domingo, 16 de febrero de 2014

JULES LAFORGUE [10.998]


Jules Laforgue 

(Montevideo, 16 de agosto de 1860 – París, 20 de agosto de 1887) fue un crítico y poeta simbolista francés nacido en Uruguay.
Jules Laforgue nació en Montevideo, Uruguay, en 1860. Su padre, Charles Laforgue, era un ex-profesor de letras que pasó a trabajar en el Banco Duplessis de Montevideo, y su madre, Pauline Lacolley (nacida en El Havre), era hija de un comerciante de calzado normando afincado en Uruguay. Jules tenía también ascendencia bretona y se identificaba como un bretón nacido en los trópicos. La familia se traslada pronto de Montevideo a Tarbes, en el sur de Francia, localidad natal del padre.
Jules ingresa en el liceo de esta ciudad en 1869. Después, en 1876, los Laforgue se trasladan a París. Jules estudia en el liceo "Fontanes", fracasando en el bachillerato debido a su gran timidez en los exámenes orales.
En 1879 publica sus primeros poemas en las revistas L´Enfer y La guepe. Conoce a Gustave Kahn y a Charles Henry, y en 1880 al que sería gran amigo suyo, el escritor Paul Bourget, que orientará su carrera literaria.
En 1881 escribe la novela breve Stéphane Vassiliew (sólo publicada en 1943). Visita con frecuencia el Louvre y se pasa el día de biblioteca en biblioteca. Sigue los cursos de Hippolyte Taine en la escuela de Bellas Artes. Es nombrado lector de francés de la emperatriz de Alemania, Augusta, esposa de Guillermo I. Viaja a Coblenza y Berlín. En 1882 sigue a la emperatriz por toda Alemania. Escribe artículos en diversas revistas. Comienza a escribir los primeros poemas de Los lamentos, que publicará a su costa en 1885. Título original: Les complaintes.
En 1886 viaja a la tierra de Hamlet, Dinamarca, y trabaja en Las flores de buena voluntad (Des fleurs de bonne volonté). Publica el poema dramático Le concile feérique. Contrae matrimonio con la inglesa Leah Lee en Londres. El matrimonio se instala en París al año siguiente, 1887. Publica en Le Figaro y en la Revue Independante. El matrimonio atraviesa por graves apuros económicos y el poeta enferma gravemente de tuberculosis. Muere el 20 de agosto, recién cumplidos los 27 años.

La poesía de Jules Laforgue

Practicó un simbolismo irónico de gran originalidad y fue el introductor, junto a Rimbaud, del verso libre en Francia. Su impacto fue grande entre los surrealistas y entre los poetas ingleses del siglo XX, con T. S. Eliot a la cabeza.
Laforgue es poeta “raro” en su tiempo. Se le clasificó entre los decadentes, grupo muy interesado en el pesimismo filosófico de Arthur Schopenhauer. A través del filósofo alemán, Laforgue pasará a empaparse de orientalismo budista. También se vio muy influido por el romántico alemán Heine y por su profesor, el historiador Taine, con quien llegará a polemizar.
Todos estos elementos contribuirán a un discurso poco o nada canónico. Laforgue huye siempre de la coherencia y la univocidad. Su obsesión con la muerte y el aburrimiento (el spleen de Baudelaire) le conducirá a insólitos experimentos lingüísticos en los que mezcla la ironía con la frase corriente y coloquial, incluso el balbuceo, la pausa discontinua. Toda su poesía, además, se halla repleta de exclamaciones e interjecciones, lo que se traduce en un ritmo entrecortado e intimista de gran fuerza.
Sus imágenes y metáforas son igualmente extravagantes. Saltan a sus versículos constante y transfiguradamente la luna, el sol, los domingos (elaboró una serie completa de poemas con ese título: el simbolismo del dolce, o no tanto, far niente), a la vez que las letanías e invocaciones marianas. Y todo ello, como decimos, impregnado de un sutil retintín autoparódico, extraño en su época, pero que luego sería muy apreciado e imitado entre los poetas y novelistas del siglo XX.

Obras

Poesía

Les Complaintes (1885)
L’Imitation de Notre-Dame de la Lune (1886)
Le Concile féerique (1886)

Publicaciones póstumas

Des Fleurs de bonne volonté (1890)
Derniers Vers de Laforgue (1890) (publicado por su amigo Félix Fénéon)
Le Sanglot de la terre (1901)
Premiers poèmes (1903)
Traducción
Feuilles d’herbe (Hojas de hierba, de Walt Whitman)
Cuentos en prosa
Les Moralités légendaires (1887)
Varios
Berlin, la cour et la ville (1922)
Stéphane Vassiliew (1943)




Cantilena del pobre joven 

Cuando a su casa volvió ese joven,
Cuando a su casa volvió ese joven,
Tomó en sus manos su viejo cráneo,
Que era de ciencia pozo muy noble 
¿Oh cráneo,
Mi rico cráneo, 
A la locura no oyes acaso?
¡Ya en nuestra puerta pide el cordón.
Digue dondene, digue dondene,
Ya en nuestra puerta pide el cordón
Digue dondene, digue dondón!

¡Cuando a su casa volvió ese joven,
Cuando a su casa volvió ese joven,
Escuchó cerca muy tristes gamas.
Llanto de un piano en la oscura noche! 
¡Gamas
Antiguas gamas,
Con ella antaño, yo os ensayaba!
¡Pero el marido se hizo gruñón,
Digue dondene, digue dondene,
Pero el marido se hizo gruñón,
Digue dondene, digue dondón!

¡Cuando a su casa volvió ese joven,
Cuando a su casa volvió ese joven,
Oliscar quiso su propia alma,
Que era un fermento de sinsabores!
¡Alma,
Mi hermosa alma,
Su aceite es sucio para tu llama!
¡Qué noche negra, cuánta ilusión,
Digue dondene, digue dondene,
Qué noche negra, cuánta ilusión.
Digue dondene, digue dondón!

¡Cuando a su casa volvió ese joven,
Cuando a su casa volvió ese joven,
Con gran asombro vio que su esposa
Se había mudado sin él, su hombre! 
¡Señora,
Nuestra Señora,
Ni una palabra diré injuriosa!
¡Mas tú pudiste dejar carbón,
Digue dondene, digue dondene,
Mas tú pudiste dejar carbón,
Digue dondene, digue dondón!

¡Luego ese joven tan desdichado,
Luego ese joven tan desdichado,
Preparó presto una fina hoja
Que, con estuche, le regalaron!
¡Hoja,
Muy fina hoja,
Sé algo más recta que las esposas!
¡Y vos, mi Dios, perdón, perdón,
Digue dondene, digue dondene,
Y vos, mi Dios, perdón, perdón,
Digue dondene, digue dondón!

Cuando llegaron para entrerrarle,
Cuando llegaron para entrerrarle,
Vieron que tuvo una hermosa alma,
De esas que hoy día ya no se hacen.
¡Alma,
Descansa, oh hermosa alma!
¡Larga es la muerte, sin conclusión,
Digue dondene, digue dondene,
Larga es la muerte, sin conclusión,
Digue dondene, digue dondón!

Traducción de ÁNGEL JOSÉ BATTISTESSA




Complainte du pauvre jeune homme

Sur l'air populaire :
« Quand le bonhomm' revint du bois.»

Quand ce jeune homm' rentra chez lui,
Quand ce jeune homm' rentra chez lui;
Il prit à deux mains son vieux crâne,
Qui de science était un puits!
Crâne
Riche crâne,
Entends-tu la Folie qui plane ?
Et qui demande le cordon,
Digue dondaine, digue dondaine,
Et qui demande le cordon,
Digue dondaine, digue dondon!
Quand ce jeune homm' rentra chez lui,
Quand ce jeune homm' rentra chez lui;
Il entendit de tristes gammes,
Qu'un piano pleurait dans la nuit!
Gammes,
Vieilles gammes,
Ensemble, enfants, nous vous cherchâmes!
Son mari m'a fermé sa maison,
Digue dondaine, digue dondaine,
Son mari m'a fermé sa maison,
Digue dondaine, digue dondon!

Son mari m'a fermé sa maison,
Digue dondaine, digue dondon!
Quand ce jeune homm' rentra chez lui,
Quand ce jeune homm' rentra chez lui;
Il mit le nez dans sa belle âme,
Où fermentaient des tas d'ennuis!
Âme,
Ma belle âme,
Leur huile est trop sal' pour ta flamme!
Puis, nuit partout! lors, à quoi bon?
Digue dondaine, digue dondaine,
Puis, nuit partout! lors, à quoi bon?
Digue dondaine, digue dondon!

Quand ce jeune homm' rentra chez lui,
Quand ce jeune homm' rentra chez lui;
Il vit que sa charmante femme,
Avait déménagé sans lui!
Dame,
Notre-Dame,
Je n'aurai pas un mot de blâme!
Mais t'aurais pu m'laisser l'charbon  
Digue dondaine, digue dondaine,
Mais t'aurais pu m'laisser l'charbon,
Digue dondaine, digue dondon!

Lors, ce jeune homme aux tels ennuis,
Lors, ce jeune homme aux tels ennuis;
Alla décrocher une lame,
Qu'on lui avait fait cadeau avec l’étui!
Lame,
Fine lame,
Soyez plus droite que la femme!
Et vous, mon Dieu, pardon! pardon!
Digue dondaine, digue dondaine,
Et vous, mon Dieu, pardon! pardon!
Digue dondaine, digue dondon!

Quand les croq'morts vinrent chez lui,
Quand les croq'morts vinrent chez lui;
Ils virent qu'c'était un'belle âme,
Comme on n'en fait plus aujourd'hui!
Âme,
Dors, belle âme!
Quand on est mort c'est pour de bon,
Digue dondaine, digue dondaine,
Quand on est mort c'est pour de bon,
Digue dondaine, digue dondon!







m e m e n t o

A Jean Richepin, autor de Hermano, hay que vivir.
Hermano, hay que morir.

De la Eternidad a la Eternidad,
el torbellino del mundo que enmaraña,
universal, callado, lo errante,
acribilla con oasis de oro la negrura infinita.

Por todas partes soles de bochorno, ceremoniosos
giran irradiando sus fértiles efluvios
para volver luego, extintos, a la honda tiniebla.
Y una sonrisa materna preside esa calma.

Pero aquí... aquí... peregrino solitario
por ese vacío sin ecos siempre abierto,
un globo helado agoniza. ¡Eres tú, Tierra!

Ahora, en esta soledad, en esta sombría nada,
sin ningún testigo que sueñe en los azules abismos,
disuélvete, roca sublime, en cenizas anónimas.

© Adolfo García Ortega
La palabra ajena (Antología privada de poetas extranjeros)
Descargado de www.adolfogarciaortega.com







r e s i g n a c i ó n

Como necio parásito de un planeta oscuro,
en la infinidad sonora de clamores eternos,
aquí, lugar cualquiera, he nacido y vivo,
y sólo es mi deseo que se sepa y se detenga todo.

Que por un grito perdido en la tormenta
los océanos callen de pronto el aullido de sus olas,
que por traer flores a mi tumbra
los soles en masa dejen su Verbena.

¡Pobre corazón ingenuo! Rómpete, no eres nada.
Muchos otros murieron con ansias iguales
y la tierra siguió en su silencio.

Todo es duro, descorazonado, superior a ti.
Sufre, ama, espera siempre y baila
sin nunca exigir ese Porqué universal.


© Adolfo García Ortega
La palabra ajena (Antología privada de poetas extranjeros)
Descargado de www.adolfogarciaortega.com

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