos (2000 Edic. Pixelia), y varias antologías: Antología Oral de la Poesía Argentina (1996 Centro Cultural San Martín, Bs. As.), Abrazo Austral (1999), Poesía hacia el Nuevo Milenio (1999 La Luna Que), Poesía Río Negro, Antología Consultada y Comentada (2007 FER).
Su novela Piedras Blancas seleccionada y editada por el FER (2005) recibió un premio de la Secretaría de Cultura de Nación (1996) y una mención Honorífica del Fondo Nacional de las Artes (1998).
Como cantautora, grabó dos CD, Poetango (2001) y Poetango 2 (2004), junto al compositor Roberto Navarro. En el 2005, en coautoría con Luisa Peluffo, publica Ventanas a la Palabra, el Taller de Escritura en la Escuela, subsidiado por el FNA y la Fundación Educativa Woodville, y en 2010 su libro para niños Salto de página- Aventuras en el cuaderno. En la convocatoria del FER 2009, fueron seleccionados tres de sus libros: La más grande, la más oscura (cuentos), Anote, querida (novela) y Un cielo sobre la cabeza basta (poesía), que se encuentran en edición.
Cuerda fija
a Carlos Rey
¿Lograremos encordar unas palabras
y ponerlas a la altura requerida?
Otra vez ladra el viento a mis espaldas
Aquí arriba
aquí donde las fuerzas gobiernan a su antojo
la lengua busca apoyo y no lo encuentra
Nudos, rappel, ascensión por cuerda fija...
En este territorio de blancura infinita
la sombra es el refugio de la palabra expuesta
No hay fracturas
Hay un manto que tapona las grietas
y uno avanza con los ojos cegados
clavando su bastón
Blanco
blanco por los cuatro costados
el papel nos recibe de vuelta
*Mención al Mejor Poema del “Salón del Poema Ilustrado 2008” de Perito Moreno, Santa Cruz.
Criatura sobrealimentada
Cocina el caracú, mi abuela
y me lo da con sal
en el pan fresco que yo le traigo
La panadería es mi mandado
y me gusta
Flautas, flautines, mignones, rosetas
desbordando canastos
enormes como bañaderas
Pan para todos
pan a montones
polvo de harina en la trastienda
los hornos tibios aún
los gorros blancos dados vuelta
¡Un kilo de pan
cuesta menos que cualquier otra cosa!
Yo aliviano la bolsa a pellizcones
mientras vuelvo a lo de mi abuela
y su olla
Ella consiente mi delito:
le pone médula para que yo engorde
(de “Conquista del árbol”)
1
Un muro alto de piedras irregulares
circunda esta casa de la que nadie sale
Un gato huiña lo recorre
atrapa una lagartija
(la mortifica un rato)
y allí queda la pobre sin morir todavía
Imperturbable
el perro roe su hueso
mientras el gato se dispone a otro asalto
Sobre la tierra oscura
la lagartija ha muerto
Sobre la tierra oscura
(abandonado el hueso blanco)
duerme el can
Por el temblor de sus orejas
yo sé que no es así
Siempre hay uno que juega
y otro que vigila
(de “Poemas Perros”)
Caracoles
Nos habíamos equivocado de puerta
no había nadie a quien preguntar
las rejas de los ascensores estaban abiertas
no había un alma en la mesa de recepción
así que salimos de nuevo a la noche
y entramos por la puerta
donde esperaba la comida
Entre la carne y la tierra
se establecen relaciones empíricas:
nunca habíamos comido caracoles
Y era verdad, era verdad
no se trataba de no tener adónde ir
El hombre que podía gastar
la asignación de un mes en una cena
había reservado también una habitación
Me abrió y desapareció enseguida
deslizándose de lado por una estrecha fisura
Y ahí quedó la mejor mesa
con su mantel, sus servilletas
sin que sirvieran de nada a nadie
Las mentiras no me causan la menor desazón
La mentira era la siguiente:
habían decidido quererme mucho
Y era verdad, era verdad
La locura era imaginar que Dios
está pendiente de nosotros
Hay un dicho obligado en estos casos:
Sal de ese antipático enredo
y que te diviertas, chica
Así que allí estaba yo saliendo a pasitos cortos
del brazo de mi querida sombra
(la soledad no habría sido tan notoria
si alguien no hubiera empezado a llenarla
y la hubiese dejado a medias)
Nos fuimos sin comer
pero no sin pagar
Y cuando intento recordar ahora
e imaginar cómo era
sólo hay un mantel con figuras concéntricas
(nota al pie de la historia)
Sería muy bueno pintarlo desnudo pero
nunca logramos que se desnudara del todo
Por mi parte yo estaba completamente desnuda
hablándole al Amor junto al inodoro. Después
me levanté, me eché encima un mantón
y ya casi al final el Amor confesó:
Soy inocente del delito, no sólo de éste
sino de todos
(de “Discursos Vivos”)
Negro es negro
Nos enseñaron que negro es negro
y color otra cosa
La sombra marca los límites de la figura
nos dijeron
Y ahí estaba el negro
ensombreciéndolo todo
La gente me pregunta
por qué ando siempre tan oscura
No hay poesía después de Auschwitz
les contesto con el dictum de Adorno
Ah, cómo me gusta el negro
tan austero, tan sobrio, tan invisible
En el pico del ave a contraluz
que va del rojo al amarillo
en la serpiente verdosa y jaspeada
que roba sus huevos y devuelve las cáscaras
en todo eso
están los colores
en el cielo brillante del mediodía
en los apastelados del atardecer
Neutralidad y equilibrio:
en esto el negro se parece al blanco
Uno puede dejarse llevar
es decir
a la hora de pulsar una tecla
la exaltación no da lugar a otro color
Cuando nos enseñaron que negro es negro
también nos enseñaron
que blanco es puro
y rojo violento
Hay una combinación que nunca falla
nos dijeron
pero no nos enseñaron cuál era
(de “Discursos Vivos”)
Morderse la lengua
No me parece que lo más urgente sea defender una cultura
cuya existencia nunca ha liberado a un hombre de la preocupación de tener hambre,
sino extraer de aquello que se llama cultura, ideas cuya fuerza viviente sea idéntica a la del hambre.
Antonin Artaud
Mastiqué mi lengua al mediodía
y tan fuerte el dolor
me dejó muda
Vi los bordes de la herida en el espejo
el tajo en carne viva sangrando para adentro
Con mis dedos enseguida tapé el hoyo
que dejó de sangrar en ese instante
Probé decir algo simple
-lengua mía-
y ella dijo por su cuenta:
no te abuses:
de ahora en más hablas o muerdes
No, señores
no queremos dialogar ni debatir
y
-en particular-
no queremos ser misericordiosos
Un diálogo verdadero se atrevería a descubrir
lo que nos atormenta del otro
y sería tan sincero como para concluir
que también lo propio escandaliza
Quizás sea así y quizás no
entre gente como yo
y gente que se come los animales del zoológico
Quien eche un vistazo a las obras completas del festín
se dará cuenta de que por fin
alguien echó a correr su dentadura
Basta que algo haya sido comido una vez
para que circule por todos lados
Lo mismo que la vejez
el arte de la retórica requiere platos
de extensión moderada
Ni mucho ni poco
ni excesivamente condimentados
Poner la prosa en el lugar del invitado
y el plato fuerte
-si lo hay-
que sea caliente
Acábela con que el destino es un menú sin entremeses:
¿acaso al trigo lo cultivan los peces
y a la hora de comer no se justifica poner los platos?
Es un milagro
-dice usted-
comer todos los días
Yo ayer comí pescado
y hoy pastillas para la hipnosis
No sólo el arte de comer es un oficio postergado
También el arte de roer se ha visto malogrado
y la ratita presumida busca pareja como inversión segura
(roedor tenía que ser para creer que una moneda
puede operar milagros)
¿Con quién me casaré?
¿Qué harán para enamorarme?
La oveja le dijo beee
el gato le dijo miau
el perro le dijo guau
y el gallo quiquiriquí
¡No, no, que me desvelais!
Y apareció el oportuno ratón:
¿te quieres casar conmigo?
¿Qué harás para enamorarme?
Dormir, comer y callar
Y la ratita aceptó:
Barrer, limpiar, lavar la ropa, cocinar
Llorar, porque el ratón se ahogó en la sopa
El hambre es el más sabio de todos los servicios:
redime las funciones que acaban con su oficio
Las viejas tradiciones no se pierden fácilmente
Si el aparato se quedara sin dientes
lo más probable sería que el hambre dejara de existir
A no inquietarse, no hay motivos:
el hallazgo corresponde a una pierna de cordero
rebosante de proteínas
un espectáculo turbador, excepcional y verdadero:
la unidad de la pieza
su dimensión encantadora
todas sus líneas convergiendo hacia la mesa
donde el poeta acaba de morderse
(de “Un cielo sobre la cabeza basta”)
El cielo se abre paso
El cielo se abre paso entre las nubes
El aire está cargado de presagios
Un pájaro celeste se aproxima
a anidar en la orilla de unos párpados
No hay nada más suave que las plumas
a la hora de dormir un largo sueño:
una sombra... un suspiro... una fatiga
se han unido sin brújula y sin dueño
Allá va la oscura pesadilla
la frágil escalera sin peldaños
De este lado de la almohada la cabeza
del que sueña sin saber que está soñando
Una pregunta, una respuesta
Una pregunta, una respuesta
la lengua tiene mucho trabajo:
clava la aguja da una puntada
mientras prosigue de arriba abajo
Con los retazos se va formando
la nueva prenda sin otro lazo
que esa puntada de sentimientos
cuando revelan el pensamiento
Y así la lengua que nos abriga
muestra las partes más atrevidas:
a veces borda finos encajes
otras zozobra en un remiendo
¡Ay! lengua mía
lengua de todos
no dejes nunca de equivocarte
si de algún modo a veces miento
no es por tu culpa
cuánto lo siento
Y YO SALÍ DE MI (tango)
Y yo salí de mí siendo yo
y siendo ajena lo mismo que las sombras No se puede separar de la ficción
el sentimiento que la vida nos imponga
Necesidad de sorprender
luchar en el intento cuerpo a cuerpo
empapelar de libertad cada renglón
aventurándose en el filo de lo incierto
Quien no le teme a la ternura
no necesita probar nada ni exhibirse
no necesita negociar con la cordura
(poesía blanda, poesía dura) estribillo
Es tan negra la amargura
de quien descree de la piedad
no hay camino de salida
y el de regreso es a la propia soledad
Y yo salí de mí siendo yo
y siendo ajena lo mismo que las sombras
Ceremonial de destrucción
la vida hiere, la muerte reconforta
Indignación de respirar
hablar de lo indecible y transitarlo
ser devorada entre las líneas de un deseo imaginario
hasta perder la dirección original
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