miércoles, 1 de octubre de 2014

PIERO RAMOS RASMUSSEN [13.526]


Piero Ramos Rasmussen

(Lima, Perú  1992)
La publicación de sus poemas y narraciones datan desde los 17 años en el libro "Creación Literaria 2010-2011", publicado por el Fondo Editorial PUCP. Diploma de Honor en el Festival Iberoamericano de Poesía, certificado por  la Asociación de Escritores y Artistas del Orbe (AEADO-APEP). Director de la obra teatral: "Eros: el misterio del amor", puesta en escena el diciembre del 2013 en la Universidad Bauzate y Meza. Como actor, fue protagonista del cortometraje "Lazos de Venganza", dirigido por Mariana Andrea Landavere y Pierina Parodi. Actualmente es vocalista de la banda Lo Ultraterreste y está próximo a publicar su poemario “Transgresión” junto con la editorial “El Viaje” de Guadalajara, México.



Sangre (poemas) 


Después de la lluvia

Anhelo contemplar ángeles en el cielo de Gaza
Transformando del elemento a lo esencial
En el ser humano
Reducirlo a su máximo esplendor
Y dejar atrás el vómito la sangre el terror la guerra





Refugio

Si en tu voz se conserva el silencio
Las hidras negras de la guerra
No sabrán el aroma de la carne
Cierra los ojos
Descansa
Estas manos solo desean
De tu cuerpo desnudo
La esperanza.





Sangre

Los hombres miraban hacia el Oriente
Con sus veranos de turbantes desiertos.
Un imaginario tan irreal y absurdo
Que hoy la vergüenza escala los Andes.

Un niño jugaba pelota en el barrio
Su madre, dulcísima Sheherezade,
Y todo el equipo de la cuadra
Fueron bombardeados
Desmembrados y escupidos
Ah, nunca el mundo viró tanto la cabeza
Para ver el fútbol palestino.
Cráneos abiertos como pulpas rojas
Ardientes pases de infernales días,
Nadie se atreve a limpiar la cuadra
Las ratas se tiñen el pelo de sangre
Rojos bufones en castillos rotos
Trasgrediendo la carne tibia
De los caídos.

Sangre
Cuando por la mañana se oye el martirio de las bombas
Y el asombro se vuelve un apocalipsis rutinario
Con la entrepierna de una mujer partida en dos
Sus ojos al aire como clavos incrustados en el corazón.
Sangre
De las torrentosas barcas de la gente en Gaza
En el ahogamiento de más de quinientos hombres
Donde termos neonucleares aguardan el holocausto
Para negar el fango en la senda del olvido.

Quienes corren saben que no habrá esperanza
Aunque sueñan con ajusticiamientos públicos
Saben que no tendrán muchas horas para huir
Y que vendrá la muerte con su blanca guadaña
Aquella que nos toca por igual
Cuando la espada atraviese con dientes de pantera
Los cuerpos de las madres palestinas
Cuando el misil de la ambición incendie la mezquita
Y la piel de Sheherezade, destrozada,
Arrastre su dolor.





Ansias

Por ti, que gritaste:
<< Palestina libre>>
Cuando entraron a tu hogar
Y transgredieron tus sueños,
Tengo unas terribles ansias
De llegar a tus costas liberadas
Y adorarte, guerrillera.





El muerto

En la estación del metro esperaba la vida.
Pasaste sobre mí y quedé tan perplejo
Que no supe si eras una mujer o una explosión.
¿Responderás ahora que me asfixia tu aroma
Mis cabellos son corolas de plumas rojas
Corroídas y tengo los dientes rotos?





Maestro

A Pablo Ávila Oré

Un hombre se pierde dentro del campo
Detrás de un vuelo/ una fotografía
Y cabalga entre las sombras.
El temporal ha perdido su valía
Al llegar al panteón
Atisbando la tumba de su maestro:
Su alma negra su voz áspera su adiós aterido
Mis ojos se embriagan de melancolía.
Al frente no hay guerra
Ni romances contaminados
Sólo una lápida sucia
Que punza que duele que sangra
Con el rencor del ciclo de la vida.





Ella

Blanca y silente aparece blandiendo la guadaña.
La muerte es como un árbol
Que en otoño deja caer su vestido
El vaho inunda el cementerio.
Agua petrificada/ ojos sin vida
Amor duro.
Amor vano.
En este campo
No hay lugar
Para otro pastor
Pero el amor encadena
El viento esclaviza nuestros cuerpos
Pateo el fango
Persigo sombras
Lejos de la armonía
Alumbrada de las constelaciones.

Un tallo atraviesa un cuerpo sin alma.
La pena se irá soslayando gota a gota.





Oración

Oh, María negra
Que encierras este campo
De incontables cuerpos.
Tus gladiolos aguardan mi paso errado
La sombra de tu velo rozándome
Me envuelve con la soga un círculo de loto
De blanco infierno
Estas sordas cenizas de sangre
Ahora se estrellan transparentes
Contra la tierra
Donde caímos.

Nuestro mayor pecado habrá de ahogarse
En el poderoso mar.

Soy apenas
Un campo de rocío.





A orillas del río

 a Ella…

- Nos juntaremos en un beso mudo
Clavados de un árbol aterido
Con las espinas desgarrando
La sepultura de nuestros labios.
Cerrarás tus fauces y atacarás
Las manos de quienes te alimentan
Bañándolas de esencia natural
En una laguna eclesiástica
Que sumerge tu rostro en el fango. -

- Una virgen perdida en el bosque oscuro
La mayor hostilidad aguarda bajo las sombras
Del Renacu. El vestido decae acogida
Al rumor del diablo
La bella se agita
No resiste
Batalla
Se tambalea y fenece.
Sus pies se mantienen frígidos
Inermes ante un laberinto
De conchas abiertas.-

-No hay pecado
A orillas del río.-





Los hijos del gigante Mahoma

Los hijos del gigante Mahoma huyen.
Se pierden en bosques de extravío
Y buscan refugio en la niebla.
Rezan, armados, los cadáveres de las primas.
Visten sus rostros con mantos oscuros
Y se esconden en las ruinas de sus templos.
Seducen a sus hermanas menores  
Para no mezclar la sangre con el enemigo.
Los hijos del gigante Mahoma claman
Por desiertos de hambre y de martirio
Y afrentan la embestida de un halcón
Ferino, liberal, con mirada de occidente.





Advertencia

Al llegar el alba
Contemplo la invención de tu venida
La humedad de una cuenca profunda
El santo bautizo
La unión corpórea
En lozanía de torrentes blanquecinos.

Pero al marcharte has dejado
Murciélagos que anidan mi almohada
Cadáveres que vagan en sueños
Donde grupos armados te nublan
Y cubren de nieve las sábanas. 

***

Has vuelto a mi habitación,
Tu espalda sangra 
Feroces demonios arrancan
Tu piel con látigos de púas 
E irresistible y tenue
Has cerrado los ojos.

Quizás no despiertes.




Poema de Piero Ramos Rasmussen publicado en el diario El País bajo el seudónimo de "Rómulo Alva":

dedicado a Mati

Este campo ya no arrastra los truenos
ha escrito medio vivo y despierto
se cansó de cometer. El aire
pasa suave adentro
De sus concavidades
y no le sirve la soga.
Corazón nocturno
loto negro
no podremos ocultarnos
y nuestra gracia será develada y sórdida
ante los remilgos y las quejas, bajo la tormenta,
pero mi yo disfrutó
recorrer/danzar
tu cementerio
regar tu campo, caer en el desierto
todo desnudo e irritado
y con su frente sangrante
y con sus manos abiertas.







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