Assia Djebar
Assia Djebar, (en árabe أسيا جبار ) seudónimo literario de Fatema Zohra Imalayen, nació en Cherchell, Argelia en 1936. Liberada del enclaustramiento propio de las mujeres de su entorno, estudió en Argel y Sèvres Francia. En 1956, durante la huelga de estudiantes argelinos en París, escribió su primera novela, La Soif. En 1958 empezó a colaborar en El Moudjahid, la revista órgano del Frente de Liberación Nacional. En 1962, tras la Liberación, comenzó a trabajar de profesora de historia en la Universidad de Argel, pero, tras el golpe de Estado de Boumedian, se trasladó a París, donde se dedicó a la crítica literaria y cinematográfica y al teatro. En 1974 se reincorporó a la Universidad de Argel y realizó dos largometrajes: La Nouba des femmes du Mont Chenoua, premio de la crítica de la Bienal de Venecia de 1979, y La Zerda ou les chants de l'oubli.
Su carrera literaria, iniciada con La Soif, prosigue con Les Impatients (1958), Les Enfants du nouveau monde (1962), Les Alouettes naïves (1967), Femmes d'Alger dans leur appartement (1980) y Loin de Médine (1992). El amor, la fantasía, Sombra Sultana, Grande es la prisión y El blanco de Argelia, todas ellas publicadas en español por Ediciones del Oriente y del Mediterráneo, forman parte de un Cuarteto Argelino en el que la autora recorre la atormentada historia de Argelia y se recorre a sí misma.
Entre otros premios, ha sido galardonada con el Premio Liberatura de Fráncfort, Premio Internacional Pablo Neruda o Premio Marguerite de Yourcenar.
La memoria es cuerpo de mujer velada
La memoria es cuerpo de mujer velada
Sólo su ojo libre fija nuestro presente
Blanco ahogado en el fondo de un abismo negro
La memoria es voz de mujer velada
Noche a noche, la extrangulamos
Bajo el lecho de un sueño de plomo
Oh memoria, vientre de mujer
Que dá a luz y la sangre grita
Entonces todos nuestros muertos, los ojos abiertos
Remontan hacía nosotros lentamente
Flotando sobre el agua
De nuestro olvido.
Tú, Oh memoria la develada
Al sol evaporada.
Cantos de la Zerda, "Canto I", Les écrans nº 49, oct. 1982, Traducción al español: MA Carlos R. Alvarado, ©2007.
Los cuatro idiomas femeninos (fragmento)
Las jovencitas de mi época -poco antes de que la tierra natal se liberara del yugo de la colonia-, mientras que el hombre sigue teniendo derecho a cuatro esposas legítimas, contamos con cuatro idiomas para expresar nuestros deseos, antes de jadear: el francés para la escritura secreta, el árabe para nuestros sofocados suspiros hacia Dios, el líbico berebere cuando imaginamos volver a encontrar a nuestros ancestrales ídolos maternos. El cuarto idioma, para todas, jóvenes o viejas, prisioneras o semiemancipadas, sigue siendo el del cuerpo, que la mirada de los vecinos, de los primos, pretende hacer sordo y ciego, puesto que ya no pueden encarcelarlo por completo; el cuerpo que, en los trances, danzas o vociferaciones, en accesos de esperanza o desesperanza, se rebela, busca, como analfabeta, en cuál orilla está el destino de su mensaje de amor.
Por cuál verdad
I
Escribir en principio, y cualquiera fuese la lengua,
la que balbuceamos o gritamos,
luego, más tarde, que escribimos- ¡ Y no es
de pronto la misma!
Escribir al fin, o a pesar del hiato que
seguidamente va a seguirte, como una sombra
quebrada, deformada...
Escribir, bien hubiera podido ser en chino, o en
bengalí, o en inglés: fue en árabe (para
aprender el Corán) y en francés; en la escuela.
Escribir, fue al principio la primera;
la oscura necesidad.
II
El francés pues, aquel de la escuela, aquel el de
“nuestros ancestros, los galos”, ahora bien, ¡no eran
“nuestros” ancestros y no eran galos!
Mis, nuestros ancestros hablaban, o gritaban,
o cantaban en árabe, en bereber, en ...
Qué importancia, dado que ellos no escribían
o más bien no escribían más,
guerreaban (¡al menos,
en los relatos de nuestras abuelas!).
Mi abuela, en árabe, contaba a los
niños de su alrededor, la guerra, los rehenes,
el incendio de los olivares, en la zauia (1)
En la escuela francesa, la institutriz, llegada
de Francia – Contaba Carlomagno, e inclusive
Charles Martel, en Poitiers...
En árabe, la abuela continuaba
su historia, siempre de noche
y sobre la esterilla, cerca de las velas...
¡La voz de la maestra y la de la abuela
de la noche, se entrelazaron en mi memoria!
III
Diría yo, hoy que para mi, escribir –
escribir de la sola escritura que me impele, y me
habita, y me manda, escribir en francés
pero para inscribir, a pesar de todo, voces
de ancestras y verdades invertidas, volcadas,
en sus juegos de sombras y de realidad,
eso sería, escribir en francofonía,
En los márgenes,
A la frontera, en lo más recóndito de uno mismo,
de nosotros...
De ellos, allá, antiguamente enemigos
La escritura doble
Las verdades dobles y reflejándose en
opuestos
Escribir en francofonía
En francografía
En francés todavía vivo
A sobresaltos, entre la lengua de los orígenes
rasgadas, andrajosas, jirones
de memoria
Y el francés que resiste, mi francés, que
a pesar de mi, hace en mi, el grand écart
Para reparar, desde luego,
Para renacer, ayer y hoy,
Por cuál verdad...
Enero de 2006, París.
(1) Escuela coránica, y/o mezquita con derecho a asilo.
" Pour quelle vérité ", Poema inédito de Assia Djebar, de la Academia Francesa, Publicado en « Le Magazine Littéraire », Nº 451, Marzo 2006. Versión en español:
© Carlos Alvarado (Traductor), 2008.
Poèmes pour l'Algérie heureuse
Neiges dans le Djurdjura
Pièges d'alouette à Tikjda
Des olivettes aux Ouadhias
On me fouette à Azazga
Un chevreau court sur la Hodna
Des chevaux fuient de Mechria
Un chameau rêve à Ghardaia
Et mes sanglots à Djémila
Le grillon chante à Mansourah
Un faucon vole sur Mascara
Tisons ardents à Bou-Hanifia
Pas de pardon aux Kelaa
Des sycomores à Tipaza
Une hyène sort à Mazouna
Le bourreau dort à Miliana
Bientôt ma mort à Zémoura
Une brebis à Nédroma
Et un ami tout près d'Oudja
Des cris de nuit à Maghnia
Mon agonie à Saida
La corde au cou à Frenda
Sur les genoux à Oued-Fodda
Dans les cailloux de Djelfa
La proie des loups à M'sila
Beauté des jasmins à Koléa
Roses de jardins de Blida
Sur le chemin de Mouzaia
Je meurs de faim à Médea
Un ruisseau sec à Chellala
Sombre fléau à Medjana
Une gorgée d'eau à Bou-Saada
Et mon tombeau au Sahara
Puis c'est l'alarme à Tébessa
Les yeux sans larmes à Mila
Quel Vacarme à Ain-Sefra
On prend les armes à Guelma
L'éclat du jour à Khenchla
Un attentat à Biskra
Des soldats aux Nementcha
Dernier combat à Batna
Neiges dans le Djurdjura
Piéges d'alouette à Tikjda
Des olivettes aux Ouadhias
Un air de fête au coeur d'El Djazira
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