Claudio Iasís
Nace en Santiago de Chile. Integra el Taller Literario dirigido por la poeta Marina Arrate. Ha publicado "la bitácora y los sueños" (1998), "mientras los muchachos duermen" (2001) y "Una ciudad sitiada fuese o la Dulce Violencia" (2005), texto que fue galardonado con el primer lugar en el certamen internacional de poesía Dorian (Lima, Perú, 2002) y que además obtuvo la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2002). Sus textos han aparecido an algunas antologías y en diversas revistas y sitios en internet dedicados a la creación y análisis literario.
De “mientras los muchachos duermen”
IASEA
(fragmentos)
Amigo mío, amigo bien amado,
aprovechémonos de la distancia que hoy nos separa
y desatemos la verdad en nuestras palabras.
( la verdad os hará libres, recuerdo dijo uno de los tuyos )
Amor es un recodo angosto e imprevisible y
aprisa, amigo amado oh amigo mío
yo he muerto al promediar nuestra ruta;
mi cintura y mis sienes adornadas se han estrellado en el amor
como fruta sangrante y perfumada.
( recuerdas el azafrán y el vino
con que aroman los teatros justo antes de las fiestas,
y tú parecíasme la tristeza )
No me sea tu ojo torvo
si la verdad ahora te digo.
* Iasís leyó a los mozárabes y a los clásicos
tradujo. No busquéis biografía en su lírica.
No son más que ejercicios sobre un estilo decadente.
COMPOSICIÓN EN PERSPECTIVA
( penúltima fila cuenta cinco y es él )
Tendrías que recordar
Venía del sur aún más lejos que tú
Siempre en el patio ahora lo recuerdo
con su traje de gimnasia
y no por lo del cuerpo por lo obvio que
resultaría decirte: "Sí, por lo del cuerpo y el tibio espacio"
Sino porque bajo ese cobertor azul y blanco que nos era oficial
era su estado como el de un niño de lo triste y amable
( recuerdo que tenía el proceder tenue y mirada
y ese gesto suyo no ha quedado en fotografía alguna )
Estaba con su traje de gimnasia
y tenía ese aroma dulce
No era perfume conocido
no se repartió al aire
cuando cosecharon las anémonas del Ponto
ni lo aprisiona la dócil pelusa
del jardín de las dríadas celosas
Este muchacho de más al sur que tú
tenía ese aroma dulce y entonces
no pude dejar de pensar que ése era el aroma de tu cuerpo
cuando venías con todo lo azul por invento y lo blanco
El mismo traje de gimnasia
( ahora sí que no olvidaremos el cuerpo )
y caías como un animal manso un instante reposo
en su caravana al abrevadero
inaugurando la insomne pirueta
de la mariposa aprisionada bajo mi cintura
Ese era el aroma que te iba a legar en pacto
Fue al pasar de los años
( antes de la bitácora y los sueños )
que me di cuenta que tu aroma novísimo
aroma estratega de fábula
tu aroma de papel y arena dicho así
era el mismo para el que guardé atención
de niño asombrado
una tarde destinada al escondite
y crecían las higueras.
MIENTRAS LOS MUCHACHOS DUERMEN
( o el lugar donde van a anidar mis ojos )
Para eso se vale el recuerdo
Avanza con usura
Va moldando un surco de miel silenciosa
Hay una camiseta perdida
como en las viejas fotos
Yo me hallo a cierta distancia y no digo palabra
siquiera la salida o la habitual
( Es la hora precisa
Mi recuerdo vela )
Nadie oye la colmena
atenta al desfiladero abrillantado
que va hiriendo el trazo doble de tu abdomen
estilete de infames apresado
en la inconfesa hebra del tafetán vivo
terciopelado y perfecto
que discurría entre tu ombligo
y aquella traba que no vamos a osar.
CÉSAR APUÑALADO
(Mármol tallado. Anónimo del Imperio)
¿Qué harás César
con esa mano que se alza?
Confiado has de valerte
en la fidelidad pedida al trazo
y el estilo severo que te ha preservado.
( Tú sabrías el final de la historia.
No atendiste los ruegos de quienes
temieron al augur
y su vaticinio que quizá sonó en ti como una promesa
cuando saliste a cumplir con los Idus de Marzo.)
Allí te han eternizado
mirando el casi probado filo
con un gesto de placer
y quizá otro de niño
( la piedra no inmortaliza la
naturaleza cierta de los gritos )
¿Y ahora qué harás César con esas manos
que contra ti se alzan y nunca llegan?
Por siempre te rehuirá
tu sangre y la muerte
y la primera vez.
CRIMINE PÉSIMO
( la sentencia y su hazaña )
La osamenta de don Gaspar de Terrazas, que fuere blanca,
ennegrecida yace y ennegrecida queda,
y mis líneas acaso son rastros del incinerado verbo
de la página que ayer fue sólo blanca.
Infame.
Así me hubieran llamado en tiempos
de los Felipes de España, que así llamábanles,
si como hoy cantado cantado hubiera a tu almizcle y tu porte.
Leerías Iasís el nombre en las actas o Avisos de Pellicier
igual como ocurrió con don Diego Gaytán de Vargas
y con don Sebastián de Mendizábal,
con un joyero de la calle mayor y un mancebo de Valladolid,
acusados de pecado nefando y curados a fuego y muerte.
Año de nuestro Dios de mil seiscientos treinta y algo.
Sea leve la llama
para quien se crea libre de la mirada tras los tiempos.
Ahora que no importa cuatro siglos me hallo perdido en esta sala de Historia
bajo pena de hoguera más allá de toda terrena mensura
y esta médula y mi lengua
y mis adjetivos y mi trazo y mi fama arden
de igual e ineludible manera.
CANTO DEL POETA A SU LIBRITO
Oh, librito mío,
librito pulcro y de tapas duras, con regatas y veleros diestros
en cubierta tal estílase hoy entre muchachos, de renglones
escritos en azul y a veces en rojo con pulida letra, librito
del medio poeta y a veces ni eso,
oh librito mío,
que hoy vas con él y te lleva a casa.
Quiera Fortuna (Fortuna derribó ejércitos y socorrió a los
blandos; la de las ciegas maneras) que en su habitación
te deje luego de copiar tus dictados urgentes, resultados
perfectos y observaciones pulcras y llegue el fin de la tarde,
te sorprenda la hora del sueño,
oh librito mío
y te deje abierto en página limpia bajo su lámpara de noche
y pasada una o dos horas ceda el borde de sus sábanas, humecte
la punta de su pulgar de velero diestro y tú escribas con signos
secretos en tu página limpia bajo su lámpara de noche
y luego vuelvas a mí
y llegue el fin de la tarde y te sorprenda la hora del sueño,
aguardes bajo mi lámpara de noche oh librito mío, librito pulcro
de observaciones pulcras, y humectes con tu página secreta
mi boca para que ésta luego pueda y cante un poema reservado
a los héroes que retornan, en honor a ti.
UNA HABITACIÓN CON VISTA
Comarcas de la cúrcuma,
ved, cómo se siente en el aire,
mirador soleado. Al fondo alguien transita
y el sembrado más próximo a tu ombligo vacila intermitente
por el céfiro benigno de mi respiro,
tu cintura por lecho tejido, barandal y amoblado al tono,
desde donde admirar se puede y no lo hay mejor
la cosecha anual de rizos maduros, miel y limones
de tu frente y al horizonte.
tal y como fuera prometido.
SU AMOR, EL POEMA HALLADO Y EL INCAUTO LECTOR
( Fábula que es cosa de tiempo )
Hoy, mientras buscaba un regalo apropiado,
leí un poema chino
sobre rituales de largos viajes y amistad.
Cosas simples: qué hacer frente a un puente roto,
un arroyo blanco o el saludo de una cierva,
del peso y proporción de especias dispuestas en la carga
y de cómo el que viaja ha de guardar reglas
que son imperio cierto del amor hablaba
y de cómo me apearía de mi montura
para subirte a ella si te encontrara en el camino
( mi montura es pequeña pero hay lugar
para tu arco erguido y la presa )
cómo bajarían mis veinte dedos humildes y presurosos;
no enturbiaría este gesto el nudo limpio de tu cinto
mientras por la ruta y en el tiempo un rastro
notará el viajero de perfumes
de resinas, tomillo, dulce hinojo y lavandas de la pasada primavera,
reviviendo al roce tibio de tu grupa.
Bueno, dije, desde el siglo sexto y allí ha quedado la escena.
No hay razón para que ahora yo la escriba.
ANTES DE LA DANZA
( texto auténtico )
"Dichoso tú, aire, que vas a tu deseo,
que puedes darle una caricia
y darle brisa a su sueño"
escribía la diestra casi despierta
mucho antes del oficio
y creyera ser Iasís a un mismo tiempo,
antes de que se afanara con poemas
y parques nocturnos
en donde las sombras furtivas de los amantes
semejan lebreles en reposo
o pequeñas tumbas
envidiaba el aire y aún adolescente
mas no por poseer dones de hadas
"sino porque lo besas y no te dice nada"
y así siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario