martes, 14 de agosto de 2012

7400.- MICHAEL HARTNETT






Michael Hartnett (n. Croom, Condado de Limerick, Irlanda, 18 de septiembre de 1941 - † Dublín, 13 de octubre de 1999). Poeta irlandés. Escribió tanto en inglés como en irlandés. No perteneció a ningún grupo y funcionó fuera de movimientos literarios, fue una de las voces forasteras más significativas de la escritura irlandesa de la segunda mitad del siglo XX.

Aunque el nombre de sus padres fue Harnett, le registraron por error como Hartnett en su partida de nacimiento. Siendo adulto, declinó cambiar su nombre legal con el fin de mantenerlo fiel al gaélico «Ó hAirtneada». Pasó su infancia en el pueblo de Newcastle West, Condado de Limerick´. Allí pasaba todo el tiempo con su abuela en el campo cercano y de ella aprendió el gaélico. Posteriormente escribió I loved her from the day she died (amó a ella a partir del día de su muerte). Se formó en la escuela primaria y el instituto de bachillerato de Newcastle West. El mismísimo día que acabó el bachillerato, Hartnett se expatrió de Irlanda para instalarse en Londres, donde comenzó trabajando como aprendiz («tea boy») en un solar.

Obras de juventud

Para entonces Hartnett ya había comenzado escribir y sus obras despertaron la atención del poeta John Jordan, que era profesor de inglés en la facultad University College Dublin. Jordan invitó al joven Hartnett a que asistiera a la universidad por un año. De regreso a Dublín, con James Liddy, fue co-editor de la revista literaria, Arena. También trabajó como encargado del Torre de Joyce en Sandycove durante un tiempo. Volvió brevemente a Londres, donde conoció a Rosemary Grantley, por unos amigos comunes - se casaron el 4 de abril de 1966. En 1968, su primer libro, Anatomy of a Cliché (Anatomía de un cliché), publicado por Poetry Ireland, cosechó críticas. Poco después, volvió definitivamente a Irlanda.
En su patria encontró trabajo como telefonista de noche en la central de teléfonos de Andrews Street. Mantuvo una relación productiva con New Writers Press, una editorial fundado por Michael Smith y Trevor Joyce, con el cual publicó sus tres libros siguientes. El primer de éstos, en el año 1969, The Old Hag of Beare (una traducción del irlandés, «Cailleach Bhéarra» , La vieja de Beare), fue seguido por Selected Poems (Poemas escogidos, 1970) y Tao (siendo una versión del Dào Dé Jing, 1972). Pasó tiempo en España y su Gypsy Ballads, a version of the Romancero Gitano of Federico García Lorca, fue publicado por Goldsmith Press en 1973.

¡Adiós al Inglés!

En 1974, decidió salir de Dublín para redescubrir sus raíces rurales y a su relación con la lengua irlandesa. Permaneció en Templeglantin, alejada algo más de cinco millas de Newcastle West y trabajó por una época como conferenciante de la escritura creativa en Thomond College of Education, Limerick.
En su libro de 1975, A Farewell to English (Un adiós al inglés) declaró su intención de escribir solamente en gaélico en el futuro, describiendo el inglés como the perfect language to sell pigs in (el idioma perfecto para vender cerdos). Tras esta obra escribió en irlandés: «Adharca Broic» (Cuernos de tejón, 1978), «An Phurgóid» (La purga, 1983) y «Do Nuala: Foighne Chrainn» (Por Nuala: La paciencia del árbol, 1984).

Vida y obras de última época

Hartnett había comenzado beber mucho alcohol y su alcoholismo contribuyó a la ruptura de su matrimonio. En el año 1984, volvió a Dublín para vivir en el barrio residencial periférico, Inchicore. El año siguiente marcó su regreso al inglés, con la publicación de Inchicore Haiku, obra en la que describe los conflictos personales que padecía desde hacía algunos años. A esta creación le siguieron unos tomos en inglés incluyendo A collar of Wrens (Un cuello de reyezuelos, 1987), Poems to Younger Women (Poemas a unas mujeres más jóvenes, 1989) y The Killing of Dreams (El asesinato de sueños, 1992).
Simultáneamente continuó trabajando en irlandés, y produjo una secuencia de tomos importantes en la cual tradujo los grandes clásicos gaélicos, entre ellos: Ó Bruadair, Selected Poems of Dáibhí Ó Bruadair (1985) y Ó Rathaille, The Poems of Aodhaghán Ó Rathaille (1999).
También publicó Collected Poems (dos volúmenes,1984 / 1987), «Dánta Naomh Eoin na Croise» (traducción en irlandés de los poemas de San Juan de la Cruz, 1991) y New and Selected Poems en 1995. Hartnett murió de cirrosis hepática en 1999. Un nuevo Collected Poems apareció en 2001.





EN UN ABRIR Y CERRAR DE OJOS

Veo el Lucero del Alba
a través del tragaluz de mi infancia
y cierro los ojos y durante cincuenta años sueño,
reviviendo cada revés, cada momento cumbre;

abro los ojos y ahí está el Lucero de la Tarde.
Y de pronto, anochece.




Un adiós al inglés


a quien no pido regalo alguno,
a quien doy gracias por todas las cosas,
esta es la mañana.
partió la noche, un amanecer
se levanta con pájaros y ruidos de la ciudad.
habrá luz
por la que vivir, cosas
que ver: mis ojos se levantarán
adonde descansa el sol en bermellón,
y amaré y tendré piedad.

Traducción Raúl Quirós


whom I ask for no gift,
who I thank for all things,
this is the morning.
night is gone, a dawn
comes up in birds and sounds of the city.
there will be light
to live by, things
to see: my eyes will lift
to where the sun in vermilion sits,
and I will love and have pity.




Muerte de una mujer irlandesa 

Ignorante, en el sentido 
de que comía comida monótona 
y pensaba que el mundo era plano, 
y pagana, en el sentido 
de que sabía que las cosas que andaban 
a la noche por ahí no eran ni perros ni gatos 
sino púcas y hombres de cara oscura, 
tenía, no obstante, un orgullo feroz. 
Pero sentenciada finalmente 
a comer menos porridge cada vez 
en una cocina fría como la piedra 
con sus manos endebles 
agarró del cuello a un mundo 
que no podía entender. 
La amé desde el día en que murió. 
Ella era un baile de verano en el cruce de caminos. 
Era un juego de naipes en el que una nariz salía rota. 
Era una canción que nadie cantaba. 
Era una casa registrada por soldados. 
Era un idioma no hablado casi nunca. 
Era el bolso de una niña, lleno de cosas inútiles. 

Versión © Gerardo Gambolini 



Death of an Irishwoman 

Ignorant, in the sense 
she ate monotonous food 
and thought the world was flat, 
and pagan, in the sense 
she knew the things that moved 
at night were neither dogs nor cats 
but púcas and darkfaced men, 
she nevertheless had fierce pride. 
But sentenced in the end 
to eat thin diminishing porridge 
in a stone-cold kitchen 
she clenched her brittle hands 
around a world 
she could not understand. 
I loved her from the day she died. 
She was a summer dance at the crossroads. 
She was a cardgame where a nose was broken. 
She was a song that nobody sings. 
She was a house ransacked by soldiers. 
She was a language seldom spoken. 
She was a child's purse, full of useless things.







Aquel beso de actor 

Besé a mi padre en su cama del hospital.
Las enfermeras arrastraban el paso soñoliento 
y los viejos discutían el día entero consigo mismos.
Las siete décadas encerradas en su cabeza 
se congelaron en un bloque que goteaba, atemporal,
el pintor perdió su noción de todo salvo el gris. 
Aquel beso de actor cayó por un pozo demasiado profundo 
para devolver ecos que yo habría valorado — 
el ‘29 era el ‘41 el ‘84, 
todo uno en su mirada caleidoscópica 
(él deseaba para mí su amargura y su sed, 
su fría habilidad para cerrar una puerta). 
Más tarde, tomando un trago, me di cuenta de que aquel 
fue nuestro último beso y, ay, el primero. 

Versión © Gerardo Gambolini







That Actor Kiss 

I kissed my father as he lay in bed 
in the ward. Nurses walked on soles of sleep 
and old men argued with themselves all day. 
The seven decades locked inside his head 
congealed into a timeless leaking heap, 
the painter lost his sense of all but grey. 
That actor kiss fell down a shaft too deep 
to send back echoes that I would have prized— 
‘29 was ‘41 was ‘84, 
all one in his kaleidoscopic eyes 
(he willed to me his bitterness and thirst, 
his cold ability to close a door). 
Later, over a drink, I realised 
that was our last kiss and, alas, our first.






Iglesia rural

El valle los lleva
como la suciedad de los bolsillos en domingo,
a la llanura, a los fértiles prados –
esta gente, cauta y feliz,
reunida como un grupo de baile
junto al muro de la antigua iglesia:
codos amigos, manos amigas,
el adversario evitando al enemigo
en la enloquecida danza sin fin.
caballos solitarios aquí y allá
atados y dormidos –
coches agazapados junto
al arbusto, al seto, al establo
y la burla verde de los árboles
que una vez vieron a Ícaro quemado.
Esta congregación es un caballo solitario
perdida en esta época
tan torpe como un hombre
que baila
con una monja
el día de la boda.






The Country chapel 

The glen sweeps them out 
like pocket dross each Sunday, 
to the plain, to the fat meadows –
this people, sly and happy,
gathered like a set-dance team
by the wall of the old chapel:
friendly elbows, friendly hands,
foe avoiding enemy
in the daft eternal dance.
Lonesome horses here and there
tethered and asleep –
motorcars ahide
by bush by hedge by shed
and green sneers from the trees
that once saw Icarus lamed.
This congregation is a lonely horse
straying in this age
as awkward as a man
dancing with a nun
on a wedding day.

Del poemario A Necklace of Wrens (Un collar de reyezuelos)







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