Mauricio Schvartzman
Poeta, periodista, ensayista y profesor universitario
El 10 de abril de 1939 nace Mauricio Schvartzman en Asunción, Paraguay - Fallecio el 25 de agosto de 1997.
Luego de culminar la secundaria, viaja a Montevideo, donde inicia sus estudios en la Facultad de Arquitectura, de la Universidad de la República, entre los años 1958-1961.
Posteriormente pasaría a Buenos Aires a seguir estudiando la misma carrera, hasta que en 1965 ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires para estudiar Sociología. En 1971 obtendría la licenciatura en dicha especialidad. En esos años estudia también Ciencias de la Educación. Toma cursos como Introducción al Psicoanálisis; Literatura Inglesa con Jorge Luis Borges, en 1966; Filosofía de la Educación, con el profesor Zotti; con José Luis Romero haría cursos de Historia Social, Metodología de la Investigación Social con Manuel Mora y Araújo; y Metodología de la Investigación Social con Lelio Mármora. A nivel de cursos de posgrado, Psicología Social en la Escuela Argentina de Psicología Social, con Enrique Pichón Riviére. Y el Seminario de Planificación Urbana en el Instituto Torcuato Di Tella.
Ya en nuestro país asumiría como director del Depto. de Investigaciones Periodísticas del diario Hoy y como coordinador del Suplemento Político del citado medio desde abril 1989. A partir del 93 pasaría al Diario Noticias como columnista político y luego director de Arte y Cultura, a la vez que comentarista político del Canal 13. En la docencia dictaría cátedra de Sociología General y Metodología de la Investigación en la UNA y la UCA.
Entre sus trabajos se cuentan:
Ser indio. Notas para una filosofía del hombre; El joven dividido: La educación y los límites de la conciencia cívica"; Contribuciones al conocimiento de la sociedad paraguaya.
En Buenos Aires llegó a asistir a cursos sobre literatura inglesa dictados por Jorge Luis Borges, hecho envidiable para cualquier amante de la literatura. Y durante toda su vida pergeñó versos, algunos de los cuales en 1985 pasaron por la imprenta para ser presentados en forma de libro: Ñe'ery.
De todos modos, hecho importante y no menor, Mauricio Schvartzman se dedicó a investigar y crear sobre varias áreas, a lo que dedicó años de estudio. Para el Instituto de Tecnología y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Asunción realizó investigaciones sobre el naciente fenómeno urbano en Asunción y otros municipios.
Investigador y periodista
La cuestión indígena y campesina (especialmente la que tiene que ver con el medular problema de la tierra) no le fue ajena. No solo investigó y trabajó con la gente, sino que vertió en libros, artículos, monografías el resultado de sus pesquisas, con extrema rigurosidad y compromiso social.
Entre sus libros de ensayos de investigación más importantes se encuentran El joven dividido (1987), Contribuciones al conocimiento de la sociedad paraguaya (1988) y Mito y duelo (1989). En general, los sostenes teóricos y metodológicos que Schvartzman utilizó para elaborar sus trabajos provienen del marxismo. El mismo Schvartzman fue un destacado militante del Partido Comunista Paraguayo, para el que llegó a producir documentos de discusión y análisis. En su faceta de periodista, Schvartzman trabajó en el diario Hoy y Noticias, como responsable de reportajes de investigación y columnista, además de ser coordinador de suplementos y páginas culturales.
Finalmente, y acaso en esto radique la herencia ejemplar de Schvartzman, es necesario decir que no fue un hombre encerrado en esa tentadora torre de marfil que representa el mundo de las ideas y las teorías, sino todo lo contrario, pues ese mismo afán cognoscitivo le dotó de una clara conciencia política. Participó activamente durante su juventud en movimientos que se opusieron a la dictadura de Alfredo Stroessner, lo que le valió persecución y exilio, y con sus labores de cientista social y periodista desnudó muchas aristas falaces de la tiranía stronista. Un hombre de ideas y de acción, en suma.
Docente
Como catedrático, ejerció la docencia en el área de Sociología General y Metodología de la Investigación en la UNA y la Universidad Católica.
(De: Ñe’ery, 1985)
DESDE EL FONDO...
del hombre naciendo del simple sueño
de la agitación y del caos
naciendo el simple hombre
de la muerte del amo
naciendo el hondo hombre
naciendo desde la blanca luz
la anhelada muerte del amo
creo en el movimiento y en sus resultados
en lo inevitable
en la muerte
y en el triunfo
en lo posible
y en los buenos propósitos
en el odio
que pasa borrando los labios del amo
en la ley del desarrollo de la naturaleza y del hombre
en el azar y en el pensamiento
en la vida y en los
puentecitos solitarios
porque estoy hecho de vuelos
de rastros de pisadas
del trapo que cosía mi madre proletaria
y mi alma sólo existe
por la organización de mi cuerpo
creo en la materia
y las multitudes
que hicieron
el papel y el lápiz
con que escribo mis poemas
gotas de agua
en las quebraduras de la tierra
el tiempo se desliza
por las profundidades húmedas
gotas de tiempo
suben por mis raíces
surcan los tallos más débiles
delinean los ríos del follaje
brotan del tiempo
se desploman
y reposa la vida entre nosotros
duerme en la catástrofe del mundo
en la inmensidad del corazón del hombre
ya todo fluye entre nosotros
entre las manos y el cosmos
entre el fuego y la muerte
ya todo fluye
el odio y las blancas plumas
de las aves salvajes
la alegría y los colmillos atómicos
del tigre de barro
el pensamiento y la miel
que derraman las abejas
mi muerte innecesaria antes de haber sido
mi muerte inefable porque existo y pienso
ñe'ery
ñe'ery
fluye el alma
se hacen las palabras
se hacen de las quebraduras
de la dura quiebra del vacío
de la siembra del azar en el tiempo
se hicieron
las largas cuentas de palabras
en una noche con estridencias
un grillo
tres grillos
una multitud grillosa
que gritaba
el temprano olvido
de no haber sido
nadie en el azar de las palabras
solo yo
mi propia multitud
sabía que estaba
sólo del olvido se hicieron las palabras
se doblaron
se tomaron
se arrojaron
contra los violadores de la esperanza
se alzaron
quedaron albas como el hierro en la fragua
se enalbaron
contra los culpables de olvidar al hombre que no cesa
que apalabrado
fluye
incesantemente
y que en la fluida traspalabra
reposa la lucha entre nosotros
late en la catástrofe del mundo
sube por las raíces más hondas
surca los tallos más débiles
libera la palabra del esclavo
troza la afluente palabra
las multitudes que levantaban sus puños contra el amo
allí estaban
mis poetas también estaban
guardaron las palabras
y por ellas nos reconocimos
en el espejo del trabajo
de los hombres
las venas latientes de la soledad
de Manuel Ortiz Guerrero
desordenaron las palabras
que tomé del árbol
plantado en la tierra
del hombre que sueña
contra el azar de vivir soñando
contra el canto
contra el filo
contra la ardiente cal
del muro de las palabras
en las zonas tórridas de la imagen
desde donde parte el tiempo
Rubén Bareiro Saguier
en los lejanos campos de trigo
en el presentido barlovento de los mares
en las uvas torrenciales
en la contracal de la carta al amigo
en la libertad de liberada barda que duele
en el amor
que estalla
se arrumba por la costa
estalla contrasiembras
en la libertad que perduele
Carlos Villagra Marsal
y que se reparte en las voces de la rebeldí
en las espadas de los capitanes populares
en el reparto altivo
tuve la memoria del tiempo
del compromiso del día siguiente
que habrá de señalar a los culpables
de la ardiente muerte del que pelea
en donde rota de estanques
crece la historia
acaso
Elvio Romero
de los nervios de la madera
hizo la mano del santero
que habrá de tallar
la cruz definitiva de John
bajo el viento
se repartieron mis poetas
la voz de las quebraduras
del silencio
¿qué rastro silente
cierra el puño
cuando el tiempo fluye
en la palabra escrita
en el papel sorprendido?
¿qué rostro dolido del hombre
surge desde
el fondo
de la luz caramelo
del fuego hurtado por el amo?
¿qué brotes de sombra
de mi mano
se enrollan tensas de lucha
en mi palabra?
el rastro del tiempo que aquieta
en mis estanques
tu pelo móvil
cuando te desarmo
los brotes del espacio que nos envuelve
en el encierro y el tormento
y una vez la idea envuelta
y otra vez más
la voz envuelta
los brotes de sombra
de mi recuerdo huido
a salvo están en mi palabra
porque solamente son mis recuerdos
y la vida que se desliza
la vida se desliza irremediablemente
hacia la profundidad
del orden de la naturaleza
ahora comprendo
mi muerte
vertiginosamente inmóvil
inútilmente ausente
alejándome del punto inicial del universo
¿por qué entonces mi atrasada nostalgia?
y por ella
comprendo la vida
en la cáscara de febrero
blanca de sal
encontré sus huellas
y mi canto la estuvo llamando
jugarse por el esclavo
se hizo universal
necesario
inefable
se hizo del barro de los alfareros
del viento de los albañiles
del agua fría que dejan correr las lavanderas
de las líneas que dejan los pájaros
cuando vuelven
de los barcos que llevan el nombre
de la mujer amada
del alba de los carreteros
del dolor del encierro
de la herrumbre que desengaña
la inmovilidad del tiempo
de los muertos de las revoluciones
del tiempo que fluye tomó la contienda su nombre
del nombre de las prisiones que estallan
del tiempo brota
el desnudo
el claroscuro
las sensaciones
la muerte irremediable del amo
la libertad inefable de los que empuñan
el martillo y el arado
y en el tiempo reposan mis manos
y la calentura de mis delirios
una gota de mi delirio
en el agua del estanque
- las ondas concéntricas se expanden
- la tarde se llevó el jamón y el vino
- yo me saqué los zapatos
- bajo el ventilador nos miramos
- al día siguiente corrió mi voz
por los alambres del teléfono
se delineó el horizonte
con carreteras y fundiciones
se extendió el océano
con el sudor y la saliva
y creamos la vida
en serio os digo
creamos la vida creamos la vida
que nunca tuvo comienzo
porque Dios estuvo en otra parte
ni tendrá final
porque creemos en nosotros
del delirio
salieron volando los pájaros
artes de pájaros
el arte de hacer volar las palabras
de colgarlas del cielo
de llenarlas de arena
o de preguntas a la vida
de nombrarme pajarero
en el silencio y el movimiento
en el viento y en el recuerdo
que guardo del héroe
en el vuelo de cristal
de los pájaros del estero
como una palabra que huye
de mi propia muerte
de mi esperanza errante
en el puro hombre
de mis pájaros de Neruda
en mi Pablo mismo
el volar errante de mis palabras
de las figuras que dibujan los pájaros
con tus retornos
yo retengo las palabras
que te nombran
apenas
oscurecidas por el sol
cuando se desmayan
en las sábanas de la sombra
y las retengo
para cuando llegues a los espacios de tu casa
que guardan las marcas de tus pies descalzos
y tomes este papel
doblado en dos
en cuatro
en ocho partes
y leas esto mismo que fue escrito
para que otros
guarden mi alma
en sus arcones fantásticos
que no dice nada importante
y sin embargo
es un poema
que fluye y se derrama
gota a gota
sobre las ciudades que duermen
y se llenan de palabras
las ciudades que fui abandonando
mientras dormían
sobre las veredas del río
y de las que retuve
solamente su viejo puente
es el puente el que siempre permanece
es uno el que pasa
como el agua bajo el puente
y se dobla
en los remolinos
se reparte
en las orillas
se pierde
allá lejos
con sus reflejos
el viejo puente siempre queda
ni el tiempo
que lo acuarela
ni el ruido
que no lo despierta
podrán conmover sus profundas piedras
el viejo puente
es lo que queda
el agua pasa
quién me espera
quien me espere
vendrá de la arena
de las grandes piedras
del aroma
de la sal
de la soledad
de los mares
redonda
carnal
salida de los huecos de la tierra
entre sus rodillas hincadas
sobre las lenguas del agua
encontraré al hombre
que quiso ser pez
espuma
espejo
en el mar que la desnuda
bajo el viento lleno de salitre
yace el hombre
que la libertad
inventa
el tiempo pasa borrando
al tiempo
en sus remolinos
se alzan mis brazos
a la tarde cuando suenan las cinco
el tiempo tiene unos ojos de canela
a la noche
cuando suenan las horas
los remolinos del tiempo
llenan de tierra
mi cuaderno vacío
cuando se arrima
el viento fresco de la madrugada
se abren mis brazos
se multiplican
las distancias
y me quedo sin nada
y por una vez me siento solo
solo
de estar contemplando
los caminos de verdes cautivos vegetales
los secretos de nada contra todos
solo de andar desandando
mi camino con su vagabundo inefable
solo de marzo cuando llovizna
solo de soledad cuando llamo
y hablo detrás de los muros
de niebla
de polvo
me voy con el tiempo
sobrevivo
insisto
elijo formas equivalentes
a lo que fue dicho
lo digo libremente
borrando demarcaciones
llamo a los portones
golpeo
hago ruido con sus cadenas
golpeo con los puños
te grito que me abras
que me dejes entrar
que me des vino y reposo
que me cantes
que me seques la frente con tu mano
que tu cuerpo
debajo del mío
contenga mi cansancio
cierro los ojos y
olvido lo que da vueltas
alrededor mío
me instalo en las amplias
habitaciones de mis deseo:
me dejo arrastrar
por las corrientes turbulentas
de los ríos
que me cruzan
y apenas percibo los ruidos exteriores
el ruido de las hojas
el crepitar de los incendios
el canto de los pájaros
las voces de la gente
los motores
los pasos que te invaden
apenas siento el aliento
de lo que está fuera mío
y siento crecer
mis rumores interiores
veo partir mis sueños
correr mis criaturas
y
sin nadie que me diga nada
ni me reproche
me acerco
te tomo la cara
te traigo hacia mí
intento descifrar tu mirada
te acerco más aún
aprieto tu tibieza
delineo tu boca
te acerco más aún
y más me acerco
y en una sola sombra
tu boca
abierta
a mi locura
me cierra los ojos
abiertos
al olvido
entonces
hice del vacío de las sombras de mis manos
una figura nueva
para las palabras que retornan
tus hombros
oscuros
porque el sol los mira
y el viento de las cosechas los quema
tus hombros
sin nada
como la tierra
bajo el cielo
como el sol
bajo el viento
como el viento
bajo el tiempo
entonces
puedo hacerte
como un artesano hace sus criaturas
desde el silencio de los elementos
recortarte
hundir mi cortaplumas
en las venas de la madera
marcar las líneas profundas
de tu cuerpo de costado
juntarte
de la arcilla de los caminos
modelar la forma de tus pechos
con el calor de mis manos
entonces libres
pintarte
con plumas blancas
descubrirte claroscuros
tersuras
pliegos
tonalidades que se pierden
cubrirte
recogerte lienzos y nylons
sobre los vientos fuertes de tus desnudos
contemplarte
salida de mis sueños
tu sombra solitaria
se desliza
por los bordes de la cama
y se extiende
por el piso de ladrillo de mi celda
oigo tu voz
que me llega por la brisa
del noreste
que se mete por las rendijas
de las persianas
que cuidan mi sueño
sueño
que te oculto con mi cuerpo
de las luces
que se filtran en la noche
y de los ojos del carcelero
y siento el dolor de tu encierro
en las entrañas de mis palabras
de mis palabras
que agonizan
al borde de tu cama
y si brota de mis manos
la palabra
del odio del amo brota
el brillo del sable
y
la garganta del niño
abierta irremediablemente
la muerte llorada desesperadamente
la mano del socio del amo
sobre las empuñaduras
la charretera
bien cosida
sobre el acrisolado honor
las botas que pisan
en el derrumbe de la calle
la garganta del niño
más abierta ahora por el hambre
por la propiedad privada
el hongo atómico
la garganta ya sin niño
el oficio de tirar al blanco humano
al negro
al patriota
al poeta de Soweto
a las gargantas de los niños
a los indios de las estancias de los extranjeros
digo
el oficio de tirar al blanco humano
y ahora me voy
rompo el violín contra el odio de los hombres
y medio vencido me acuerto con la muerte
mal parida de las amantes
del amo comandante en jefe
esta noche me voy y hago míos
como mis haberes más íntimos
el tormento de la electricidad y del látigo
el agua terrible de mi alma ahogada
y me seguiré yendo
enfrentando al odio mis puros recuerdos
cuando entonces
caminante
dibujaba ventanas en las alturas de las ciudades
o le cantaba al Calpean Star semihundido
con sus fantasmas
tirando al aire caído
solamente gaviotas que nadie las puede inventar
el Calpean Star de mis viejos recuerdos
en el tormento de la pileta
de las manos que interrogan
de los enormes labios
que cuentan los segundos
que restan a la vida
oh qué fantástico Calpean Star
alguien gritando tu nombre en las piletas
adiós habitantes de las celdas del mundo
y de cualquier melancolía
ya el agua está quieta ya no está sorprendida
adiós tristezas que ya no presienten
pero ya no habrá tristezas esta noche
quedará girando José Asunción en su disco
su Ñemitŷ a todo volumen
cubriendo los profundos gritos
de los hombres que denuncian los crímenes del amo
y cuando el cansancio cotidiano
el simple cansancio del látigo
se derrume en el vientre de la muerte
y me vaya durmiendo
una vieja canción judía
de la que no puedo olvidarme
será el silencio
una vieja canción judía
será el último silencio
desde el fondo del sueño
del hombre naciendo del simple sueño
de la agitación y del caos
naciendo el simple hombre
de la muerte del amo
naciendo el hondo hombre
naciendo desde la blanca luz
la anhelada muerte del amo
creo
en el movimiento y en sus resultados
en lo inevitable
en la muerte
y en el triunfo
en lo posible
y en los buenos propósitos
en el odio
que pasa borrando los labios del amo
en la ley del desarrollo de la naturaleza y del hombre
en el azar y en el pensamiento
en la vida y en los
puentecitos solitarios
porque estoy hecho de vuelos
de rastros de pisadas
del trapo que cosía mi madre proletaria
y mi alma sólo existe por la organización de mi cuerpo
creo en la materia
y en las multitudes
que hicieron
el papel y el lápiz
con que escribo mis poemas
venir llegando
encontrar
esperar
el ruido
la distancia
la distancia del cuándo
la sombra de venir llegando
la noticia el color el agua el giro de las cosas
las cosas que vienen creciendo
amontonando
con sus formas sus movimientos
sus espacios para tan poca cosa sus grandes espacios
para estar para dejarse estar para no dejarse para atar
para no sufrir por lo menos para no estar en silencio y seguir
seguir yendo a dónde
porque retorno porque vuelvo porque giro porque grito
porque tampoco grito
porque empiezo a estar dónde empiezo a estar
a salir por donde nada sale dónde nada sale
comienzo a decir
a tomar a crecer
a sentirme cómo a sentirme
a sentir que algo empieza así
tan
sencillamente
y de pronto
soy un animal pura naturaleza
gruño gimo resoplo
araño la tierra y retrocedo
para dar el embate final
defiendo a las hembras
al rebaño
a la vida y a la muerte
a la procreación
raspo la tierra con mis patas delanteras
el aire se alarga
se arruga
hundo la tierra
araño rasgo voy a saltar
miro a la muerte
son puras intuiciones
de animal con el cuero cortando
golpeado clavado
en la mitad del día
en la mitad de la medianoche
en la mitad de la tortura
en la mitad del cansancio de la tortura
en el celo
en la ausencia
miro de lejos
me voy arrimando
al látigo al garrote a las cadenas
abro la boca para morder para clavar mis colmillos y vomitar
mi saliva y mis odios desvestidos
me van llevando hasta donde termina la vida
aquí en el brocal de la pileta
comienza la nada vomito y lucho
por todo la procreación el rebaño la hembra
soy un toro acosado un caballo del surugjabalí oscuro
[ los animales de los cuentos
herido mortificado olvidado
resoplo y voy a saltar
los muros de las prisiones del mundo
aquí está el campo de batalla
la muerte deberá comenzar su tarea al este
al norte están las copas de triunfo
al sur trago al aire
he revisado vereda por vereda si están en su sitio
los hierros
el algodón
y los animales
al oeste
la soledad está alineada
y la inteligencia con sus ampollas
y los compañeros
¡vivan los compañeros!
cierran los puños
con sus bolsillos rotos en las primeras horas
enfrente
unas enormes máquinas consumen voltios
brazos
abortos
resinas
ácidos
el poroto de la cena
buena suerte antes de morir peleando descansa compañero
con todas tus ganas de buen proletario
mira como está clareando al oeste donde muere la muerte
hoy habrás de pelear serás la muchedumbre
dejarás tu sangre y tus hijos
serás inmensamente libre
y te odiarán los borrachos de whisky
defiende tu corazón de hombre bueno
salva tu derecho
a tener
una maravilla
habrá que cruzar el campo extenso esta noche
encender linternas de barcos
preparar avíos
secarse la frente
cruzar
quiere decir abandonar un punto de salida
puede ser una aldea con su pueblo
puede ser una habitación
una cama íntima
una compañera
una hija
cruzar esta noche puntualmente
quiere decir
estar llegando a un punto final
un destino
puede ser un puerto con marineros borrachos y
música de acordeones
puede ser una mañana bien temprana
una esperanza antigua
un compañero
que viene cruzando el alba
te alejas de tu casa amontonando días sobre otros
y regresas
con tu misma figura
y tus preocupaciones
¿sirve el tiempo que se mide con tus brazos?
¿sirve el tiempo de las aves
que habrás de medir con tus años
cubiertos de carbón
y con los minutos de tu vida
marcados en tarjetas de asistencia?
¿a quién sirve tu pieza con su palangana y su mesita de luz
frente a la estación del ferrocarril
con su paisaje de madrugadas siemprevivas
y su cantito olvidado descuidadamente
por algún vagabundo?
¿a quién sirven tus sueños
colgados detrás de la puerta en una percha vieja?
no bastarán sirenas ni salarios para doblegarte
acércate a las comisas del alba y contempla
el fuego que avanza
mientras huyen los pájaros
baila con tu música estruendosa al compás de las matrices
que funden años y años enhebrados de manos y venas de acero
rompe y modela y martilla tu embravecida mar de nafta y cemento
y contempla tu creación
y salvarás tu canto para siempre
el viento vino por la luna
y se fueron juntos
para armar el panal de las abejas
el Dios del jabalí
puso los caminitos de barro
le echó un poco de sal a los barreros
y mandó a sus hijos arqueros
a cazar el chancho y el ciervo
la lluvia y el frió
juntaron pajas
tierra bien pisada
y un lugar alto para el tapyî
enfrentando al viento
Ñanderuvusu pensó en las hormigas y el oso hormiguero
en el aleteo de las alas y en los pájaros
en el ykua y en el mandil travieso
y creo el ybyguazu al mismo tiempo que a los hombres
la siembra y el rozado
los cuentos que rodean las fogatas del invierno
la mano con la mano el hijo con la madre el arco y el cesto
todos se juntaron y el tekoha floreció como el tajy y el cocotero
un día llegó un jaguareté cervecero
y con sus garras de lata de cerveza
se comió todo
el ybyguazu
el tekoha
el tapyî
y hasta al oso hormiguero
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