sábado, 22 de febrero de 2014

MATILDE CAMPILHO [11.048]










Matilde Campilho 

Poeta portuguesa, nació en Lisboa en 1982, y reside en Río de Janeiro. 


PRÍNCIPE EN LA ROSALEDA 

Escuchá
esto es un poema
no habla de amor
ni de bufandas
azules sobre los hombros
del cantante que suspende
los talones
en la berma del peñasco
No habla del rólex
ni de la bandera
de la federación uruguaya
de esgrima
No habla del lago drenado
en el bosque americano
No dice nada sobre
la confitería hedionda
que recibe a los noctívagos
para desayunar
cuando ya amaneció
Esto es un poema
no habla de conmociones
en la misa de las siete
ni habla del porcentaje
de mujeres que se espantan
con la imagen del marido
recortándose la barba en el ocaso
No habla de tractores rotos
en el bosque americano
no habla de la idea de norte
en la ciudad de los revolucionarios
No habla de llanto
no habla de vírgenes confusas
no habla de publicistas
de codos gastados
ni de manadas de ciervos
Escuchá bien
esto es un poema
no va a alinear conceptos
del tipo libertad igualdad y fe
No va a arreglarle el pelo
a la chica que trabaja
con ahínco en la caja registradora
del supermercado
No va a mejorar
No va a mejorar
esto es un poema
escuchá
no habla de amor
no habla de santos
no habla de Dios
y tampoco habla del labrador
que dedicó 38 años
a descubrir una visión
casi mística
del hombre que canta
y atraviesa
la ruta nacional 117
para llegar a casa
o a algún lugar
cerca de casa

Traducido por Aníbal Cristobo 


HOY ES EL DÍA DE SAN AGUSTÍN… 

Hoy es el día de San Agustín. De ese Agustín a secas, obispo y doctor de la Iglesia, nacido unos quinientos años después de Cristo. Hoy alguien escribió algo sobre los corazones de piedra y sobre la promesa que rodea la rendición. Creo que rendición quiere decir renunciamiento al corazón de piedra. Cuando éramos chicos, la bondad parecía el gesto más natural y más sencillo del mundo, el movimiento perpetuo: ahora casi todo presupone alguna rendición.

Hoy es el día de San Agustín, y en aquella corta temporada que pasamos en África (tendríamos unos diecinueve años, no me acuerdo bien), todas las tardes repetía la frase del santo. Hasta el infinito solar. En esa época, el corazón de piedra era tan sólo una escultura abandonada en el sertón, un pedazo de tierra seca amasada que alguien había abandonado en el pasto, el modesto diseño de las termitas. Modesto, y no por eso menos fascinante. La construcción de doce metros erigida por esos bichos mínimos sólo hallaba rival en las cagadas de los elefantes, imaginate la ironía. ¡Torres de doce metros! Campanarios de arcilla, corazones naturales de tierra seca que eran como la imagen de nuestro cuerpo futuro. Agustín que siempre cuchicheaba el amor por los agujeritos de la construcción, Agustín que aparecía en los cabellos del Rey, Agustín en los chasquidos de la lengua makua, Nsina na Titi, Na Mwana, Na Munepa, amén. Agustín al volante de la furgoneta por los baches de la ruta resquebrajada, y muchas veces Agustín en bicicleta a la salida de los tablados del capín. Ésa fue mi historia con A. en África. Más tarde apareció en los corredores de la biblioteca, sobresaliendo mansamente del estante 27. Me hizo caer de aquella moto roja, la noche en la que casi muero de celos y rencor. Agustín fue también quien me pagó el pasaje del subte cuando volví a la ciudad donde tomé cerveza tras cerveza con el diablo. Paseé por los callejones del barrio de Josefov, y llegué hasta las tumbas cubiertas de nieve, y aun así no vi a los hijos de Jerusalén que me cruzaba por las calles.  Mi corazón entonces ya era un bloque, y las edificaciones de las termitas, cosa del pasado. Compré mi primer cuadro en un bar de por ahí, cerca del cementerio (era una vuelta al mundo en un parque de atracciones), y a la salida, al fijarme la temperatura en el termómetro de la calle, decidí que a partir de ese momento todos mis amuletos serían renovables. Así es como los chicos se apasionan por el arte. Resignados al continuo proceso de falsedades que nos acompaña toda la vida. Agustín no dijo nada. La primera suite de Bach hizo las veces de la voz del santo, así como de todos los sonidos del mundo: desde el crepitar de la fogata donde se cocía el pan en la cueva de Trás-os-Montes, hasta el ruidito de la lima que rozaba las uñas de esa chica en la favela. El violonchelo arrasó con todo, y ése era mi nuevo amuleto. Después vinieron la canción de Gal, el caracol de Leblon, el pañuelo rojo, el pedazo de granito, la ballena de marfil, etc. Todo refugio material encuentra la manera de volver a renovarse.

Pasó mucho tiempo, aunque no soy muy hábil para medir su paso. Pasaron siete veranos o más, llegó el carnaval, algunos cumpleaños ovillados en la panza de un globo aerostático, llegaron fiestas nuevas y entre ellas un par de Janucás. Llegaron unas cuantas navidades al tablero de mi juego de la gloria estelar. Y cuarenta silencios.  Hasta que, de repente, una Navidad cualquiera, mi ex me llamó para decirme que en el papelito del regalo me había tocado el nombre de un santo. Fue el mejor homenaje a un amor muerto: en cada Navidad que pasábamos juntos, yo recibía de regalo un santo y un chocolate. Todo envuelto en las flores pardas de la pasión. Traer eso a colación de forma extemporánea me pareció valiente y, sobre todo, muy justo. No comí el chocolate porque todo el mundo sabe lo indigesto que es, pero confieso que guardé el papelito. Sólo el papelito, no la inscripción: nunca olvidé por tanto tiempo el nombre de alguien, y en especial de un santo. Nunca callé por tanto tiempo las palabras naturales. Pero hoy, sin previo aviso, el Verano me despertó con dos frases: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor”. Hoy, hoy no es el día de Sebastián, ni el de Tomás, ni el de Jorge ni el de las vueltas al mundo. Hoy, que es el día de San Agustín, en mi ventana inaugural apareció la torre de las termitas de quince metros. Y de la cima del palacio de tierra un soldado gritaba: “Señor, Arráncame El Corazón De Piedra”.

Traducido por EZEQUIEL ZAIDENWERG



TWO-LANE BLACKTOP

Aprenderé a amar las casas
cuando entienda que las casas son hechas de gente
que fue hecha por gente
y que contienen en sí la posibilidad
de hacer gente.



VELERO

Querido: las palmeras brillan más que el oro. Walter Benjamin tenía razón sobre los círculos – cuanto más se dan vueltas en el amor, más se expande el amor. La filosofía es una matemática muy esclarecedora y cualquier día incluso va a salvar el mundo. Querido, cuatrocientos años después y tú y yo todavía somos una especie de Ferris Bueller’s Day Off. Oh, ¿viste los coros de niños en la avenida? La alegría es un carro de bomberos completamente adornado de plumas y caballos salvajes atravesando todo. La libertad se hace entera debajo de la palabra, entre un músico Tang y un jarrón de Oaxaca. Los continentes se aproximan dulcemente y, como tú me explicaste, el europeo salvaje aún va a pronunciar su esplendor. Creo mucho en aquello que nadie más espera, principalmente después que me topé de frente con el dorso de la ballena solitaria. Todo canto tiene un tono, y la mayoría de los mamíferos se agrupan por el reconocimiento de una musicalidad común. Sí, el fadista va a escoger al fadista, y las manadas de ballenas acostumbran emitir su sonido de cerca de 20 Hertz por océanos infinitos. En comunión. Pero sucede que en 1989 alguien descubrió una ballena que canta solitaria a 52 Hertz – sin primos, sin hermanos, sin mejor amigo, sin isla en la cual hacer un pit stop. Nadie vocaliza en su frecuencia, ningún oído escucha sus 52 puntos. Hay milagros. Después del surgimiento de la ballena solitaria, después de los círculos de Benjamin, después del desdoblamiento del poema XIX, después de la canica de Seymour Glass girando en el dedo del jugador de baloncesto, dime, ¿cómo no creer en el brillo natural que diariamente resplandece en el interior de la tierra? Querido, tu rostro de espanto ante el helado de fresa en una tarde de domingo es la maniobra que pule la piel del planeta. Queridito, estamos invirtiendo la profecía de Eliot. Estamos curando el resfriado de Madame Sosostris, y esto va a dar mucha alegría incluso mucha ciertamente. Sea como sea, fuese por lo que fuese, seguimos usando el collar de perlas que está hecho con los ojos del marinero fenicio. En este depender del amor, más allá de la pasión y más allá del deseo: nadie más se ahogará.

(Traducción de Alejandro Rodríguez Morales)


NOTICIAS BOSQUEJADAS EN LA ORILLA DE LA CALLE

No soy de llanto fácil a no ser cuando descubro cualquier cosa muy interesante sobre el ácido desoxirribonucleico. O cuando hallo una carta que hable sobre el descubrimiento de un nuevo modelo para la estructura del ácido desoxirribonucleico, una carta que termine con «Mucho amor, Papi». Francis Crick halló el diseño del ADN y le escribió a su hijo sólo para decirle que «nuestra estructura es muy bonita». Estructura, fue lo que él dijo. Antes de despedirse, aún dijo: «Cuando llegues a casa voy a mostrarte el modelo». Eso. No olvides los dos cartones de leche, ahora pasa a comprar el pan, guarda el resto del dinero para tus caramelos, y cuando llegues te muestro el mecanismo copiador básico a partir del cual la vida viene de la vida. No soy de llanto fácil pero un compuesto orgánico cuyas moléculas contienen las instrucciones genéticas que coordinan el desenvolvimiento y el funcionamiento de todos los seres vivos me conmueve. Los cromosomas me animan, los ribosomas me espantan. La división celular no me deja dormir, y mira que yo vivo bien en el medio de la montaña. De vez en cuando veo pasar los aviones, pero eso nunca ocurre de madrugada – la noche se reserva toda para el silencio infinito. Algunas veces, durante la contemplación de las estrellas, pienso en los santos que protegen a los pilotos. Amelia Earhart dijo que no se casaría a no ser que fuese acordada una lista de condiciones y esas condiciones implicaban la posible fuga en cualquier momento: «I cannot guarantee to endure at all times the confinements of even an attractive cage». Ve pajarillo. Supe de una canción cuyo estribillo decía I Would Die For You, me quedé pensando que más de la mitad de las canciones del mundo dicen eso pero yo nunca entendí eso. Negocio de amor y muerte, credo. Allá en la escuela enseñaban que el amor son siete vidas multiplicadas, entonces creo que el amor es lo contrario del fin. Ya lo sé, el mundo está cambiando tanto. No soy de llanto fácil a no ser cuando pienso en determinados milagros que todavía no ocurrieron. Mi equipo ganó por tres a dos. El mayor banco norteamericano se equivocó, y se equivocó por muchos millones. Nadie habló del aniversario de Superman, y eso también cuenta como equivocación. Faltan seis días para la primavera, están haciendo un censo comunitario en la aldea más cercana. Creo que está llegando la hora del sosiego, y que mucha alegría va a aparecer por ahí. Creo que una palmera es mucho más bonita que una carabina, pero no sé si viene al caso. Ninguna palabra quiere herir a otras palabras: ni desoxirribonucleico, ni montaña, ni canción. Todos esos conceptos tienen sus sinónimos simplificados, mira tan sólo, ácido desoxirribonucleico y ADN son exactamente la misma cosa, y el resto de las palabras búscalas tú. Todo es una cuestión de amor y prisma, por favor no precipites los cañones. Cuando Amelia murió continuaba casada con Putnam – sospecho que ella debe haber visto rostros increíbles en las estrellas. Qué cosa más linda ese ácido despeinado, caramba. Miré con más atención el diseño de la estructura y lo descubrí: la raza humana es toda brillo.


(Traducción de Alejandro Rodríguez Morales)


POEMAS DE MATILDE CAMPILHO 

Príncipe no roseiral 

Escute lá 
isto é um poema 
não fala de amor 
não fala de cachecóis 
azuis sobre os ombros 
do cantor que suspende 
os calcanhares 
na berma do rochedo 
Não fala do rolex 
nem da bandeirola 
da federação uruguaia 
de esgrima 
Não fala do lago drenado 
na floresta americana 
Não diz nada sobre 
a confeitaria fedorenta 
que recebe os notívagos 
para o café da manhã 
quando o dia já virou 
Isto é um poema 
não fala de comoções 
na missa das sete 
nem fala da percentagem 
de mulheres que se espantam 
com a imagem do marido 
aparando a barba no ocaso 
Não fala de tratores quebrados 
na floresta americana 
não fala da ideia de norte 
na cidade dos revolucionários 
Não fala de choro 
não fala de virgens confusas 
não fala de publicitários 
de cotovelos gastos 
nem de manadas de cervos 
Escute só 
isto é um poema 
não vai alinhar conceitos 
do tipo liberdade igualdade e fé 
Não vai ajeitar o cabelo 
da menina que trabalha 
com afinco na caixa registadora 
do supermercado 
Não vai melhorar 
Não vai melhorar 
isto é um poema 
escute só 
não fala de amor 
não fala de santos 
não fala de Deus 
e nem fala do lavrador 
que dedicou 38 anos 
a descobrir uma visão 
quase mística 
do homem que canta 
e atravessa 
a estrada nacional 117 
para chegar a casa 
ou a algum lugar 
próximo de casa. 


Época da colheita de lã 

Faz hoje um ano e meio que inundaram o canal de Danesdale para dar passagem à procissão dos castores. Ainda estou sem saber como é que se faz um poema mas pelo menos já sei dobrar a roupa. Tenho-me recusado a falar sobre aquelas coisas habituais, como o coração de Deus, a corrida dos gaiatos, a visão macroscópica que incide sobre a dobra dos calções do atleta, o cílio do peixe preto que todos os dias roça o peito do mergulhador das manhãs, o resultado da partida de baseball no Connecticut ou a forma mais correcta de escrever baseball. Acho que o esporte é uma coisa reconfortante porque se realiza sempre sobre um solo fértil e também porque o posso abandonar a qualquer instante ou voltar a ele em qualquer instante. Fred ainda está vivo, ainda limpa o balcão do bar com o pano encardido e sei que sempre que regressar à cidade posso entrar no bar, sentar-me ao balcão e perguntar-lhe sobre a performance de Hank Aaron. Fred sabe tudo sobre o voo. Descobri inúmeros elementos transformadores da vontade, mas também não vou distender-me aqui em palavrões ou frases demasiado compostas só para encontrar um sentido no decorrer da sentença. O melhor pianista do país morreu esta tarde e tinha os cabelos iluminados de fogo. Sônia diz que ele fazia lembrar erupções de querubins no asfalto, Eric não para de chorar. A amendoeira do canal foi rasgada a canivete mas o desenho gravado não é de todo a tatuagem mais feia do mundo. Etc. Etc. Etc.


Badland 

Não sei se sou homem 
já não sei se sou 
homem 
se sou besta 
se tenho olhos azuis 
ou mesmo se visto 
camisa azul. 
Também já não sei 
se seguro um toco 
meio ardido, aqui sentado 
na esplanada desta cidade 
cujo nome é Tavizkam. 
Não sei se sobre meu ventre 
foi depositada uma concha, há uns 
1000 dias atrás. 
Não sei se sou automático, se devo 
trabalhar, pagar o revólver a prestações, 
fazer remo, correr na calçada, usar 
camisa esquadrinhada, escrever em 
cedro esquadrinhado. Eu não sei 
se possuo uma barca, se possuo 
ossos que podem apodrecer 
a qualquer hora. Eu não sei os nomes 
dos poetas todos mas sei que os poetas 
todos são os novos roqueiros. Eu não 
sei, só sei que antes julguei que 
os poetas eram escavadores. 

Aquele amor 
aquele que eu pensei 
que se despedaçaria como 
um meteorito no Minnesota 
(uma coisa assim 
estrondosa abusiva 
gritante maravilhosa 
estilhaço prolongado 
cheio de uivos) 
afinal caiu silencioso 
como um aviãozinho de papel 
passeando em Itaparica 
em dia da apanha dos morangos. 

Não sei se sou homem, 
se sou mulher. Mas este 
é o caminho do estio 
e por perto passam os bois. 


Explicação do sopro 

Século XXI. Certos homens se fecham em quartos de hotel porque nos lugares anônimos é muito possível ficar encostado numa parede branca vendo a água correr no chão do chuveiro. Dois rapazinhos pegam as bicicletas e pedalam quatrocentos e vinte quilômetros até achar a costa. Ao alcançá-la, tiram suas roupas e não mergulham: só encostam a zona lombar na areia e repetem até ao infinito a ladainha da tabuada do sete. Um bombeiro termina seu turno de vinte e quatro horas e entra no boteco junto à estátua de São Tarso. Pede um conjunto de sete pães de queijo e nos espaços entre cada um dos pães ele fica procurando um pedaço da túnica de Deus. O motorista do ônibus sabe perfeitamente que dentro da mala da senhora de rosto limpo tem uma caixa de jóias que contém uma caixa de medicamentos que contém uma caixa de anel que contém uma bala. O tocador de kalimba está muito consciente de que hoje o mantra nasce da mistura de um cântico de procissão com o latir do cachorro, e está consciente também de que todo o desenho acha sua acústica perfeita nas pequenas eremitas. Aquele que pinta a natureza, o ladrão de ossos, sabe que deve empreender seu trabalho em posição horizontal, de corpo muito junto ao chão. E se por acaso o observarmos no processo por mais de oito minutos, podemos reparar que sua caixa torácica constantemente toca a tela, sempre na mesma cadência. Porque ele, herdeiro de todos os impressores e selvagens, sabe que só tem uma forma de desenhar as flores: na terra. A moça de vinte e sete anos ainda está sentada ao toucador, de frente para o próprio rosto, absolutamente indecisa sobre qual dos objetos escolher. Entre o baton alaranjado, a carabina calibre 12, o pó de arroz eo crucifixo em miniatura vai uma distância de dois passos a galope.


Fur 

com cara de Whitman 
foi assim que você pensou que eu viria ao mundo 
foi assim que que você me viu na floresta 
foi assim que você me viu pendurado no poste elétrico 
sempre pendurado num ramo qualquer, sempre usando 
o verão. 
você se lembra daquele verão no Brooklin 
em que ficámos perseguindo os bombeiros 
durante todo o dia apenas para ver 
uma vez e depois outra vez 
o leque aquático que se abria sobre o fogo? 
você citava poetas húngaros mas nesse tempo 
eu só queria saber de inventar uma língua 
que não existisse. 
você se lembra do concierge que nos recebia 
na pensão do Brooklin como se nunca 
nos houvesse visto antes? 
e não havia semana que passasse 
em que nós não dormíssemos 
pelo menos uma madrugada 
na pensão do Brooklin. 
me lembro dos dólares amassados 
que eu semanalmente tirava do bolso 
para pagar a Doug 
eu sabia o nome de Doug 
o Doug nos tratava disfarçadamente 
por menina e menino. 
você falava que os dólares vinham 
sempre com uma forma diferente 
eu adoro como você consegue tirar um coelho do bolso 
eu adoro como você consegue tirar uma lâmpada do bolso 
eu adoro como você consegue tirar a Beretta 92fs do bolso 

foi assim que você pensou que eu ficaria 
no mundo 
com corpo de besta vestida 
usando um lápis pousado na orelha 

foi assim que você me viu 
pedindo três ovos para Miss Elsie 
a senhora da mercearia na Court Street 
ela me deu oito ovos 
porque ela sempre dava alguma coisa 
ela me achava uma graça e ela não acreditava 
em números ímpares. eu também não. 
me lembro de você na mercearia 
do Brooklyn 

você costumava ficar lá atrás 
brincando na secção das ferramentas. 
se eu tivesse mais do que um coelho, 
uma lâmpada ou uma pistola 
eu teria te comprado um Black n' Decker 
eu acho que você seria a pessoa mais feliz da ilha 
com um Black n' Decker enfiado no cinto. 

foi assim que você pensou que eu ficaria no mundo, 
usando flores em meu cabelo negro, 
sempre escondidas no emaranhado dos cachos 
sempre escondidas no emaranhado do caos 
de minha cabeça negra. 

só você sabia quantas flores eu usava 
porque agora eu já sei 
que você dedicava as noites 
à contagem. Deus não dorme 
e você também não. 

(publicado originalmente na página "Risco", do Jornal O Globo ) 


Obituário de J. Anderson Pritt, pela mão da viúva 

um pedaço de aço? 
- vai lá e rouba. 
a entrada da barcaça no Ganges? 
- vai lá e rouba. 
os dentes do jaguar japonês? 
- vai lá e rouba. 
corações? pele, pelo, retina? 
- vai lá e rouba. 
o efeito supralunar de janeiro? 
- vai lá e leva. 
a receita mágica do refrigerante ou 
o mecanismo do relógio de corda? 
- vai lá e rouba. 
a hora do despertar do monge? 
- vai e usa. 
anel de ouro? 
- todo seu. 
setenta e oito braçadas do salmão 
que agora já sabe onde é a foz? 
- vai lá e rouba. 
a canção tradicional da ilha 
entalada entre meridianos? 
- vai lá e rouba. 
o farolim do carro armado? 
- leva, para o que der e vier. 
o desenho fosforescente suspenso 
na parede colombiana? 
- vai lá e toma. 
o fantoche que João o carpinteiro 
levou anos para esculpir? 
- vai lá e rouba. 
constelações desmanteladas 
fora da orbita terrestre? 
- vai lá e abusa. 
a cautela previsivelmente 
vencedora, loteria de Natal? 
- vai lá e rouba. 
pulseira de palha do discípulo 
natural? 
- vai lá e rouba. 

Morreu sozinho e pobre 
raspando farpa por farpa 
a lasca presa no coração 
de Dimas, o santo a quem 
no céu chamaram Rakh. 


Piscinão blue 

the real reason why we never jumped into the pool was 
well freddy never was a good jumper betty never was a 
good sport aunt amy always talked about tea pots and 
tea plates and spoons and her lost loving pomegranates 
and dad kept drawing leopards on every wall of our house 
please don't ask about mom or mom's dress made of flowers 
made of silk made of every shade of desmond's fears 
little timmy sang a song about our only friend kazakalim 
whose skin was dark whose blood was dim whose chest 
was shiny as the wooded flute that father used to clean 
every morning every midday every night and every dawn 
as mother danced around the oak tree which surely did 
contain a bird contain a whale contain a stack of all our tears 


I´ll have what she´s having 

nunca vou ser bom para ti 
quero dizer 
i talk to you for 5 hours 
and then i can't sleep 
vejo a meg ryan 
and then i can't sleep 
sou a cara do billy crystal 
and then i can't sleep 
isto aqui não é manhattan 
and then i can't sleep 
acho que o teu corte 
de cabelo faz lembrar 
vagalumes no sangue 
do menino Emanuel 
que como eu disse 
era feito de veias 
perfume e ossos 
campo elétrico uniforme 
i talk to you for 5 hours 
sobre genética divina 
sobre genética humana 
sobre jejum e urologia 
and then i can't sleep 
porque fico pensando 
em Deus no filho de Deus 
nos filhos de Deus 
nos cachos amarelados 
nas camisas de colarinho blue 
no espadachim do anjo torto 
na estrada para Umbaúba 
na barraquinha de 
frankfurters and rolls 
and then i lose my glasses 
and then i can't sleep 
e tenho o rosto coberto de pó 


O acrobata 

I am too late for the birth of birds 
but have come just in time for the 
opening of a red chocolate bar 


Learning to make fire 

Let's go back into writing, Ed. No more broken bones and thrown out arrows. Quit, you and I, the wounded driving, the electric wet lanes, the shame of beards. There is no greater prince than the prince of solidity. I've been eating two apples a day: one at dawn and one in bed, as I watch the boats cast out the nets. Brilliant night visions, all made of fruit and fish. Flashlights make perfect compasses, kid. Rage doesn't. I still keep your tapestry underneath the wooded bed, whenever the structure is moved the rug is taken with it. Sorry about the word rug, sorry about the misspelling of lessons, sorry for not telling you about the rain or the effects of rain and yells all mixed together. No greater doom. Get your stuff, Ed. Nature is distressingly perfect around here.


Desmembramento de um semicírculo 

Certo que nos dedicamos 
a místicas peregrinações. 
Exercitamos a respiração, 
lutamos brigas orientais, 
praticamos uma e sete vezes 
a tradução do poema chileno. 
Mas no fundo sabemos 
que o que importa mesmo 
é roçar a superfície negra 
da pele do peito do anjo 
que está vivo 
que não dorme. 


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